[Fic] Survive

Nov 25, 2010 23:25


Esta historia tiene mucho, mucho tiempo. La planeé antes de hacer "Diez Minutos", así que imaginaoslo. Me cuesta mucho hacerla porque cada detalle de ella es un mundo. Es dura. Es dificil de tratar. Es a veces más grande de lo que creo ser capaz de manejar. Hacerla me deja agotada mentalmente.

Pero también creo que es de lo mejor que voy a escribir en toda mi vida.

Título: Survive (Parte 1)
Fandom: Glee
Claim: Kurt centric. Burt, Glee club, OCs. Puck/Kurt en el futuro (o secuela).
Summary: Kurt Hummel ha sido secuestrado, llevado lejos de su hogar por monstruos. Y no está sólo. Ahora todo se reduce a como sobrevivir ese infierno.
Advertencias: No hay nada gráfico, pero se tratan temas de abuso sexual infantil, violaciones y maltrato. Puede herir sensibilidades.
Dedicatoria: Esta histora es absolutamente para luandachan . La ha visto crecer, me ha ayudado a hacerla. La ha ido leyendo, sufriendo con ella. Me ha empujado para escribir cuando me bloqueaba. Survive es de Luanda. Punto.


Survive

Parte 1

A Kurt nunca le ha gustado Nirvana especialmente. Él es más de musicales, Beyoncé y Lady Gaga. Sólo los ha escuchado en la radio, trabajando en el garaje junto a su padre. Siempre la misma emisora de grandes éxitos. Aprendió sus canciones y las tarareaba mientras metía sus delicados dedos en carburadores estropeados.

Pero ahora, dentro de un maletero estrecho, “Polly” resuena en su cabeza una y otra vez. Aunque él no puede darse cuenta, porque no se encuentra siquiera dentro de su cuerpo en ese momento. Él se ha quedado atrás, muy atrás, en la primera parada que ese coche había realizado. Kurt se ha perdido entre diecinueve kilómetros de carretera mal asfaltada y un cuerpo enorme, gigante y pesado contra su espalda.

Kurt no llora ahora y los trazos que han dejado sus lagrimas ya se han secado, dejando solamente caminos de sal.

“Polly” resuena en su cabeza y él no la escucha. Pero lo hará, como un alma perdida escucha a una zarza ardiendo.

X-x-x-x-x-x-x-x-x-x-X

Paran por segunda vez. El hombre gigante lo saca del maletero con una sola mano, agarrándolo de su camisa rota. La seda suena como un gemido al rasgarse. O quizás sea el propio Kurt el que gime y no lo sabe.

Le ponen con los pies en el suelo por primera vez en horas y cree que sus rodillas se doblarán, pero no lo hacen. Aguantan, como toda su vida han hecho.

Hay un hombre apoyado en una vieja camioneta de color azul claro. Toyota, de cuatro plazas, con el maletero al aire libre. Una vez arregló una como esa con su padre.

El hombre y el gigante se parecen. Pero el hombre es mucho menos grande y parece mucho menos fuerte.

Y a Kurt le da mucho más miedo. Sus ojos son caminos oscuros y llanto desgarradores. Su sonrisa mientras le mira de arriba abajo promete dolor y bilis subiendo por su esófago. Kurt aun sigue a medio camino entre la realidad y el desvanecimiento, pero ese hombre consigue que el miedo le congele todos los huesos hasta el tuétano.

-Veo que ya lo has usado, Andrew. ¿No podías esperar, hermanito?- Comenta divertido. Kurt tiene la camisa rota y el cuello lleno de señales. Kurt siente asco y esas palabras se le clavan como un cuchillo.

-Es muy suave- Comenta el otro, pasando un dedo por la piel de su mejilla como si fuera porcelana. Su voz parece casi reverente, pero él se estremece ante el toque y siente arcadas en el estómago.

-Pero es muy mayor- Arruga el entrecejo. -¿Dónde lo viste?

-En un espectáculo de coros de colegios.

-¿De institutos o de colegios?- Pregunta, suspicaz. Roza el enfado. Y Kurt tiene aun más miedo.

-No lo sé… Institutos, creo- Contesta el gigante, encogiéndose un poco sobre si mismo. El otro golpea el capo de la camioneta con furia.

-¡Eres un imbécil, estúpido retrasado mental! ¡Es demasiado mayor, no nos lo vamos quedar!

-Pe-pero Phil… N-no parece ma-mayor- Tartamudea, como un niño pequeño y asustado.

El hombre gira sus ojos oscuros hacia los claros de Kurt y siente como una garra invisible le atrapa el pecho. Sabe en ese momento que está en un punto peligroso. Que si hace algo mal, morirá.

-¿Cuántos años tienes?- Le pregunta.

“Miente”- Oye una voz en su cabeza. -“Miéntele, miéntele, miéntele”

-Ca… Catorce- Murmura. Su voz está reseca y ronca, pero sigue sonando como una chica. La suavidad de su voz ayuda a que lo crean.

La mirada oscura se tranquiliza y Kurt siente que ya puede respirar.

-¿Y porque estás en el instituto ya?
-Yo… voy un curso adelantado…

-Oh, es un chico listo- Avanza y le agarra de la barbilla. La maldad está ahí, en sus ojos, en su sonrisa, en todas sus facciones. Latente. Kurt le teme más que a nada. -De acuerdo, Andrew, nos lo quedamos. Pero en cuanto crezca y se ponga feo, nos desharemos de él.

Se estremece al oír esa sentencia. Por unos instantes, él creyó que le pedirían dinero a su padre y lo devolverían a casa. La realidad se le cae encima como una pesada losa.

“No me van a liberar”

-Conduces tú, Andrew.- Ordena agarrando a Kurt por un brazo y metiéndolo en la parte trasera de la camioneta. -Yo aun no lo he probado.

Kurt se resiste todo el camino, aunque el hombre le tire del pelo y le aplaste la cabeza contra el asiento trasero. Sonríe todo el tiempo, de manera torcida y cruel. Embiste hasta hacerle sangrar.

Y Kurt desea que su cuerpo se desintegre para poder escapar de allí.

X-x-x-x-x-x-x-x-x-x-X

Se quiere morir. Ahí, en ese momento, como sea. Le da igual. Sólo quiere morirse.

Porque morirse es mejor a soportar que lo vuelvan a violar. Así que-porfavorDiosmátamemátamemátame- lo desea tan alto y tan claro, lo grita tan fuerte en su mente (porque su boca no le responde. Ni sus brazos. Ni sus piernas) que no puede oír nada más.

Entran en una casa vieja, con el suelo de madera. Siente la frialdad en sus pies descalzos (Le han quitado sus zapatos. ¿Por qué le han quitado sus zapatos?). Suben por una escalera. Una puerta hace un sonido chirriante, de bisagras oxidadas, al abrirse, y lo lanzan a la habitación. Es oscura. Sólo tiene una ventana, con rejas, por la que entra la luz de la luna.

-Ya tenéis un nuevo amigo- Dice el hombre. El que no es un gigante. El que es mucho peor. El que se llama Phil.

Y cierra de un portazo.

Kurt está sentado en el suelo, a oscuras, y sin oír nada aparte de mátamemátamemátameDiosporfavortelosuplicomátame. Por eso no escucha los susurros ahogados y las respiraciones erráticas. No escucha nada.

Salta como un muelle al notar un ligero toque en su hombro. Es una mano pequeña. Kurt puede verla porque sus ojos ya se han acostumbrado a la poca luz.

La mano pertenece a un niño. No un joven, no un adolescente. Un niño. Rubio, con el pelo algo largo y mal cortado. Muy, muy sucio. Sólo lleva una camiseta raída y unos pantalones cortos. Está descalzo.

-Hola- Murmura. Su voz es un lamento, un pozo de infinita tristeza. La letanía en la cabeza de Kurt se para de golpe y puede escuchar otros sonidos.

Otras respiraciones.

Agazapados contra la pared, en un par de colchones viejos y polvorientos, hay tres niños más. No jóvenes. No adolescentes. Niños.

Niños pequeños.

Todos van descalzos.

Kurt deja de pensar que desea morirse. Tarda un minuto, pero vuelve a encontrar donde dejó su boca (se quedó atrás, en ese largo viaje, pero ya ha vuelto) y contesta. Roto, desgarrado, pero suave.

-Hola.

X-x-x-x-x-x-x-x-x-x-X

Se llaman Bobby, Jamie, Eddy y Nick. Bobby tiene seis años, el pelo castaño y se chupa el dedo pulgar. Jamie tiene siete años para ocho (o eso cree) y nunca mira a los ojos cuando habla. Eddy tiene rizos oscuros enmarcándole la cara, es moreno de piel y sabe que ha cumplido los nueve años porque se le da bien contar días. Le dice que están a dieciséis de junio y Kurt se lo confirma, logrando un brillo de orgullo en sus ojos. Nick, el rubio, es el mayor. Tiene once años.

Kurt les pregunta la edad porque no puede creerse que niños tan pequeños estén con él, en ese infierno. Kurt les hace preguntas porque quiere conocerlos. Parecen tan delgados y diminutos a su lado. Tan inmensamente tristes.

Nick es el que más tiempo lleva ahí. Dos años, le dice. Dos años encerrado con los hombres malos. Cuando llegó había otro chico.

-Como tú- Habla -Un chico grande. Pero se lo llevaron poco después. Él lo sabía. Me dijo que iban a matarlo por ser mayor, como habían hecho con otros. No les gustan los mayores.

Mira a Kurt con pena y angustia, como temiendo que de repente alguien entre para llevárselo y matarlo. Kurt siente ese frío en sus huesos, el del miedo, pero se obliga a controlarlo. Él puede controlar el miedo. Siempre ha podido. En el instituto, rodeado de deportistas imbéciles que lo llamaban “marica” nunca demostró ni un atisbo de miedo.

Él puede controlar el miedo. Sí, puede.

-A mi no me van a matar.

Y lo dice con tanta confianza, tan seguro de sí mismo, que consigue que se lo crean. Hasta él se lo cree un poquito. Lo miran con los ojos muy abiertos, casi con respeto.

Y Kurt no sabe porque, pero ya no piensa en morirse. No puede. No quiere. Tiene que volver con su padre, que estará sufriendo lo indecible con su desaparición. Tiene que cuidar de esos niños, porque es el mayor.

Kurt se aferra a esas ideas y la vida vuelve a él. Se agarra a una razón para seguir respirando, segundo a segundo, y el frío empieza a alejarse de sus huesos. Su mente despierta y luchadora se enciende de nuevo.

Él es Kurt Hummel. Toda su vida se ha hecho fuerte, ha logrado adaptarse a todo.
Él es Kurt Hummel, y puede sobrevivir a esto.

(Continuará)

Si alguien se pregunta si soy una capulla enferma, diré que sí. Algo. Es lo que pasa cuando me pongo a escuchar Polly y a ver capítulos de Criminal Minds.

Por cierto, recomiendo mucho, muchísimo, leer Survive con Polly o Rape me (de Nirvana) para entrar en ambiente.

[EDIT]: Se me ha olvidado aclarar que empecé a escribir Survive antes de que acabara la primera temporada. La adapte para el final de "Journey" pero no sigue más la linea argumental. Todo lo que ha ido sucediendo estos capítulos de la segunda temporada no tendrán casi nada que ver con el fic.

fandom: glee, claim: puck/kurt, fanfic

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