Título: Corazón de León
Pareja: ChanTao
Género: Drama, GoT!AU
Número de palabras: 4028 palabras
Rating: PG-13 por ligera violencia y sangre.
Resumen: Zitao Lannister sabe que el compromiso que quieren hacer entre él y la princesa Yura Baratheon es parte de un plan para subirlo al poder que incluye el eventual asesinato del príncipe heredero Chanyeol. Zitao tiene que elegir entre los deseos de su familia y su propia conciencia y aceptar las consecuencias de cualquiera que sea su decisión.
Advertencia: Mención de cacería, para las personas sensibles al tema.
Zitao no es el único Lannister con corazón, ciertamente, pero es el único que se permite usarlo así de seguido. Su padre cree, y tal vez tiene razón, cuando le dice que no es el adecuado para ser Rey, pero es el único hijo que su padre tiene, su única opción.
-Si no fuera por tu madre, yo mismo me casaría con la heredera de los Baratheon.
Seguramente la única cosa de la que Zitao es capaz de hacer que pudiera enorgullecer a su padre es casarse con la princesa, que no es sucesora del trono… mientras no pase nada con su hermano. Zitao sabe que tras los muros la gente ya está planeando que le pase algo y él, él no quiere saber y su padre menos quiere que sepa. Puede ser que su conciencia ya esté muy sucia de sólo saber que algo pasará y no saber qué hacer por eso, de encontrar no forma de susurrarle a la que pretenden que sea su esposa que no deje que maten a su hermano.
Su madre le habla cada vez que puede de planes para cuando sea Rey, en secreto, porque no vaya a ser que alguien escuche, dice su padre, pero ella se emociona tanto y cada vez que lo hace, cada vez que ella fantasea con vivir en Desembarco del Rey en vez de Roca Casterly a Zitao le dan ganas de llorar, de hacer rabietas, de decirles que, a pesar de lo muy tentador que le es el oro y los banquetes, incluso el poder, no quiere eso, no quiere ser rey, aunque la última vez que lo hizo, su padre lo reprendió de la peor forma.
A la fecha, él cree que de todo lo que pudo quitarle, nada fue más doloroso que lo que le arrebató porque, realmente, no esperaba que su padre supiera lo que había considerado su mayor secreto, aunque ¿cómo podría no? Su padre lo sabía casi todo, al menos todo lo que pasaba en Roca Casterly.
La gente dice que puedes ser terco hasta cierto punto sin provocar que te corten la garganta también.
Con lágrimas en los ojos, tiene que emprender el viaje a Desembarco del Rey acompañado de su madre y sólo algunas de sus posesiones, porque pronto todo, lo que ha vestido, lo que ha comido y la gente con la que ha crecido va a tener que cambiarla por lo que encuentre para él en Desembarco del Rey… incluso el mar, va a tener que cambiar el sonido con el que recuerda las olas y el aroma del mar por otra sal, otro viento.
Les toma días llegar y cuando lo hace está tan cansado que tiene aún más marcadas las ojeras bajo los ojos. Ha comido cosas ricas en el camino, pero ni un sólo día ha podido descansar pensando en todo, en el futuro, en la que esperan sea su esposa, en cómo puede causarle una buena impresión, en el príncipe que tampoco conoce pero que ya le causa pesar de sólo imaginar que, tan pronto lo casen a él con su hermana, en cualquier momento va a dejar de existir.
A su caravana la recibe el mismísimo Chanyeol Baratheon, heredero legítimo del Trono de Hierro, hombre casi muerto, que a ojos de Zitao se ve tan contento de verlos que le provoca sólo esconderle más la mirada cuando les da la bienvenida, pero su madre no se lo permite. ¿Cómo ella no siente nada?
-Bienvenidos a Desembarco del Rey, nos alegra recibir a los señores de Roca Casterly -Chanyeol hace una reverencia cortés y Zitao y su madre contestan desde sus respectivos puestos-. Soy Chanyeol Baratheon, hijo del Señor de los Siete Reinos y Señor de Bastión de Tormentas, a partir de aquí, yo mismo los escoltaré al palacio.
Chanyeol hace una seña para que traigan su caballo con el estandarte de los Baratheon, un ciervo, como esos que los leones se comen. No parece una persona débil, alto y no de todo debilucho. Los recibe con ropas reales pero anda de armadura, confía en ellos, incluso para darles momentáneamente la espalda para subirse a su caballo.
-Mi padre se disculpa por no poder venir personalmente, pero su salud no ha sido la mejor en estos días. En el palacio les tiene algo preparado para compensar, estoy seguro que disfrutarán los dos su estadía en Desembarco del Rey, pedimos que arreglaran las habitaciones para ustedes. Tardaremos un poco más en llegar, pero cuando estemos allá, podremos llegar directo al banquete, deben estar hambrientos.
Zitao sonríe con pena, no necesariamente avergonzado, pero sintiendo que su estadía en el palacio será más dolorosa de lo que podrá soportar.
-Su casa ha sido muy generosa con nosotros -anuncia Chanyeol, que ahora cabalga cerca de ambos para retomar el camino.
-También lo han sido ustedes con nosotros, nos alegra tenerlos como aliados y que la relación entre nuestras familias haya sido tan próspera por tantos años. Esperamos seguirlos sirviendo bien.
Zitao cree que su madre perdió el sentido de culpa, con tanto cinismo, pero ella sabe lo que hace, porque hace a Chanyeol sonreír de lo más contento.
-Espero que mi padre me dure muchos años, pero cuando llegue su hora, prometo que no me olvidaré de todo lo que han hecho por nosotros, siempre tendré a los Lannister cerca de mí, mi Lady, no sólo los Lannisters pagan siempre sus deudas.
-Me alegra escucharlo del joven príncipe, sé que hablará a nuestro favor si es necesario -Lady Lannister no es muy discreta para señalar con la mirada a Zitao, que por un momento se hiela de sólo pensar a qué pueda referirse y cómo puede interpretarse, pero Chanyeol se ríe.
-Estoy seguro que mi padre estará contento de conocer a su hijo, así como lo está mi hermana, aunque, para ser sincero, esperaba a alguien un poco mayor.
-Ah, no, Zitao tiene un año menos que usted, pero le puedo asegurar que ha sido bien educado y espero que pueda causar una buena impresión con su familia.
--Mi padre también tiene en alta estima a su casa, veamos qué pasa… ¿Zitao es tímido?
-Oh, no, no, él sólo debe estar cansado y hambriento, siempre se queda callado cuando tiene hambre.
Eso lo despierta.
-Madre… -le habla bajito, esta vez, sí con vergüenza.
Chanyeol se ríe otra vez, tanto que casi asusta a los caballos, por lo que se disculpa justo después.
-Me pasa igual, pero ya pronto podran comer y descansar, el viaje desde Roca Casterly hasta acá es largo.
El resto del viaje, Chanyeol lo pasa charlando con Lady Lannister, interrumpiendo la conversación sólo pocas veces para tratar de incluir a Zitao o dar alguna indicación al resto de la caravana que los acompaña.
Cuando de hecho llegan a Desembarco del Rey, Zitao se da a la tarea de verlo todo antes de llegar al palacio. Las calles, la gente, el aroma de las especias, de la comida, la música. Es un puerto como su casa, pero no se parece nada a su casa. El sonido de las olas apenas se escucha y son menos los puestos dedicados a la venta de joyería.
-¿Ves algo que te guste?
-¿Mmmh? -Zitao voltea para encontrarse con que el mismísimo príncipe es el que le pregunta.
-Si las calles te parecen bonitas, espera al palacio.
Y es cierto que a Zitao le hubiera parecido pretencioso, de no ser porque, realmente, el palacio estaba preciosamente adornado, amplio y ostentoso en cada habitación y, como se había prometido, un banquete a su espera, justo como el resto de la Familia Real.
Sólo hasta entonces, Zitao conoce a Yura Baratheon y ella a él. No hay quien en el mundo pueda negar que Yura es hermana de Chanyeol con el gran parecido de ambos. De no ser porque Yura es varios años mayor que Chanyeol, pensaría que se trata de mellizos.
La emoción por la comida no le dura mucho, porque toda la cena se convierte en una suerte de prueba e interrogatorio que trataba de pasar por simple curiosidad del Rey. Zitao, como su madre, en realidad sabe que es casi seguro que el Rey le entregue sin más la mano de su hija para reforzar la alianza entre las casas Baratheon y Lannister y poder seguir pidiendo dinero prestado a quienes tienen las minas de oro dentro de su territorio para gastarselo en más… adornos y cosas ostentosa.
La comida, por más rica que sea, le sabe a eso, a chupar una moneda de oro y le deja la sensación de morder cobre. Ha crecido sabiendo que realmente es poco probable que pueda casarse puramente por amor, pero siempre conservó la esperanza, como esperaba poder enamorarse de la princesa Yura que, con lo bonita que es y con su carácter, no debería representar un reto… sino fuera porque se parece tanto a su hermano en ambas cosas.
Su voz es diferente, como esperaría que la voz de una dama contrastara con la voz ronca de Chanyeol, su risa es bonita y cuando se sonroja mientras lo hace, lo es aún más, podría ser la reina perfecta, por como habla del reino y de la gente, de mostrarle el puerto y ver juntos el mar… pero en la noche, cuando sueña una noche de bodas, también sueña sus manos cubiertas de la sangre de él con quien comparte un semblante tan parecido. ¿Cómo podría vivir casado con una mujer que le recuerda el rostro de quien por su omisión va a terminar muerto? ¿Cómo podría ser rey sabiendo que no puede dejar de sentir dolor por una muerte estratégica cuando en las guerras, por poder y orden del Rey se matan a cientos y miles?
Al día siguiente, lo primero que sabe en la mañana es que Chanyeol lo invita a cazar con él. Zitao nunca ha cazado, pero no puede rehusarse, al menos es lo que su madre le advierte mientras lo manda arreglarse para Chanyeol. Si se vuelve evidente que Chanyeol le tiene un favor especial a Zitao, no dudarán de él.
-No seas hostil, no te quejes por los animales, no te quejes por la sangre… y caza algo, que te vea fuerte y capaz.
Nunca ha tenido de blandir una espada, pero nunca ha tenido la necesidad de matar a nadie tampoco, ni a nada. No es de los que caza su propia comida porque la compran y la sirven cocinada en su mesa. Alguna vez aprendió a desollar, pero la cantidad de veces que lo ha puesto en práctica ha sido mínima. Chanyeol, por otra parte, sabe algunas cosas, aunque tampoco sea el más diestro cazador, es mejor que su padre, por lo que ha oído, y Zitao cree que se debe a que Chanyeol no bebe mientras trae una ballesta en la mano.
-¿Nunca has usado una ballesta?
-Sí, pero nunca con algo que se mueva -confiesa mientras lo ve preparando otra flecha y buscando con la vista lo que sea.
-Ah, ya, eres de los de espada. Bueno, no se puede matar a un ciervo con una espada.
Zitao duda si se refiere al animal o a un Baratheon y sólo sonríe, sin ganas de hacerlo.
-Eso he oído. Tu padre es fuerte.
-Era… -Chanyeol suspira y baja la ballesta por un momento-. Está viejo y enfermo -luego sonríe de nuevo-. Ha sido fuerte mucho tiempo, creo, y un buen rey. ¿Tú crees que yo pueda ser un buen rey?
Hay un silencio, que por obra de algún dios, se rompe por el sonido de algo moviéndose. Se esconden por instrucción de Chanyeol, se quedan callados y cerca, para reducir su visibilidad. Chanyeol prepara la ballesta y miran los dos al ciervo que se acerca al agua. Por un momento, Zitao se olvida de todas las analogías que ha hecho en su cabeza al respecto y mira a Chanyeol, para aprender, curioso de sus posturas, su atención, sus orejas enormes que casi lo hacen reír la primera vez que lo nota y espera a que dispare, aunque Chanyeol se esté tomando su tiempo.
Zitao da un paso atrás y cuando lo hace, advierte algo que antes no. Contiene la respiración y ve a Chanyeol una vez más, con la vista fija al frente y el corazón le late rápido. Mira al suelo y llena la mano a la empuñadura de su espada. Cuando el sonido de desenvainarla advierte a Chanyeol y al ciervo de su acción, es un parpadeo lo que le toma a él tener la espada y la espalda contra el suelo y la ballesta de Chanyeol apuntándole.
Con los labios medio separados, Zitao no es capaz de decir media palabra al príncipe que lo mira con el semblante serio, como no pensaba verlo pronto y, cuando el menor baja la mirada a su espada, en un intento de tomarla, Chanyeol la pisa por su lado plano para evitarlo. Y entonces se da cuenta. Al final de la hoja, la serpiente que Zitao apenas logra asesinar, aunque no corta por completo, esa misma clase de serpientes de las que su padre le enseñaba de cuidarse, por agresivas y venenosas.
Cuando cae en la cuenta de lo que realmente ha pasado, deja de apuntarle y el de la Casa de leones, se queda en el sueño, con la mano separada de la empuñadura de su espada pero cerca de su cuerpo.
Le toma unos segundos a Chanyeol recobrar la sonrisa y una risita leve con la que le ofrece su mano .
-Lo siento, pensé que podías ser… otra cosa.
Mientras se levanta, Zitao se da cuenta de lo mucho más muerto que seguro está Chanyeol, de la cantidad de veces que debió haber tenido que reaccionar por su vida, con la muerte del rey a la vuelta de la esquina y una hermana cuya mano pelearía cualquier príncipe y señor.
De seguro, a ojos de su padre, le hubiera venido mejor sólo haber dejado que la serpiente se encargara de él.
-Me alegra que estemos del mismo lado -Chanyeol le sonríe y le da palmadas en la espalda para limpiarle la tierra-. Es una buena forma de entrar a la familia.
-¿Era una prueba? -pregunta inocentemente y hace a Chanyeol reír más fuerte y negarlo, tomándolo del brazo para apurarlo a caminar-. Mejor volvamos, antes de que preocupemos a alguien. Te contaré algunas cosas de camino al palacio y podemos comprar algo de carne fresca antes de llegar, para que no digan que llegamos con las manos vacías, será nuestro secreto.
-¿Y la víbora?
-¡Oh! La víbora… -Chanyeol los uelta y se regresa por la mitad del cuerpo sin la cabeza-. Hay que hacer algo bueno con ella.
-¿Se puede cocinar víbora?
-No estaba pensado en cocinarla pero… sí, creo que sí. ¿Siempre piensas con el estómago?
-¡No lo hago!
Chanyeol se vuelve a reír y hace al menor desear que la víbora de hecho le hubiera mordido un tobillo. -No lo decía en serio… comamos algo mejor. La última vez que comí algo que yo mismo cace fue… hace mucho, unos cinco años, encontramos unas gallinas salvajes mi padre y yo. Entonces él me enseñaba a usar esto -muestra la ballesta y se acuerda de desactivarla antes de hacerle daño a algo o alguien-. Al final fue más fácil atraparla con rocas y mis propias manos que la ballesta.
-¿Atrapaste a una gallina de verdad?
-¡De verdad! Tuve que acorralarla y me rasguñó los brazos, espera -se sube la manga y muestra un par de cicatrices casi invisibles en su antebrazo-. Se defendió, nadie puede decir que no dio batalla… pero el problema no fue nada más cazar, fue todo lo demás.
-¿Matarla?
-Matarla… y desplumarla. Es demasiado trabajo para tan poco carne.
-¿Sabía mejor que las criadas, al menos?
-No sé, nunca me he comido a una criada.
A Zitao le toma un par de segundos entender la broma y el juego de palabras que tiene a Chanyeol riendo bajito y a él frunciendo el ceño y haciendo sin querer caras de niño mimado.
-No aguantas mucho.
-Pues no, eres grosero.
-¿Soy grosero?
No es algo que se le diga al príncipe, pero Zitao no se retracta. -Lo eres, eres burlón.
-Ey, sólo quiere romper el hielo contigo, no es agradable ver a alguien tan miserable con la idea de casarse con tu hermana. Mi hermana merece alguien que aprecie lo que es.
-Y yo no tengo nada contra la princesa Yura.
-¿Entonces qué es? ¿Que es mayor que tú?
-No, no es ella, es… -Chanyeol lo espera a que termine de hablar, pero Zitao sabe que no debe decir nada más-. Es… cansancio. Tú y la princesa Yura son mejor de lo que había esperado ver.
-...Tú también eres distinto a lo que esperaba, no eres como otros Lannister que he conocido.
-¿Cómo mi madre o mi padre? -Zitao sonríe con amargura, porque con la mención de sus padres, recuerda que serán los deseos de ellos los que acaban con el heredero legítimo, para ponerlo a él allí.
-Como Lady Lannister, sí.
-Crecí en un tiempo diferente al de ellos, con ambiciones diferentes.
-¿Mmh? ¿Y cuáles serían esas ambiciones?
Zitao nota el tono a la defensiva en la voz de Chanyeol, así que contesta con el mismo.
-Vivir bien, sin preocupaciones en una de las costas de Roca Casterly.
Hay un momentáneo silencio, porque por segundos Chanyeol no se permite del todo confiar en las palabras de Zitao, pero sus ojos desafiantes son tan sinceros como su lengua pronta para retar le ha parecido.
-Es porque todavía no conoces las costas de Desembarco del Rey. Recomendaría Bastión de Tormentas pero… está un poco agitado esta y creo que todas las épocas del año.
Zitao por fin se ríe un poco y niega.
-En Roca Casterly las olas rompen tan fuerte que se escuchan como truenos, si estás solo y está oscuro es aterrador, pero sino, el sonido me gusta.
-Entonces a lo que le tienes miedo es a la oscuridad, no a las olas.
-No es… miedo a la oscuridad es... -Zitao se muerde los labios buscando una excusa- todos le temen a algo.
Chanyeol asiente. -No te culpo por temerle a la oscuridad, en la oscuridad no podemos ver qué nos acecha.
-¿Sientes miedo entonces?
-¿A que me maten mientras duermo? Me da más miedo hacer algo tonto…
-¿Cómo deja que te mate una serpiente?
-Por ejemplo -Chanyeol sonríe-. Antes de los Baratheon estaban los Targaryen, uno de ellos se volvió loco y ahora ninguno vive… No quisiera que por mí mataran a toda mi Casa y por eso tengo que esforzarme para ser un rey como mi padre y por ganarme el favor de sus aliados y el de sus enemigos también.
Un tramo del camino es en absoluto silencio, en el paso más difícil que despista la atención de los pensamientos que inundan la cabeza de Zitao mientras se aproximan al palacio.
-Chanyeol…
-¿Mmmh?
-Lo que preguntaste antes… creo que sí puedes ser un buen rey, si aprendes a cuidarte de las serpientes.
Chanyeol sonríe de nuevo, como sólo sonríe cuando alguien lo ve, Zitao no está seguro de que entienda lo que hay detrás de lo que le pide, pero sigue el camino que le traza el mayor hasta el mercado, donde es Zitao el que le enseña a comprar carne, el corte, la textura. Él no sabe cocinar, pero sabe comer y oler.
-Por eso te dieron tus padres una gran nariz.
-Basta con eso -se la cubre, pero sonríe, porque nunca tuvo un hermano y cree que si los dioses, si sus padres y todos aquellos interesados en que un Lannister sea Rey se lo permiten… Chanyeol podría ser ese hermano.
-Más respeto -bromea el príncipe.
Al par de días en Desembarco del Rey, mientras pasea y ve el mar más allá, Zitao cae realmente en la cuenta de que un día tendrá que elegir entre sus padres y los Baratheon, porque cuando un lado planea subir al trono y el otro también, sólo puedes ser leal a los dos hasta un punto, el problema es que escoger lado significa dar muerte al otro y, posiblemente, a uno mismo en el proceso.
Piensa en Roca Casterly en las noches y extraña profundamente las olas que rompen como truenos y callan en el palacio todos los sonidos de susurros y conspiraciones. Piensa en “sus ambiciones”, en ese futuro que se deseaba a sí mismo como Señor de Roca Casterly, casado con alguien a quien pudiera elegir y amar, tener hijos y criarlos para ser buenos, para ser nobles antes que asesinos, piensa en las fiestas que deseaba dar, como las de sus padres, en los banquetes y las pesadillas donde desposa a Yura Baratheon con la sangre de su hermano sobre la ropa…
Sus botas suenan mientras camina a donde yace el difunto Señor de los Siete Reinos, donde Chanyeol, su hijo y pronto coronado nuevo rey lo vela en silencio, con lágrimas todavía en los ojos. Zitao lo sufre tanto como él, pese a no haber tratado no más que un sólo día con el difunto. Con el favor de Chanyeol para él, así como el amor de Yura, la mano le tiembla cuando toma la empuñadura de su espada, pero ni con el sonido Chanyeol se mueve ni deja de llorar a su padre.
Está a un paso de él, a un blandir de la espada que desenfunda para entregarla, de rodillas, al que reconoce como el legítimo rey.
Chanyeol lo mira cuando se hinca, Zitao, un Lannister que tiene la mirada al suelo. El oro se ve opaco en la cripta, nada brilla salvo las lágrimas y Chanyeol que cree verlo temblar, le toca la cabeza.
Zitao pierde valor, pero gana convicción, entonces habla.
-Quiero tomar el blanco… -porque en la mente de Zitao no hay otra forma de hacer a toda esa gente esperando su propio reinado sucumbir. No hay ni una otra manera de evitar la muerte que sacrificando algo y ese algo puede ser la vida entera- para protegerte a ti y a tu hermana.
Y si no fuera porque en esos pocos días Zitao se vuelve para Chanyeol el más confiable, desde que lejos de matarlo le salvó la vida, impulsado por el miedo real de cualquier día tener los ojos cubiertos con piedras… acepta.
-Se parte de la Guardia Real…
Y en cierto sentido, no hay mejor decisión que Chanyeol pudiera haber tomado, otros muchos prospectos tendrá su hermana, todos peligrosos pero en los primeros años ninguno letal para él o ella y, al momento de poner a Zitao dentro de los Capas Blancas, se deshace de ese que mantenía enfermo a su padre con veneno.
No pasa mucho tiempo para que Zitao vista el Blanco. Yura no lo culpa y Chanyeol le agradece. A la distancia, jura que puede escuchar hasta Desembarco del Rey el rugir de las olas de Roca Casterly.
Cierra los ojos, porque en cada paso los escucha más cerca, pero no quiere verlos.
Tras sus ojos queda la imagen del dorado y rojo, de las cosas que no ha tenido y, aunque en ese momento se siente dispuesto a morir, antes que la espada toque su armadura, el sonido de una flecha es más fuerte que el rugido de las olas que imagina.
Cuando voltea, el escolta de los Lannister está muerto, en su mano la daga y en espalda una flecha con plumas dorado y negro al final, y Chanyeol en algún segundo piso, con una ballesta descargada y una sonrisa en los labios.
Él dijo que no sólo los Lannister pagan sus deudas y, a la fecha, lleva dentro de su bota, en el tobillo izquierdo, una pulsera hecha de esa piel de serpiente que no lo deja olvidar, como ahora a Zitao le tocará no hacerlo. Hizo una promesa después de todo y los Lannister, aún los repudiados por sus padres, siempre pagan sus deudas.