[Track 15] Underground

Jun 10, 2015 22:52


Bueno, bueno después de tanto tiempo hemos retomado el fic!!! Espero que los fans de los chicos sigan por aquí y nos lo hagan saber con un sonoro comentario!!  A partir de ahora seremos más constantes prometidísimo!!! (Aunque intercalaremos con los demás proyectos que tenemos)

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Ironía, o quizás se trataba de mala suerte. Fuese lo que fuese, uno nunca piensa que le va a pasar algo como aquello. Kyungsoo también lo pensaba, había leído situaciones como esa, las había lamentado y siempre se había cuidado de no terminar como los individuos en esas noticias. Pero jamás había pensado que realmente algo como aquello le fuese a pasar a él. Porque él no era importante, y esas cosas sólo le sucedían a las personas que lo eran. Pero ahí estaba, en la casa de un tipo al que no conocía, ¿o quizás sí? Tenía miedo, su cuerpo entero temblaba con la imagen que recortaba su silueta en sombras a través de la luz que cruzaba el umbral de la puerta en la que se mantenía parado el individuo en cuestión.

Era delgado, con la cintura estrecha y las piernas cortas, de brazos largos y musculosos. Llevaba el pelo corto por la nuca y el flequillo algo más largo, cuando se giró y la luz le dio de manera lateral Kyungsoo pudo observar que era de color castaño y su piel morena. Tragó saliva cuando sintió que caminaba hasta él. Cerró los ojos y rezó, a pesar de que no era creyente, para que aquello no fuese nada más que una pesadilla y pudiese despertar a tiempo. Pero sabía que se estaba engañando a sí mismo, aquello no se trataba de una ilusión de su mente, era real, y lo sabía muy bien, porque su corazón latía tan fuerte que parecía querer salir corriendo dejando su cuerpo atrás.

Percibió el tacto de la mano del extraño, era suave y olía dulce, algo parecido a la mezcla de frutos secos con miel y crema hidratante. Comprendió en ese momento que aquella persona tenía que ser alguien importante, por lo menos alguna persona con dinero y, por su puesto, con ganas de cuidarse físicamente. El hombre se colocó sobre él y el peso de su cuerpo le hizo recordar, con más veracidad, que aquello no iba a volverse una imaginación en ningún momento. De nuevo, la luz atravesó la estancia, quizás un coche corriendo por una carretera cercana y el joven cantante de Riot divisó una sonrisa de dientes blancos y brillantes llena de satisfacción y lujuria, y entonces lo comprendió. Aquel ser le quería, le quería entre sus sábanas.

-Kyungsoo -murmuró con un susurro peligrosamente sensual en su oído-, no hay nada de lo que temer -continuó hablando-, hoy nos lo vamos a pasar muy bien.

El tipo que antes se había presentado como Kim Jonghyun enredó entre sus brazos el cuerpo completamente congelado por el miedo de Kyungsoo. Pero éste sabía que tenía que protegerse, le dio un codazo y esperó el resultado. El atacante se movió hacia atrás llevando una mano al costado y volvió a sonreír cubierto por la penumbra.

-No te vas a acercar a mí, ¿lo entiendes? -Kyungsoo tenía miedo, pero tenía que dejar las cosas claras, ningún tipo, por muy rico que fuese se aprovecharía de él, nadie salvo Jongdae tocaría su cuerpo.
Una carcajada llena de sarcasmo rebotó por toda la habitación. Kyungsoo pudo comprobar que el pecho de su secuestrador estaba desnudo, y su piel era suave. Las caderas de Jonghyun rozaron contra las suyas y el cantante de Riot se puso todavía más tenso.

-No tengas miedo mi amor -susurró-. No voy a hacerte daño, es sólo que estoy algo eufórico por tenerte al fin conmigo -sonrió de nuevo y alzó una de las manos que llevaba a la espalda.
Kyungsoo se puso tenso, cerró los ojos por instinto y pudo oír en ese instante el clic de las esposas al soltarse. Le había soltado. Tenía que reaccionar y golpearle. Seguramente aquel hombre era más fuerte que él, pero Kyungsoo no iba a rendirse tan fácilmente.

-¿Y bien? -la voz de Jonghyun sonaba con un tono aniñado y lleno de entusiasmo, como si estuviera esperando a que él hiciese algo.
Kyungsoo le miró confuso, realmente aquel hombre pensaba que su amor era correspondido pero... no sabía quién era, era cierto que aquel rostro le sonaba, pero no lograba ubicarlo en ningún hueco en sus memorias. Tomó aire con precaución y profundidad, quizás en el fondo podría tomar ventaja de aquello y salir bien de esa situación.

-Kim Jonghyun -comenzó a decir intentando que su voz no sonase con el temor que realmente sentía, pero las palabras semejaron atascarse en su garganta y el tono pareció brusco cuando comenzó a hablar-. Creo que sería mejor que nos diésemos un tiempo, para... -Kyungsoo hizo rodar sus ojos con rapidez para pensar una excusa- para conocernos mejor.
Rápidamente Kim Jonghyun frunció el ceño y lo miró fijamente, con una rabia incomprendida por Kyungsoo. Apartó la otra mano de su espalda y el cantante sintió una punta fría sobre su sien. ¿Aquello era un arma? Sí, sin lugar a dudas ese lunático iba armado. Definitivamente tenía un problema.

-Pequeño Do -soltó una suave risilla antes de continuar-. Estoy enamorado de ti, y Kim Jonghyun siempre consigue lo que quiere. Ahora, tú y yo nos vamos a acostar y será el sexo más salvaje y único que hayas tenido en tu vida. Adorarás haberte acostado conmigo y comprenderás que amarme es la decisión acertada.
Lo estaba escuchando, perfectamente claro, tan real como cada una de las cosas que estaban en ese cuarto. Pero por algún motivo aquella situación se antojaba ilusoria y desesperante. No podía estar pasando, no podía estar sucediéndole aquello a él. No le conocía, no le quería, no deseaba estar ahí, pero... ahí estaba y al parecer no podía hacer absolutamente nada por evitarlo.

Quería luchar, golpearle, alejarlo de él, no quería que le tocase, que le hablase, que le mirase con aquellos ojos llenos de lujuria. Kyungsoo sintió ganas de vomitar al escuchar aquellas palabras, "comprenderás que amarme es la decisión acertada". Pero Kyungsoo lo sabía, sabía que amar no era una decisión, y lo sabía porque él ya amaba a alguien, se llamaba Jongdae y era la persona más amable, tierna y talentosa que había conocido. Había pasado mucho tiempo sin ser capaz de reconocer sus sentimientos, sin poder decirle nada, guardándose a sí mismo para el momento indicado y todo, ¿para qué?

Cerró con fuerza los ojos, pero sabía que cuando los volviese a abrir Jonghyun continuaría ahí, con su necesidad, con sus intenciones y, por supuesto, con aquella arma. Se preguntó qué debía de hacer, a quién debía acudir, pero ahí no había nadie, se encontraba en un cuarto a solas con aquel tipo, medio a oscuras y siendo amenazado con una pistola.

Kyungsoo jamás había tenido suerte, se había criado en un orfanato, no tenía padres y sus amigos más cercanos eran personas que apenas conocía de hacía unos años. Todos los días se levantaba con la intención de hacer ese día mejor que el anterior, repartiendo el tiempo entre sus múltiples trabajos, dejando sus sueños e ilusiones en la pequeña caja de los quizá, en lo más profundo de su mente y su corazón.

Pero al final Jongdae había dado el paso, él se había acercado, iban a estar juntos, ¿y qué había hecho la vida con él? Le había golpeado con su ironía y le había arrebatado de los brazos de su verdadero amor, lo había amarrado a una cama y le había colocado a un loco con un arma encima de él obligándole a entregar su cuerpo. No quería morir, no podía morir así, y aquello tan solo le dejaba una única salida.

Kyungsoo abrió lentamente sus enormes ojos color de almendra y clavó la vista en su captor.

-Lo haré -pronunció con firmeza, después de todo aquello no era más que un cuerpo, y si ese tipo quería creer que le amaba poseyendo su carne se lo haría creer, pero jamás sería capaz de tener su corazón. Lo importante era mantenerse vivo costase lo que costase.
Jonghyun alargó todavía más la sonrisa y le acarició la cara muy despacio con la mano que mantenía libre, se inclinó y acarició con nerviosismo los labios de Kyungsoo con los propios. El cantante no opuso resistencia pero tampoco le devolvió la caricia. Jonghyun cerró los ojos disfrutando de un beso unilateral y, cuando se sintió totalmente satisfecho, se separó para tomar aire volviendo a dirigirle la mirada.

-Bien -pronunció con un tono más calmado-, comencemos entonces.

Kyungsoo asintió sin apartar la vista de aquel hombre. Había accedido, pero tan solo porque le amenazaba con un arma. Le dejaría hacer lo que quisiera, pero él no iba a participar en el disfrute de aquel acto, y cada vez que sus miradas se cruzasen estaba convencido de no apartar la suya y asesinarlo mentalmente de manera incansable.
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Ahí estaba, de nuevo ante aquella puerta. Se había apresurado a llegar lo más rápido posible. Había tomado el camino más corto para llegar sin demora pero ahora, una vez que había llegado, se había quedado parado en la entrada sin poder continuar. Tao le había llamado con problemas y él, al igual que un héroe, había corrido a su encuentro, pero algo estaba mal.

Yifan se pasó la mano por su cabello llevándolo hacia atrás, apartando los pelos irregulares que caían sobre su rostro tapándole la frente. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que había estado ahí y, desde luego, las circunstancias no podían ser más contrarias. Ahora era el enemigo de aquellos chicos, de Chanyeol y de Riot. Ahora las cosas parecían complicadas y rebuscadas y antes, antes había sido todo lo contario.

Las palabras de Luhan resonaron en su mente, tenía razón, al primer ladrido de su cachorrito había corrido a su encuentro. Yifan no era un salvador, jamás lo había sido, no era una buena persona, y en ese momento era demasiado tarde como para darle la vuelta a la tortilla de su vida, el aceite se había acabado y el huevo de la hipocresía se había pegado a la sartén. Chasqueó la lengua y caminó mezclándose con la gente que entraba y salía del local para colarse por la puerta.

Se aseguró de que nadie podría reconocerle bajando el gorro estilo Dick Tracy que llevaba para ocultar su rostro. Como tenía la suerte de ser alto pudo lanzar una vista panorámica a la gente del local y encontró al muchacho chino con más facilidad de lo que había pensado en un principio. Caminó chocando con algunas personas, al parecer ese día Underground estaba bastante lleno; Yifan sonrió recordando los viejos tiempos, pero cuando llegó junto al muchacho de los pearcings la sonrisa se desvaneció al completo al fijar su rostro en la persona que le acompañaba.
-¿Qué haces tú aquí? -la voz de Chanyeol sonó por encima de la música de los altavoces.

Tao se apresuró a interponerse entre los dos, antes de que el dueño de Underground se abalanzase contra él. Miró a Yifan y le hizo un gesto para que se quedara en la retaguardia.

-No te preocupes Yeol, yo lo llamé -confesó Tao preparado para el ataque de gritos de su jefe y compañero.

Chanyeol golpeó la superficie de la barra y abrió todavía más los ojos sorprendido.

-¿Que tú qué? -bufó molesto y se pasó las manos por la cabeza rapada-. ¿Acaso ahora te llevas con el enemigo?

Tao lo miró molesto y suspiró, intentando calmarse antes de que aquella discusión se volviese peor.

-¿Enemigo? Vamos, Chanyeol. Yifan sólo vino a ayudar -extendió la mano y se la colocó con cuidado al batería en el hombro-. Vino a ayudarnos a encontrar a Kyungsoo y a Yixing.

Chanyeol apartó de un manotazo la mano de su compañero y miró con rabia a Yifan.

-¿Acaso te importan? Qué más te dará a ti dónde estén metidos -bufó molesto-. Tao, no me esperaba que hicieras una cosa así en un momento como este. Yixing en cualquier lugar de la ciudad y Kyungsoo sin dar señales por ningún lado... y tú... tú le llamas a él - su voz sonaba despectiva como si hubiese pronunciado la palabra más sucia de todo el diccionario.
Tao lo miró sorprendido, pero decidió no actuar. Sabía que Yifan actuaba siempre a sabiendas de sus actos, pero le preocupaba la reacción de Chanyeol, porque como había dicho Yifan, había bebido y el alcohol le sentaba demasiado mal al joven batería.

-¿Amigo? Dejaste de ser mi amigo hace mucho tiempo -le espetó sin cuidado de hacerle daño-. No me agrada verte, siempre que apareces tú o ese loco de Luhan hay problemas.
Chanyeol bufó molesto y le dio un golpe a la barra, haciendo que una de las jarras de cerveza se cayese al suelo. Respiró hondo y miró hacia la gente.

-¡Está bien! ¡Todo el mundo fuera, aquí se acabó la fiesta por hoy!

Tao miró hacia los clientes y se apresuró a disculparse con los más cercanos, acompañándoles hasta la salida. Comenzando a cerrar y apagar las luces, temiendo que si no se apresuraba Chanyeol fuera a explotar de la rabia. Pero antes de poder acercarse a su amigo para comunicarle que todo estaba despejado de clientela, Chanyeol ya estaba junto a él y le tiró las llaves del local.

-Cierra tú, yo me largo -le murmuró-. Espero que tú y tu amigo consigáis encontrar a alguien. Yo buscaré solo.

Antes de que Tao pudiera responderle, el batería salió del local como los demás antes. Tao se quedó unos segundos mirando hacia la puerta, se giró y buscó a Yifan con la mirada.

-Siento lo que ha pasado.
Yifan tomó asiento en uno de los taburetes y dirigió la mirada hacia el camino que había tomado Chanyeol, apenas se le veía, su figura se perdía entre la multitud de personas que comenzaba a abandonar el local. Yifan odiaba aquella situación, observar, sin poder hacer nada, como Chanyeol se alejaba. Cerró los ojos y tomó aire con solemne profundidad.

-¿Puedes servirme algo fuerte? Pienso mejor cuando tengo la garganta menos seca.

Yifan esperó a que Tao le pusiese algo y volvió a dirigir la mirada al muchacho.

-Cuéntame todo lo que sepas y cruza los dedos para que tengamos suerte y ese estúpido cabezota de Chanyeol no lo joda más poniéndose a sí mismo en problemas.

Tao suspiró y se colocó al lado de Yifan, llenó ambos vasos de tequila y le miró después de beberse el chupito de un trago.

-Sé que Yixing estaba hablando con Baekhyun, ese maldito fotógrafo -suspiró algo triste, como si le doliese saber que todavía siguiesen en contacto-. Me preocupa no saber dónde está, normalmente sé qué hace y dónde está, no quiero pensar que le puede pasar nada malo -se detuvo para llenar de nuevo los dos vasos y repitió la acción vaciándolo de un solo golpe-. Y Kyungsoo, no apareció a su hora de trabajo, no responde las llamadas, no sabemos qué le pudo haber pasado...
El miembro de Meinster podía comprender los sentimientos de aquel chico, y algo muy dentro de él le susurraba que tenía que cuidarle. Pero eso no era algo raro, ese sentimiento siempre había estado ahí, cuando había conocido a Luhan, con Yixing y ahora con Tao. En el fondo Yifan necesitaba a las personas que le rodeaban, las necesitaba para sentirse útil. Sabía que, lo que tiempo atrás había hecho, jamás sería perdonado, era una mala persona, Chanyeol tenía razón, pero Yifan odiaba ese sabor a culpabilidad en sus conversaciones y, más todavía, odiaba el hecho de que no podía dar marcha atrás en el tiempo y arreglarlo.

La vista cansada de Tao le demandaba una respuesta, pero Yifan no la tenía, así que en ese momento hizo lo único que sabía que ayudaría a ambos, demostrarle a Tao que no estaba solo y que todo iría bien.

-Tao -comenzó a decir acercándose a él y llevando el dedo pulgar de su mano derecha a los labios del más joven-, todo irá bien -continuó hablando-. Yixing estará con Baekhyun o si no pronto dará señales de vida, conozco bien a los tipos como él, no estará mucho tiempo sin hacerse notar, y por Kyungsoo -Yifan se acercaba más y más, tanto que sus respiraciones se entremezclaban y el olor a alcohol se percibía con más facilidad- lo encontraremos, y estará bien.
El corazón de Tao palpitaba tan rápido que estaba a punto de reventarle el pecho, Yifan sabía lo que él necesitaba. Ahora mismo se sentí inútil, solo, un mueble más entre todo el decorado de aquel enorme local. Pero ese músico, ese hombre de mirada afilada y un exquisito gusto para la ropa le había calado. Y con una simple caricia sobre sus labios y unas palabras había conseguido derrumbar la débil muralla que el pequeño Tao llevaba mucho tiempo luchando por sujetar en pie. Sin pensárselo dos veces, se inclinó y acercó más los labios al batería de Meinster.

-Confío en ello -y entonces lo besó. Torpe, nervioso, como si fuese un tímido muchacho de instituto y Yifan el presidente del consejo escolar. Como si aquel beso fuese el primero, aunque así no fuera.

Pero daba igual, y los dos lo sabían. Daba igual el tiempo y la otra persona. Ya no importaba si antes se habían besado con otros, si después de aquella caricia se tomarían de la mano y se sonreirían llenos de cariño. Porque aquello no era lo que buscaban, ni tampoco lo que necesitaban. Porque tanto Tao como Yifan buscaban otra cosa, un cuerpo, un momento, y una excusa para sentir que alguien les necesitaba y les aceptaba.

-Lo entiendes, ¿verdad? -Preguntó Yifan, agarrando por la cintura a Tao y subiendo su camiseta para acariciar la piel pálida y fría del bajista- ¿Comprendes lo que va a pasar?

Tao se detuvo un segundo para mirar fijamente los ojos de Yifan, sonrió y le acarició el rostro después de besarlo de nuevo. Asintió y respiró hondo.

-Lo entiendo, pero ahora es el momento -le besó de nuevo y se subió a la barra abriéndose de piernas ante Yifan, mientras se acariciaba el abdomen subiéndose la camiseta de rejilla que había escogido para aquella noche-. Vamos Yifan, ambos lo necesitamos.
Yifan sonrió elevando una mano hasta el cuerpo caliente de Tao que le incitaba con aquella muestra parcial de carne. Agarró el vaso de tequila que aún contenía algo dentro de él y lo vertió por su abdomen para luego lamerlo lentamente sin apartar la vista de los ojos juguetones del bajista de Riot.
Tao sonrió, elevó la mano hacia el cabello de Yifan y enredó sus dedos entre las hebras, acariciándole e invitándole a que continuase. Llevaba demasiado tiempo reprimiéndose, mucho tiempo preocupándose de los demás y sin regalarse algo. Aquella noche estaba siendo su salvación, sabía que después de que ambos hiciesen eso, todo iría mejor. Él tendría fuerzas para continuar, más energía para no caerse en la primera línea de batalla.

Tao abrió los labios cuando Yifan se acercó a él y lamió con sumo cuidado y dedicación la boca de su amante. Las manos del batería eran grandes y fuertes, y conocedoras de los lugares que debía de tocar para que el bajista terminase tumbado sobre la barra jadeando por más.

Y, por lo que parecía, no se andaba con rodeos demostrando sus dotes. Tao percibió como los dedos largos de Yifan subían correteando por sus costados en dirección a sus pechos, rodeando con ambos índices sus pezones, pellizcándolos y prosiguiendo en su avance una vez los dieron por suficientemente duros y erectos. Tao ahogó un gemido en lo más profundo de su garganta, camuflándolo en un quejido seco cuando los dientes del miembro de Meinster se clavaron en la marca de su clavícula.

La lengua de Yifan parecía inquieta, lamía las marcas de sus huesos sobresalientes en la piel blanca del miembro de Riot y las preocupaciones de ambos parecían descender gradualmente a la par que la excitación subía. Yifan se dio prisa a desabotonar los pantalones de cuero que Tao llevaba y llevó la otra mano al paquete parcialmente abultado del más joven, masajeándolo con prominencia.

El mayor de ambos apartó la vista del rostro del más pequeño y la clavó en sus partes íntimas, Tao percibió que estaba diciendo algo, pero no logró comprenderlo, todavía no habían apagado la música de ambiente a pesar de que hacía un buen rato que las últimas personas habían abandonado el local. Kris elevó la vista buscando con los labios los del muchacho, besándole con pasión, mordiéndole hasta hacerle un poco de daño. El más joven no se esperaba eso del bien vestido famoso, pero aquello le excitó mucho más y cuando Yifan se apartó de él para tomar aire le sonrió con picardía lamiéndose la herida que más tarde se pondría morada.
El miembro de Riot no dudó en ponerse en acción, deslizó sus manos por la perfecta y cara camisa del músico y la desabotonó despacio cuidando que cada centímetro de la piel de Yifan que quedaba al descubierto fuese recibida por una golosa lamida, hasta que llegó al pantalón, el cual se apresuró a desabrochar y no dudó en dejar caer al suelo del local.

La respiración ambos era fuerte pero no se oía, Tao agradecía que todavía estuviese puesta la música así ésta le ayudaba a concentrarse en las sensaciones y no pensar. Agarró la botella de tequila que estaba al lado de él, y la llevó a los labios de Yifan vertiéndolo contenido en su boca, y como había demostrado antes, regaló dedicación a las gotas que se derramaban por el cuello del batería, saboreando ese alcohol mezclado con sudor, que creaba el sabor del momento.
-Eres un chico malo, Tao-sonrió Yifan agarrándole por las muñecas y obligándole a girarse sobre la barra provocando que la botella se cayese al suelo, derramando parte de su contenido- ¿Sabes lo que cuesta la ropa que llevo puesta? -prosiguió sin apartar la sonrisa de sus labios, ni de hacer presión en las muñecas de su acompañante- Más de lo que tú podrías ganar en un sitio como este -el miembro de Meinster comenzó a hablarle bajando por su cuello, rozando con su aliento la nuca y su espalda-. Creo que tendré que castigarte -terminó dándole un cachete en las nalgas y lamiéndole la espalda, levantando de nuevo la camiseta con la mano libre siguiendo el surco del dibujo de la columna del bajista.

Tao no respondió, estaba demasiado sorprendido de lo que Yifan escondía en su interior. Nunca imaginó que pudiese llegar a tener un sexo tan bueno con él. Elevó las caderas cuando sintió el picor del cachete y permitió que se le escapase un jadeo cuando la lengua de Yifan le indicó cuál iba a ser el siguiente paso.

-Yifan, ni te puedes imaginar lo malo que puedo llegar a ser -tragó saliva y soltó una carcajada-. Y ahora dedícate a hacer lo que me prometiste.
Las carcajadas del aludido resonaron por encima de la música y sus manos se aferraron con fuerza a los muslos de Tao, apretando con tanta intensidad que de seguro le dejaría marca al día siguiente.

-Me gustaría ver hasta dónde llegan tus límites, pequeño -añadió bajándole del todo los pantalones y jugueteando con uno de sus dedos por la goma del calzoncillo-, pero si no quieres quedarte con las ganas vigila ese tonito.
El menor soltó un profundo suspiro y pegó sus caderas al cuerpo de Yifan, sintiendo la dura inflamación de su miembro contra la tela de su bóxer. Rió divertido y se mordió el labio deseando que esos límites que todavía no había descubierto llegasen pronto. Aún así no iba a permitir que esa noche se quedase en solo besos y caricias.

-Oh, lo siento mi amo -sonó burlón-. Quizá debería de hacer algo para compensarlo -le indicó mientras continuaba frotándose contra la virilidad de Yifan.
Yifan continuó riéndose.

-Si supieses de lo que hablas, no lo harías de la manera en la que lo haces -prosiguió hablando de buen humor mientras le bajaba la ropa interior y lo dejaba totalmente desnudo de cintura para abajo-. Precioso trasero Tao, blanquito y sin marcas, sería una pena que ahora tuvieses alguna -añadió dándole un enorme cachete que resonó en el lugar-. Te veo ansioso -continuó hablando sin dejarle contestar al menor pues había introducido alguno de sus dedos en su boca liberando sus muñecas-. Vamos a lo que realmente importa, ¿verdad?
En cuanto la palma de la mano soltó la descarga en el trasero de Tao, una corriente eléctrica lo traspasó, nunca antes había llegado hasta tales límites con nadie. No había permitido que le levantasen la mano en ningún momento, y ahora después de aquel acto deseaba que Yifan le mostrase hasta dónde sería capaz de llegar con él. A pesar de que el nerviosismo lo abordaba de la misma manera que lo hacía su excitación.

Lamió los labios con impaciencia como respuesta, y antes de que pudiese saber cuándo parar, Yifan ya los había retirado para colocarlos sobre su entrada. Sentía su miembro apretado contra la ropa arrugada en sus muslos y la presión que la barra hacía contra su diafragma apenas le dejaba respirar. Pero estaba siendo un sexo magnifico para ese momento.
Los dedos de Yifan eran grandes, eso ya lo sabía, los había estado observando en varias ocasiones y también se imaginaba que su miembro sería igual o más grande que sus falanges. Las percibía entrando y saliendo de él, buscando la mayor amplitud de su entrada trasera, presionando aquella zona que le volvía loco y algo dentro de él no dejaba de gritar, más, más, más y, aunque no lo decía con palabras, el cuerpo entero de Yifan pareció escucharlo porque aquello en sus pantalones pretendía reventar la ropa para introducirse en él.

Yifan sacó los dedos de él y Tao proclamó un gemido de alivio que dio paso a uno mucho mayor de placer al notar como la masculinidad de Yifan se hundía entre sus muslos prietos y calientes. Yifan estaba dentro de él y no le daba tregua moviéndose con embestidas precisas y llenas de energía.
La invasión había logrado llevarlo a la locura, la música, las respiraciones, la sensación de júbilo. Cada estocada que le reventaba en su interior lo obligaba a sujetarse todavía más fuerte de la barra, sus caderas se movían como Yifan quería y sería así siempre. Tao había comprendido que en el sexo con el batería, él era el jefe y nada podría cambiarlo.

Sintió como su cuerpo se tensaba y se revolvió al notar como la masculinidad de Yifan golpeaba su próstata. Abrió los labios y gimió alto, pero logró, por su orgullo, no soltar un ruego para que aumentase la presión de las embestidas.
De nuevo Yifan comprendía sin palabras y aquello mantenía a Tao en un estado de frenesí y contradicción, no le gustaba no ser el que dominase la situación pero la verdad es que estaba tan repleto de placer que no le importaba. El miembro duro e hinchado de Yifan crecía y se movía con mayor precisión en su interior y el placer parecía sobrepasar los límites que una vez, el bajista, había conocido. Yifan era un buen amante, lo que justamente necesitaba en ese momento.

La sensación se arremolinó en su interior pidiéndole explotar y percibió que Yifan sentía lo mismo porque había acelerado las embestidas con más salvajismo y, finalmente cuando estaba a punto de no poder contener más las ganas de gritar, Yifan se vino dentro de él agarrándose con fuerza y gimiendo de manera ronca.
Sintió el calor de su venida en los muslos y cerró los ojos, disfrutando de los últimos segundos de placer. Ambos se irguieron casi al instante comenzando a vestirse. Aquel momento había terminado. El primero entre ambos, pero Tao estaba seguro de que no iba a ser la última vez. Le había demostrado a Yifan que era un amante competente y que ese contrato había merecido la pena.

+++

Baekhyun se levantó de la cama, todavía le dolía el cuerpo de la sesión de sexo que Yixing le había regalado. Caminó hasta el lavabo de la habitación y dejó que el agua corriese un poco al abrir el grifo. Se mojó la cara y el pelo para refrescarse. Cerró los ojos frente al espejo y sonrió.
No podía creerse las palabras de Yixing, no después de lo que había pasado en la habitación conjunta. Aquello no había sido sólo sexo, entre ellos había magia, una química que solamente se ve en contadas ocasiones. Ninguno de los dos tenía que indicarle al otro qué hacer para saber qué era lo que le gustaba. Yixing tenía miedo, estaba asustado con respecto a una relación y Baekhyun no se rendiría hasta saber por qué.
Salió del baño y observó como su amante dormitaba entre las sábanas revueltas. Tenía la piel tan clara, el pelo oscuro, y los labios carnosos. Sonrió y deseó acariciarle, pero sabía que así le despertaría. Entonces por su mente viajó la única idea posible en ese momento. La cámara les regalaría un recuerdo especial de esa noche.
Corrió hasta su bolsa y sacó el aparato, lo ajustó y se acercó con cuidado. Fijó el objetivo y se colocó sobre el colchón con cuidado, comenzó a sacarle fotografías. Primero a todo el cuerpo, luego fue subiendo, su espalda, sus brazos marcados y algo esqueléticos, debido a la mala manía de Yixing de olvidarse de las comidas, y a continuación su cara.
Allí tumbado, con los gruesos labios entreabiertos dejando escapar el aire tan relajadamente, parecía un ángel. Baekhyun sonrió y lo fotografió un par de veces, hasta que no pudo resistirse y le acarició con mucho cuidado el pelo.
-Yixing -meditó en voz alta-. Me gustaría conocerte al completo, sé que suena de locos, pero estoy convencido de que entre nosotros hay algo, ¿por qué esto que tengo frente a mí, este maravilloso chico parece tan débil? ¿Qué es lo que te ha hecho tanto daño?
Yixing abrió los ojos lentamente, como si tuviese miedo de abandonar la tranquilidad del sueño y volver a aquella vida tan extraña y caótica en la que se encontraba. Parpadeó un par de veces para ajustar la amplitud de su pupila a la cantidad de luz de la habitación y fijó la mirada en Baekhyun. Se desperezó y se revolvió el pelo paladeando con tranquilidad.

-¿Qué dices? -le preguntó todavía con la voz ronca porque acababa de despertarse y parecía que no se había dado cuenta de lo que el fotógrafo acababa de decirle.
Baekhyun apartó la mano sorprendido de haberle despertado. Se acomodó al lado de él en el colchón y sujetó la cámara contra él. Sonrió y le miró tiernamente.

-Digo que estás muy adorable durmiendo.
Yixing hizo una mueca que pretendía ser de desagrado.

-No soy adorable, aunque supongo que durmiendo hasta el más feo lo parece -hizo crujir los huesos en su espalda y se giró para mirarle a los ojos-. En serio, ¿qué me has preguntado hace un momento?
Le miró serio y luego sonrió.

-Incluso medio adormilado tienes ese irónico humor que te acompaña, ¿eh? -Suspiró y miró hacia la pared de la habitación-. Antes me estaba preguntando qué fue lo que te hizo tanto daño para que te comportes así. Estoy seguro de que tuvo que pasarte algo para que no dejes que nadie entre en tu corazón.
El guitarrista tomó aire con profundidad y se acomodó en la cama mirando hacia el techo, colocando los brazos bajo su cuello y cerrando los ojos.

-Supongo que en el fondo nadie nace de esta manera -tragó saliva y volvió a abrir los ojos clavando su mirada oscura y profunda en los dibujos que la humedad había dejado con el tiempo sobre la pared pintada-. Por supuesto que no siempre fui así, pero el hecho de que conozcas lo que pasó no te da la habilidad de retroceder el reloj y hacer de mí alguien diferente. Baekhyun, la gente cambia, algunos a bien y otros a mal, lo que me pasó es algo que no puedo remediar, algo que me acompañará para siempre, quiera o no.
Baekhyun asintió y se tumbó a su lado, colocó una de sus finas manos sobre el brazo de Yixing y sonrió.

-Lo sé, pero que lo sepa me ayudará a comprenderte mejor y -se mordió los labios-, quién sabe, quizá consiga que seas feliz.
-¿Feliz? -el miembro de Riot permaneció un tiempo en silencio y luego estalló en carcajadas- ¿Crees que no soy feliz? ¿Por qué lo piensas? El hecho de no tener pareja no me hace menos feliz, tengo amigos, una familia en este país extranjero, una casa en la que resguardarme, mi guitarra y un lugar al que llamar hogar, Underground. Soy feliz, Baekhyun, soy más feliz que muchos otros que van sonriendo por ahí.
-Entonces, contéstame a esta pregunta -le miró serio- ¿Por qué te estás autodestruyendo, Yixing?
Yixing permaneció en silencio simplemente respirando con tranquilidad, permitiendo que su pecho se hinchase y se deshinchase con tranquilidad.

-Eso forma parte de mi felicidad, me hace recordar...
-Seguro que hay otras maneras de recordar -Baekhyun suspiró despacio-. Además recordar algo que te hace daño no es algo bueno, siento ser tan metiche, pero te estás equivocando de manera de recordar.
-Más quisiera, pero esto es lo que soy Baekhyun, soy la felicidad en el dolor. Puede que te suene a tópico, a marginado que le gusta hundirse en su propia mierda, pero cuando has amado como yo lo hice, esta es la única manera de seguir hacia delante.

El guitarrista volvió a quedarse en silencio, se pasó la lengua por los labios y se giró enfrentando su mirada contra los ojos marrones de Baekhyun. Alargó su mano izquierda, que era la que quedaba sobre su cabeza, hasta la cara del fotógrafo y lo acarició.

-Después de todo, yo una vez también fui un cachorro perdido como tú, pensando que podía cambiar a alguien.
Baekhyun cerró los ojos por un segundo disfrutando de la caricia de Yixing, pero los abrió al instante temiendo perder el contacto con esos ojos oscuros que le hipnotizaban, estiró la mano y la colocó con cuidado sobre la de Yixing presionándolas contra su mejilla.

-Soy de esas personas que cree que nada está perdido si no se ve el final del camino -sonrió dulcemente-. Yixing, estoy convencido que a pesar de que ya no eres como yo, todavía guardas algo que te hace ser ese chico gentil que guardas con temor de volver a ser dañado. Déjame ayudarte, permíteme demostrarte que la felicidad no está entre el dolor, si no en abrazos, besos y momentos increíbles junto a las personas que quieres.

-Suenas como una de esas cursis películas de Disney -se rió el guitarrista entrecerrando sus ojos-, pero siempre he sido un loco, así que mi respuesta es sí. ¿Crees que no te tirarás por una ventana antes de que pase una semana?
Baekhyun abrió los ojos sorprendido, y saltó sobre Yixing antes incluso de que terminase de hablar.

- ¿Tirarme por una ventana? Estás loco, no me perdería esta oportunidad por nada del mundo -le besó tiernamente, abrazándole-. Estoy seguro de que podremos lograrlo.

+++
Luhan paseaba por la habitación del hotel nervioso. El cigarro que sostenía entre los dedos estaba casi consumido y aun así no había logrado la tarea de relajarse como es debido. Yifan se había ido hace rato y no le había llamado. No quería hacerle más daño, sabía que ese presumido se preocupaba demasiado por él, pero no podía soportar estar encerrado entre cuatro paredes cuando Yixing estaba desaparecido.
No podía dejar que a su chico le pasase algo, era responsabilidad suya. Se llenó un vaso de whisky del minibar y se lo bebió de un trago, respiró hondo y caminó hasta el armario para recoger la cazadora de cuero que justo acababa de volver de la lavandería.
Caminó hasta la mesilla de al lado de la cama y desconectó el teléfono del cargador, comprobando que todavía no tenía ninguna notificación de su amigo. Chasqueó la lengua y abrió el cajón para guardarse en el interior del bolsillo de la cazadora un paquete de tabaco y el mechero, no sin antes colocarse uno entre los labios.
-Los nervios se combaten con fuego -murmuró antes de encenderlo y cerrar el cajón con una de las botas que llevaba puestas.
Comprobó que todo estaba en orden y nada mostraba el alboroto que había sucedido en esa habitación, volvió al minibar y le dio otro trago a la botella de whisky que había dejado abierta.
Salió de la habitación y llamó al ascensor, agradeció que los representantes y el personal del hotel estuviesen dormidos o alejados y se metió en el ascensor rápidamente. Se apoyó al cristal y le dio una calada al cigarro dejando que el humo saliese suavemente por el pequeño hueco de los labios. Cuando llegó al piso inferior, las puertas se abrieron sorprendiéndole al toparse con alguien que no se esperaba.
La enorme y bufonesca sonrisa de aquella persona se alargó de la misma manera que se alargan las malas noticias una tras otra cuando no se esperan. El hombre que se encontraba delante del cantante de Meinster no parecía en sus cabales, pero hacía tiempo que nadie le había visto con cordura y lo habían dado por imposible.

-¿Por qué tan serio, Luhan? -Le preguntó apoyándose en la pared sin quitarle la vista de encima- Quizás el viejo Jinki tenga algo que te haga sonreír de nuevo.
Luhan tragó saliva y apagó el cigarro en su puño, salió del ascensor y bajó la mirada ante la presencia del cantante de Rise. Nunca se había imaginado que él volvería tan pronto.

-No creo que tengas nada que pueda ayudarme ahora -intentó sonar tranquilo, a pesar de notar la energía de Jinki apoderarse del ambiente.
Jinki permaneció tranquilo, sin alterarse ni cambiar los rasgos de su sonriente rostro un milímetro.

-Puedo entregarte a Yixing. ¿Quieres que sea tuyo? Yo puedo hacerlo.

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