Golpeando las puertas del cielo
http://deanthon-es.livejournal.com/12113.html El cielo no es más que un encuentro perpetuo con los mejores recuerdos o momentos de tu vida. Cuando Dean murió y tocó las puertas del Edén, fuimos testigos de algunos de ellos.
De haber tenido la eternidad para quedarse, ¿cuáles otros momentos de su vida pudieran ser un paraíso para nuestro Dean?
ONLY BRO
COMPLETO
SERIE SUPERNATURAL
Nada ni ningún personaje me pertenece. Tomados prestados de sus propietarios CW y compañía
Estaba empezando a tener conciencia de a poco, podía sentir la comodidad del colchón sobre el cual descansaba pero no se percataba aún que no se encontraba en ningún motel de los millares que poblaban el país. El reflejo del sol empezaba a recorrer su rostro y en un acto reflejo se lo tapó con las cobijas que encontró a su lado. Segundos después el aroma del suavizante invadió su nariz, no era el que usualmente se utilizaba en los moteles de paso pero le resultaba sumamente conocido, un aroma que su mente reconocía pero que no había vuelto a disfrutar desde hace muchísimos años.
Quito de inmediato la manta con la que cubría su cabeza y el cuarto en el que se encontraba tampoco era el del motel donde cree haberse quedado dormido la noche anterior. Nada allí estaba dispuesto como si fuera una habitación de paso. Se levanto cauteloso hasta la puerta que intuía era la de salida y vigilo no haya nadie en el pasillo, si debía salir como fugitivo de allí lo haría y de ser posible rápido, mejor.
No fue hasta que piso el último escalón que crujió ruidosamente que la persona que se encontraba en la cocina se dio vuelta percatándose de su presencia haciendo que ambas miradas se encuentren.
- ¡Veo que ya te has levantado campeón! Cinco minutos más y ya te iba a despertar yo mismo. Me imagino que ya te has lavado las manos, así que si no es así ahí está el baño. Ve rápido que te preparo el desayuno.
Dean se encontraba atónito, frente al sujeto que le hablaba. Mudo y sin poder articular palabra, sólo atino a mirarse las manos cuando el otro le instó a lavárselas y aprontarse para desayunar. Casi automáticamente se movió hacía la dirección en la que le había indicado saliendo minutos después, ya en la mesa estaba servido un suculento desayuno, con jugo recién exprimido y todo. Se acercó lento pero firmemente hasta el sujeto y lo abrazo como hacía tiempo tenía ganas de abrazarlo.
- ¡Gracias papá! Extrañaba tanto que fueras tú el que me los preparara, no te das una idea de cuanto.
- SHHH que Mary no te oiga que se pone celosa. Además no hace tanto que te preparé uno. Pero veo que adoras comer. Me imagino que el que te sirva doble ración de huevos y tocino no tiene nada que ver, ¿no?
- Para nada, dice mordiéndose la risa, que el adulto responde con un guiño cómplice.
- Avísame cuando termines así luego le llevamos a tu madre el de ella. Sabes que estos días no ha podido retener nada en el estómago y que es preferible que descanse un rato más antes de que vaya a la consulta del médico para hacerse ver.
- Yo se lo que tiene ma…, dijo casi sin pensar. De repente, los sucesos de aquel momento se le vinieron a la mente y no pudo evitar que su mirada brillara por la felicidad de la noticia que ese día les iban a dar.
John se quedó mirando a su primogénito expectante, queriendo que diga en voz alta lo que ambos presuponían era la verdadera razón del malestar de Mary. No podía evitar sentir orgullo por la madurez que tenía a tan corta edad.
- ¿Y que es lo que tiene, según el señorito? - trató de ser todo lo intrigante posible, intentando que cuando lo diga mostrar total sorpresa y felicitarlo por su descubrimiento.
- Que pronto voy a tener un hermanito para jugar, alguien a quien cuidar como lo hacen tu y mamá conmigo. Y muchas cosas más, pero eso sí, cuando sea lo suficientemente grande y pueda caminar y correr solo… es eso, ¿no papá?
- Eso es lo que creo yo también. Pero no te entretengo más, termina de comer y vamos a hacerle compañía a la reina de la casa- concluye al tiempo que se levanta y va preparando otro desayuno pero esta vez para Mary.
- No te olvides de las flores, ¡Le encantan! dice Dean antes de tomar el último sorbo del jugo y sin decir más apresura su primer comida del día, deseando en lo profundo de su corazón quedarse por siempre en ese lugar.