Ronco Invierno

Jan 31, 2011 16:51

Título: Ronco Invierno
Fandom: Original
Pairing: Carolina & Sofía 
Rated: K+
Summary: ¿Qué pasa si te enamoras de mi? ¿Qué pasa si me enamoro de ti?
Advertencia: Femeslash
Nota: Regalo de Navidad muy atrasado para miss_black91  y anywhere8.Es mi primer femeslash, no me lo tengáis en cuenta... Espero que os guste ^^


La habitación se quedaba pequeña en comparación con todo lo que simbolizaban aquellas dos manos unidas sobre el colchón. Bajo las mantas, dos cuerpos se abrazaban desnudos en una espiral imposible de piernas y brazos, dormitando tranquilamente aun con algo de rubor en sus mejillas producido por el alcohol ingerido hacía horas y un sentimiento mucho más profundo que cualquier otro tipo de experiencia vivida con anterioridad.
***
Se ajustó el cuello de la chaqueta y suspiró sintiendo un escalofrío, dejando salir vaho por su boca. Miró a ambos lados para ver si venía algún coche y al descubrir que no tomó asiento en la cera, bajándose el vestido para cubrirse las piernas lo máximo posible. Con las manos rojas por el contraste entre la calidez de la discoteca y el frío de la noche buscó el paquete de cigarrillos en su bolso, moviendo las piernas levemente mientras luchaba por encenderse uno. Le dio una calada y cerró los ojos, aguantando un par de segundos el humo dentro para luego soltarlo poco a poco, entreteniéndose mientras miraba las formas que éste generaba.
La música de la discoteca le llegaba lejana pese a no haberse alejado mucho, la cabeza le daba vueltas por el estado de ebriedad en el que se encontraba y las imágenes de los recuerdos que a lo largo de la noche se habían ido formando comenzaron a aparecer en su mente como una ráfaga de viento. Se abrazó las piernas aun con el cigarro en mano, apoyando la cabeza en sus rodillas mirando sin ver la carretera, sintiéndose más rara que nunca y, al mismo tiempo, más ella misma que en mucho tiempo.
-Podías haberme avisado de que salías a tomar el aire.
Carolina giró el rostro para mirar a su amiga, que estaba de pies tras ella, rompiendo su postura de autoprotección. Sofía tenía una media melena por debajo de las orejas negro azabache y unos ojos verdes claros que contrastaban con sus ropas negras. Tenía las uñas muy cortas pintadas de rojo, a Carolina le gustaba.
-No quería molestarte - respondió dándole otra calada al cigarro mientras Sofía se sentaba junto a ella.
-¿Lo dices por esa tía? - señaló divertida a la discoteca.
Carolina clavó sus ojos marrones y simples en ella, tratando de esbozar una sonrisa que no costó demasiado en salir bien porque Sofía siempre era motivo de felicidad o porque aún sentía el alcohol asentándose en su estómago.
Llevaba un año sin verla, separadas cruelmente por el destino, soportando la distancia hablando a través de una pantalla de ordenador, empleando horas y horas la una en la otra como buenas amigas que fueron y seguían siendo.
-Sí.
-No quiero nada con ella - respondió Sofía hurgando en el bolso de su amiga y sacando un cigarro -. ¿Puedo?
Carolina le pasó el mechero en respuesta.
-Pues eso - continuó con el cigarro aún en los labios, tras encendérselo -, que sólo estaba entreteniéndome mientras tú te ligabas al tío este pesado… ¿qué tal con él?
-Estoy aquí, ¿cómo te parece que me ha ido?
Ambas rieron.
-Hay más chicos ahí dentro, puedo presentarte a unos amigos…
-Si te digo la verdad no me apetece mucho volver a entrar.
-Oh, está bien.
-Pero puedes entrar tú - se apresuró a decir Carolina -. No me importa quedarme aquí, en serio…
-No seas estúpida. La verdad es que yo también estaba deseando salir de ese antro… ¿Un par de copas y para casa? - propuso levantándose y sacudiéndose los pantalones, teniéndole la mano a su amiga - ¿Qué dices?
Carolina sonrió y cogió la mano de Sofía para que le ayudara a levantarse.
******
Carolina suspiró mirando al techo, con los ojos entrecerrados y una sonrisa insistente en sus labios. Intentaba mantener la vista fija en aquella mancha del techo pero se movía demasiado, de modo que se limitó a escuchar la sonora risa de Sofía a su lado, quien parloteaba sin cesar y arrastraba las palabras sin quererlo. Carolina reía vagamente ante sus comentarios, acompañando las estridentes carcajadas de su amiga con las suaves de ella misma.
No sabían qué hora era pero el sol comenzaría a asomarse por la ventana si no hubieran bajado la persiana en cuanto habían entrado en la habitación, un par de minutos antes. Se habían puesto el pijama y, aun ebrias, habían decidido tumbarse en la cama de invitados de Carolina con la intención de alargar un poco más aquella divertida noche. El piso de estudiantes de Sofía era pequeño pero cálido y acogedor… y un desastre, aunque Carolina no se había esperado otra cosa de su amiga. El desorden reinaba en toda la casa pese a que aquel fin de semana los compañeros de Sofía no estuvieran y aunque Carolina se movía mejor por otro tipo de lugares, debía admitir que sentía envidia de la libertad que se respiraba en cada rincón, debía admitir que iba a echar de menos aquellas horas cuando al día siguiente cogiera el avión de vuelta a su casa.
-¿Te lo has pasado bien? - preguntó entonces Sofía después de haberse recuperado de otro ataque de risa.
-Claro, ha sido una gran noche. Siento haberte estropeado el polvo - bromeó con una sonrisa.
-Qué imbécil eres - sonrió pegándole un pequeño codazo -, ya te he dicho que no quería nada con esa tía…
Sonrieron, pero se quedaron en silencio durante unos segundos.
-¿Cómo supiste…? - preguntó Carolina de pronto - Ya sabes… eso.
Tenían la confianza suficiente como para hablar de cualquier cosa sin necesidad de sentirse incómodas, pero a Carolina siempre le había resultado complicado hablar de aquellos temas sin saber exactamente por qué, de modo que ambas se sorprendieron ante su pregunta, aunque ninguna de ellas dijo nada.
-¿Te refieres a que me gustan las chicas?
-Mmm… sí.
Quizá fuera cosa del alcohol o que la cabeza le daba vueltas, pero Carolina sintió que necesitaba hablar de ello en aquel momento.
-Creo que pasó cuando una me besó por primera vez - reflexionó Sofía, recordando el momento -. Me gustó mucho más que cuando me besaba un chico… así que supongo que es por eso, aunque no estoy segura… supongo que nunca lo estás hasta que lo pruebas.
-¿Se supone que yo entonces no sé mi sexualidad? - preguntó y luego río tratando de deshacer la seriedad que había adquirido de repente la conversación - Quiero decir, yo sólo he besado a chicos… ¿cómo sé que no soy lesbiana o bisexual?
-¿Y si lo pruebas?
Carolina rió y giró el cuerpo hacia su amiga, moviendo las mantas bajo las que se encontraba con ella.
-¡Vámonos de ambiente!
Ambas rieron a carcajadas durante unos segundos, movidas por la alegría ficticia y no tan ficticia que el alcohol en sus venas les proporcionaba, alargando los momentos de felicidad. Volvieron a quedar la una junto a la otra mirando al techo, cubiertas hasta el cuello por el edredón en aquella fría noche de invierno, tratando de calmar la respiración tras aquel nuevo ataque de risa.
Sofía conocía lo suficiente a su amiga como para saber que había bromeado y que, al mismo tiempo, no lo había hecho. La conocía lo suficientemente bien como para saber que desviaría el tema y fingiría no haber dicho nada por vergüenza o miedo, de modo que fue ella la que se giró sobre sí misma apoyando el codo en la almohada para mirar a su amiga.
-Podemos probar, si quieres.
Carolina la miró con los ojos como platos y de pronto se encontró con su rostro tan cerca que casi se asustó. Sofía era una de sus mejores amigas y la había besado en infinitas ocasiones, pero nunca había pensado en ella como en algo sexual, como en algo más que una amiga. Pero de pronto algo había cambiado, algo había tenido que cambiar para que su rostro tan cerca la exaltara, para que la sola idea de besarla le intrigara.
-¿Contigo?
-No, Carol, con mi vecina la del quinto - quitó hierro al asunto Sofía tratando de relajarla.
-¿Y si te enamoras de mí?
Sofía río creyendo que estaba de broma. Carolina se acopló a la carcajada demasiado tarde, por lo que Sofía se detuvo y la miró con el ceño fruncido, encontrándose con que su amiga se había puesto de repente muy seria, mirándola con preocupación.
-¿Y si me enamoro de ti? - volvió a preguntar, y el miedo de repente la azotó violentamente.
Aquello supuso un antes y un después en la charla, porque de pronto toda risa o incluso toda influencia del alcohol había cesado, llevándolas a una seriedad que ninguna de ellas se esperaba al comienzo de la conversación.
-Mmm… No creo que sea tan fácil. Quiero decir… no puedes enamorarte de alguien sólo por un beso.
-Ya - reconoció desviando la mirada al techo -, pero por algo se empieza.
-Bueno… - admitió Sofía volviendo a tumbarse junto a su amiga.
Carolina sonrió.
-Anda, ven - murmuró cogiéndola por los hombros y colocándola en la misma postura de antes.
-¿Quieres que te bese entonces?
-Llevaba toda la noche esperando a que dijeras eso - bromeó, y ni siquiera ella supo cuánta verdad había escondida tras sus palabras.
Rieron, pero fue una risa breve. Sofía colocó una mano al otro lado de la cabeza de Carolina y acarició inconscientemente sus castaños cabellos, mirándola con una sonrisa que Carolina no recordaba haber visto jamás por parte de ella. Con sumo cuidado Sofía se fue acercando a su rostro…
-Con cuidado, ¿vale? - dijo nerviosa de pronto, provocando que su amiga se detuviera - Recuerda que soy virgen - bromeó tensa de nuevo.
-Tan virgen como yo - rió Sofía y se dispuso a volver a romper la distancia entre ellas.
-No, pero…
-Tendré cuidado, tranquila.
Posó sus dedos sobre la mejilla de Carolina y la acarició con ternura, como tantas veces se habían acariciado y, al mismo tiempo, como nunca. Vio como su amiga cerraba los ojos, nerviosa, y sonrió antes de juntar sus narices, respirando una contra el rostro de la otra, contrastando la respiración calmada de Sofía con la alterada de Carolina.
-No tenemos por qué hacerlo si no…
Pero no pudo terminar la frase porque Carolina había cerrado con más fuerza los ojos y había sido ella quien había terminado acercándose para besarla. Sus labios se rozaron suavemente primero y a Carolina no le pareció nada del otro mundo, nada que no hubieran hecho antes como broma o como demostración de cariño; pero entonces Sofía comenzó a abrir sus labios y Carolina comenzó a hiperventilar, olvidándose de todo en cuanto la lengua de su amiga delineó sus labios, pidiendo permiso para entrar. Vacilante, Carolina abrió tímidamente la boca y buscó la lengua ajena con la suya propia, tanteando el terreno cuidadosamente, relajándose pero sin atreverse a acariciar el rostro de Sofía o moverse un solo milímetro mientras sus bocas se abrían y cerraban lentamente.
Sofía cortó el contacto al cabo de unos segundos, separándose lo que a ella jamás le pareció bastante pero en aquel momento era un mundo. Vio cómo Carolina abría poco a poco los ojos y sonrió.
-¿Qué tal?
-Mmm… ha sido como besar a un chico - respondió sinceramente -. Quiero decir, es sólo un beso… ¿no?
Sofía se dejó caer sobre el colchón con la espalda mirando al techo y el rostro girado hacia su amiga, sin saber muy bien por qué se sentía tan decepcionada de pronto.
-No sé - murmuró contra la almohada.
-¿Debería preocuparme? - preguntó Carolina sin apartar la vista del techo.
-¿Por qué?
-Porque me ha gustado.
Sus ojos se encontraron y Sofía sonrió, volviendo a apoyar sus antebrazos en el colchón para mirar de frente a Carolina.
-Llevaba toda la noche esperando a que dijeras eso.
Y regresó a sus labios.

ext: oneshoot, fandom: original, adv: femeslash

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