(no subject)
Cочинила ещё один маленький кусочек писанины про Элису. С момента написания предыдущего отрывка прошло почти три c хвостиком месяца...:( Интересно, сколько лет мне понадобится на то, чтобы её закончить ( и это всё от того, что пишу исключительно по вдохновению, и только тогда, когда на это есть время)
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He agregado un trozo nuevo a mi cuento
El trozo anterior esta aquí
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Y mientras Luis saboreaba su cerveza, intentando ahuyentar las dudas, la casa, aquella vieja casa que algún día pertenecía a sus antepasados, se quejaba, cual anciano enfermo: le dolían loa muros,el frio y la humedad comían sin piedad las piedras de las que estaban hechas, ciegas en su avaricia cruel e incesable, los suelos de madera vieja gemían, y esos gemidos eran tristes y desgarradores. Esos pisos, esos muros , guardaban un misterio... bajo uno de los suelos entre laminas de madera hallaba escondida una caja con tapa de cuero repujado: cordobán, el famoso cuero cordobés, con sus matices de marrón, a veces casi amarillo, a veces rojizo, olía a otoño y a pasado. El dibujo repujado en la tapa, representaba una pareja de tórtolos: un símbolo cursi y enternecedor de amor y romanticismo...
A la señorita Cienfuegos le encantaban las palomas, y ella se comparaba con una : a pesar de lo que decían en el pueblo, tenia un alma tierna y frágil...
"Si a tu ventana llega una paloma, trátala con cariño , que es mi persona" -decía la canción, y con esa frase finalizaba la Señorita Cienfuegos sus cartas a su amado - y perdido Luis. Luis que ahora era su cunado, y pertenecía a otra: a su hermana. Luis, cuyo nombre resonaba en ella, Luis, que vivía en su mente. Luis, su Luis, Luis que nunca, jamas seria suyo...
Han pasado los años, decenas de años, pero la voz de Ana vivía y susurraba entre lineas de esas cartas amarillas, cartas escondidas en la caja de cuero cordobés. Cartas, que esperaban ser leídas ... y que llamaban en silencio a Luis. A otro Luis, su bisnieto.
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He agregado un trozo nuevo a mi cuento
El trozo anterior esta aquí
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Y mientras Luis saboreaba su cerveza, intentando ahuyentar las dudas, la casa, aquella vieja casa que algún día pertenecía a sus antepasados, se quejaba, cual anciano enfermo: le dolían loa muros,el frio y la humedad comían sin piedad las piedras de las que estaban hechas, ciegas en su avaricia cruel e incesable, los suelos de madera vieja gemían, y esos gemidos eran tristes y desgarradores. Esos pisos, esos muros , guardaban un misterio... bajo uno de los suelos entre laminas de madera hallaba escondida una caja con tapa de cuero repujado: cordobán, el famoso cuero cordobés, con sus matices de marrón, a veces casi amarillo, a veces rojizo, olía a otoño y a pasado. El dibujo repujado en la tapa, representaba una pareja de tórtolos: un símbolo cursi y enternecedor de amor y romanticismo...
A la señorita Cienfuegos le encantaban las palomas, y ella se comparaba con una : a pesar de lo que decían en el pueblo, tenia un alma tierna y frágil...
"Si a tu ventana llega una paloma, trátala con cariño , que es mi persona" -decía la canción, y con esa frase finalizaba la Señorita Cienfuegos sus cartas a su amado - y perdido Luis. Luis que ahora era su cunado, y pertenecía a otra: a su hermana. Luis, cuyo nombre resonaba en ella, Luis, que vivía en su mente. Luis, su Luis, Luis que nunca, jamas seria suyo...
Han pasado los años, decenas de años, pero la voz de Ana vivía y susurraba entre lineas de esas cartas amarillas, cartas escondidas en la caja de cuero cordobés. Cartas, que esperaban ser leídas ... y que llamaban en silencio a Luis. A otro Luis, su bisnieto.