Pasaron los años. Algunos felices, otros oscuros. Unos rápido y otros asquerosamente lento. Al fin y al cabo, pasaron. Me hice más grande, más “fuerte”. Pero eso no significó que menos influenciable.
Todos los niños son influenciables, todos lo sabemos. Y yo también lo fui. Al menos, durante un tiempo.
En ese tiempo, era como una esponja. No
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