Yo no quería hacerlo, en serio. Me daba (y me sigue dando) vergüenza porque no me considero una experta en Sherlock Holmes ni mucho menos. Vamos, que sólo he leído las novelas y los relatos una sola vez (bueno, no es del todo cierto. Algunos ya los he leído dos o tres veces, pero no todos). Pero lo que sucedió fue que cuando leí, me hacía tan feliz
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