Título: Young Avengers Presenta- Teddy y Billy: Conociéndose
Fandom: Young Avengers
Pareja: Teddy/Billy
Género: Romance, comedia.
Clasificación: G
Disclaimer: Young Avengers es propiedad de Marvel. No son míos. Snif.
Resumen: Pequeñas historias sobre cómo se fue desarrollando la relación de Billy y Teddy antes de que fueran novios.
Notas: Ya que Marvel nunca va a sacar un especial romántico de esta pareja, me lo inventé yo. =P No tengo beta en este fandom.
VI.- Amigos
Si algo debería saber bien Billy es que no hay que juzgar a los demás por su apariencia. A él le habían hecho la vida imposible en la escuela por ser el chico nerd tímido que pasaba demasiado tiempo pensando en superhéroes y otras cosas similares. Los matones que lo golpeaban lo hacían simplemente porque odiaban cómo se veía, no porque hubieran tenido algún tipo de problema personal con él. Él había reaccionado de manera similar al conocer a sus compañeros de equipo. Los había juzgado duramente antes de conocerlos.
Eli era una excelente persona. No tenía un exterior ni modales amigables, pero era muy noble y honesto. Siempre se preocupaba por dar lo mejor de sí y trabajaba muy duro para ser el mejor superhéroe.
Y Teddy, bueno, Teddy era el mejor chico del mundo. Detrás de esa apariencia de deportista popular petulante, había en realidad una persona muy tierna y amable. Billy no dejaba de maravillarse el contraste que existía entre su exterior grande, verde, tosco e imponente y su interior tan bueno y compasivo.
Billy sonrió a contemplarlos, exhaustos, sucios y sudorosos después de un día de entrenamiento. No sólo eran sus compañeros de equipo, eran sus amigos.
VII.- Formas
Billy miró sorprendido su propio rostro, no tendría nada de extraordinario si estuviera frente a un espejo, pero no lo estaba, se encontraba entrenando con sus amigos y frente a él estaba en realidad Teddy, adoptando su forma.
-Puedo tomar otra apariencia a voluntad -dijo Teddy mientras Nate les pedía que explicaran a detalle en qué consistían sus poderes para poder así planear una buena estrategia de combate en equipo.
-¿Quieres decir que no sólo te vuelves grande y verde como Hulk? -preguntó Eli.
-No, mi poder no es ese, soy un cambia formas. Puedo imitar la apariencia de otros, les mostró copiando a Billy, y también crear una forma original según lo desee, ejemplificó convirtiéndose en una especie de rinoceronte humanoide morado.
-Tus poderes son de lo más geniales -dijo Billy emocionado cuando caminaban a casa después del entrenamiento.
-¿De verdad lo crees? -preguntó Teddy algo avergonzado ante los halagos entusiasmados de Billy.
-Claro, súper fuerza, regeneración rápida de las heridas y cambiar de forma ¿Qué puede ser mejor que imitar a otros? ¡Es un mundo ilimitado de oportunidades!
-¿Por qué lo dices? -inquirió Teddy, sintiendo que se ponía tenso.
-Imagina que nos enfrentamos a Kang y tomas su apariencia, ¡la sorpresa que se va a llevar nos pondrá en ventaja! O mejor aún, ¡puedes ser Doctor Doom o Magneto! ¡Será una batalla de supervillanos espectacular!
Teddy exhaló, dejando salir al aire que no sabia que había estado conteniendo, y se rió.
-Sí, tienes razón, es un gran poder para combatir al mal -dijo suavemente.
Billy asintió y procedió a explicarle emocionado su idea de un encuentro final entre los villanos más terribles, moviendo mucho las manos por la emoción. Teddy lo contemplo y sintió que algo tibio anidaba en su corazón.
VIII.- Aire
Tal vez lanzar descargas eléctricas no era un poder espectacular como el de Teddy, pero Billy estaba dispuesto a ser el mejor y dominar sus habilidades la perfección. Había decidido entrenar por su cuenta hasta lograrlo.
Billy se encontraba en un lote baldío en las afueras de la ciudad, donde podía freír objetos a gusto sin que nadie lo viera. Pensó que practicar en vivo y en directo le sería más útil que únicamente hacerlo en realidad virtual.
-¿Dónde quieres que ponga el primer blanco? -preguntó Teddy, quien cargaba varios botes de basura viejos.
-Por allá -respondió Billy señalando un prado de pasto seco-. Yo me voy a parar sobre aquella pequeña colina, cerca de ese árbol. Desde ahí les lanzaré descargas.
Teddy se ofreció de inmediato a acompañarlo cuando Billy mencionó su plan de entrenar por su cuenta.
-Porque…. Um…. Vas a necesitar a alguien que te ayude a acomodar los blancos y todo eso, ¿cierto?
-¡Claro! ¡Necesitaré toda la ayuda posible! -exclamó Billy con más entusiasmo del que era necesario.<>, pensaba una y otra vez, aunque en realidad deseaba que hubiera alguna otra razón detrás de su comportamiento.
-Todo listo -gritó Teddy una vez que acomodó todos los botes de basura, y se hizo a un lado, lejos del rango de alcance de Billy.
Billy agitó una mano en señal de que lo había escuchado y se preparó. Desde arriba de la colina tenía una buena visión de todo el panorama, así sería más fácil atinarle a los botes de basura. Cerró los ojos y se concentró. La electricidad comenzó a reunirse en sus manos, la sentía brincar entre sus dedos, pura y chispeante. Abrió los ojos y lanzó la primera descarga, un solitario bote de basura salió volando por el impacto de su rayo al estrellarse a un lado de él. Uf, era más difícil hacerlo desde lejos de lo que pensó. Necesitaba concentrase más.
Cerró los ojos, reuniendo todas sus fuerzas. La energía empezó a agitarse en lo más profundo de su cuerpo, la sintió bullir y expandirse dentro de él, llenando cada fibra de su ser, haciéndolo sentirse completamente lleno de un sentimiento que no podía explicar, de libertad, de ligereza, como si estuviera hecho de aire, como si no pesara nada, como si…
-¡Billy! -gritó Teddy. Billy abrió los ojos y lo vio debajo de sus pies.
-¡¿Pero qué demonios?! -exclamó Billy asustado. ¡Estaba volando! Flotaba suspendido en al aire, rodeado de un resplandor azul, justo arriba de Teddy.
-¿Estás bien? -gritó preocupado Teddy.
-Creo que… creo que sí -contestó Billy, aunque sabía que era mentira, tenía miedo y presentía que en cualquier momento iba a desplomarse. La ligereza se esfumó, sintió como si le absorbieran el aire de los pulmones y en ese momento supo que estaba a punto de caer en picada. Reaccionó rápido y se agarró a una rama del árbol que estaba cerca, quedando colgado a varios metros del suelo.
-¡Suelta la rama! ¡Yo te sujetaré!-gritó Teddy, quien ahora estaba verde y enorme, con los brazos extendidos.
Sin pensarlo siquiera, Billy se soltó, seguro de que su amigo lo atraparía. Y así fue.
IX.- Nubes
-Es maravilloso que puedas volar -comentó entusiasmado Nate cuando Billy le informó de su nuevo poder-, es una ventaja más contra Kang.
Billy sonrió, estaba contento de tener otro poder, sobre todo una tan genial como volar. Aunque claro, más poderes significaban más horas de entrenamiento. Ahora tenía enfrente la ardua tarea de volar y lanzar rayos al mismo tiempo.
Mientras entrenaba se dio cuenta que no era taaaan difícil como parecía. Claro que le costó trabajo acostumbrarse a flotar, y en más de una ocasión se estrelló contra una pared, contra Eli, contra el techo, contra Nate, contra la computadora, contra Teddy (esa vez no estuvo tan mal), pero después de muchas horas de práctica, ya podía elevarse a voluntad y dirigirse a dónde deseaba sin chocar con nada. El aterrizaje aún era un poco problemático, pero estaba seguro de que también lo dominaría.
Una húmeda noche de verano, el entrenamiento terminó más tarde de lo previsto.
-Mi madre va a matarme si no llego a tiempo -dijo Teddy al tiempo que corría rumbo al metro, con Billy detrás siguiéndole el paso-, está molesta porque mis calificaciones han bajado. No tengo tanto tiempo de estudiar desde que comenzamos con el entrenamiento, ella cree que es porque me la paso de fiesta con mis amigos y me puso un toque de queda todos los días para que llegue a hacer mi tarea. Si no lo cumplo, me va a castigar sin dejarme salir en dos semanas.
Billy asintió preocupado. Eso era terrible, no vería a Teddy por dos semanas, es decir, Teddy se perdería el entrenamiento, no podían darse ese lujo. Estaban por enfrentar a uno de los más grandes villanos del universo, eso era más importante que su tonta tarea. Se le ocurrió una idea. Una emergencia como esa necesitaba ser solucionada de inmediato.
-Yo… um… podría llevarte -ofreció con voz queda.
-¿Llevarme? ¿Cómo?
Billy movió la cabeza hacia el cielo.
-Oh… ¿estás seguro de que puedes? Es decir, no es que dude de ti pero….
-Estoy seguro de que puedo hacerlo -contestó Billy con determinación.
-Está bien -respondió Teddy mirándolo con confianza, y lo siguió a un oscuro callejón.
Billy lo miró un instante y se preguntó cómo iban a hacerlo. Cargarlo en sus brazos sería muy incómodo, Teddy era más grande y pesado que él, además de que sería extraño, como si fuera la damisela en peligro. Billy cerró los ojos y una luz azul lo rodeó. Abrió los ojos cuando sintió que sus pies ya no tocaban el suelo. Rodeó a Teddy, pensando en la mejor forma de elevarlo. Por fin, después de varios intentos extraños, encontró que si sujetaba a Teddy de la ropa por la espalda, lo podía hacer volar con relativa facilidad, como si su energía se le traspasara y lo volviera ingrávido a su contacto. Despegaron suavemente. Billy tenía muy practicada esa parte del vuelo.
-¡Esto es fantástico! -exclamó Teddy al ver la ciudad bajo sus pies. Billy sonrió contento -. Pero, … creo que estamos llamando la atención -comentó y señaló a la gente que volteaba a verlos a pesar de la oscuridad.
-Volaré más alto, nos esconderé tras las nubes -dijo Billy, y se concentró más para ganar altura.
Pronto se encontraron rodeados de trozos de nubes que reflejaban una pálida luna creciente. Teddy comentó lo hermoso que todo lucía. La vista era fantástica, arriba un mar de nubes blancas, abajo, las brillantes luces de la ciudad como un campo de flores eléctricas. Billy se sintió muy contento consigo mismo por poder llevar a pasear a su amigo de esa manera.
-Mi departamento está por allá -comentó Teddy señalando el norte.
-Bien, me iré enfilando en esa dirección.
Movió su cuerpo hacia a otro grupo de nubes, gordas y algo negras que parecía que estaban soltando un chubasco en una parte de la ciudad.
-Oh, oh.
-¿Qué pasa? -preguntó Teddy alarmado. A nadie le gusta escuchar esa expresión cuando está volando a cientos de metros del suelo.
-Son nubes de lluvia, no te preocupes, las pasaremos rápido, pero puede que nos mojemos un poco.
Salieron chorreando de la nube, calados hasta los huesos.
Entraron por la ventana de la habitación de Teddy. Se pararon en la alfombra, dejando una gran mancha de humedad bajo sus pies.
-Teddy, lo siento mucho, no sabía que había toda una tormenta en el interior de las nubes y…
Teddy se rió.
-Eso fue genial, toda experiencia -dijo contento y fue a buscar unas toallas.
Billy sonrió cuando Teddy le pasó una toalla, y se sintió aún más complacido cuando su amigo se quitó frente a él la camiseta mojada para ponerse una seca.
Nunca antes se había sentido tan agradecido por la lluvia.
X.- Ropa
Las películas siempre muestran que el héroe saca toda su fuerza interior cuando se encuentra frente a un gran peligro, como que tiene que enfrentar a un poderoso villano o salvar a sus amigos. Billy desearía poder contar una historia épica de cómo descubrió que podía hacer magia, pero la verdad, todo había sido producto de sus hormonas adolescentes. En su defensa podía alegar que Teddy le gustaba mucho, de verdad mucho. Rayos, ¿a quién engañaba? Estaba totalmente enamorado de él. Era tan amable, tierno, educado, divertido, un geek de los cómics como él y absolutamente guapo.
La primera vez ocurrió una calurosa tarde cuando paseaban por el parque después de entrenar. Teddy traía puesta una camiseta blanca algo ajustada, y Billy no podía quitarle los ojos de encima a los músculos que se movían y contraían al caminar. Pasaron junto a un jardinero que regaba los setos con una manguera. Teddy comentó que sería agradable mojarse con agua fría, Billy asintió comentando que el calor era insoportable, pero por dentro no podía dejar de pensar que Teddy se vería súper sexy con esa camiseta blanca mojada, totalmente pegada a su cuerpo. Un instante después, la manguera estaba fuera de control, escapó de las manos del jardinero y lanzó un poderoso chorro contra Teddy, empapándolo por completo.
La segunda vez sucedió cuando paseaban por el centro comercial. Teddy mencionó que necesitaba comprar algo de ropa y entraron a un almacén. Mientras Teddy buscaba lo que necesitaba, Billy vio un maniquí con los pantalones más ajustados que jamás había visto en su vida. Una chica sin duda podía entrar en ellos, pero para un hombre sería algo difícil hacerlo sin que mostrara claramente todas las partes de su anatomía inferior.
-¿Qué tal si te pruebas estos? Son la última moda hipster -dijo Billy fingiendo que bromeaba, pero la verdad sí deseaba ver a Teddy con esos ajustados pantalones negros aunque fuera un momento.
Teddy se rió, pero los tomó y entró al probador con ellos.
-¿Qué te parecen? -dijo saliendo detrás de la cortina.
Más que puestos, parecía que se los habían pintado. Billy comprobó que no dejaban nada a la imaginación. Tragó saliva y dijo con dificultad:
-Te…. te quedan muy bien.
Teddy se rio burlonamente.
-Sí, no estarían tan mal si no estuvieran tan apretados, siento que me cortan la circulación. Me los voy a quitar-. Y entró al probador, dejando a Billy con muchos pensamientos pervertidos en la cabeza, deseando que los tuviera puestos por siempre. Pasaron los minutos y Teddy no salía del probador. Billy se preocupó.
-Teddy, ¿todo bien?
-No. No me los puedo quitar.
-¿Qué cosa?
-Los pantalones, no quieren salir. Es como si se hubieran encogido de repente.
Un buen rato y muchos jalones después, en los que puede o no que Billy haya aprovechado para tocarle en trasero a Teddy en repetidas ocasiones, se dieron por vencidos y Teddy caminó con los pantalones puestos hacia la caja para pagarlos. Billy se ofreció a pagar la mitad, ya que se sentía (algo) culpable de esa situación. Aun así, durante el trayecto a casa, caminó ligeramente detrás de Teddy, mirando su trasero furtivamente.
Billy ya había comenzado a sospechar que algo raro pasaba con él. Podía lanzar descargas eléctricas sin dificultad y volar con relativa facilidad, pero había algo que le decía que eso no era todo lo que había en su interior. Nuevamente, sus hormonas y Teddy se lo confirmaron.
Ocurrió poco después del incidente de los pantalones ajustados. Billy había ido a casa de Teddy a ayudarle a estudiar para un examen. Su mamá lo iba a castigar sin dejarlo salir por dos semanas si reprobaba.
-Uf, hace mucho calor -se quejó Teddy al tiempo que ponía una bebida fría con bastante hielo cerca de Billy. Ambos estaban sentados en el escritorio que tenía Teddy en su habitación.
El sol entraba directo por la ventana, haciendo que el ambiente estuviera sofocante.
-Perdón, el aire acondicionado está descompuesto -se disculpó apenado.
-No te preocupes, no es tan grave -lo tranquilizó Billy.
Teddy le sonrió y Billy pensó que no le importaría soportar el calor del mismísimo infierno si pudiera ver su sonrisa todo el tiempo.
Teddy se sentó a su lado y comenzaron a estudiar. Teddy intentando concentrarse en las matemáticas a pesar del calor y Billy en explicarle a pesar de tenerlo tan cerca que podía ver a detalle cada una de sus pestañas.
Un rato después, cuando en los vasos quedaron vacíos, Teddy se levantó para ir por más bebidas.
-Con este calor dan ganas de andar desnudo -dijo bromeando al tiempo que agitaba su camiseta que se le había pegado al pecho por el sudor. Salió de la habitación dejando a Billy con los ojos cerrados teniendo muy malos e intensos pensamientos.
Un rato después, Teddy gritó.
-¡Teddy! ¿Estás bien? -dijo Billy y corrió hacia la cocina donde se encontró a Teddy detrás de la puerta del refrigerador completamente desnudo¬-. ¿Qué… qué haces así? -balbuceó intentando quitarle la vista de encima.
-No lo sé, de repente mi ropa desapareció. Tal vez fue una transformación involuntaria, o algo así -contestó avergonzado.
Tomó un contenedor con espagueti del día anterior y otro con ensalada y se cubrió adelante y atrás. Caminó hasta su habitación, abrió el armario y descubrió que no había nada adentro. Toda su ropa había desparecido. Se miraron confundidos. De repente, una súbita idea le llegó a Billy. Puso todas las piezas en su lugar y se dio cuenta de lo que en realidad había sucedido.
-Creo…. Creo que yo ocasioné esto -confesó apenado.
-¿Tú escondiste mi ropa?
-No, es que…. Yo estaba pensando en lo que dijiste de que hacía tanto calor como para andar desnudo y desee que así fuera. Creo que puedo hacer que mis deseos se vuelvan realidad.
-Oh… Entonces…¿puedes hacer que mi ropa regrese?
Una hora después, Teddy volvió a tener con qué cubrirse. Billy le echó la culpa a apenas haber descubierto ese nuevo poder, pero sabía que en el fondo no quería que Teddy tuviera ropa encima.
Nate quedó extasiado cuando Billy le contó que tenía el poder de hacer realidad sus deseos. Claro que no le dijo exactamente cómo lo había descubierto, y confesó que no estaba muy seguro de cómo funcionaba, pero a su amigo no le importó. Le dio una palmada en el hombro y lo felicitó por su contribución a la lucha contra el mal. Eli también pareció contento de que fuera más poderoso y Teddy le dedicó una gran sonrisa.
Billy sonrió muy complacido consigo mismo, ahora podía hacer más por el equipo, estaban aún más preparados para vencer a Kang. Aunque claro, eso sería si su poder servía para algo más que poner en situaciones sexys al chico que le gustaba. Sinceramente, tal vez no era tan buen súper héroe, porque la perspectiva de que solamente lo pudiera utilizar para eso no le parecía tan mala.