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Título: Young Avengers Presenta - Teddy y Billy. El inicio.
Fandom:Young Avengers
Pareja: Teddy/Billy
Género: Romance, comedia.
Clasificación: G
Disclaimer: Young Avengers es propiedad de Marvel. No son míos. Snif.
Resumen: Pequeñas historias sobre cómo se fue desarrollando la relación de Billy y Teddy antes de que fueran novios.
Notas: Ya que Marvel nunca va a sacar un especial romántico de esta pareja, me lo inventé yo. =P
Se lo dedico a Cris, otra gran fan de estos chicos lindos.
I.- Invitación
Mientras crecía devorando cómics y siguiendo las aventuras de sus héroes favoritos, Billy pasaba horas fantaseando, pensando que sería fantástico que Capitán América se lo llevara a la mansión de los Avengers para luchar por el bien de la humanidad.
Los sueños fanboy de Billy se hicieron realidad cuando Iron Lad apareció frente a él, invitándolo a unirse a un equipo de superhéroes.
No tuvo que decirlo dos veces, Billy dejó todo lo que estaba siendo y lo siguió, dando así el primer paso hacia su destino.
II.- Compañeros
Iron Lad, Nathaniel, era un chico amable y bastante simpático, además de lleno de energía y resuelto a detener a Kang el Conquistador. Le agradaba bastante a Billy.
No podía decir lo mismo de los otros dos jóvenes que de ahora en adelante serían sus compañeros de equipo.
Elijah era algo mayor que él, bastante fuerte, con cara de pocos amigos, nada le parecía y siempre creía que podía tomar mejores decisiones que Nate en lo que concernía a cómo debería actuar el equipo.
Theodore era alto y rubio, con la típica apariencia de deportista. A Billy le recordaba demasiado a los chicos que habían pasado su vida entera golpeándolo y torturándolo en la escuela, creyendo que eran mejores que todos sólo porque eran fuertes o populares.
Los dos tenían excelente constitución física, podían derribar muros y repeler balas. Billy se sintió inseguro con su cuerpo delgado y sus brazos flacos. Miró sus manos, de ellas empezaron a salir chispas. No estaba tan mal, podía electrocutar a un enemigo o dos, o al menos causarles electricidad estática en la ropa y el cabello. ¡Abran paso a Capitán Chispita!
Nate le puso una mano en el hombro y le sonrió. Billy le devolvió la sonrisa. Era cierto. Él también había sido elegido, su inclusión en el equipo no era error ni casualidad. Iba a trabajar muy duro para probarle a todos que también era digno de ser un superhéroe.
III.- Entrenamiento
-Se supone que tienes que atacar al villano y dejar que huya la anciana, no al revés -le gruñó Elijah.
- Prueba otra vez, Billy -dijo Nate configurando el programa de realidad virtual. La calle volvió a tomar forma, apareció una viejita paseando a su perro, enseguida, un maleante se aproximó a ella.
Billy se concentró, sus ojos se iluminaron, sintió que su cuerpo comenzaba a llenarse de energía, lanzó una poderosa descarga eléctrica que dejó frita a la mascota de la anciana. Todos lo miraron fijamente.
-Bueno… -comenzó a excusarse, pasándose una mano por la nuca-… Pikachu lo hacía ver más fácil.
Nate ladeó la cabeza sin comprender lo que quería decir; Elijah puso los ojos en blanco con impaciencia y Theodore, para sorpresa de Billy, se rió, mirándolo con complicidad. Billy no pudo evitar notar que tenía una bonita sonrisa.
Un par de horas después, Billy por fin consiguió derribar a todos los villanos, sin causarles (mucho) daño a las víctimas.
IV.- Cómics
-Bien hecho, chicos -dijo Nate apagando la computadora, dando así finalizado el entrenamiento-. ¿Nos vemos aquí mañana? -Todos asintieron y caminaron hacia la salida.
Billy pensó en tomar el metro e irse directo a casa, o… tal vez iría a la tienda de cómics. Sí, esa era una buena idea. Aún era temprano. Además, le había dicho a su mamá que estaría en ese lugar. Si regresaba con una revista o dos, tendría la coartada perfecta.
En enfiló en dirección a la calle que daba a la tienda, sintió unos pasos detrás de él, volteó sobre su hombro y vio que Theodore se acercaba. Instintivamente se puso tenso y apretó el paso.
-Hey, Kaplan -dijo Altman alcanzándolo-, el entrenamiento estuvo muy duro, ¿no te parece? No es fácil ser superhéroe.
-Erm, sí -murmuró Billy, sintiéndose nervioso. Aparte de Nate, no se sentía cómodo con los otros chicos, no los había tratado mucho y él se había hecho desconfiado de los extraños después de todos los problemas de acoso escolar que tuvo durante años.
-¿Vas a tu casa?
-No, voy a…. -se detuvo en seco, su amor por los cómics le había ganado bastantes burlas en el pasado. Apretó el puño. Ya no le importaba, no pensaba ocultarlo más. -Voy a una tienda de cómics -dijo con determinación.
-Oh, ¡genial! ¿Puedo ir contigo? Hace mucho que no voy a una, quiero ver qué hay de nuevo.
Billy lo miró sorprendido. ¿Altman, el guapo deportista, era un nerd de los cómics como él?
-S… sí, claro -dijo tartamudeando, aún sin poder creerlo.
Un rato después, ambos platicaban alegremente mientras veían los cómics nuevos y las tarjetas coleccionables.
-Ah, mira, ¡tienen la edición especial Blanco y Negro! -dijo Teddy señalando un sobre de cartas.
-¿Te gusta Pokemón? -preguntó Billy sonriendo al ver lo feliz que se veía Altman mientras examinaba el sobre.
-Era súper fan cuando tenía nueve años, mi mamá me compró todos los videojuegos y un montón de productos. La fiebre se me bajó cuando entré a la secundaria, pero todavía juego de vez en cuando.
-Qué suerte tienes, mi mamá solamente me compró un juego y me obligó a compartirlo con mis hermanitos. Ellos arruinaron el cartucho justo cuando iba a terminarlo, aún los odio por eso.
-Si todavía te interesa, te lo puedo prestar.
-¿De verdad?
-Claro. También….puedes…puedes ir a jugar conmigo, tengo muchos otros videojuegos aparte de Pokemón.
-¿M…Me estás invitando a tu casa? -preguntó Billy sin dar crédito a lo que escuchaba.
-S… Sí. Si tienes otras cosas que hacer lo entenderé, yo…. -farfulló Theodore nervioso.
-¡No! Digo, sí, es decir, no tengo nada que hacer. ¡Sí quiero ir a tu casa, Altman! -exclamó Billy, sintiéndose también nervioso sin saber por qué.
-Llámame Teddy -dijo sonriendo aliviado-. Cuando me hablan por mi apellido me siento en la escuela, y Theodore me suena a nombre de abuelo.
-Entonces, llámame Billy.
V.- Espagueti
-¡Mamá, ya llegamos! -anunció Teddy mientras entraba al departamento seguido de Billy. Todas las luces estaban apagadas y no había rastro de la señora Altman. Teddy prendió la luz, dejó su mochila en el suelo y revisó su teléfono móvil-. Me mandó un mensaje hace rato, dice que está por cerrar una venta y va a llegar tarde, que empecemos a cenar sin ella. ¿Qué tal una pizza?
-Me parece muy bien -dijo Billy, tomando asiento en el sillón de la pequeña sala de estar.
-Tengo un volante con el menú, voy por él para que elijas -dijo y entró a la cocina.
Billy observó el lugar, era más reducido y modesto que su departamento. Claro que su familia era de cincoy, por lo que había entendido, Teddy no tenía ni papá ni hermanos.
-Cambio de planes -dijo Teddy, asomando la cabeza de la cocina-, no tengo suficiente dinero para comprar una pizza, espero que no te moleste cenar espagueti.
-Por mí no hay problema -respondió Billy. Se puso de pie y acompañó a Teddy. -¿Vas a cocinar tú? -, preguntó incrédulo a ver cómo abría la alacena y comenzaba a sacar especias.
-Por supuesto, soy un gran chef -dijo Teddy sonriendo al tiempo que le mostraba una lata de espagueti-, lo puedo calentar mejor que nadie.
Billy se rio y Teddy vació el contenido de la lata en una olla, le echó algunas especias y lo calentó a fuego lento.
Un momento después, los dos estaban cenando. Billy debió admitir que el espagueti estaba mejor de lo que esperaba. Su mamá no lo dejaba comer cosas instantáneas, decía que eran malas para su salud, pero ese espagueti no parecía ser de lata, tal vez porque lo había cocinado Teddy, pensó mientras sorbía un fideo.
-¡Siento llegar tan tarde! -dijo la señora Altman al tiempo que entraba al departamento.
-Buenas noches, señora.
-¡Hola, mamá! Este es Billy, ¿recuerdas que te dije que vendría de visita?
-¡Oh, cierto! Lo olvidé por completo. ¡Qué pena contigo, Billy! -Se excusó la señora Altman- Un cliente difícil por fin se decidió por una casa, no podía dejar ir esta oportunidad. Espero que Teddy te haya atendido bien.
-Sí, señora, cocinó la cena.
-Oh, mi Teddy es un chico estupendo -dijo la señora mirándolo con orgullo.
Una vez que terminaron de comer, la señora Altman insistió en que fueran a divertirse mientras ella lavaba los platos.
-Adelante -dijo Teddy, invitando a Billy a pasar a su habitación. Billy titubeó un poco, por alguna razón, sentía que no era como en otras ocasiones cuando iba a casa de algún amigo. Por fin, dio un paso y cruzó el umbral. Observó todo a su alrededor, el lugar era un poco reducido, pero igual de desordenado que el suyo.
-Tengo Halo, Gears of War, Team Fortress…
-Halo suena bien.
Teddy le pasó un control y le indicó que se sentara en la cama mientras él encendía la televisión y la consola. Billy se sentó despacio, pasó la mano por la cobija azul oscuro y contempló a su amigo en cuclillas. Algo era diferente, y no sabía qué.
Jugaron animadamente por varias horas hasta que se hizo tarde y Billy dijo que tenía que irse a casa o lo castigarían sin salir por llegar tarde, lo que significaría que tampoco podría ir a entrenar con el equipo, y no quería faltar a eso por nada del mundo.
Teddy lo acompañó a la entrada metro, y cuando se despidió agitando la mano en esa noche estrellada, Billy sintió una extraña opresión en el pecho.