Título: ¿Sonríe?
Fandom: Vampire Knight.
Claim: Shiki/Yuuki
Prompt: "Lazos"
Extensión: 669
Notas: Cap 1: ¿Sonríe?, Cap 2:
Estropeado Maniquí y Cap 3:
La verdad de la mentira Levantó su rostro un poco apenado, la risa danzarina de ella hizo eco en sus oídos. En su vida jamás habían existido muchas risas ¿cómo iba a existirlas? Su madre se había vuelto medio loca poco después de la desaparición de su padre, su tío se había hecho cargo de ambos, y él siempre le atosigaba con la rectitud que debía existir en alguien que aspiraba a tener un puesto en el Consejo de Ancianos, luego estuvo Asato Ichijo. No lo habían maltratado, al menos físicamente, pero la indiferencia a su presencia salvo para regañarle y decirle que no pensara o sintiera, podría denominarse como otro tipo de maltrato.
Hizo su mejor esfuerzo para sonreír, su prima era… desconcertante, sucediera lo que sucediera sonreía, y le provocaba intentar devolver el favor, excepto cuando se forzaba demasiado a sí misma, que solía suceder a menudo porque Kaname-sama tenía muchas cosas rondándole por la azotea; debía atenderlas, era primordial, pero Yuuki merecía… merecía… ¿quién era él para decidirlo? Ni siquiera se atrevía a aclara sus cosas con Rima.
-Tierra llamando a Senri ¿Aló?, ¿estás? -Esa facilidad de acercarse a los demás y tocarlos desconcertaba a la ex-clase nocturna por entero, no sólo no estaban acostumbrados al tacto entre ellos, sino que además, era menos común proviniendo de una sangrepura. Pero de nuevo ella hacía trizas todas las reglas de la rígida sociedad vampírica. Eso le agradaba, asimismo le daba miedo.
-Disculpa, yo… -Ella le abrazó. Algo en su interior se quebró, la mayoría de las personas guardaba su distancia con él porque era el hijo bastardo de un desconocido, porque era progenie de los aferrados al Consejo, porque no expresaba emociones, ni siquiera Rima se le había echado al cuello de esa manera tan espontanea como cariñosa. Le abrumaba, tanta efusión le ahogaba y sin embargo su voz era incapaz de detenerla, menos aún sus brazos tenían fuerza para rechazarla.
-No tienes que forzarte a hablar -exclamó tomándole de las manos ahora-, otro día…
¿Qué hacía apretando esos delgados dedos contra los suyos, tanto que dolía hacerlo? La figura de ella sentada a su lado producía demasiadas cosas en su interior, la joven le acarició la cabeza y divagó sus dedos entre sus cabellos. A él con el tiempo le había disgustado que la gente le tocara, estaba tan restringido de todo que colisionar de pronto se le hacía algo desagradable, sólo su madre se atrevía a hacerlo de tanto en tanto, pero sus roces eran morbosos, como si buscara en él al hombre perdido, eso le repugnaba aún más. ¿Por qué era fácil estar a merced del tacto de Yuuki?
Dejó que ella recreará la forma de su cabeza y sus cabellos, se permitió recargar su cabeza en su hombro, todavía no lograba encontrar la lógica a las cosas que sucedían cuando ella le contagiaba de su radiante personalidad, pero le gustaba sentir ese cosquilleo en la piel, cuando le demostraba que la vida podía ser llevada de una manera diferente a la que le habían enseñado. ¿Era verdad que ambos eran familia? Parecían tan diferentes, tan distantes. ¿Qué clase de lazo los unía? Debía ser uno muy torcido, para atrapar a esa radiante chiquilla a una oscuridad sociedad.
Alzó el rostro, se veía tan extraño en el reflejo que le devolvían los ojos de ella, era como si no supiera quién era. Ella parpadeó desconcertada porque él de repente se había levantado, era extraño, pero ninguno de los dos notó lo cerca que estaban y lo mal que podía interpretarse aquella posición que tenían.
Ella le sonrió una vez más, con aquella naturalidad que nada tenía que ver con algún mal rodeándola y ella tratando de combatirlo. Entonces los músculos de su cara se tensaron un poco, desdibujando una mueca que podría pasar por una especie de expresión de alegría. La emoción en los ojos de ella los hizo chispear, su efusión la llevó hacia adelante… y sus labios se tocaron.
Los dos se sorprendieron, pero no se separaron.