Yo no quería hacerlo, en serio. Me daba (y me sigue dando) vergüenza porque no me considero una experta en Sherlock Holmes ni mucho menos. Vamos, que sólo he leído las novelas y los relatos una sola vez (bueno, no es del todo cierto. Algunos ya los he leído dos o tres veces, pero no todos). Pero lo que sucedió fue que cuando leí, me hacía tan feliz encontrarme con momentos que coincidían con la serie Sherlock que no pude evitar hacer una lista. Y cuando lo comenté por el twitter, algunas amigas me dijeron "Sí, adelante, ponla en tu LJ, a mí me interesa verla".
Así que aquí está. Si alguien quiere echarle una ojeada, tal vez corregirme algún error o simplemente ver si así se anima a mirar por fin la dichosa serie que tanto he cacareado yo que está RETE-BIEN, aquí está para ustedes el canon en el primer episodio de Sherlock.
ESTUDIO EN ROSA
Las semejanzas con el canon comienzan desde el título del episodio, el cual está basado -tanto en trama como en nombre y de manera bastante fiel- en Estudio en Escarlata, la primera obra de Sherlock Holmes escrita por Doyle.
Podríamos llamarlo estudio en escarlata... ¿Por qué no emplear por una vez una jerga pintoresca? Existe una roja hebra criminal en la madeja incolora de la vida, y nuestra misión consiste en desenredarla, aislarla, y poner al descubierto sus más insignificantes sinuosidades.
Sherlock Holmes, Estudio en escarlata
En la serie, es John quien bautiza el caso en honor a que la dama asesinada estaba vestida de rosa de la cabeza a la maleta. Y no, nada tiene que ver con que esta sea la rosa historia de amor gay entre Sherlock y John. En serio.
Si leyeron la obra original, se habrán dado cuenta de que el episodio de la serie tiene montones de referencias y que incluso la historia del asesino es muy similar. Es, básicamente, una modernización (y muy bien lograda, desde mi humilde punto de vista) de ese relato. Veamos las similitudes (o en su caso, diferencias).
EL MÉDICO DEL EJÉRCITO
Al igual que en la serie, el John Watson de los libros es un médico del ejército herido en batalla. (Y como suerte histórica, tanto en su tiempo como en la actualidad, Inglaterra tenía soldados peleando en Afganistán). En la serie lo vemos cojear y usar un bastón por culpa de una lesión que Sherlock adivina es psicosomática, aunque al final del episodio nos revela que la herida de bala que recibió en la guerra fue en el hombro izquierdo y no en la pierna. Entonces, ¿por qué cojeaba?
Yo quisiera suponer que Moffat (escritor de este episodio), intentó compensar el error cometido por Doyle quien, acá entre nos, no era un genio de la escritura. De hecho era un tanto descuidado y tuvo bastantes inconsistencias a lo largo de sus obras. Como esta, por ejemplo:
Fui herido allí por una bala explosiva, que me destrozó el hueso, rozando la arteria subclavia. Habría caído en manos de los ghazis asesinos, de no haber sido por el valor y la lealtad de Murray, mi ordenanza (...)
Dr. Watson, Estudio en escarlata
Me quedé sentado, cuidando de mi pierna herida. Una bala de jezail la había atravesado tiempo atrás y, aunque no me impedía caminar, me dolía insistentemente, cada vez que el tiempo cambiaba.
Dr. Watson, El signo de los cuatro
Primero Watson anuncia una herida que le destrozó un hueso -que no dice cuál- y una vena que pasa por el cuello (de ahí, la herida en el hombro). Años después, al escribir El signo de los cuatro, Doyle se equivoca y nos cuenta que la herida había sido en la pierna. ¿O tal vez fueron dos balazos en diferente ocasión? Quién sabe, pero al menos Moffat aprovecha las dos. xD
EL ESCRITOR AFICIONADO
En el canon, Watson es médico y escritor aficionado que se encarga de inmortalizar en papel algunas de las aventuras de su amigo Holmes porque teme que se pierdan en las brumas del tiempo (y sobre todo, que la gente sepa lo grandioso que es el hombre y puedan apreciar su genio).
-¿No se lo dije yo desde el principio? -exclamó Sherlock Holmes echándose a reír-. El resultado de todo nuestro Estudio en Escarlata es ese: ¡conseguir para ellos (la policía) un homenaje!
-No importa -le contesté-. Yo he anotado en mi diario todos los hechos, y el público los sabrá.
Estudio en escarlata
En la serie, tenemos a un moderno John que es obligado por su terapeuta a llevar un blog en la internet donde escriba lo que le sucede. (Aquí me atrevo a pedir una ovación a Mofatt por tan genial “modernización” del hobby de Watson. En serio, ¡genial idea la de hacerlo llevar un blog!). Bueno, como iba diciendo, la terapeuta le dice a John que necesita llevar un blog para escribir lo que le pasa.
Pero "A mí no me sucede nada", le responde John a la mujer. Sin embargo, al conocer a Sherlock, comienza a escribir entradas cada vez más largas donde relata sus experiencias con el detective tal como podemos apreciar de manera real aquí en el
Blog del Doctor Watson. Escribe, entre otras cosas, sus dos aventuras vividas en el episodio 1 y 2 (Estudio en Rosa y El Banquero Ciego), y la tercera... bueno, esa no ha tenido tiempo de escribirla porque se supone que todavía están atrapados en esa piscina por culpa de Moriarty. ^^
En el canon, Holmes adquiere fama en Londres gracias (o culpa) de los relatos publicados por Watson. En la serie, pasa lo mismo. Incluso cabe la probabilidad de que Moriarty haya dado con Molly y se haya puesto en contacto con ella por culpa del blog de John.
Mención especial se merecen el blog de John, el diario de Molly y la web de Sherlock. Si no los han leído, créanme que se están perdiendo de unas buenas risas y momentos "extraviados" de la serie. Si leen con atención, tanto en el de John como en el de Sherlock podrán encontrar comentarios dejados por Moriarty (firmados como "anónimos"). En el diario de Molly también encontraremos interacción entre ella y Moriarty (él firma como Jim). En el blog de John hay también comentarios dejados por la señora Hudson, que usa el nickname de su vecina porque ella no tiene cuenta; otros bastante pintorescos de un anónimo admirador de Sherlock (theimprobableone) que se lo pasa adulándolo y que pelea con Harry, la hermana de John, ahí mismo en su blog. Y hablando de Harry Watson, es en el blog de John el único sitio donde tenemos contacto con ella, ya que lamentablemente no la vemos en los episodios. También en el blog conocemos a un tal Bill Murray, el amigo de John que le salvó la vida (ver la primera cita de Estudio en escarlata).
Para que no se los pierdan:
La ciencia de la deducción, la web de Sherlock
El blog de John WatsonEl diario de Molly HooperLa web de Connie Prince (la del reality show que es asesinada en el episodio 3)
EL ENCUENTRO CON STAMFORD
(...) hallándome en el Criterion Bar, alguien me puso la mano en el hombro, mano que al dar media vuelta reconocí como perteneciente al joven Stamford, el antiguo practicante a mis órdenes en el Barts.
Dr. Watson, Estudio en escarlata
Quizá no resulte demasiado visible en la captura, pero si observan el nombre del café que John y Stamford tienen en la mano, podrán leer "Criterion". ^^
A partir de ahí, la entrevista entre ambos colegas se desarrolla de manera muy similar, con la excepción de que en la serie tenemos a un John mucho más amargado que el del canon. En la obra de Doyle ni siquiera le pasó por la mente que alguien no querría compartir alojamiento con él.
Es Stamford quien se ve obligado a ponerlo sobre aviso acerca de las extrañas costumbres del hombre que va a presentarle.
-Se diría que habita en su persona la pasión por el conocimiento detallado y preciso.
-Encomiable actitud.
-Y a veces extremosa... Cuando le induce a aporrear con un bastón los cadáveres, en la sala de disección, se pregunta uno si no está revistiendo acaso una forma en exceso peculiar.
-¡Aporrear los cadáveres!
-Sí, a fin de ver hasta qué punto pueden producirse magulladuras en un cuerpo muerto. Lo he contemplado con mis propios ojos.
Estudio en escarlata
Y de la misma manera que en la serie (aunque con menos terror de parte de John y más alegría de parte de Sherlock), Holmes adivina de dónde viene el doctor sin proceder a dar mayores explicaciones.
-Doctor Watson, el señor Sherlock Holmes -anunció Stamford a modo de presentación.
-Encantado -dijo cordialmente mientras me estrechaba la mano con una fuerza que su aspecto casi desmentía-. Por lo que veo, ha estado usted en Afganistán.
Estudio en escarlata
Sin embargo, en el relato original encontramos a Holmes demasiado emocionado con sus experimentos con la hemoglobina como para percatarse de que Watson está ahí para compartir habitaciones con él. En ese aspecto, el Sherlock de la serie es muchísimo más despabilado. Así que cuando Stamford le aclara para qué le ha llevado a su amigo, Holmes y Watson enlistan alegremente sus "peores defectos" sólo para darse cuenta de que son el uno para el otro y ya se aman con locura compatibles como compañeros de habitación.
-Tengo echado el ojo a unas habitaciones en Baker Street -dijo-, que nos vendrían de perlas. Espero que no le repugne el olor a tabaco fuerte.
-No gasto otro -repuse.
-Hasta ahí vamos bastante bien. Suelo trastear con sustancias químicas y de vez en cuanto realizo algún experimento. ¿Le importa?
-En absoluto.
-Veamos..., cuáles son mis otros inconvenientes. De tarde en tarde me pongo melancólico y no despego los labios durante días. No lo atribuya usted nunca a mal humor o resentimiento. Déjeme sencillamente a mi aire y verá qué pronto me enderezo. En fin, ¿qué tiene usted a su vez que confesarme? Es aconsejable que dos individuos estén impuestos sobre sus peores aspectos antes de que se decidan a vivir juntos.
Me hizo reír semejante interrogatorio.
-Soy dueño de un cachorrito -dije-, y desapruebo los estrépitos porque mis nervios están destrozados... y me levanto a las horas más inesperadas y me declaro, en fin, perezoso en extremo. Guardo otra serie de vicios para los momentos de euforia, aunque los enumerados ocupan a la sazón un lugar preeminente.
-¿Entra para usted el violín en la categoría de lo estrepitoso? -me preguntó muy alarmado.
-Según quién lo toque -repuse-. Un violín bien tratado es un regalo de los dioses, un violín en manos poco diestras...
-Magnífico -concluyó con una risa alegre-. Creo que puede considerarse el trato zanjado..., siempre y cuando dé usted el visto bueno a las habitaciones.
-¿Cuándo podemos visitarlas?
-Venga usted a recogerme mañana a mediodía; saldremos después juntos y quedará todo arreglado.
-De acuerdo, a las doce en punto -repuse estrechándole la mano.
Estudio en escarlata
Y de ahí en adelante, todo es amor y cordialidad entre los dos cuando se mudan a vivir juntos. Ajá.
LA CIENCIA DE LA DEDUCCIÓN
El proceso parte del principio de que, una vez eliminado todo lo imposible, lo que queda, por muy improbable que resulte, tiene que ser la verdad.
La aventura del soldado de la piel descolorida
(tal como puede leerse en la web de Sherlock si es que acaso alcanzar a ver esa letra minúscula xD)
El capítulo número 2 de Estudio en escarlata se llama como la página web del Sherlock de la serie, "La ciencia de la deducción". En ese capítulo del libro, Watson nos relata cómo, después de días y días sin tener idea cuál era la profesión de su nuevo compañero, se encuentra un artículo publicado en una revista cuyo título, "El libro de la vida", le parece “ambicioso”. Despectivo, comienza a leerlo sin percatarse de que lo había escrito el mismo Holmes.
-¡Valiente sarta de sandeces! -grité, dejando el periódico sobre la mesa con un golpe seco-. Jamás había leído en mi vida tanto disparate.
-¿De qué se trata? -preguntó Sherlock Holmes.
-De ese artículo -dije, apuntando hacia él con mi cucharilla mientras me sentaba para dar cuenta de mi desayuno.
Estudio en escarlata
En la serie Sherlock no es autor de libros ni de artículos científicos como sucede en el canon, pero sí lleva con mucho orgullo una web en la que expone sus métodos deductivos y de los cuales John se mofa a pesar de que Sherlock le ha demostado ya que sí funcionan. En el taxi camino a la escena del crimen procede a explicarle lo que es un "detective consultor" y cómo funciona la observación y la deducción casi de la misma manera en que lo hace en el libro.
-Tengo un oficio muy particular, sospecho que único en el mundo. Soy detective asesor... Verá ahora lo que ello significa. En Londres abundan los detectives comisionados por el gobierno, y no son menos los privados. Cuando uno de ellos no sabe muy bien por dónde anda, acude a mí, y yo lo coloco entonces sobre la pista. (...) Pareció usted sorprendido cuando, nada más conocerlo, observé que había estado en Afganistán.
-Alguien se lo dijo, sin duda.
-En absoluto. Me constaba esa procedencia suya de Afganistán. El hábito bien afirmado imprime a los pensamientos una tan rápida y fluida continuidad, que me vi abocado a la conclusión sin que llegaran a hacérseme siquiera manifiestos los pasos intermedios. Éstos, sin embargo, tuvieron su debido lugar. Helos aquí puestos en orden: «Hay delante de mí un individuo con aspecto de médico y militar a un tiempo. Luego se trata de un médico militar. Acaba de llegar del trópico, porque la tez de su cara es oscura y ése no es el color suyo natural, como se ve por la piel de sus muñecas. Según lo pregona su macilento rostro ha experimentado sufrimientos y enfermedades. Le han herido en el brazo izquierdo. Lo mantiene rígido y de manera forzada... ¿en qué lugar del trópico es posible que haya sufrido un médico militar semejantes contrariedades, recibiendo, además, una herida en el brazo? Evidentemente, en Afganistán». Esta concatenación de pensamientos no duró el espacio de un segundo. Observé entonces que venía de la región afgana, y usted se quedó con la boca abierta.
Estudio en escarlata
En otra de sus novelas largas, El signo de los cuatro, podemos leer un diálogo similar:
-Por eso elegí mi profesión, o, mejor dicho, la inventé, puesto que soy el único en el mundo.
-¿El único investigador particular? -dije yo alzando las cejas.
-El único investigador particular con consulta. Cada vez que Gregson, o Lestrade, o Athelney Jones se encuentran desorientados (que, por cierto, es su estado normal), me plantean a mí el asunto.
El signo de los cuatro
Pero para ese entonces, ya Sherlock se había encargado de reclutar al buen doctor después de preguntarle qué tan bueno era como profesional. En el canon, tenemos a Watson quejándose de lo duro que lo ha tratado la vida con Stamford, no con Holmes.
Lo que tuve que aguantar en Afganistán me basta para todo lo que me resta de vida normal.
Dr. Watson, Estudio en escarlata
EN LOS JARDINES DE LAURISTON
A diferencia del canon (en cuyo caso sólo se producen dos asesinatos), en la serie tenemos ya cuatro "suicidios en serie", culminando con el producido por la dama en rosa de los Jardines de Lauriston. En el libro, es ahí también donde sucede el primer asesinato (de un hombre americano) y que pone a nuestros héroes en acción. La policía londinense le envía a Holmes una nota con la petición de ayuda.
"Esta noche, en el número tres de Lauriston Gardens, según se va a Brixton, se nos ha presentado un feo asunto. Como a las dos de la mañana advirtió el policía de turno que estaban las luces encendidas, y, dado que se encuentra la casa deshabitada, sospechó de inmediato algo irregular. Halló la puerta abierta, y en la pieza delantera, desprovista de muebles, el cuerpo de un caballero bien trajeado. En uno de sus bolsillos había una tarjeta con estas señas grabadas: "Enoch J. Drebber, Cleveland, Ohio, U.S.A". No ha tenido lugar robo alguno, ni se echa de ver cómo haya podido sorprender la muerte a este desdichado."
Nota enviada a Holmes por la policía, Estudio en escarlata
Lestrade, flaco y con su aire de animal de presa, estaba en pie junto al umbral, desde donde nos dio la bienvenida a mi amigo y a mí.
Estudio en escarlata
Al igual que en la serie, todo parece indicar que el asesinado ha sido envenenado pues no se encuentra herida alguna en su cuerpo. La palabra "RACHE" aparece escrita con sangre en una pared, y ha sido puesta ahí por el asesino para despistar, no por la víctima como sucede en la serie.
Y por cierto, en el libro RACHE sí quiere decir "venganza" en alemán, como nos lo señala el siempre inteligente y acertado Anderson en la serie. O sea, que es completamente al revés y Holmes se burla de Lestrade por creer que el asesino intentó escribir “Rachel”.
-Escuche: el autor del escrito, hombre o mujer, iba a completar la palabra «Rachel» cuando se vio impedido de hacerlo -dijo Lestrade-. No le quepa duda que una vez desentrañado el caso saldrá a relucir una dama, de nombre, precisamente... ¡Sí, ría cuanto quiera, señor Holmes, mas no olvide, por listo que sea, que después de habladas y pensadas las cosas, no resta mejor método que el del viejo perro de rastreo!
(...)
-Otra cosa, Lestrade -añadió Holmes antes de salir-. «Rache» es palabra alemana que significa «Venganza», de modo que no pierda el tiempo buscando a una dama de ese nombre.
Estudio en escarlata
Sherlock Holmes se aproximó al cuerpo, e hincándose de rodillas lo examinó cuidadosamente. Al tiempo sus ágiles dedos volaban de un lado para otro, palpando, presionando, desabrochando, examinando, mientras podía apreciarse en los ojos esa expresión remota a la que antes he aludido. Tan presto llegó el reconocimiento a término, que nadie hubiera podido adivinar su exactitud exquisita. La operación de aplicar la nariz a los labios del difunto, y una ojeada a las botas de charol, pusieron el punto final.
Estudio en escarlata
El detalle de las salpicaduras de lodo en la pierna de la mujer es muy parecido a un evento del canon en el que Holmes deduce, por unas manchas similares que Watson tenía en la manga y el hombro de su chaqueta, que el muy sinvergüenza ha ido a tomarse un "caro y relajante baño turco" (?). En serio. (leer la primera escena de La desaparición de Lady Frances Carfax)
Continuando con la novela Estudio en Escarlata, nos encontramos conque un anillo de bodas es también clave importante en el proceso que llevará a encontrar al asesino. En este caso y a pesar de que el asesinado es varón, al levantar el cuepo se percatan de que hay un anillo de mujer en la escena. Posteriormente ese anillo le ayudará a Holmes a tenderle una trampa al asesino, papel que en la serie desempeña (de cierto modo similar) el teléfono celular (móvil) de la víctima.
Cuando lo alzaban se oyó el tintineo de un anillo, que rodó sobre el pavimento. Lestrade, tras haberse hecho con la alhaja, le dirigió una mirada llena de confusión.
-En la habitación ha estado una mujer -observó-. Este anillo de boda pertenece a una mujer...
Estudio en escarlata
Con el conocimiento de que el asesino habría perdido ese anillo y desearía recuperarlo, Holmes pone un anuncio inocente en el periódico para poder atraparlo, usando el nombre de Watson del mismo modo que en la serie Sherlock usa el teléfono de John para atraer al criminal.
«Esta mañana», decía el anuncio, «ha sido encontrado un anillo de compromiso, en oro de ley, en el tramo de Brixton Road comprendido entre la taberna de "El Ciervo Blanco" y Holand Grove. Dirigirse al Doctor Watson, 221 B, Baker Street, de ocho a nueve de la noche.»
-Disculpe que haya utilizado su nombre -prosiguió Holmes-, pero el mío habría sido visto por alguno de estos badulaques, siempre prontos a meter las narices donde no les llaman.
Estudio en escarlata
No estoy segura de esto, claro está, pero me gusta suponer que el hecho de que (dentro de la serie) Sherlock haya citado al asesino en la calle Northumberland sea un guiño al regimiento donde Watson servía cuando estaba en el ejército.
En el año 1878 obtuve el título de doctor en medicina por la Universidad de Londres, asistiendo después en Netley a los cursos que son de rigor antes de ingresar como médico en el ejército. Concluidos allí mis estudios, fui puntualmente destinado el 5° de Fusileros de Northumberland en calidad de médico ayudante.
Dr. Watson, Estudio en escarlata
EL TAXISTA
Nuestro taxista asesino es un personaje completamente sacado del canon a excepción de un par de detalles: que es inglés y no americano, y mata por dinero y no por venganza.
El cochero se llegó a él con aire entre arisco y desafiante, y alargó los brazos para auxiliarle en la faena. Entonces se oyó el clic de un resorte, resonaron unos metales, y Sherlock Holmes recuperó rápidamente la posición erecta.Sherlock volvió a ponerse de pie de un salto, exclamando con ojos centelleantes:
-Caballeros, permítanme que les presente al señor Jefferson Hope, asesino de Enoch Drebber y Joseph Stangerson.
Estudio en escarlata
Aunque en todo el episodio de la serie no se menciona jamás el nombre del taxista, en los créditos lo ponen. Junto al nombre del actor que lo interpreta, podemos leer “Jeff”.
El Jefferson Hope de la novela, al igual que su tocayo “Jeff”, también era "chofer" de los taxis de aquel tiempo: los coches de alquiler tirados por caballos. Como el taxista de la serie, él también usó su trabajo para conseguir echarles mano a sus víctimas, sólo que en su caso se trataba de esas dos personas específicas, pues él buscaba venganza por una terrible afrenta del pasado. Siendo un hombre justo y de buen corazón que se convirtió en verdugo por azares del destino, Jefferson les daba a sus víctimas la opción de salvarse si “así lo quería Dios”. En otras palabras, les daba a elegir entre dos píldoras, una inofensiva y la otra, envenenada.
No se me da mal el oficio de boticario; con el alcaloide fabriqué unas píldoras pequeñas y solubles, que después coloqué en otros tantos estuches junto a unas réplicas de idéntico aspecto, mas desprovistas de veneno. Decidí que, llegado el momento, esos caballeros extrajeran una de las píldoras, dejándome a mí las restantes.
Jefferson Hope, Estudio en escarlata
Taxista y cochero comparten enfermedad mortal. Los dos están a punto de dejar el mundo y por eso apresuradamente, realizan sus asesinatos.
-¡Diablos! -exclamé-. ¡Tiene usted un aneurisma aórtico!
-Así le dicen, según parece -repuso Hope plácidamente-. La semana pasada acudí al médico y me aseguró que estallaría antes de no muchos días.
Estudio en escarlata
Finalmente, así como “Jeff” muere abatido por una bala de John, el cochero del canon fallece de manera natural debido a su aneurisma justo antes de ser sometido a jucio. Y aquí me callo de hacer una broma MUY tonta porque en el libro Watson asegura que Jefferson Hope murió con “una sonrisa satisfecha en el rostro”, y luego en la serie Jeff confiesa que “Es lo más divertido que puedes hacer con un aneurisma”, es imposible no relacionar... Eh, perdón. No pude resistirlo.
*se esconde debajo de la cama*
EL OTRO HOLMES
Hasta aquí llegaron, según creo yo, las coincidencias con la novela Estudio en Escarlata. A partir de este momento me referiré a otras novelas o relatos cortos del universo creado por Doyle, comenzando con aquellos donde aparece Mycroft Holmes.
En el canon, el doctor Watson no conoce a Mycroft hasta años después de haber comenzado su relación no amorosa y completamente platónica con Holmes (según el libro Todo Sherlock Holmes, fueron siete años después, aproximadamente). Una gran diferencia a la serie, donde nos presentan a Mycroft apenas comenzado el show. Y hablando de eso, podría apostar lo que fuera a que TODOS los que leyeron los libros antes de ver la serie, creyeron al principio que Mycroft era Moriarty. ¿Verdad que sí?
Llegué a creer que era un huérfano a que no le quedaba ningún pariente vivo; pero un día, para mi sorpresa, empezó a hablarme de su hermano.
Dr. Watson, El intérprete griego
Y por supuesto, tal como lo demuestra la serie, Mycroft es mucho más inteligente que su hermano, situación que Sherlock Holmes reconoce abiertamente y sin resentimiento.
-Pero, ¿cómo sabe que es hereditario (el don de la observación y la deducción)?
-Porque mi hermano Mycroft lo posee y en un grado más alto que yo.
El intérprete griego
En el canon, Mycroft y Sherlock parecen llevarse muy bien, al grado que Doyle nos da a entender que el hermano menor visita regularmente al mayor para consultarlo cuando sus casos se tornan muy difíciles; que Mycroft constantemente le envía trabajo a Sherlock; y que, cuando se encuentran, sus conversaciones son una amistosa competencia de deducción. En la serie no sucede así. Nos presentan (quién sabe por qué, tal vez porque es más divertido) a un Sherlock aparentemente muy resentido con Mycroft aunque éste se preocupa por él e intenta cuidarlo a su muy peculiar modo.
Por cierto y continuando con la serie, el hecho de que Sherlock se lo pase molestando a Mycroft con la dieta y el sobrepeso tiene una razón canónica: según nos describe el doctor Watson, Mycroft es una persona gruesa. Por lo que a Moffat y a Gatiss, supongo yo, no se les ocurrió otra cosa mejor que darnos a entender que Mycroft había sido gordo y que ahora intenta conservarse en el peso ideal.
Mycroft era mucho más alto y robusto que Sherlock. Su cuerpo era muy voluminoso, pero su cara, aunque maciza, seguía conservando algo de esa agudeza que es tan característica en la de su hermano.
-Encantado de conocerlo -dijo, alargando hacia mí su ancha y suave mano, parecida a la aleta de una foca-. Desde que usted es su cronista, oigo hablar de Sherlock por todas partes.
El intérprete griego
Ah, pero eso sí, tal vez el de la serie no sea el robusto Mycroft del canon, pero lo que sí es, es EL Gobierno británico.
-¿Sabe usted a qué se dedica Mycroft? -me preguntó Sherlock Holmes.
-Me dijo usted que desempeñaba un pequeño cargo en algún departamento del Gobierno.
Holmes rió por lo bajo.
-Acierta usted al pensar que trabaja para el Gobierno británico. Y en cierto sentido, también acertaría si dijiese que, de vez en cuando, él es el Gobierno británico.
Los planos del Bruce-Partington
Finalmente, llegamos a...
OTROS PEQUEÑOS DETALLES DEL CANON
1.- Hasta el momento de la confesión del taxista, Sherlock no tenía idea de "qué" era Moriarty. Incluso, esa misma noche se lo cuenta a John. Dentro del canon, nos resulta imposible saber en qué momento sabe del diabólico empresario del mal y sus negocios, pero Doyle nos da a entender que ya tenía mucho tiempo intentando echarle el guante antes de contárselo al doctor Watson.
-Es posible que nunca haya oído hablar del profesor Moriarty -dijo Holmes.
-Nunca.
-Sí, ahí está lo maravilloso del asunto -exclamó-. La maldad de ese hombre impregna todo Londres y nadie ha oído hablar de él. Esto es lo que lo coloca en la cumbre del crimen.
El problema final
2.- Poseer una mente metódica y precisa no libra a Sherlock (ni al de la serie ni al del canon) de ser un desorden con patas.
Mi amigo Sherlock Holmes era uno de los hombres más desordenados del mundo, capaz de volver loco a cualquiera que compartiera con él su casa.
(...)
Pero yo tengo un límite, y cuando tropiezo con una persona que guarda los puros en el cubo del carbón, el tabaco en las babuchas persas y clava la correspondencia sin contestar con un cuchillo en la repisa de madera de la chimenea, comienzo a darme ciertos aires.
Dr. Watson, El ritual de los Musgrave
3.- En el canon, Holmes es un fumador empedernido (vicio al cual Watson se unía alegremente, la verdad sea dicha). Y también un adicto a la cocaína, ya que estamos. Sin embargo, en los tiempos actuales no es bonito (como diría Perla Shumajer) mostrar a un héroe dándole duro al cigarro y menos al polvito blanco. Así que a los geniales Moffat y Gatiss se les ocurrió escribir a un Sherlock que sí, tuvo todos esos feos vicios, pero ya está reformado. Usó drogas pero ya no, fumó, pero ya no. Sin embargo, sigue necesitando la nicotina para pensar. Y entre más peliagudo el problema, más sustancia en las venas. Porque sí, puede haber problemas que ameriten hasta tres parches de nicotina.
-¿Y qué va a hacer usted? -pregunté.
-Fumar -respondió Holmes-. Es un problema de tres pipas.
La Liga de los Pelirrojos
4.- Lo que Sherlock hace en el show con el teléfono móvil de John está extraordinariamente basado en un proceso similar de deducción realizado por el detective en El signo de los cuatro con el reloj de bolsillo del pobre doctor Watson.
(Aunque sí, en el canon, Harry Watson es, en efecto, un varón ^^)
-Salvo que usted me corrija, yo diría que el reloj perteneció a su hermano mayor, que a su vez lo heredó de su padre.
-Supongo que eso lo ha deducido de las iniciales H.W. grabadas al dorso.
-En efecto. (...) Su hermano era un hombre de costumbres desordenadas... muy sucio y descuidado. Tenía buenas perspectivas, pero desaprovechó las oportunidades, vivió algún tiempo en la pobreza, con breves intervalos ocasionales de prosperidad, y por último se dio a la bebida y murió. Eso es todo lo que puedo sacar.
El signo de los cuatro
Sólo espero que la Harry de la serie no termine igual que su tocayo del canon. :´(
5.- Como si todo lo que ya es Sherlock fuera poco, es también un mapa con patas de la ciudad de Londres.
Sherlock Holmes no se despistó ni una sola vez, e iba musitando los nombres a medida que el coche atravesaba plazas y se internaba por tortuosas callejuelas.
-Rochester Road -decía-. Y ahora, Vincent Square. Ahora saldremos a la calle del puente de Vauxhall. Parece que vamos hacia la parte de Surrey. Sí, lo que yo decía. Ya estamos en el puente. Se alcanza a ver el río.
El signo de los cuatro
6.- Tanto en el show como en el canon, la policía de Londres sostiene una tormentosa relación con Sherlock. Lo odian pero no pueden vivir sin él.
-Su amigo, el señor Sherlock Holmes, es un hombre maravilloso -dijo el inspector-. No hay quien pueda con él. Sus métodos son irregulares, y tal vez se precipita un poco al inventar teorías, pero, en conjunto, creo que habría sido un policía muy prometedor.
El signo de los cuatro
7. No todos los personajes del show están basados en uno del canon, y sin embargo hay algunas menciones curiosas, como la del joven James Phillimore, el chico asesinado por el taxista.
Entre estos relatos sin final se encuentra el del señor James Phillimore, que volvió a entrar a su propia casa para coger su paraguas y desapareció para siempre de la faz de la Tierra.
El problema del Puente de Thor
8.- ¿Y cómo olvidar su frase tan famosa? :-)
-¡Vamos, Watson, vamos! -me gritó-. La partida ha comenzado. ¡Ni una palabra! ¡Vístase y venga conmigo!
La aventura de Abbey Grange
Espero que nadie se esté preguntando por qué Holmes le grita a Watson "Vístase"... y si sí se lo preguntan, les contaré que no es por eso que sus cochambrosas mentes están pensando, si no porque en el canon son tantas las ocasiones que Holmes se mete en el cuarto de Watson para verlo dormir para despertarlo cuando la aventura llama, que honestamente se pierde la cuenta.
Como ven, lo de Crepúsculo no tiene nada de original...
¡Ah, pero me desvío del tema! Yo les iba a contar que en el inglés original, Sherlock Holmes dice "The game is afoot" y en la serie lo han modernizado (según ellos) con un "The game is on". ^^
9. El mensaje que Sherlock le envía a John mientras éste está recibiendo el visto bueno del cuñado entrevistándose con Mycroft, es idéntico a uno que el bueno y atento Holmes le manda al siempre dispuesto (?) Watson.
"Venga inmediatamente si le es posible. Si no le es posible, venga de todos modos. -S.H."
La aventura del hombre que se arrastraba
10. Y para terminar (¡por fin!), un pequeño detalle. En el show y apenas conociéndose, Sherlock le pone muy en claro a John para qué fines lo necesita. Después de todo, la señora Hudson se ha llevado su calavera. En cambio, en el canon, pareciera que al buen doctor le llevó años darse cuenta de ello.
Yo era como la piedra de afilar en la que Holmes aguzaba su inteligencia. Le estimulaba. Le gustaba pensar en voz alta en mi presencia. No se puede decir que sus comentarios fueran dirigidos a mí -muchos de ellos igual podrían haber ido dirigidos al mueble de la cama-, pero, no obstante, una vez adquirido el hábito, le resultaba de cierta ayuda que yo tomase nota e interviniese de vez en cuando.
Dr. Watson, La aventura del hombre que se arrastraba
Eh. Bueno. Por favor, Doyle. PORFAVOR. Buen hombre que en paz descanse, escribe "Le estimulo" y "mueble de la cama" en la misma frase donde Watson nos habla de Holmes y no, nadie quiere luego que pensemos MAL. Okay.
Y con ese genial pensamiento, los dejo, queridos míos. Si han llegado hasta acá sin gritar, los felicito y se los agradezco con el alma.
Pronto, la segunda y tercera parte de esto. Gracias por leer ^^
(cualquier corrección será agradecida y bienvenida) ;-D