Fanfic - Traducción - But Then My Homework Was Never Quite Like This (Cap.3/6+Epílogo), Jensen/Jared

Mar 23, 2011 19:28





Cabecera por inanna_maat

Título: But Then My Homework Was Never Quite Like This
Autora: thenyxie 
Traductora: Nagareboshi
Pareja: Jensen/Jared
Rating: R (NC-17)
Extensión: 85,984 palabras
Estado: Completo (6 chaps + Epílogo)
Notas de la autora: Definitivamente D/s pero nada demasiado fuerte. Jared tiene 18 años, Jensen tiene 26 y la gente puede fumar en público en MI San Francisco.
Notas de la traductora: Creo que sólo puedo deciros: ¡a disfrutar!

Resumen: Jared tiene dieciocho años y está cursando su último año en una escuela privada de San Francisco. Siempre se ha apoyado en las generosas donaciones que sus padres realizan a la escuela, pero eso es hasta que su profesor de física es repentinamente reemplazado por el exasperante, irritante e increíblemente guapo Sr. Ackles. A pesar de que Jared se las ha arreglado toda su vida gracias a su dinero y su encanto, el Sr. Ackles parece creer que necesita ciertas... lecciones de autocontrol. Sin embargo, el rumbo que va tomando su relación les llevará eventualmente mucho más allá de lo que ninguno de los dos hubiera previsto.


III

Estuvo al menos cinco minutos parado en el porche de Jensen antes de reunir el valor suficiente para llamar a la puerta y el minuto o así que tuvo que esperar hasta obtener una respuesta se le hizo eterno; tuvo tiempo suficiente para pensar en darse la vuelta y salir corriendo o tal vez esconderse tras un arbusto. Una docena de frases para comenzar la conversación cruzaron por su mente: "de verdad, no te estoy acosando en plan psicópata" o "no, no estoy aquí para tener sexo" o "¿vienes por aquí a menudo?" o tal vez "¡Tienes un telegrama!" Cuando escuchó el pomo girando tomó aire, armándose de valor.

Jared no estaba preparado para lo que le recibió en cuanto la puerta terminó de abrirse.

Las gafas estaban ahí, sobre la nariz de Jensen, pero fueron la única cosa que le resultó mínimamente familiar. Su pelo rubio oscuro estaba revuelto, las puntas mucho más alborotadas de lo habitual como si hubiera pasado sus manos sobre él. Llevaba puestos unos vaqueros desteñidos, de esos que parecían muy usados pero que seguramente se sentirían suaves y aterciopelados si los tocabas. Su camisa verde claro abierta a la altura de la garganta, los dos primeros botones desabrochados y permitiendo que Jared pudiera ver la depresión que había entre las clavículas. Aquella era la mayor cantidad de piel que le había visto expuesta a Jensen; eso, al menos, hasta que se dio cuenta de que los pies del profesor estaban descalzos bajo las perneras de sus pantalones.

Jared se quedó mudo durante un instante sin poder hacer nada más que quedarse allí de pie observando fijamente a Jensen. No era como si hubiera pensado que el profesor iba a abrirle la puerta en traje, pero verle de aquella manera... Jared habría pensado que se vería peor, deslucido de alguna forma con ropa casual. Pero no lo hacía: se veía más caliente de lo que Jared le había visto jamás.

Jensen se apoyó en el marco de la puerta, un libro en la mano y su dedo índice entre las páginas marcando su posición.- Jared - no parecía enfadado, ni siquiera sorprendido. Sólo tranquilo, profesional y completamente neutral.

Jared volvió a coger aire y se lanzó. - He estado pensando sobre la lección y sé que estar aquí probablemente no demuestre mucho control, pero... me estaba preguntando, ¿significa ser capaz de tener control sobre ti mismo no poder hacer nunca lo que quieres?

Jensen parpadeó y su expresión cambió ligeramente, un destello apareciendo en sus ojos mientras miraba a Jared. - Brillante, como el hecho de haber demostrado la naturaleza de la pregunta apareciendo en mi puerta para preguntarlo.

- Pensé que era una buena jugada - sonrió Jared.

Jensen le observó tras las gafas, pensativo, y entonces se ayudó de su hombro y se incorporó. Finalmente dio un paso hacia el interior y abrió la puerta un poco más, como si le estuviera invitando a pasar.

Jared atravesó la entrada sintiendo cómo su corazón latía frenéticamente y sus manos temblaban. Fue claramente consciente de la manera en la que su hombro se rozó contra el de Jensen cuando éste pasó por su lado, oleadas de calor disparándose a través de su cuerpo. No tenía ni la más remota idea de lo que iba a ocurrir; era la misma sensación avasalladora de temor y excitación que le asaltaba siempre que estaba con Jensen. Su estómago se volteó. Se puso duro.

El interior de la casa era sereno, oscuro pero de un modo agradable. La sala de estar parecía tan ecuánime como Jensen; tonos blancos, grises y negros, largos sofás, mesas bajas, de buen gusto y de alguna manera acogedora en el sentido espartano de la palabra. De fondo podía escucharse música, tan baja que Jared apenas pudo captar las notas de un violín. Olía a canela, rica y dulce.

Jensen le guió, otro choque de hombros, el susurro de sus vaqueros rozándose. Los de Jensen no eran precisamente delgados pero eran mucho más finos que los pantalones de un traje; el modo en que le sentaban y se le adherían, la manera en la que se movía dentro de ellos, era hipnótico. La polla de Jared se agitó contra su estómago, deseosa.

El profesor se sentó en el sillón que estaba encarando al espacio más amplio de la sala, le hizo una seña y Jared se movió hasta situarse frente a él. Jensen apoyó el libro en su regazo, se colocó las gafas y se reclinó hacia atrás, una de sus manos bajo su barbilla. - Desvístete de cintura para abajo -ordenó.

Movió un dedo a lo largo de su mandíbula mientras observaba cómo Jared desabrochaba sus pantalones.

- La respuesta a tu pregunta es compleja - dijo como si estuvieran en clase debatiendo sobre algo; como si Jared no estuviera desnudándose en medio de su salón-. ¿Te la has imaginado ya?

- Aún estoy trabajando en esa parte - admitió. Se descalzó y se inclinó para deshacerse de sus calcetines, hizo una bola con ellos y los metió en uno de los zapatos, posándolos ordenadamente a continuación.

Los ojos de Jensen apenas se movieron para seguir el movimiento y regresaron a donde Jared se estaba bajando la cremallera. - Cuando decidiste venir, ¿pensaste primero sobre ello o sencillamente lo hiciste?

- Lo pensé - Jared se sonrojó ligeramente mientras se bajaba los pantalones meneando las caderas. Las piernas desnudas, el frío aire causando conmoción dentro de sus bóxers y ya estaba duro, sabiendo que Jensen podía verlo; se preguntó si alguna vez dejaría de sentirse como un maldito crío cada vez que hiciera aquello.

Los ojos de Jensen se posaron sobre la polla de Jared en el punto en el que ésta se asomaba de manera embarazosa convirtiendo sus bóxers en una tienda de campaña y Jared sintió el calor subiendo desde su nuca, avergonzado. Tiró de la cinturilla, quitándoselos. Se inclinó, reunió toda su ropa y la colocó encima de sus zapatos, y entonces tomó aire profundamente y se incorporó. Su polla estaba llena y enrojecida, apuntando fuera de su cuerpo y con un ligero rastro de líquido deslizándose desde la ranura. La camisa se sentía extraña contra su culo desnudo, haciéndole cosquillas y raspándole, la parte delantera sobre su polla. Era mucho más incómodo que estar completamente vestido; sabía que debía verse completamente ridículo medio-vestido de aquella manera.

Jensen paseó perezosamente el pulgar bajo su labio inferior, mirándole completamente imperturbable.- ¿Consideraste en algún momento la idea de no venir?

Eso hizo que Jared lo meditara. -No - dijo despacio y pensativo. No, eso nunca había sido una opción excepto en el sentido más abstracto y le sorprendió que no se le hubiera pasado por la cabeza en ningún momento. Tampoco era como si el haberlo pensado le hubiese privado de ir, pero le parecía curioso el ni siquiera habérselo planteado.

Jensen asintió pensativo y cruzó los brazos sobre su pecho. - El control puede ser desear hacer algo y no hacerlo... pero también puede ser decidir hacer algo que quieres. ¿Cuál crees que es la diferencia?

Jared sabía que había una conexión entre todo lo que Jensen le estaba diciendo pero no podía captarla. Masticó su labio inferior, tratando de juntar las piezas.- No estoy... seguro.

El profesor asintió, la mano sobre su barbilla moviéndose para señalar hacia un punto.- Ve hacia aquella mesa de ahí y apoya las manos sobre ella.

Jared de pronto volvió a ser consciente de que estaba medio desnudo en la casa de Jensen y no pudo creerse que se le hubiera olvidado, de lo perdido que estaba en sus pensamientos, aunque fuera durante un solo instante. Se giró y caminó, la alfombra suave y mullida bajo sus pies desnudos. Extendió las palmas sobre la mesa y tuvo que encorvarse ligeramente para hacerlo debido a su altura. Pudo sentir su camisa elevándose por su espalda y cómo el aire frío golpeaba sus pelotas mientras extendía sus piernas para mantener el equilibrio.

- Abre más las piernas - dijo Jensen.

La cara de Jared comenzó a arder mientras separaba más sus pies; se sentía completamente expuesto de aquella manera.

- Bien - dijo Jensen-. Ahora no te muevas hasta que te diga lo contrario. En el futuro, cuando vengas a mi casa sin permiso, te desvestirás de cintura para abajo, asumirás esa posición -sin necesidad de que te lo pida- y esperarás hasta que esté listo para ti.

- Sí, señor - respondió.

Era extremadamente consciente de la vista que debía tener Jensen de él debido a la posición en la que se encontraba. Se preguntó si el profesor estaría disfrutando de ella o si solamente se estaba riendo a sus expensas; arriesgó una mirada, echándole un vistazo por el rabillo del ojo. Jensen estaba completamente tranquilo en su sitio, de alguna manera incluso mucho más compuesto en su propio elemento; estaba reclinado en el asiento, sus pies desnudos apoyados sobre un cojín mientras "El vuelo de las Valkirias" sonaba de fondo, el bolígrafo entre sus labios y atento a su libro.

Se acordó de cuando anteriormente había caído en la cuenta de que todo aquello también era algo para Jensen, que no iba sobre humillar a Jared o simplemente jugar con él para molestarle; aquello debía estar causándole algún efecto, pero maldita fuera si Jared podía verlo reflejado en su rostro. Jensen ni siquiera le estaba mirando.

"El control puede ser desear hacer algo y no hacerlo... pero también puede ser decidir hacer algo que quieres. ¿Cuál crees que es la diferencia?"

Desear hacer algo y no hacerlo... Jensen era exasperantemente bueno en eso. Pero entonces... estaba haciendo... lo que quiera que fuera aquello con Jared y él debía desearlo.

"Cuando decidiste venir, ¿pensaste primero sobre ello o sencillamente lo hiciste?"

Así que tal vez... ¿tener control significaba pensar las cosas antes de hacerlas en vez de simplemente... actuar premeditadamente?

Se perdió en sus pensamientos dándoles vueltas una y otra vez, de aquel modo y del otro. No tenía ni idea del tiempo que había transcurrido cuando de pronto sintió a Jensen tocándole; ni siquiera había sido consciente del momento en que Jensen se había acercado tanto. Jared apenas tuvo tiempo de registrar el pequeño círculo que hizo, y entonces...

La punzada de dolor, dulce y cálida, la piel estirándose alrededor del dedo de Jensen mientras lo empujaba dentro de Jared, repentina y completamente, todo el dedo hasta el final, llenándole. Intentó respirar pero no había lugar para aire en sus pulmones; no había lugar para nada que no fuera Jensen, todo lubricado y deslizándose esta vez hacia fuera. Sus caderas ondearon fuera de control, sus dedos crispándose sobre la mesa.

Jensen se situó tras él, su cuerpo curvándose contra el de Jared. Dentro y fuera y oh, Dios... Jared sintió que se volvía loco, el placer y la picazón del dolor atravesándole, entrelazándose ambos y recorriéndole por dentro, por fuera y entremedias, cada nervio de su cuerpo estremeciéndose y vibrando completamente consciente.

- Dios, tan bueno - gimió.

Los dientes de Jensen se cerraron sobre su oreja, un aleteo de la cálida lengua contra su piel.- Tan caliente. La manera en que lo tomas... la forma en la que me dejas.

Jared no pudo hablar mientras Jensen acariciaba ese punto en su interior, su estómago convulsionando, agitándose, su polla sacudiéndose.

Su voz era pesada y espesa contra la oreja de Jared, como el siseo de una serpiente.- Viniendo aquí de esa manera - Jensen apoyó una mano entre los omóplatos de Jared inclinándole un poco más mientras seguía embistiéndole con su mano, deslizándose hacia fuera y hacia dentro, llenándole con su cuerpo y con su voz-. Viniendo para que pudiera hacerte esto.

- Viniendo aquí por ti - resolló Jared.

Jensen se paralizó al instante contra él y durante un momento el estómago de Jared se precipitó en picado, su corazón retumbó en su pecho y la sangre le martilleó; sabía que debía preocuparse - lo hacía - y no quería que aquello terminara, pero maldita sea... Pensaba lo que había dicho así que no iba a echarse atrás.

- Por ti - dijo girando la cabeza y encontrándose con los ojos de Jensen por el rabillo de los suyos; estiró más el cuello y trató de besarle.

Jensen permaneció estático salvo por su mano, que se elevó hasta tocar los labios de Jared, manteniéndole en aquella postura, la punta de su dedo moviéndose contra la otra boca suavemente, frotándola.

- Vamos a jugar a un juego - susurró moviéndose hacia un lado para que Jared pudiera verle mejor e inclinándose. Sus ojos estaban oscuros, intensos. - Voy a hacerte algunas preguntas - la boca de Jensen estaba tan cerca... apenas el roce de la piel carnosa acariciando su propio dedo, la promesa implícita-, y por cada respuesta correcta que me des... podrás besarme.

Su dedo se movió, recorriendo un camino a través de la mandíbula de Jared hasta que su mano descansó sobre su clavícula. Le mantuvo así, sus bocas casi tocándose, y la piel de Jared se sentía ya demasiado ardiente, demasiado tensa, el calor de los labios de Jensen tan, increíblemente cerca. Cuando habló, pudo sentir cómo su aliento se derramaba entre sus labios, colándose en su interior.

- ¿Cuándo es mi cumpleaños?

Durante un momento las palabras carecieron completamente de sentido, Jared demasiado perdido en el momento... y entonces le golpearon como un puñetazo en el estómago. Sabía la respuesta a lo que Jensen le estaba preguntando pero no debería; su estómago se tensó y no quería responder, pero el dedo de Jensen seguía en su interior, y estaba justo ahí... y Jared realmente quería besarle.

- El uno de marzo - susurró.

Jensen asintió, su nariz rozándose contra la de Jared y éste se inclinó, permitiendo que sus ojos se cerraran. Besó esos esponjosos labios deslizando su lengua entre ellos; Jensen fue en su busca, y Jared comenzó a hacer círculos tentativamente, sintiendo su corazón latir con fuerza. Aquello... aquello era diferente. Jensen no estaba dirigiendo, no estaba mandándole en absoluto, la boca suave y complaciente devolviéndole el beso con suavidad. Sus lenguas resbalaron enredándose ardientemente y la mano de Jared tembló mientras la levantaba de la mesa dejando que sus dedos acunaran la mandíbula de Jensen. Empujó un poco más, su lengua probando y trazando un mapa del interior de la otra boca, Jensen respirando con fuerza y la mano de Jared sobre su mejilla, manteniéndole firme. Era increíble, tan bueno que debía ser criminal; podía sentirlo a lo largo de todo su cuerpo, el calor atravesándole por completo.

Jensen se separó ligeramente, sólo lo necesario para poder susurrar sobre su boca, sus labios moviéndose contra los suyos.- ¿Mi número de teléfono?

Jared susurró de vuelta los números y Jensen movió la cabeza arriba y abajo apenas asintiendo, sus labios aún rozándose. Jared capturó el labio inferior del profesor entre sus dientes, tirando con suavidad, lamiendo su contorno y sintiendo cómo Jensen emitía un sonido bajo desde el fondo su garganta. Mordisqueó, pellizcó, lamió el interior de su boca y aleteó la lengua sobre el paladar de Jensen, sus dientes y la suavidad del interior de su mejilla. Sus barbillas chocaron y giraron, acoplándose mientras Jared le besaba más insistentemente esta vez, su pulgar presionando en la depresión bajo la mandíbula del profesor.

Cuando se separaron de nuevo, ambos respiraban agitadamente.

- Dime mi segundo nombre - los ojos de Jensen estaban oscurecidos, brumosos y ligeramente desenfocados mientras miraban fijamente a Jared.

Jared suspiró la palabra mientras se movía, cerrando su boca sobre la de Jensen; finalmente levantó la otra mano de la mesa y se giró dentro del círculo que formaban los otros brazos posándola sobre su cadera. Sintió el dedo del profesor deslizándose en su interior por culpa del movimiento hasta que sólo quedó la punta dentro, el ángulo habiendo dejado de ser bueno. Aún así, Jensen no le detuvo y sólo siguió devolviéndole el beso presionándose contra él, pecho contra pecho y cadera contra cadera, permitiendo que Jared continuara besándole de esa forma con su dedo aún apenas en su interior. Era jodidamente caliente y Jared se sentía como si fuera a consumirse por completo de un momento a otro.

- ¿Por qué sabes esas cosas? - susurró Jensen, jadeando las palabras contra la boca de Jared.

No había una respuesta correcta para eso, sólo la correcta; Jared no dudó. - Porque las leí, en tus archivos.

- ¿Y por qué te importaron? - un roce de sedosa piel, su voz baja y profunda.

- Porque eras tú - respiró Jared. Estaba demasiado lejos de allí como para pensar mejor sus palabras-. Porque tú eres... tú- no sabía cómo explicarlo mejor: todo aquello era demasiado como para que pudiera decir nada más.

Jensen le miró -le observó- como si estuviera calibrando el fondo de las palabras de Jared. -Bésame -dijo.

Sus manos atraparon el rostro de Jensen entre ellas, sus dedos apretando la suave piel y sus palmas deslizándose sobre la ligera barba. Pequeñas lamidas y mordiscos sobre sus labios, la lengua trazando su hinchado contorno; respiró sobre ellos antes de deslizarse en su interior, envolviendo la lengua de Jensen con la suya. Jared le besó, rudo y sucio, sus lenguas girando como si estuvieran bailando, luchando. Toques y colisiones de dientes y Jensen gimió, siguiéndole, su boca, sus dedos y su lengua presionando en Jared, abrasando como hierros. Estaba duro, Dios, tan duro... y Jensen estaba igual tras los botones de sus vaqueros, salvaje y lleno y restregando sus caderas contra él. Era perfecto; era jodidamente perfecto y Jared apretó sus dedos contra las clavículas de Jensen, empujándole y mordiendo su labio inferior, succionándolo dentro de su boca, los dientes rasgándolo levemente antes de chuparlo una vez más para una nueva degustación.

Jensen se separó de él despacio, sus pupilas grandes y negras, sólo una fina línea verde bordeándolas. Suspiró con profundidad, sus dedos deslizándose por el rostro de Jared trazando un camino desde su garganta hasta apoyarse su pecho. Estaban ambos sin aliento y Jared sintió sus rodillas flaquear como si fueran de chicle, su pulso destrozado. Quería seguir besando a Jensen - quería hacer mucho más que eso - pero esos ojos, esa mano... le retuvieron en su sitio, manteniéndole cautivo.

- Date la vuelta - dijo-. Pon las manos sobre la mesa.

Jared separó sus manos de Jensen y le resultó físicamente difícil -como si estuviera luchando contra algún tipo de atracción magnética-; se obligó a girarse. Sus muslos chocaron contra el borde de la mesa, sus manos extendiéndose sobre la superficie fría y suave. Estaba respirando agitadamente, temblando, su boca aún llena con el sabor de Jensen y queriendo más. El otro se alejó de él, su dedo deslizándose por fin fuera y Jared se estremeció lloriqueando ligeramente por la pérdida.

- Abre más tus piernas.

Jared lo hizo, inclinando su cabeza. No sabía qué iba a hacer el profesor, pero sabía que no sería tan bueno como...

Jensen estaba abriendo la hebilla de su cinturón. Jared pudo escuchar el sonido del pequeño cierre metálico tintineando con claridad y pudo escuchar los dedos trabajando sobre el material, los botones liberándose. Se olvidó de cómo respirar cuando los pantalones se deslizaron hasta el suelo, Jensen de pie a su espalda, sus dedos descendiendo por sus caderas.

Oh, DIOS.

Jensen se acercó, la cabeza de su polla presionándose contra él, provocando, y él aún dispuesto y abierto; Jared afianzó sus manos a la mesa y se mordió la mejilla, gimiendo. Calor, piel sedosa deslizándose entre sus nalgas, arrastrándose y acariciando hacia arriba hasta alcanzar la base de su columna, la polla apretando fuerte y llevándoselo muy lejos.

- Jesús, joder - gimió Jared machacando y empujándose hacia atrás para sentirle.

Los pulgares de Jensen se afianzaron en los músculos de su culo, sus muslos desnudos presionándose contra la parte de atrás de los de Jared, empujándole más contra la mesa y manteniéndole en su sitio. Se apoyó en él, sus cuerpos pegados, juntos, hasta que regresó de vuelta haciendo que la cabeza de su polla dibujara un húmedo camino hasta el centro de Jared. Se frotó y se movió lentamente, friccionando piel contra piel y Dios... la polla de Jensen tan jodidamente cerca, la cabeza tentando su entrada una y otra vez; Jared no podía hacer nada salvo pensar en cómo se sentiría si Jensen se apoyara un poco más, se elevara ligeramente y empujara. Estaba duro como una piedra y los dedos del profesor se sentían como si estuvieran haciendo surcos en la piel de su cadera, manteniéndole lo suficientemente firme como para dejarle magulladuras, su aliento corto y tirante. La boca de Jensen estaba sellada ardientemente contra su nuca, chupando, lamiendo, dejando escapar sonidos graves, gruñidos y gemidos, su cuerpo moliéndose contra el de Jared.

- Dios... - la palabra salió de él sin pensar, apenas siendo consciente de que estaba hablando-. Lo... lo quiero. Por favor.

Jensen embistió sus caderas contra las de Jared y le arañó con las uñas justo antes de soltar una de sus manos para deslizarla hacia arriba por el otro cuerpo mientras se agitaba restregándose una vez más contra él. Entonces sus dedos empujaron dentro de la boca de Jared y éste los chupó con energía, su lengua ávida deslizándose a su alrededor, sobre y entre ellos.

- ¿Quieres que te folle? - preguntó Jensen-. ¿Es eso lo que quieres? ¿Quieres mi polla dentro de ti, Jared?

Jared gimió contra el regusto salado de los dedos de Jensen.

- Dios, sí lo haces, ¿no es cierto? Lo quieres tanto... Tan jodidamente caliente, la manera en que lo deseas, pidiéndolo, prácticamente suplicándome que lo haga - Jensen gruñó las palabras frotándose contra el culo de Jared. La boca caliente estaba sobre su cuello, dejando caminos resbaladizos tras ella y Jared se sintió a punto de explotar.

- Sí, Dios... sí, por favor.

- Escúchate - dijo, sus dedos empujando contra la lengua de Jared y sus caderas embistiendo duro y rápido -. Suplicando como una puta por mi polla - respiró pesadamente en la oreja de Jared-. Tan buen chico... - Jensen presionó su garganta justo debajo de la depresión de su mandíbula-. No voy a darte mi polla hoy, Jared. No de ese modo. Pero ya que suplicaste tanto por ella te daré otra cosa.

Alejó su otra mano de la cadera de Jared y la cerró sobre su polla, haciendo que el chico se estirara, su columna arqueándose mientras dejaba escapar un caliente jadeo entre sus dientes; los dedos de Jensen seguían follándose su boca y Jared quiso aguantar pero no pudo. Se corrió sobre el puño de Jensen en violentos y viscosos disparos que sintió saliendo con fuerza de su cuerpo de forma tan intensa que casi dolía. Las caderas del profesor seguían machacándose contra él, frotándose, sus dientes clavados sobre el hombro de Jared. Éste aguantó el resto como pudo: jadeando, temblando y estremeciéndose de arriba abajo, la mano manchada de Jensen masturbándole hasta que estuvo usado y gastado, inútil, su polla pulsando sin nada más que ofrecer salvo secos temblores de placer.

Fue apenas consciente de cuando Jensen liberó al fin su polla haciendo que el mundo regresara en pequeñas y confusas sensaciones, pero el cuerpo del profesor seguía presionándose contra él a pesar de que seguía ido, jadeando ardientemente contra su hombro. Aún estaba duro y se estaba restregando entre sus nalgas y Jared acababa de correrse de forma tan brutal que pensó que tal vez debería fundar una nueva religión que rindiera culto a Jensen porque a pesar de todo estaba consiguiendo encenderle de nuevo, su polla sacudiéndose una, dos veces, comenzando a endurecerse con rapidez.

El profesor se separó ligeramente de él y llevó su mano hacia la raja de Jared. Sus dedos estaban cubiertos de semen y le dejaron pegajoso y húmedo, y entonces volvió a poner sus dos manos una vez más sobre las caderas del chico y se restregó de nuevo, volviendo a jugar con su entrada más rápido, más libre, deslizándose y moviéndose gracias al semen de Jared y sin parar de frotarse contra él. La polla de Jared alcanzó la semierección solamente sintiendo a Jensen contra él haciendo aquello: restregar su polla contra su culo.

- Tan bueno - Jensen respiró sobre él y besó las muescas en lo alto de su columna. Más duro, más rápido, siguiendo un ritmo frenético que fue perdiendo toda su armonía hasta que las manos del profesor se cerraron sobre él como garras, su cuerpo estremeciéndose contra el suyo, estrujándole mientras se corría gimiendo sobre él, chorros calientes cayendo sobre la espalda de Jared, juntándose en la base de su columna y deslizándose por su hendidura. Jensen permaneció así mientras sus dedos se relajaban, sus pulgares perdiéndose en el desastre sobre culo de Jared, deslizándolo y extendiéndolo sobre la piel.

- Tan caliente, mi corrida sobre todo tu culo...- Jensen se lo susurró a la oreja mientras sus pulgares seguían haciendo círculos.

Dio un paso hacia atrás poniendo las manos sobre las nalgas de Jared y continuó restregando, sobre las firmes protuberancias, bajo ellas, a lo largo de su hendidura... masajeando el pegote hasta que se secó. Cuando hubo terminado giró la cabeza de Jared y le besó una última vez.

- Ahora - dijo mientras se alejaba-, vístete y vete a casa. Y no te limpies: quiero que sientas mi corrida sobre tu piel durante el resto de la noche.

Aquello le pareció tan deliciosamente incorrecto que para cuando salió de la casa Jared casi estaba duro una vez más. Hizo lo que Jensen le dijo y se sintió extraño... aquello era casi íntimo, como si de alguna manera el profesor fuera a estar con él durante el resto del día. También era increíblemente caliente y Jared siguió estando tan cachondo durante el resto de la tarde -que pasó con Sandy y Chad- que tuvo que parar en el baño del centro comercial a cascársela. Se masturbó tres veces más antes de irse a la cama, su polla ya increíblemente roja y dolorida.

º~º~º~º~º

Los días pasaron volando. Jared se quedaba después de clase cada uno de ellos y Jensen le hacía cosas que conseguían que su cerebro se derritiera una y otra vez mientras trabajaban en la lista, pero ninguna de las veces había sido como aquella en la casa del profesor. Jensen muy rara vez le permitía tocarle y Jared deseaba volverle tan loco como Jensen le volvía a él; quería besarle de nuevo largo, lento y perezosamente, tal como había hecho aquel día.

Era más que simple encaprichamiento, lo sabía; obsesión tal vez fuera una palabra mejor. Tom y Sandy no paraban de molestarle para que les dijera con quién se estaba viendo pero él sólo sonreía, negaba con la cabeza, se encogía de hombros y actuaba como si no supiera de qué hablaban. Le acribillaban con servilletas y fundas de pajitas, Sandy le hacía cosquillas y fingía ponerse violenta y Tom probaba con estrategias psicológicas en vez de físicas, pero él seguía callado; finalmente, lo dieron por perdido y dejaron de acosarle. En cuanto a Chad no dejaba de tomarle el pelo con el asunto, pero todo lo que Jared parecía poder hacer en respuesta era sonreír de tal modo que Chad terminaba rodando los ojos mientras fingía ruidos de arcadas.

La tarde del lunes Jensen le había mandado organizar unos papeles y hacer algunas fotocopias. Se trataban solamente de un control para la clase de física avanzada que tendría lugar el jueves de acuerdo con una anotación. Estaba observando los papeles salir de la máquina, leyendo ausentemente palabras entre las líneas pulcramente impresas mientras caían en la bandeja, una tras otra. Y entonces las palabras llegaron a él.

Dualidad. Incertidumbre. Implicación. Irreversibilidad.

No sabía lo que significaba ninguna de ellas en términos físicos pero sí sabía su mero significado por sí mismas; movió sus dedos sobre ellas varias veces, las palabras bailando en su mente en una serie de pasos y deteniéndose en las dos últimas una y otra vez.

Jensen le ignoraba en clase excepto en el sentido más estrictamente profesional, pidiéndole que se agrupara para hacer trabajos o haciéndole responder a alguna pregunta que otra, y él intentaba ser bueno y trataba de aprender las lecciones que el profesor le enseñaba. Lo intentaba... pero para el jueves, aunque sabía que se quedaría después de clase y algo increíble pasaría, no pudo soportar la manera en la que Jensen seguía sin mirarle; pensó que era como un juego entre ellos y bueno... él siempre había sido del tipo competitivo. No estaba enfadado por ello, pero era un reto y nunca se le había dado bien ignorarlos.

Cuando llegó a clase ese día se tomó su tiempo para sacar todas sus cosas, se estiró sin parar durante la lección, chupó el extremo de su bolígrafo con los ojos fijos en Jensen e incluso permitió que sus dedos se pasearan sobre los del profesor cuando éste le devolvió un control. Para la mitad de la clase ya había llevado a cabo todos los trucos que conocía y simplemente... nada. Esos ojos seguían fríos y calmados tras sus gafas y maldición, Jared sabía que era pura voluntad, pero también habían hablado sobre las elecciones, ¿verdad? Así que él tomó una: fue hasta la mesa de Jensen y le pidió permiso para salir. Dejó que lo que tenía planeado hacer en el baño se reflejara en su rostro, dándole la espalda a la clase y permitiendo que sólo Jensen pudiera verlo.

Y éste leyó sus intenciones con claridad y fue obvio por la mirada que le estaba devolviendo.

- No - dijo en bajo para no molestar a la clase-. Vuelva a su sitio, Sr. Padalecki.

Jared volvió a sentarse y Chad le miró enarcando una ceja. Jared sólo se encogió de hombros, suspiró como respuesta y abrió su libreta.

Jensen le hizo esperar más que nunca tras la clase y Jared comenzó a sentirse prácticamente rabioso mientras las agujas del reloj corrían minuto tras minuto.

- Jared, deja de menearte - dijo Jensen sin levantar la mirada.

El chico no pudo reprimir un suspiro y Jensen posó su pluma.

- Pensé que ya habíamos superado esto - dijo mirándole finalmente.

- ¿El qué? ¿Mi meneo?

- Tu falta de control.

- Tengo control - protestó. Se había quedado esperando sentado todo el tiempo, ¿no era cierto?

- ¿Así que sólo disfrutas fanfarroneando en público?

Jared se mordió el labio inclinando la cabeza.- Algunas veces - le salió un poco cortado y un poco más inseguro de lo que había pretendido. Era... embarazoso admitirlo, pero sabía que era verdad.

Jensen no pareció perturbarse. Pestañeó tras sus gafas y apoyó la barbilla en su mano como si sintiera genuina curiosidad. - ¿Y tienes control absoluto cuando haces eso?

Jared se mantuvo en silencio pensando durante un momento. Había tomado esa decisión así que eso significaba que tenía control, ¿verdad?

- Sí.

Jensen asintió como si estuviera satisfecho con la respuesta, recogió su pluma y continuó haciendo lo que fuera que estuviera haciendo. Esa vez Jared se las arregló para retener un suspiro y trató de ser paciente. Escuchó cómo otros quince minutos se sucedían, sus manos tapeteando el ritmo del reloj.

Finalmente, Jensen le llamó a su mesa y Jared se sintió confuso mientras se acercaba porque el profesor había abierto su maletín y recogía sus cosas como lo hacía cuando estaba listo para marcharse al terminar el día. - ¿Te vas? - preguntó. ¿Qué demonios...?

- Sí - Jensen le miró por encima del marco de sus gafas -. Ya que estás tan seguro de ti mismo vamos a poner a prueba tu autocontrol.

En ese momento Jared estaba más que un poco molesto; sus manos se cerraron en puños y su columna se puso rígida. Jensen había sonado cortante, distante y casi retador. - ¿Cómo?

El profesor cerró su maletín y lo tomó de la mesa. - Vete a casa y bajo ninguna circunstancia te toques, ni esta noche ni mañana, hasta que yo te diga que puedes hacerlo.

Jared pareció desconcertado. - ¿Eso... eso es todo?

Pudo jurar que Jensen estaba tratando de no sonreír. - Fácil, ¿verdad? No debería resultar un problema para alguien como tú.

- No - Jared le dio la razón elevando su barbilla ligeramente. Podía hacer aquello y si Jensen creía que no, bueno... entonces iba a demostrarle que se equivocaba.

Jensen asintió, deteniéndose justo antes de marcharse. - Y Jared... si me engañas, lo sabré. No es difícil ver la diferencia entre alguien que ha estado casi dos días sin correrse y alguien que acaba de hacerlo, aunque sea sólo por la cantidad. Y lo estaré comprobando.

Jared se marchó ligeramente enfadado por la implicación e increíblemente caliente, y se preguntó por millonésima vez cómo Jensen podía conseguir aquello: convertirle de ese modo en un batiburrillo de estados de ánimo.

º~º~º~º~º

Fue más duro de lo que pensó en un principio. Y sí, ja-ja-ja, el juego de palabras había sido intencionado porque Jesús... estaba duro como una piedra y no podía dejar de pensar en ello. Después de todo el día siendo provocado, esperando a que Jensen le tocara después de clase y no consiguiéndolo habría estado dolorido de todas formas, pero era peor que eso. Era como si... sólo por no poder, lo deseara incluso más.

Se paseó por su habitación y habló con Chad, quien primero le estuvo pinchando y luego le soltó una arenga diciéndole que estaría bien, que ¿cuán jodidamente duro podía ser aquello? Era solamente un día.

A las 9:32 pm, mirando fijamente el reloj y viendo los números brillando con fuerza en su cerebro, comenzó a comprender cuán jodidamente duro podía ser. Literalmente. Jared intentó jugar a la X-box - lo cual le funcionó durante alrededor de una hora hasta que ya había disparado a suficientes personas como para aburrirse- así que finalmente decidió irse pronto a la cama. No importaba hacia qué lado se girara: el colchón o la colcha le rozaban la polla, provocándole. Finalmente apartó toda la ropa y se quedó bocarriba.

10:55 pm y su reloj sonriendo brillantemente hacia él; los dos puntos entre las 10 y las 55 parpadeando con alegría, como si no tuvieran ninguna preocupación en el mundo: era una exageradamente alegre función de una -por otro lado- aburrida pieza de maquinaria. Lo observó hasta las 11:03 y para entonces ya estaba convencido de que se estaba riendo de él.

Suspiró, miró fijamente hacia el techo y se pasó una mano por el pelo. Le había dicho a Jensen que tenía control sobre sí mismo así que, ¿por qué no era capaz de tenerlo en ese momento? Se obligó a respirar calmadamente y despacio, aspirando las bocanadas. Sabía que imitar la pauta respiratoria de un dormido ayudaba a que el cuerpo se relajara, pero entre pensamientos de besos con Jensen y de las manos del profesor sobre su cuerpo y los constantes vistazos hacia el reloj, no estaba funcionando una mierda.

La última vez que comprobó la hora era la 1:47 y, finalmente, cayó en un sueño irregular.

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