¿Te han dicho ya para qué son los 20?

Oct 07, 2007 18:04


Hoy el elejota no nos quiere.

O a lo mejor es la laptop.

En todo caso, que sepas que no es mi culpa (del todo). Que no me he olvidado de tu cumple en ningún momento y que yo tenía esto listo antes de las 6 (que allá son las12). Y que por aquí todavía quedan muchas horas de 07 de octubre ^^.

Y dejando atrás las frustraciones comunes elejoteras...

¡¡Feliz cumpleaños, deraka!!

Tu regalo original era mucho más espectacular... pero ya ves, RL. Aún así, no es que no vayas a recibirlo. Por ahora, digamos que es... una entrega por partes xDD.

*

Curiosidades de la memoria selectiva

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Lo tenía apuntado los primeros meses. En un papel usado por ambos lados, al fondo de la guantera. Se decía a sí mismo que no importaba. Que si no lo había tirado era porque no le prestaba la atención suficiente. Porque no merecía el trabajo de ponerse a buscarlo entre todas las identificaciones falsas y tarjetas de crédito clonadas.

Lo tiró finalmente en Indiana, luego de que ese maldito bicho le revolviera todos los recuerdos, intentando comerle el alma.

(Nunca supo si John lo había visto. Si sabía qué era. Si le importó que desapareciera. Nunca preguntó.)

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Hola. Has llamado a Sam y Jess. En este momento no podemos atenderte, pero si dejas un número te devolveremos la llamada.

Bip.

De eso hace ya casi un año.

Y no es que le joda que Sam tenga novia. De hecho, recuerda haber pensado que ojalá realmente esté ‘muy ocupado para atenderme’ porque ese chico necesita más de un par de buenas cogidas. Eso, y Sam es feliz.

La chica debía ser linda, para andar con Sammy. Inteligente, seguro. Estudiando algo muy serio de lo que Dean no entendería tres palabras y con un trabajo de esos en los que no hace falta usar delantal.

Sam es feliz.

Sonrió antes de colgar. Luego se sentó en la barra, bebió hasta la inconsciencia, le partió la cara a un tipo que medía cerca de tres metros y despertó con dos rubias en el asiento trasero del Impala.

Recuerda haberle prendido fuego al viejo papel, empapado en tequila, en algún momento de la noche. Y que la nariz de ‘pie grande’ era bastante fina, antes de partírsela. El resto, es borroso.

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Uno pensaría que es imposible memorizar tantos números sin hacer el esfuerzo consciente. Sin leer el maldito papel más de dos veces. Sin marcar el maldito número más de una vez. Sin pensar en el maldito asunto en más de seis meses.

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Sam es feliz, piensa, de vez en cuando. Sin nosotros, agrega, para que no se le olvide la verdadera razón por la que está sentado en un bar de Idaho, mientras John investiga uno de esos casos de los que nunca habla. Observando a los clientes, por si tiene suerte y hay algo esta noche. Una chica, dos chicas, una criatura, algo que le mantenga la mente lejos del volante y de la carretera que lleva a California.

Sam eligió irse, piensa. Y eligió bien, piensa con más fuerza.

No lo dice en voz alta. No lo piensa demasiado. Hay temporadas en las que ni siquiera recuerda el asunto, y temporadas en las que necesita repetírselo seguido.

Sam eligió irse. No nos necesita. No nos extraña. Tiene una chica y una vida propia.

No nos necesita.

Hasta que se le grabe en los sentidos.

No nos extraña.

Hasta que se lo crea.

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Y hay temporadas en las que camina con ese maldito peso en el estómago. Ése que lo despertaba de pequeño en mitad de la noche, y que significaba que Sammy tenía pesadillas. El que lo hizo abandonar su puesto y buscar a su hermano la primera vez que cazaron juntos (y menos mal que lo hizo). Ése que lo siguió todo el día, antes de encontrar a Sammy tirado en una esquina, borracho perdido, llorando porque Sylvia Cómo-se-llame se había largado con el gil de turno. El maldito peso en el estómago que dice “Sam te necesita”.

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- Hola. Has llamado a Sam y Jess. En este momento no podemos atenderte, pero si dejas un número te devolveremos la llamada.

Confía en Sam Winchester para quedarse con la misma chica todo este tiempo.

- Bip.

- …

¿A qué hora se te encuentra en casa, tío? Ni que fueras el puto presidente.

- …

Tu chica suena sexy… ¿me la presentas?

- …

¿Qué se siente cumplir 20, Sammy? Uno más y vas a poder jugar con los niños grandes.

- …

¿Estás bien? Porque tengo este puto nudo en el estómago hace 3 malditos días, y quiero saber si es tu culpa o debería empezar a investigar parásitos demoníacos que se alimentan de entrañas humanas.

- …

Feliz cumpleaños, Sam.

- ...

- Tut-tut-tut-tut-tut.

Te extraño.

*

Y feliz cumpleaños a ti, honey. Ya sé que no es el fic de cumpleaños más alegre del mundo... pero piensa que pronto se reencontrarán y la tensión sexual empañará todas las lunas del Impala cazarán juntos xDD.

Y no sé si ya te habrán dicho esto... pero lo repito, sólo porque es el consejo más básico que uno puede recibir al cumplir 20 años:

You know what the twenties are for? Having sex with all the wrong people. *grins* (En realidad, yo lo traduzco como "divertirse y cometer muchos errores"... pero es innegable que suena más divertido como lo dice Bette.)

Y así parto, cantando love, love me do, y esperando que el regalo te vaya gustando (y que hayas tenido un super cumple xDD).

Nota al margen: Sammy quería hacerte un dibujo (ya ves cómo tengo al pobre con la f-list), pero no sabía qué fandoms tienes de manga. Y te manda muchos saludos, que en traducción novio-fandom es algo así como decir que te manda chocolate, vinilos de los Beatles y algo relacionado al Impala (que es el fandom que compartimos ^^).

winchester love, día del amigo lj, sólo mi hermano me dice sammy

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