La importancia de llamarse Greg
Fandom: Sherlock BBC
Título: La importancia de llamarse Greg
Personajes: Lestrade, Sherlock
Advertencias: spoilers 2x02
Notas: ubicado post 2x02, basado en esta escena. La importancia de las cosas para Sherlock no es la misma que para la mayoría de los mortales.
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-Está bien, no sabía tu nombre, ¿cuál es el gran problema?
Lestarde no sabía si Watson estaba intentando entrenar a Sherlock a dar disculpas. Si era así, esperaba que se diera cuenta de que aun le faltaba mucho camino para lograrlo. Sin embargo, el hecho de que el detective consultor hubiera sacado el tema de nuevo era una buena señal: al menos lo había recordado.
Lo había llamado esa mañana para un caso. No tenía tiempo de apersonarse en Baker Street, lo que había hecho que el detective apareciera en Scotland Yard. Allí había surgido el tema de nuevo.
-Sí, sé que para ti es un dato totalmente irrelevante - masculló Lestrade como respuesta, todavía sin darle el archivo del caso por el cual lo había llamado.
Tenía que admitir que en realidad no le había extrañado que Sherlock desconociera su nombre, pero no dejaba de molestarle. Después de todo lo que habían pasado cualquiera pensaría que era lo mínimo. Pero Sherlock no era cualquiera.
-Sé todo lo que importa sobre ti - declaró el detective con suficiencia.
Lestrade torció el gesto.
-Claro. Sabes por cual apellido encontrarme y que soy tu proveedor de estimulación mental. -Lo recorrió un estremecimiento de enojo al recordar otro detalle. - Ah. Claro, también sabes cuántas veces me ha engañado mi esposa. Importantísimo.
-No seas ridículo - espetó Sherlock, arrugando la nariz con disgusto. - Por supuesto que sé algunas cosas sin importancia también, aunque trate de evitarlo.
El inspector respiró profundo. Tenía que mantener la calma. Necesitaba a Sherlock en ese caso.
-Claro, lo que digas - murmuró como respuesta. Tenía que cortar esa discusión allí.
Sin embargo, Sherlock era quien no parecía dispuesto a hacerlo.
-¿No me crees? Sé que tienes una inteligencia media pero te destacas entre tus compañeros porque tienes suficiente sentido común la mayor parte de las veces para darte cuenta de que algo te supera y reconocer cuándo y a quién debes pedir ayuda.
Lestrade iba a replicar algo, pero Sherlock dio un paso más al hacia él, interrumpiéndolo al tiempo que ponía las manos sobre el escritorio y se inclinaba hacia él.
-Sé que tienes suficiente fuerza de voluntad como para dejar de fumar pero no para dejar los parches de nicotina. Sé que puedes trasnochar tres días seguidos y que tu principal interés es el trabajo, lo que efectivamente repercute en la cantidad de veces que tu esposa te ha engañado. Sé que te importa más la justicia que el dinero o ya trabajarías en empresa privada porque tienes suficiente nombre para que te quieran en cualquier lado. Es poco práctico pero noble. Sé que eres el tipo de persona que siempre se puede llamar y estará dispuesto a ayudar, lo que te convierte en alguien a quien tener presente. Sé que también te gusta ayudar sin que se te haya llamado y puedes ser muy incómodo e insistente cuando te interesa. Respondes a mi hermano a veces pero tienes una asombrosa iniciativa para involucrarte en mis problemas por tu cuenta también. Y a pesar de todo eso y gracias a ello, sé que eres alguien con quien se puede trabajar. Para eso, saber que te llamas “Greg”, no tiene la más mínima relevancia.
Tras la retahíla dicha de corrido por el detective, la oficina del inspector se quedó en silencio unos momentos, mientras el hombre intentaba procesar lo que había escuchado. Dicho así, casi parecía que Sherlock tuviera un buen concepto de él. Casi.
Simplemente su idea de lo que era relevante era diferente. No debería extrañarle.
-Ya veo -dijo finalmente Lestrade, resignado a aceptar su punto. Los parámetros de Sherlock para denominar algo “relevante” eran únicos. - Mi nombre tiene la misma relevancia que el sistema solar para ti.
-Exacto - exclamó Sherlock rodando los ojos, como si hubiera dicho algo muy obvio. Le arrebató la carpeta y la abrió de inmediato. - Ahora que lo entendiste, déjame trabajar.
El detective consultor se puso a leer ávidamente, sin notar, al menos en apariencia, la manera en que Lestrade empezaba a sonreír. Si Sherlock pensaba todo eso de él, le daba igual si realmente sabía su nombre o no.
Título: La importancia de llamarse Greg
Personajes: Lestrade, Sherlock
Advertencias: spoilers 2x02
Notas: ubicado post 2x02, basado en esta escena. La importancia de las cosas para Sherlock no es la misma que para la mayoría de los mortales.
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-Está bien, no sabía tu nombre, ¿cuál es el gran problema?
Lestarde no sabía si Watson estaba intentando entrenar a Sherlock a dar disculpas. Si era así, esperaba que se diera cuenta de que aun le faltaba mucho camino para lograrlo. Sin embargo, el hecho de que el detective consultor hubiera sacado el tema de nuevo era una buena señal: al menos lo había recordado.
Lo había llamado esa mañana para un caso. No tenía tiempo de apersonarse en Baker Street, lo que había hecho que el detective apareciera en Scotland Yard. Allí había surgido el tema de nuevo.
-Sí, sé que para ti es un dato totalmente irrelevante - masculló Lestrade como respuesta, todavía sin darle el archivo del caso por el cual lo había llamado.
Tenía que admitir que en realidad no le había extrañado que Sherlock desconociera su nombre, pero no dejaba de molestarle. Después de todo lo que habían pasado cualquiera pensaría que era lo mínimo. Pero Sherlock no era cualquiera.
-Sé todo lo que importa sobre ti - declaró el detective con suficiencia.
Lestrade torció el gesto.
-Claro. Sabes por cual apellido encontrarme y que soy tu proveedor de estimulación mental. -Lo recorrió un estremecimiento de enojo al recordar otro detalle. - Ah. Claro, también sabes cuántas veces me ha engañado mi esposa. Importantísimo.
-No seas ridículo - espetó Sherlock, arrugando la nariz con disgusto. - Por supuesto que sé algunas cosas sin importancia también, aunque trate de evitarlo.
El inspector respiró profundo. Tenía que mantener la calma. Necesitaba a Sherlock en ese caso.
-Claro, lo que digas - murmuró como respuesta. Tenía que cortar esa discusión allí.
Sin embargo, Sherlock era quien no parecía dispuesto a hacerlo.
-¿No me crees? Sé que tienes una inteligencia media pero te destacas entre tus compañeros porque tienes suficiente sentido común la mayor parte de las veces para darte cuenta de que algo te supera y reconocer cuándo y a quién debes pedir ayuda.
Lestrade iba a replicar algo, pero Sherlock dio un paso más al hacia él, interrumpiéndolo al tiempo que ponía las manos sobre el escritorio y se inclinaba hacia él.
-Sé que tienes suficiente fuerza de voluntad como para dejar de fumar pero no para dejar los parches de nicotina. Sé que puedes trasnochar tres días seguidos y que tu principal interés es el trabajo, lo que efectivamente repercute en la cantidad de veces que tu esposa te ha engañado. Sé que te importa más la justicia que el dinero o ya trabajarías en empresa privada porque tienes suficiente nombre para que te quieran en cualquier lado. Es poco práctico pero noble. Sé que eres el tipo de persona que siempre se puede llamar y estará dispuesto a ayudar, lo que te convierte en alguien a quien tener presente. Sé que también te gusta ayudar sin que se te haya llamado y puedes ser muy incómodo e insistente cuando te interesa. Respondes a mi hermano a veces pero tienes una asombrosa iniciativa para involucrarte en mis problemas por tu cuenta también. Y a pesar de todo eso y gracias a ello, sé que eres alguien con quien se puede trabajar. Para eso, saber que te llamas “Greg”, no tiene la más mínima relevancia.
Tras la retahíla dicha de corrido por el detective, la oficina del inspector se quedó en silencio unos momentos, mientras el hombre intentaba procesar lo que había escuchado. Dicho así, casi parecía que Sherlock tuviera un buen concepto de él. Casi.
Simplemente su idea de lo que era relevante era diferente. No debería extrañarle.
-Ya veo -dijo finalmente Lestrade, resignado a aceptar su punto. Los parámetros de Sherlock para denominar algo “relevante” eran únicos. - Mi nombre tiene la misma relevancia que el sistema solar para ti.
-Exacto - exclamó Sherlock rodando los ojos, como si hubiera dicho algo muy obvio. Le arrebató la carpeta y la abrió de inmediato. - Ahora que lo entendiste, déjame trabajar.
El detective consultor se puso a leer ávidamente, sin notar, al menos en apariencia, la manera en que Lestrade empezaba a sonreír. Si Sherlock pensaba todo eso de él, le daba igual si realmente sabía su nombre o no.