Hay una palabra que me gustaría cambiar, pero ya casi me había olvidado de este, así que lo posteo para quitarlo de delante. Tenía, además, empezada una continuación pero no sé si haré algo con ella (porque iba encaminada a lo de siempre xD), así que de momento pongo esto y luego puede que lo amplíe o añada más partes.
Título: Rivales
Universo: Battlestar Galactica
Autora:
arkady_Parejas: Cain/Roslin, Cain/Lee, Laura/Lee
Spoilers: 2x10 (por saber quién es Cain nada más)
Rating: PG-13
Palabras: 395
Notas: Lo asocio al “amarillo” por la envidia y los celos que las hacen actuar.
Resumen: Ambas quieren demostrar que tienen el control.
Tabla (BDT):
Quiero más Cain. Con Laura todo era diferente. A Apollo le mandaba entrar, le mandaba arrodillarse o quitarse los pantalones o cerrar los ojos, le cogía por el miembro y le guiaba hacia la cama, hacía que se la follara con los músculos tensos, concentrado en sus ojos, sin una palabra, como un buen soldado.
Entre Laura y ella siempre estaba la lucha de poder, la leve tensión en el ambiente cada vez que una de las dos entraba en la habitación. Con Apollo todo era más físico; llegaba, cumplía su función y se iba. Con Laura solía empezar con un acercamiento, un baile, unas palabras susurradas demasiado cerca... Hasta que una de las dos atacaba y se enzarzaban en una pelea por una bocanada de aire robada de la boca, los hombros o la piel de la otra. Parecía más suave, tenía ese toque delicado que le daba el perfume pero cuando cerraban la puerta de la habitación la presidenta se convertía en una fiera digna de su rival, su compañera.
Apollo obedecía, recogía sus jugos con la lengua, delineaba sus curvas con manos fuertes, entraba y salía de ella como si fuera su derecho pero por encima de todo eso estaba el deber. Era un buen soldado y no decepcionaría a su almirante, no le diría que no, no se correría antes de tiempo.
Laura parecía frágil, delicada, pero tenía el corazón y las piernas de una amazona, y cuando cabalgaba, lo hacía como si le fuera la vida en ello; y cuando mordía, estaba a punto de arrancarle la piel; y cuando besaba le quitaba los restos de aliento que le quedaban, le hacía olvidar sus deberes y sus compromisos, su pasado y su futuro.
El día que les vio discutiendo en el Colonial One se preguntó si Laura le llamaría Lee, o Apollo, o Capitán, cuando estaba al borde del clímax. Si él la miraría con menos respeto y más lujuria. Si ella saborearía su piel con lentitud. Se preguntó si lo harían en el despacho. Con Lee, siempre era en su camarote, en la cama. Pero con Laura podía encontrarse haciéndolo en cualquier sitio.
Estaba a punto de entrar cuando vio que le susurraba algo a su hombre al oído y entonces clavaba sus ojos en ella, lujuriosa, mientras Apollo le mordía el cuello. El desafío desató su rabia interior. Y la excitó.