Título: Enjaulados
Pareja: ChenTao
Género: Slice of life
Número de palabras: 7246 palabras
Rating: PG-13 por menciones de violencia.
Resumen: Jongdae trabaja en una tienda de ropa junto con otros diez empleados con los que usualmente conversa sobre la vida en tiempos libres, desde los amoríos que todos se conocen hasta temas tan serios como violentos. Zitao es un cliente nuevo que por azares del destino le toca atender a Jongdae, que después de conocerlo tendrá que replantearse lo que pensaba era una relación abusiva y todas las demás a su alrededor.
En los días malos, Jongdae se acuerda mucho de su hermano y la frase que usó cuando le dijo que había una posibilidad de que fuera bisexual: “te dije que no te metieras a diseño gráfico” y pues no, no debió, había mejores cosas para estudiar y seguro puede verse haciendo algo mejor que “diseñar” playeras, o ni eso, porque lo que hace es mayormente digitalizar las imágenes que le llevan a imprimir para las playeras y… no, no es nada realmente gratificante, considerando que su mayor reto hasta ahora ha sido el diseño de unas playeras de Game of Thrones que salieron de otra idea que vió en Tumblr.
Pero no le molesta del todo su trabajo, porque es fácil y la paga es razonable, su jefe es amable aunque no esté mucho (y mejor así) y se ríe bastante con otros de los trabajadores del sitio.
El reparto del trabajo es más o menos así, porque a veces a uno le toca hacer poquito del trabajo de otro, dependiendo de la temporada y qué es lo que estén pidiendo más, si serigrafía, vinil textil o bordado: Hay dos bordadores, Yixing y Junmyeon, que la mitad del tiempo la pasan tratando de arreglar algún bordado porque la máquina se quedó sin hilo de algún color y Yixing no la detuvo a tiempo porque olvidó que había dejado playeras bordándose; dos serigrafístas, Chanyeol y Jongin, que siempre terminan trabajando sin camisa porque como hay que hornear la tinta que se usa en las playeras, donde trabajan se pone realmente caliente por el horno y bueno… nadie se queja. También está Luhan que está encargado de hacer los pequeños mandados, traer camisetas, cargar cajas, hacer pagos, etcétera, pero que si no hay mucho trabajo de eso termina ayudando a empacar las playeras y llevar los pedidos hasta el auto de los clientes, sobre todo si son mujeres, porque “es el macho”.
Yifan se burla de él y Jongdae de Yifan porque no tiene idea de cómo acabó como uno de los diseñadores, pero no es totalmente malo, el mundo debe agradecer que trabajar con vectores sea muy, pero muy diferente que a mano alzada porque sino… se llevarían cada “obra de arte” con los dibujos del más alto. Minseok y Sehun son otros de los que a veces terminan en tirantes, pero ellos por la plancha para las impresiones en vinil textil, a lo que todos atribuyen el brazo fuerte de Minseok, por eso de bajar la palanca de la plancha especial, que le ayuda a ganales a todos en las vencidas. Chanyeol dice que seguro no es la única palanca que jala y bueno, eso explica parte de porque Jongdae disfruta el ambiente de trabajo… no que sea su “palanca” la que jale, ni nada.
Baekhyun es otra estrellita, el chico de ventas que apenas tiene tiempo libre, se va de su puesto a hacer reír al resto, y hacer que su risa o su simple voz se oiga por toda la tienda, que hacen enojar a Kyungsoo, el encargado de llevar el orden de los pedidos que le hacen a la tienda, lo que tienen que pedir a otras, enterar a cada uno de los trabajadores qué le toca hacer en la semana y para cuando se entrega qué, llevar la caja registradora y ayudar a Baekhyun en el área de ventas… Jongdae no lo culpa por ser una persona estresada, ahora que lo piensa, si hasta él que es risueño y un poquito idiota siente ganas de aventarle por lo menos el mouse de la computadora a Baekhyun a veces, cuánto más no Kyungsoo (que en una ocasión le aventó un teléfono en la cara, no se le olvida).
En realidad no la pasan mal, salvo por uno que otro con los clientes, siempre los clientes, que de ellos tiene un montón de anécdotas pero… ese usualmente un tema que puede olvidar de un día para otro. Él sólo diseña, que los de ventas se las arreglen con ellos, o el jefe, que algo tendría que hacer, porque está como tres horas al día nada más, para decirles que adelanten tal trabajo o para que saquen de urgencia algún otro que no tenían programado, usualmente haciendo que se atrasen con entregar los trabajos que ya tenían programados, para terminar encargos de clientes que sí, piden un montón de trabajo “urgente” que terminan recogiendo una semana después.
Gracias, jefe… allí tienen los mandiles que les pidió de urgencia hace una semana, apilados y estorbando porque del cliente ni sus luces.
Da igual, por un par de pedidos grandes, a él, que sólo diseña, no le toca mucho trabajo esa semana, ni a Yifan, así que juegan volados para ver quién va por los cafés al Starbucks cruzando la calle. Jongdae usualmente gana, pero aún más usualmente terminan mandando a Luhan con un “ve y te lo pagamos” que al cabo nada más pide café del día y entre los dos les sale barato. Todo por no cruzar la calle.
Que realmente casi siempre tiene que llevarse el auto porque Minseok le pide siempre que, esté o no él allí para poder confirmar, que si va al Starbucks le lleve un café. A Jongdae eso de tomar café mientras te estás cocinando le da como asco y aunque eso no es ni la mitad de lo que se queja Sehun, porque dice que antes el sudor de Minseok no olía, y que ahora es amargo. Baekhyun cree que ni lo notaría si no fuera porque el pequeño “werdo” gusta de olfatearle la playera siempre antes de pasársela ya cuando van a irse y, francamente, todos están de acuerdo con que “qué pedo, Oh Sehun”.
No, no se queja de cómo le va. la hora de comida es especialmente divertida con ellos, Baekhyun es un especialista en joderlos a todos y verse cute. Jongdae tenía un crush enorme con él y está seguro que medio negocio y por lo menos unos cuatro clientes con los que Baekhyun se quedaba platicando para hacer tiempo a los demás de terminar las cosas que no estaban listas todavía y salvarlos de “dar un mal servicio”, la cosa es que Baekhyun resultó tener novia (con “A” al final, y no “O”). Todos estaban bien seguros de que era gay y a Jongdae le parece como curioso que Kyungsoo, que es poquito homofóbico, se vea más tenso desde que se enteraron de la noviecita… pero bueno, Kyungsoo también es súper reprimido, no sería de extrañarse que de hecho hubiera fantaseado con acostarse con el mismo chico al que más de una vez le hizo una llave en el cuello por molestarlo.
Hasta eso, Jongdae puede agradecerle a Baekhyun que el sitio parezca bastante amable y familiarizado con tener un compañero de trabajo gay… aunque haya resultado no ser gay (no sólo gay, por lo menos). No les ha dicho nada sobre ser bisexual, por supuesto, para qué crear tensiones innecesarias, pero le alegra que no se refieran a ciertos clientes como “maricón” u otras palabras que intenten hacerlo sonar denigrante.
No le gusta, eso sí, que no haya mujeres trabajando con ellos, pero dicen que sí las ha habido, sólo por una u otra cosa terminaron, dinero, generalmente, terminaron buscando (y algunas encontrando) mejores opciones. Pues bien por ellas, no están rodeadas de los soquetes con los que él sí, soquetes adorables, pero soquetes.
Ciertamente está rodeado de chicos guapos y ha tenido y tiene “crushes” con algunos de ellos, sobre todo con Junmyeon… el bordador siempre precioso, cabroncito, enojón a veces, pero precioso, el mayor teaser de la historia, pero sólo con él, porque está seguro que él sabe que le encanta, pero no, porque aunque Junmyeon nunca ha ocultado su pequeño enamoramiento con Luhan, siente que la mitad es sólo para molestarlo por parecer chica, aunque todos lo hayan visto en camiseta interior y definitivamente dejar de parecerlo, Junmyeon es casado.
Triste… la verdad es que si la esposa no estuviera esperando un hijo de él, Jongdae si se animaría a tratar de “robárselo”, pero ya con papás no se mete.
Ese es el lado malo de trabajar con gente guapa que no puedes tener… no puedes tenerla, pero Jongdae es inteligente y sabe disfrutar de su compañía a pesar de eso y, el día que Kyungsoo se enferma y Baekhyun de pronto tiene un montón de trabajo que sabe hacer, pero no le gusta, Jongdae no tiene problema para irse al frente, a ventas, a ayudarle un poco y disfrutar de verlo sufrir tantito, pero solo poquito, porque es gracioso hasta peleando con los pedidos.
Esa tarde no piden nada del Starbucks, están contemplando pedir algo de Subway para comer cuando llega un chico, casi a la hora de cerrar para la comida. Baekhyun odia que hagan eso, pero igual lo recibe con una de esas sonrisas bonitas que tiene, coqueto de mierda, piensa Jongdae sonriendo también antes de dar un vistazo al cliente.
Un chico alto, casi tan alto como Chanyeol, calcula, no tanto como Yifan, esas alturas ya no lo intimidan, pero tiene cara de alguien intimidante, serio y con audífonos en lo oídos, parece no escucha el “buenas tardes” de Baekhyun y sabe que el mayor no se las va a repetir hasta que parezca que el recién llegado ya terminó de ver todo lo que quiera ver en la tienda. Jongdae lo ve y lo ve, preguntándose qué clase de cosas busca un chico cómo él, la ropa no le da una pista clara de diseños, pero por la sudadera y los audifonos, apuesta algo que vuelve de correr o caminar.
Cierto, hay un gimnasio por allí, al que está suscrito el jefe y al que Chanyeol alguna vez fue, pero luego se salió porque igual ya hacía bastante brazo con sólo las impresiones en serigrafía. El chico lo ve y ahora es Jongdae el que da los buenos días, tal vez sí un poquito intimidado por la mirada de gato… que se deshace en una voz bajita que pregunta el precio de las playeras impresas.
Baekhyun se adelanta preguntándole todo, cosas que a Jongdae se le olvidaría preguntar por completo, pero está bien, no está en ventas, aunque le sirve escuchar y aprender un poquito. Baekhyun igual es flojo y lo manda a buscar un par de playeras para el chico y unas sudaderas, para que se las mida. Jongdae sabe y está seguro que Baekhyun también, que la talla chica probablemente le siente un poco corta al largo torso, que tal vez una talla mediana como la que usa Chanyeol le iría mejor, pero igual le lleva las dos. No le toma mucho darse cuenta para qué las dos.
Primero, el chico no tiene el mismo tipo de cuerpo que Chanyeol, se nota mucho más delgado cuando se quita la sudadera, y segundo, Baekhyun quiere ver. ¡Jongdae sabía que no podía ser heterosexual! Aunque fuera poquito, Baekhyun tenía que gustar de los hombres, eso o era sólo voyerista. Lo que fuera, Jongdae lo puede agradecer porque cuando el chico se va a probar la segunda playera, se le sube un poco la que llevaba él y ambos vendedores, tanto él como Baekhyun, inclinan un poquito la cabeza para ver.
Upsi…
La verdad, sí está sonriendo, es que el chico es hasta bonito en cómo habla y no es que tenga el mejor cuerpo de todos, ha visto otros que le harían buena competencia, los ve casi a diario, pero tiene un modo de pedir las cosas, de ver y tocar las cosas que le parece que conversa con ellas.
Niño raro.
Se pasan unos veinte minutos enseñándole diferentes tallas y hablando de lo que puede costarle tal o cual diseño que trae en su celular, porque resulta que también estudió algo de diseño y entiende más o menos como funciona la serigrafía y el vinil. Baekhyun deja que Jongdae lo atienda, porque así él se pone a terminar de hacer el pedido de las camisetas que necesitan tener listo antes de la una de la tarde o porque si no, no se los llevan y habría que mandar a Luhan por ellas… que muy probablemente van a tener que hacerlo.
En algún momento la conversación deja de ser sobre las camisetas que quiere para el gimnasio y más sobre la escuela en la que estudiaron, una profesora que tuvieron en común, pero que no sabían porque Zitao, como se llama el chico, es de una generación anterior a la de Jongdae, porque habiendo tantos diseñadores nunca se toparon en la escuela, pero llegan más clientes y Zitao se acuerda que tiene que irse, pero le pide una tarjeta del negocio para seguir en contacto… por las playeras y eso, para ver los diseños. Y Jongdae sólo agradece que Baekhyun se tenga que ocupar del nuevo cliente porque así puede escabullirse a la computadora otra vez, lejos de ventas y de las cosas que seguro le va a decir el mayor por “coquetear” pero... la sonrisa enorme de satisfacción no se la quita nadie.
Yifan lo ve y a él sólo le da risa porque sabe que seguro se dio cuenta de la sonrisa de idiota, por suerte es sábado y no tiene que comer con ellos ni oír a Baekhyun darles la noticia. No es que ellos sepan de antemano que Jongdae gusta también de los chicos, pero ¿les sorprendería? Considerando cómo se ponía con Junmyeon al principio, seguro que no. Jura que los únicos “cis” en el negocio son el jefe y… ¿Junmyeon? ¿Chanyeol? Chanyeol puede ser y cuando Jongin crezca, él también puede ser.
Para el sábado en la noche, ya no piensa en el chico, así que el lunes a mediodía ya ni se acordaba de Zitao hasta que desde su computadora lo ve llegar, con un Starbucks en una mano y una bolsa de más cosas de Starbucks en otra. A Jongdae le hace gracia, pensó que la gente que iba mucho al gimnasio no comía esas cosas, pero por supuesto que las come, son ricas y de hipsters. Zitao pregunta por él por nombre y Baekhyun, que de todo se acuerda siempre, sonríe de modo que a Jongdae, que lo está bien, le hace hacer un leve berrinche que Yifan ve, pero del que el más alto nada más se ríe cuando lo manda a atender al cliente.
Jongdae nunca se intimida mucho por nada, y por hablarle a otro hombre mucho menos, le habla con confianza, porque la gente no le da miedo como a Luhan, que pudo haber sido un gran vendedor, pero odia ese tipo de presión. “Las playeras del gimnasio, ¿no?” es su forma de decir “sí me acuerdo de ti, pero a Zitao no parece parecerle suficiente, se nota la ligera decepción por un segundo, antes de que deje su Starbucks en el mostrador y saque el celular para empezar a decirle lo que pensó para algunos diseños, mostrándole algunas imágenes. Algo como esto, más o menos así, ¿qué opinas? El problema con la gente que sólo diseña para monitores es que se olvidan de que cuando hay que imprimirlo se… complica un poco.
Se toma su tiempo para recordarle algo que seguro vio en alguna clase y le hace por lo menos tres presupuestos diferentes, incluso lo pasa a donde está su computadora, donde usualmente no pasan los clientes y es más que obvio para Zitao porque Yifan se ve por demás incómodo con el “intruso” y porque una envoltura de Snicker en su escritorio, y lo deja pasarle los archivos de su diseño, para hacer algunos ajustes, para que siga viéndose bien y que no le salga carísima cada playera o sudadera.
Al poco rato están hablando otra vez de la facultad, de una clase que Zitao lleva que a Jongdae no le tocó y de una optativa que el menor no sabe si tomar o no. Deciden que no antes de que jongdae le regrese el USB a Zitao, para que consulte los cambios con el dueño del gimnasio y esta vez, Zitao si le pide una tarjeta, aunque asegura que se le hace más fácil pasar por allí que llamar, porque le queda de camino.
Esta vez, no se salva de las preguntas incómodas de Baekhyun a la hora de comer, que evade pidiéndole que no se ponga celoso, que se acuerde que él lo dejó primero por Taeyeon y tonterías que eventualmente derivan en hablar de las mujeres ideales de cada uno y que Sehun responda “BoA”, como todos se esperan, lo cierto es que todos piensan que está enculado con ella desde que luego de que le subió algunas cajas de playeras a la camioneta, ella lo subió a él y luego se le subió encima en… quién sabe dónde, nadie deja que Sehun cuente mucho de esa historia porque no se vaya a poner duro.
Zitao va hasta el miércoles a decir que de las sudaderas todavía no le confirman que las playeras si las van a querer como uno de los diseños que Jongdae le hizo y que ya tiene una lista de tallas y colores que necesita para para el pedido y que aunque ya no necesitan a Jongdae para eso, igual Baekhyun le habla para que atienda a Zitao. Nadie se va a quejar.
Mientras Jongdae pasa el pedido de la lista que le entrega Zitao, él le dice cómo les gustó a los demás el diseño, que el problema fue que el dueño del gimnasio, su entrenador también, ya habían visto el que les había hecho él y que a la mejor va a querer una con todos los colores para él, porque es necio y no le cree que el vinil lo va a hacer sudar más y… cosas. Jongdae lo deja hablar, porque Zitao parece contento de hacerlo y a él no le molesta que lo esté. Cuando el deja pagado el anticipo le queda a decir si va a hacer otro diseño para las sudaderas y Jongdae le ofrece pasarle su Whatsapp, sólo por si ve algo que más o menos le guste o si tiene bocetos que él pueda decirle cómo hacer, para que él se los pueda presupuestar antes de que se los muestre a su entrenador, una cortesía, supuestamente.
Es por el avatar que Zitao tienen en Whatsapp que Jongdae da por sentado que a Zitao le gustan los hombres y también que, probablemente, tiene novio, uno de esos novios de gimnasio también, alto y lo que sea, porque sale con él en la foto. No tiene que significar nada, lo sabe, pero le da esa vibra, vibra de tipo posesivo como los que le agarran la cadera a la persona con la que salen en las fotos. Como en esa.
También es por Whatsapp que Zitao le pide que lo espere con el pedido de sudaderas, hasta no ver cómo salen las playeras, y le suena a cosa del dueño del gimnasio, pero total, no es su problema.
El día que van a recogerlas y liquidarlas, el hombre de la foto en Whatsapp llega con Zitao y casi no lo deja hablar, ni a él ni a Zitao, y Baekhyun se pone suficientemente incómodo como para hablarle a Chanyeol para que les ayude a subir la caja al auto… a esos dos hombres que se ven más o menos fuertes. El hombre no dice una sola grosería, pero en su forma de hablar, de tratarlos, de ver las camisetas como esperando en ellas algún algo de qué quejarse y su forma de burlarse “jugando” por pedirle a alguien más de la tienda que le lleve las playeras al automóvil es… desagradable, todo en él es desagradable a ojos de Jongdae ¡y ya quisiera que sólo fueran celos!
Tal vez es que ya reconoce a la gente violenta con sólo la forma de hablar, es como algo que no pueden quitarse de encima. Baekhyun les platica a los demás con santo y seña y entre todos sacan la teoría de que probablemente esté metiéndose cosas, de esas cosas que se mete a veces la gente para hacer más músculo, o pura testosterona.
En la noche, después de cerrar, Jongdae recibe un mensaje de Zitao donde le agradece las camisetas, y una foto de él usándola, tomada con celular en el espejo, y se ríe, cuando se da cuenta que cambió la foto de perfil por esa. Mejor, que el otro pendejo se chingue.
Empieza a recibir más mensajes de Zitao, diseños para clientes que tal vez le mande para que se hagan camisetas también, y luego ya no sólo de eso, cuando Jongdae le manda un diseño dibujado por él a mano para sus sudaderas y Zitao le alaba lo bien que dibuja, comparado a él que es incapaz de esas cosas y terminan hablando de Yifan y el negocio y los compañeros de clase de Zitao y luego los chicos del gimnasio… hasta que Jongdae se anima a preguntarle si el tipo de la otra vez es su novio o algo.
Zitao lo deja con dos palomitas por cinco minutos y él se distrae jugando Farm Heroes, odia al mapache y que el juego esté diseñado para que después de cierto punto no puedas pasarlo a menos que gastes de los… ¿garbanzos? ¿frijoles? lo que sea que sean. No es hasta que se acaba dos corazones que se acuerda de revisar su celular y nota que ya hay una respuesta que él no atendió. Lee antes de darse tiempo de dudar y sonríe por la respuesta sincera de él, aunque haya tardado. Igual no se aguanta decirle que cree que su novio es una horrible persona y que Zitao lo excuse con que tuvo un mal día no lo hará cambiar de opinión, le dice a modo de juego que la próxima vez vaya sólo él.
Tres días después que pasan entre mensajes normales, Zitao de pronto le dice que tal vez no le pida sudaderas para todos, le pide perdón y Jongdae cree saber por qué. No se anda con rodeos cuando le pregunta si su novio le revisa el celular. Zitao no le responde más ese día, aunque siga viéndolo en línea otro rato más.
De nuevo con poco trabajo y después de ganarle un volado a Yifan por ver a quién le tocaba hacerlo, se queda doblando camisetas junto con Kyungsoo mientras Jongin se las trae del Infierno (donde tienen el horno para las camisetas). Hablan de esos chismes que Kyungsoo siempre oye pero de los que no comenta… hasta que algo pasa que lo hace explotar y despotrica de todo. Esta vez es sobre una prima de quince años que resultó embarazada después de haber desaparecido una semana de su casa con “ayuda” de la mamá, y el pobre papá, tío de Kyungsoo, con el alma en un hilo para que la niña llegara para pedirle ayuda, ahora sí.
Resulta que la mamá sabía que se iba a fugar de vacaciones con el novio y para que el papá no se enojara la dieron por perdida. Kyungsoo no daba crédito de ese nivel de mala madre y mala esposa y se le nota la violencia en la voz y la rabia. Kyungsoo habla de que el que la embarazó tiene que hacerse responsable, Jongdae cree que sí, pero mejor no los casen, o van a terminar mal, o quien sabe, pero mejor que se lo piensen bien. Jongin, como es del tipo que no aprueba es de tener sexo premanital, sólo niega con la cabeza y les deja otro bonche de camisetas que están casi tan calientes como él… Pero esa es sólo una pequeña distracción que tanto Jongdae como Kyungsoo se permiten por un segundito de la conversación. Acuerdo común, nadie dice nada de que todos, al menos una vez al día, dan un buen vistazo del cuerpo de Jongin.
Como sea, no tardan mucho en cambiar ligeramente el tema, porque seguro que no llegan a un acuerdo en eso de si deben o no casarse, puntos de vista muy diferentes y él no es del tipo de debate para tener la razón, ya ha visto como Kyungsoo, con todo y que es mejor amigo de Chanyeol, se agarra sus “rounds” cuando algo de lo que dicen no convence al otro y bueno… no quiere de eso. Allí mejor es trabajar todos tranquilos, tomarse una Coca-Cola bien fría y serenar los ánimos y el calor que dan las playeras.
No es hasta después de un par de horas que Jongdae se da cuenta que olvidó preguntarle a Kyungsoo qué quería su prima. Capaz y ella sí se quiere casar, o no, o no sabe, si mal no recuerda no tiene ni los veinte años y eso es ser menor que Jongin (y Sehun también es menor que Jongin, pero tampoco lo casaría a él con nadie).
A la salida, cuando Junmyeon está cerrando, le pregunta si se arrepiente de haberse casado, si cree que él y la que ahora es su esposa pudieron haber llevado el embarazo de ella de forma diferente. Pero es Junmyeon y la respuesta a esas preguntas que pondrían en duda su moralidad las responde con una sonrisa y, básicamente, negando todo. Él dice que es feliz y que ama a su esposa y a su hijo, que no puede arrepentirse de hacer lo correcto. Jongdae cree ver por un instante, mientras caminan al automóvil del mayor para que le dé un aventón a su casa, una sombra pesadísima sobre los hombros de Junmyeon, porque sabe a todas las cosas que renunciaron él y su esposa por casarse, por ejemplo, al dinero de sus padres y poder seguir viviendo mantenidos por ellos. Incluso ella tenía esa opción, si dejaba que los padres la mandaran a quién sabe dónde a abortar…
El camino en el auto lo pasan callados, pensando los dos probablemente en esas cosas, en qué tan bueno o malo ha sido lo que han elegido, por eso cuando Jongdae se baja del auto, se despide de Junmyeon con un eso casi en los labios, porque cae en la cuenta de que no hay nada más que pedirle a Junmyeon y que Junmyeon tampoco puede pedir más de nadie más ahora, por su propia definición de estar casado. Ninguno de los dos dice nada o reacciona mal cuando cierra la puerta, él mayor actúa, de hecho, como si ni siquiera hubiera pasado y es tan triste que se despida de él con una de esas sonrisas.
Él llegará a su casa tarde, con su esposa y su hijo, a cenar con ellos, a hablar del trabajo y a dormirse para volver a trabajar mañana, y su esposa va a amarlo y su hijo también y él a ellos… y sólo por eso no poder volver a ser el niño rico, presidente de la clase, va a ser más o menos tolerable.
La idea de esa vida abruma de tal modo a Jongdae que llama a Zitao y apenas le reconoce la voz, le dice que le gustaría que comieran juntos al día siguiente, si tiene tiempo en la que es su hora de comida. Zitao está con su novio, Jongdae lo sabe, porque el menor le contesta con un plano “sí, ok” que sólo le irrita porque le escucha nervioso, como ansioso de colgar, o tal vez todo está en su cabeza por lo de recién, pero con una sonrisa de dinosaurio, como dice Baekhyun que es, le pide que no lleve a su novio.
Al día siguiente se encuentra con Zitao en el Starbucks, los dos llegan a tiempo y puede o no que esté algo nervioso, pero se le olvida cuando cuando le ve los ojos rojos a Zitao y escucha un perdón antes de que guarde el celular y se ponga gafas oscuras. Jongdae no le pregunta nada, le sonríe y lo invita a pedir algo, él se lo paga. Está seguro que no pasan ni veinte minutos cuando lo tiene abrazado y él lo abraza, llorándole en el hombro de tristeza y de rabia porque acaba de discutir con su novio por alguna cosa estúpida, algo sobre el desayuno, algo sobre el suplemento alimenticio correcto, quién sabe. Jongdae sólo le soba la espalda y lo deja desahogarse, aunque el café helado se les esté derritiendo en la mesita redonda del Starbucks. Muy pronto descubre que aunque Zitao tenga muchos amigos, además de él, al parecer, no tiene otros que no sean más amigos de ese novio suyo, gente del gimnasio. Si acaso algunos de los chicos de su carrera a los que casi ya no ve porque las clases ya las tienen todos a diferentes horas y con diferentes maestros, porque es el último semestre y ya algunos tienen trabajos y él… él tiene uno también, en el gimnasio.
Jongdae extiende un poco su hora de comida para Zitao, para comer además de hablar y hasta lo hace reír, le dice cosas para que sienta que no es tan malo, que puede burlarse un poquito de la situación, sin burlarse de él y, cuando lo ve mejor, cuando Zitao le sonríe con los dientitos de gato que le recuerdan a los dientes de perro de Baekhyun, que por cierto le manda un mensaje preguntando si va a volver o qué, se despide de él como de Junmyeon… y no, porque no siente pérdida en el beso en la comisura que le da a él. Se siente correcto.
En el trabajo hace un par de diseños para bordados de pedidos grandes, para que le den tiempo de pensar en Zitao, en Junmyeon, la prima de Kyungsoo y la historia del gato que le mataron a Baekhyun hace 2 años, ese gato del que siempre se acuerda pero nunca sabe exactamente porqué, el gato Baekhyun tenía en su casa y sólo salía al patio a revolcarse en el albacar de la mamá de él y que le envenenó algún vecino… o que se comió algún animalito envenenado, difícil saber. Se acuerda que Baekhyun no fue a trabajar dos días por estar llorándole a ese gato y cómo no se habla de él nunca.
¿Cómo alguien puede amar tanto a un animal? ¿cómo alguien puede amar a un cabrón que lo trata mal? ¿cómo puedes dejar de amar a alguien, a un hijo, porque decide amar a otra persona y salir de casa? ¿cómo puedes no odiar a alguien con quien te fuerzan a casarte? ¿y cómo amas al niño que nace de esa unión forzada? Entre cada línea que dibuja, piensa en los matrimonios arreglados, en un documental viejo que vio sobre un par de niños que estaban comprometidos desde los como seis años y donde la niña lloraba porque la separaban del que iba a ser su esposo, que también lloraba. No duda que se pueda amar, ni es tan pretencioso como para decir que esas cosas son sólo capricho, como ha oído decir a su hermano cuando se queja de esa amiga suya que no deja al tipo que todos, hasta ella, saben que la engaña en cada oportunidad… Piensa que amar de esa manera debe ser terriblemente doloroso.
Al día siguiente, en la mañana, cuando no llegan casi clientes, no hay mucha gente despierta como para molestar con mensajes en Whatsapp y las playeras que necesitan para de hecho trabajar no han llegado, Chanyeol y Jongin salen del Infierno para ir a donde están las computadoras, a disfrutar de su abanico y platicar con Yifan y él sobre cosas, varias cosas, y en algún punto de la conversación, Sehun y Minseok se unen también. Hablan de “hijos regados”, porque Chanyeol jura que uno de los clientes que él atiende tiene tres hijos reconocidos… con tres personas diferentes, y Minseok cuenta que su entrenador de kendo así también tenía hijos regados, pero él nueve y Jongin nada más desaprueba todo, pero no les dice nada, sólo escucha la conversación hasta que a él, Jongdae, se le ocurre preguntar cuántos hijos regados tendrían ellos.
Chanyeol dice que él no se sabe ningún hijo y Sehun dice que una vez una de sus amigas pensó que estaba embarazada, pero fue una falsa alarma, Yifan dice que él pudiera ser que tenga uno, pero no sabe, porque la compañera de escuela con la que estuvo se casó con alguien más antes de que todos supieran que estaba embarazada así que, puede o no ser de él. Minseok dice que si se llega a enterar de un hijo, se responsabilizaría y Jongdae no sabe si dudarlo o no, pero que Minseok es responsable y trabajador pero… también piensa que todos se saben la historia de Junmyeon y duda que sea tan fácil como decirlo.
Jongdae no quiere pensar en qué haría si un día un antiguo amor o amorío le aparece diciendo que el hijo que tiene es suyo, pero tampoco quiere imaginarse ser el otro lado. Si lo piensa, para un hombre, en un sentido físico y quizás emocional también, es mucho más fácil desentenderse de un hijo, pero las mujeres tienen que tenerlo y tanto tenerlo como no tenerlo les acarrea consecuencias físicas y sociales que… le hace pensar que si él fuera mujer, estaría preocupado todo el tiempo, ¿y así cómo?
De allí sale la pregunta de qué sería de la vida si fueran mujeres todos y Chanyeol es el primero en perder la seriedad para decir que él sería lesbiana y ya. Jongin cree que Chanyeol sería bonito como su hermana y él… él sería bailarina de ballet, porque de ser mujer sus papás no hubieran dudado ni un segundo de seguir pagándole las clases. Minseok cree que ser mujer es problemático y que ni siquiera lo va a pensar, que si fuera mujer, él no querría ser mujer. Jongdae, sin embargo, no alcanza a decir qué él cuando empiezan a debatir quién sería la mejor mujer entre ellos, sólo ellos, y las apuestas están entre Jongin y Yifan, que quedan descartados cuando Jongin propone hablar de los que no están y en secreto hacen ganar a Kyungsoo. Kyungsoo sería el más “mujer”, ¡pero Baekhyun!
No llegan a ningún lado, porque antes de que puedan volver a ponerse de acuerdo, Luhan llega trotando a donde están ellos para decirles que le ayudan a bajar las cajas, a lo que Yifan se excusa con “yo soy mujer” para no bajarlas y Luhan no entiende nada, pero Joning se ríe y se queda allí, con Yifan y Jongdae, jalando a Luhan para que se siente con ellos y descanse de la vuelta.
Tras el resumen de la plática, Luhan admite que puede que él tenga un hijo en China del que nunca se habló nada, porque ella no se quería casar con él y él igual se iba a ir del país (no se fue por eso, aclara fervientemente) pero eso, un niñito por allí, dice que no habla de eso porque pensarlo es muy raro, porque no sabe nada de él, dejó de hablar con ella.
Lo que Jongdae piensa es que los espermas son muy peligrosos y si hay tal cosa como el “sexo seguro”, Luhan dice que sólo el seguro te embarazas y de allí sale la anécdota de un amigo de él (Yifan, por supuesto) que le contó que antes de descubrir que las tallas extras no eran sólo para playeras, rompió sin querer más de un condón.
A media tarde, Zitao le manda un mensaje para saber de su día, él le cuenta poquito de la conversación, exceptuando lo de los hijos regados, pero de la parte de ser mujer. Zitao le dice que son raros todos ellos, pero que sí el fuera mujer, le gustaría tener bubis grandes y hace reír a Jongdae que se roba la foto que el menor tiene ahora de avatar para editarla rápido con un par de bubies grandes, de grande tipo hentai y entre risas se la manda, para hacerlo reír y repelar también. Y mientras lo imagina reír, también piensa que no quiere que siga con su novio.
Una noche le pregunta por mensajes si es feliz con él y Zitao le responde que lo quiere, que ha sido su novio desde que él estaba en preparatoria y Jongdae se queda quince larguísimos minutos mirando su celular preguntándose qué edad tendría Zitao la primera vez que su novio lo besó, la edad de él, que se nota le lleva por lo menos unos cuatro años… cuatro años en los que se hace una licenciatura, más o menos.
Con el semblante serio, pero pretendiendo tono de broma le pregunta si es la típica confesión de “me gusta mi maestro de deportes”, porque mientras escribe ya se imagina la respuesta que le hace enojar y casi llorar de rabia, que se traga pasando saliva.
Jongdae realmente no tiene memoria de su primer amor, recuerda cómo era la persona, la chica, pero no cómo se sentía y en realidad no fue un sentimiento que arrastrara muchos años, un par de años tal vez en secundaria, pero ya. Hablando más con Zitao entiende el amor que le tiene a su novio, entiende que fue él quien despertó cosas por primera vez en él, entiende que lo admiraba, que sació mucha de su curiosidad, que lo hizo atreverse a más cosas, que tuvo muchos de sus “primeros”... y desea que no sea como en la tienda con Zitao a solas, que no le hable mal, que no lo haga sentir menos, pero la conversación en el café le recuerda que él es así, que puede ser peor.
Pero Zitao habla de él con mucho amor, porque seguro ahora están bien, y mañana, cuando vuelvan a pelear, va a volver a llorarle que su novio lo maltrata, que le habla feo por cosas tontas, como si ya no hay agua, o si no se dio cuenta del peso que había dejado puesto en los aparatos del gimnasio, o los recibos del departamento que comparten.
Un día, cuando hay mucho trabajo y todos están ocupados, salvo los dos que salen a comer, Yifan y Jongdae, le pregunta a él qué piensa. Yifan le pide que no se meta, porque sólo se hará problemas para sí mismo, porque la gente como Zitao, en relaciones así, no dejan a sus novios, dejan a sus amigos. Y es duro de escuchar, pero Jongdae puede verlo pasar, Zitao lo sabe, por eso sus únicos amigos además de él son los amigos de su novio. Jongdae sabe que Zitao está atrapado. Todos, incluso él lo sabe y su novio mejor que nadie.
Cuando lo habla con Baekhyun, la pregunta con la que el mayor lo enfrenta es tan triste como atinada, aunque a Jongdae le pese aceptarlo, mi misma pregunta que alguna vez, hace unos años, Baekhyun le hizo a Junmyeon: si estaba enamorado de la persona o de la idea de poder ser el príncipe de esa persona.
¿Por qué quieres rescatarlo? ¿qué hace a alguien decidir cuál causa es justa para luchar y cual no? Zitao no es una persona débil físicamente, ni emocionalmente, en realidad, ama profundamente, ese es el problema, y Jongdae admira tanto como le entristece ese amor desmedido.
¿Él le pega? No. No le pega, no necesita hacerlo, lo tiene acorralado, lo tiene atado de manos y pies a él. ¿Lo lastima? Sí, cada vez que le habla con palabras duras, cada vez que lo humilla en público, que aleja a sus amistades de él, cada vez que deja de ir al departamento que comparten y deja de contestar sus llamadas, en cada amenaza con dejarlo o serle infiel, cada día que lo hace sentir no suficiente y que debería estar agradecido porque él se fija en él, cada vez que tiene relaciones con él… lo lastima, y Zitao, que sólo lo ha hecho con él toda su vida y que ha aprendido lo que sabe de sexo gay no de una escuela, que no enseña nada de eso, ni de sus padres que no lo aprueban, sino de novelas románticas malas y fanfiction que le dicen que es normal que duela, que es normal que sufra…
Todo lo que Zitao sabe del amor es que el amor se tiene que sufrir, porque eso le dice todo lo que lee, todas las películas que ve, que aguantar maltratos, si es por amor, está bien. Él cree en el amor que siente y su novio cree realmente que se merece ese amor, porque a los ojos de Zitao se lo merece. ¿Y cómo se rompe con eso?
Jongdae realmente no sabe cómo contestar la pregunta de Baekhyun, no sabe qué siente por Zitao, aunque es cierto que lo que siente por su sonrisa, por su risa, siempre viene acompañado de unos celos enormes y una rabia por quien tiene todo eso y cree que no se lo merece.
Basta una vez que el novio de Zitao le quite el celular y vea los mensajes, basta que vea los corazones en ellos, los emoticones de besos y las risas, los dibujos y los diseños compartidos para que todo empiece a deteriorarse.
Un día, el novio de Zitao va a pagar las últimas playeras que Zitao pidió y las recoge por él y Jongdae sabe. No le da las playeras extra que había hecho de su propio diseño para Zitao, no le da tampoco los buenos días ni un que le vaya bien cuando lo ve salir. Le escribe sólo algunas veces más a Zitao para recibir mensajes que siente tristemente cortantes, que tienen la sensación de “ser por su bien” y un día deja de mandarle los dibujos que a él le gustaba ver antes.
No vuelve a llamarlo desde el día que cuando el otro lado del celular contesta es para que él escuche a Zitao diciendo que no va a contestar, con voz quebrada y gritos, gritos demandando que le conteste a su amante, al “pinche puto muerto de hambre” y lo oye llorar a él.
Falta un día al trabajo y nada más, la vida tiene que seguir, aunque es un poquito menos linda por saber de él, por tener un contacto en el celular con el que ya no puede hablar pero que no quiere borrar y un día, un día de tantos, los ve en un centro comercial, actuando como novios de verdad y a Zitao sonriendo, porque él le compró algo, con helados en las manos y riendo… hasta que ya no, y lo sabe en el segundo que Zitao se queda con el helado en la mano y el puchero contenido y su novio sigue caminando.
Jongdae ama a Zitao, ahora lo sabe, cuando Zitao se da cuenta de que él los mira al otro lado del segundo piso y camina a él… a su novio, no a Jongdae.
Zitao está atrapado en una jaula de la que no se atreve a salir y Jongdae, que lo ama, que lo amó, siente que lo mejor que puede o pudo hacer por él fue enseñarle que la puerta de la jaula siempre estuvo abierta, pero nadie de los que lo aman va a meter la mano para forzarlo a salir.
El último mensaje que le manda es: “Mereces algo mejor” y las muchas otras cosas que piensa, no se las sabe decir.