~Primera ola~
Capítulo 37
“Me gustas.”
Jungmyeon parpadea sorprendido y confundido por lo que Jongdae acaba de decir.
Están en su clínica y Junmyeon está discutiendo con él cómo tocar las obras de ruleta cuando Jongdae decide, de repente, soltar abruptamente estas palabras en su rostro. Esta repentina confesión que hace que Junmyeon lo mire fijamente con los ojos muy abiertos, hace sus manos temblar y él rápidamente las retrae de la mesa para ocultar cómo están temblando.
“Me gustas.” Jongdae lo dice de nuevo, sus palabra hacen martillar el corazón de Junmyeon y Jongdae tiene esta suave sonrisa en su rostro cuando dice eso.
A Jongdae le gusta él. A Jongdae le gusta él.
Esta repentina confesión se supone que debe hacer sentir feliz a Junmyeon por esto. Se supone que debería sentirse feliz y agradecido y eufórico con el hecho de que Jongdae le gusta porque Junmyeon le gusta igualmente. ¿Cómo no podía no gustarle esta persona con su brillante sonrisa y su personalidad cariñosa y la forma en que parece dar a Junmyeon su espacio?
A Junmyeon le gusta; mucho.
Pero no se siente feliz. Bueno, se sintió así una fracción de segundo cuando lo oyó porque a alguien le gusta, a Junmyeon también le gusta él, pero la felicidad se convierte en miedo en sólo cuestión de segundos y Junmyeon siente tanto miedo de la confesión de Jongdae.
“Yo…” Junmyeon no sabe qué decir y debería decir algo porque Jongdae está esperando su respuesta.
“Me gustas mucho.” Jongdae dice lentamente, como si Junmyeon aún no lo hubiese captado. “Y no solo porque seamos amigos y me estes enseñando todas estas cosas y veamos muchas películas. Me gustas en esa manera también, pero de verdad, realmente, me gustas. Mucho.”
Esto no puede estar pasando. Junmyeon entra en pánico.
“Y no sé si estás bien con eso o no, pero siento que talvez estas bien con eso y estoy siendo loco ahora mismo por tomar la oportunidad y me gustaría realmente llevarte a cenar algún dí-”
No, no. No le puedo gustar. No puede.
“O a un café. Lo que seas que te guste.”
Esto no está pasando. Lo siento. Jongdae, lo siento.
“O a ver unas películas-”
“Tengo que irme. Lo siento.” Junmyeon dice rápidamente, corriendo por la puerta y finge no ver la sonrisa en la cara de Jongdae desaparecer lentamente mientras se levanta para ir tras él. Pero Junmyeon es rápido y está corriendo por las escaleras porque el ascensor es muy pequeño y se siente como si no pudiera respirar y está buscando a tientas su llave de la habitación, tirando violentamente la puerta abierta.
Pero su santuario privado de costumbre no parece darle la comodidad que necesita más porque aún se siente con miedo y frustrado porque me gusta él, yo le gusto también, pero no puedo hacer esto. No puedo confiar en nadie aún, no todavía.
Lo siento, Jongdae.
Junmyeon susurra en la oscuridad mientras se hunde en el suelo y coloca sus rodillas a su pecho.
* * *
Soy un cobarde, Junmyeon piensa para sí mismo mientras barajea las cartas en frente de él y hace frente a un grupo de personas sentadas en su mesa.
Soy una persona débil y cobarde.
Y es verdad. Sabe que se suponía que debía sentirse mejor ahora. Se suponía que debía ser capaz de superar sus miedos ya. No se suponía estar en esta cáscara, escondido del resto del mundo.
Pero en realidad no puede evitarlo y su corazón se contrae al ser tan débil y tan impotente.
Él no ha estado en la zona de Jongdae en días. Tiene miedo de encararlo y dejarle ver lo cobarde que es. No está seguro de si le debe una explicación por correr de su confesión. Y probablemente herir sus sentimientos también. Pero Junmyeon simplemente no puede hacer frente a Jongdae gustándole. Es mejor si el médico se limita a mirarlo de nuevo como un amigo.
¿Pero puede hacer eso también? ¿Míralo como amigo? No cree que pueda. Le gusta pasar tiempo con Jongdae. Le gusta su voz, su risa y su sonrisa. Le gusta lo divertido que es y le gusta él hasta el punto en que pensaría en Jongdae en la noche antes de dormir y cómo se sentiría a abrirse a esta persona y dejarla entrar. Esos pensamientos le asustan, pero le hace dormir mejor en la noche, saber que hay una persona, aparte de su psiquiatra, que se siente cómodo con él.
Jongdae le ha ayudado mucho. Además, ni siquiera ha dañado un pelo de Junmyeon. Debe confiar en él. Debería de dejarlo entrar.
Él hizo una promesa a sí mismo que iba a tratar de lidiar con esto. Tratar de mejorar. Junmyeon simplemente sacude la cabeza a sí mismo. Supongo que me estaba mintiendo entonces.
No se da cuenta que su turno ha terminado, siguelidiando, jugando y barajeando las cartas por horas cuando su supervisor lo atrapa en su labor.
“Tu turno terminó hace dos horas. Puedes ir a descansar” Pero Junmyeon le da una amplia sonrisa que tuvo que forzar con toda su fuerza.
“Estoy bien. Puedo trabajar unas pocas horas más.”
Su supervisor frunce el ceño. “Suho, anda a dormir. Te ves como que lo necesitas.”
Genial. Ahora no puede ocultar lo cansado que está más.
Pero Junmyeon no protesta y termina.
Él regresa a su camarote todavía pensativo sobre sus ansiedades cuando ve a Jongdae apoyado en la pared cerca de su habitación. Junmyeon se detiene, los ojos muy abiertos y está entrando en pánico de nuevo porque Jongdae está aquí y es una especie de bloqueo a la puerta de su habitación.
Me va a hacer daño. Me va a preguntar por qué no le respondí su confesión. Él se va a forzar a sí mismo en mí y-
Detente. Solo para. Respira a través de su boca y felizmente, su ranciedad se desvanece.
Él está aquí para hablar. Eso es todo. Cálmate.
Y Junmyeon intenta calmarse. Sus pasos son silenciosos mientras llega a su habitación y Jongdae lo mira. Junmyeon lo ve aliviado por tener que encontrarlo y esto hace que le duela el pecho de nuevo porque Jongdae realmente se ve afectado.
“Junmyeon.” Jongdae comienza.
“¿Qué estás haciendo aquí? Junmyeon pregunta sigilosamente.
“Quiero verte. Te fuiste de mí la última vez y no supe por qué. Quiero asegurarme de que estás bien.”
No lo estoy.
“Estoy bien.” Junmyeon miente. “Ahora, por favor, apártate para que pueda ir a mi habitación.”
Pero Jongdae no se mueve y esto tiene a Junmyeon sintiendo miedo de nuevo. No quiere esto ascienda a una pelea. Él está muy cansado y no tiene fuerza para una confrontación como esta.
“No quiero.” Jongdae le responde y Junmyeon le lanza una mirada y espera que le intimide. Sólo para Jongdae vea que no lo quiere por aquí incluso si su presencia es la única con la cual Junmyeon está cómodo.
“Tenemos que hablar.” Jongdae le explica.
“¿Necesitamos hablar?” Junmyeon repite, dejando que la ira reemplace su miedo, porque eso es lo único que tiene ahora en contra de estas emociones. Esta es la única forma en que puede ser fuerte. “No hay nada de qué hablar.”
“La hay. Quiero saber por qué huiste de mí.”
“Salí corriendo porque lo quería.” Junmyeon responde obstinadamente.
“No querías. Saliste huyendo porque estabas asustado, ¿cierto?”
Junmyeon se congeló.
“No quiero que estés asustado. No quiero que me tengas miedo.”
Lo sabe.
“Junmyeon, por favor.” Jongdae dice, mirándolo con esos ojos suplicantes. “Por favor, no me tengas miedo.”
Junmyeon sentía como el otro simplemente le golpeó duro con lo que dijo, sus palabras enviaron un agudo pinchazo en el pecho. Jongdae sabe. Sabe que tiene miedo y odia que lo sepa. Porque ahora ve a Junmyeon como débil e incluso si eso es dolorosamente cierto, no quiere que nadie lo vea como tal.
“Junmyeon.” Jongdae comienza, pero Junmyeon lo interrumpe con otra mirada.
“Necesito que salgas de este pasillo.”
“Junmyeon, no hagas esto-”
“Vete, Jongdae.” Le contesta, dejando que su ira lo consuma.
“¿Al menos puedo saber por qué?”
“Tengo que irme a mi cuarto.”
“Solo dime por qué me tienes miedo.”
“No te tengo miedo-”
“Lo tienes, puedo verlo.” Jongdae dice firmemente.
“Jongdae, déjame solo.”
“No. Quiero saber por qué.”
“Vete.”
“Deja de ser obstinado.”
“No estoy siendo obstinado.” Junmyeon dice apretando su puño.
“Entonces dime por qué.”
“¡Porque tengo antecedentes! ¡¿De acuerdo?!”
Junmyeon está temblando por tener que dejar escapar la única cosa que él más teme: la verdad sobre sí mismo. Y ahora Jongdae lo sabe y él se odia. Odia la forma en que es tan débil y vulnerable a toda cosa maldita. Está humillado y temeroso y puede sentir las lágrimas calientes que se forman en las esquinas de sus ojos porque está sintiendo tanto al mismo tiempo. No es culpa de Jongdae. Es culpa de Junmyeon. Se siente tan impotente. Y nadie puede ayudarlo más que él mismo.
Jongdae lo alcanza, da un paso adelante, pero detiene su mano en el aire y Junmyeon quiere reír porque no hay ningún punto ya para ocultar. Jongdae sabe mucho ahora que ni siquiera se atrevió a tocarlo.
Al ver esto como una oportunidad de encontrar refugio en su habitación, Junmyeon se desliza rápidamente por delante de él antes de que sienta que las lágrimas ruedan por sus mejillas.
“Junmyeon-”
Junmyeon sólo lo calla con un golpe en su puerta y en cuanto de verdad, de verdad, se siente solo, permite que sus lágrimas caigan.
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