Todas las cosas buenas de la vida son ilegales, inmorales o hacen engordar
Después de 4 días sin luz, mis recuerdos para todos los de la empresa de electricidad...
Todas las cosas buenas de la vida son ilegales, inmorales o hacen engordar
Harry atrapó por milésima vez la snitch que daba vueltas a su alrededor, para volver a soltarla. Allí, en su refugio en las mazmorras nadie se atrevería a molestarlo, y él realmente necesitaba pensar
No sabía en que momento las cosas habían cambiado, pero lo habían hecho, y estaba decidido a hacer algo al respecto
Su problema era el pecado encarnado, una fruta prohibida demasiado apetecible como para no caer en la tentación, una que prometía placeres exquisitos en ese cuerpo perfecto.
Y era su primo
Uno que si bien conocía su belleza y gustaba de presumir al respecto, no era conciente de lo que provocaba en otros. No era conciente de lo que provocaba en él.
Su sangre hervía cuando lo veía acercarse con su paso seguro y elegante, o cuando sus ojos grises brillaban furiosos en alguna de sus tantas discusiones, y sus hormonas adolescentes guiaban su imaginación a formas mucho más placenteras de hacer brillar esos ojos
Y era su primo
Se reprendió mentalmente pero sabía que no había vuelta atrás; el día anterior cuando esa descerebrada Ravenclaw le había coqueteado todo se había vuelo rojo, y algo en su mente gritó ‘Mio!’. Draco Malfoy era suyo, siempre lo había sido y siempre lo sería, y le importaba un bledo lo que dijeran la educación, la moral y las buenas costumbres, porque él no era su primo
Era el hijo de su madrina
Todas las cosas buenas de la vida son ilegales, inmorales o hacen engordar
Harry atrapó por milésima vez la snitch que daba vueltas a su alrededor, para volver a soltarla. Allí, en su refugio en las mazmorras nadie se atrevería a molestarlo, y él realmente necesitaba pensar
No sabía en que momento las cosas habían cambiado, pero lo habían hecho, y estaba decidido a hacer algo al respecto
Su problema era el pecado encarnado, una fruta prohibida demasiado apetecible como para no caer en la tentación, una que prometía placeres exquisitos en ese cuerpo perfecto.
Y era su primo
Uno que si bien conocía su belleza y gustaba de presumir al respecto, no era conciente de lo que provocaba en otros. No era conciente de lo que provocaba en él.
Su sangre hervía cuando lo veía acercarse con su paso seguro y elegante, o cuando sus ojos grises brillaban furiosos en alguna de sus tantas discusiones, y sus hormonas adolescentes guiaban su imaginación a formas mucho más placenteras de hacer brillar esos ojos
Y era su primo
Se reprendió mentalmente pero sabía que no había vuelta atrás; el día anterior cuando esa descerebrada Ravenclaw le había coqueteado todo se había vuelo rojo, y algo en su mente gritó ‘Mio!’. Draco Malfoy era suyo, siempre lo había sido y siempre lo sería, y le importaba un bledo lo que dijeran la educación, la moral y las buenas costumbres, porque él no era su primo
Era el hijo de su madrina