"Pasaron entonces repentinamente por la mente de Drogo pensamientos de un mundo deseable y remoto, un palacio, por ejemplo, a orillas del mar, en una suave noche de verano, graciosas criaturas sentadas cerca, escuchar músicas, imágenes de felicidad que la juventud permitía meditar impunemente, y mientras tanto el extremo último del mar, por levante
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