[Trad] (IM)Pulso 4 2/2

Aug 15, 2014 20:55

Kyungsoo estaba en lo cierto.

No había pasado mucho tiempo antes de oírlo; como si fuese un susurro al lado de su oído, Jongin le llamaba. El demonio de piel clara miró hacia los lados, alrededor del cuarto, descubriendo que su compañero había vuelto, pero entonces se fijó en que no era eso lo que había pasado.

Jongin lo estaba llamando desde la Tierra.

Iba contra las reglas que los demonios fuesen al mundo de los humanos sin permiso, pero no era la primera vez que Kyungsoo rompía una o dos reglas. El demonio de piel clara arrastró a Baekhyun por los pasillos y después por el desierto del Valle de los Vientos, escuchándolo protestar demasiado, hasta que lo ayudó a invadir la sala de su jefe para atravesar un portal.

-¿Cómo vas a adivinar qué portal atravesó Jongin? -preguntó Baekhyun mientras los dos atravesaban la puerta y se paraban en medio de la sala de Minos, el juez del infierno.

-No le llames así, sabes que ahora su nombre es Kai -respondió serio Kyungsoo, e intentó sentir el aura de Jongin todavía presente en la sala.

-Como sea -murmuró Baekhyun poniendo los ojos en blanco, aburrido-. Olvidé que sólo tú puedes llamarlo por su nombre de humano.

Jongin le había dicho a Kyungsoo que cuando se convirtiese en demonio por completo, le gustaría que todos le llamasen Kai. Jongin le dijo que no había un significado importante tras el nombre, que lo usaría porque era una palabra fuerte que causaba más impacto que «Jongin».

Kyungsoo respetó su decisión, pero cuando llamó a Jongin Kai por primera vez, recibió una mirada molesta. El demonio más bajo no entendía el motivo de la irritación del otro y sólo cuando el más alto lo abrazó y murmuró que Kyunsoo, y únicamente Kyungsoo, podría llamarle por su verdadero nombre, el demonio de piel lechosa entendió lo que había pasado.

Jongin sería Kai para todos... Pero, sólo para Kyungsoo, Jongin sería siempre Jongin.

-Entró por este portal -señaló Kyungsoo hacia donde sentía extenderse el rastro del aura de Jongin.

-Ve, entonces. Si tardas o veo que alguien se acerca te seguiré, así que no tardes -murmuró Baekhyun con una media sonrisa y Kyungsoo se lo agradeció- ¡Pero no olvides que querré algo a cambio!

Kyungsoo escuchó el grito de Baekhyun a lo lejos mientras las tinieblas lo envolvían. Sabía que tendría que negociar una recompensa para su colega demonio, pero en ese momento no quería pensar en eso.

Lo único en lo que Kyungsoo conseguía pensar en ese momento era en Jongin.

¿Y si algún ángel entrometido hubiese aparecido?
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Al final, el problema no era un ángel amenazando la vida de Jongin, ni mucho menos algo realmente serio, como un contratante que estuviese acompañado o muerto.

Jongin sólo estaba (literalmente) aterrorizado.

Una mujer, que aparentaba rondar los treinta años, estaba sentada en una cama matrimonial en la habitación donde los dos se encontraban. Por la apariencia de la habitación, Kyungsoo podría decir que la casa era lujosa y eso explicaba por qué la contratante parecía tan hermosa. Probablemente había pedido belleza y riqueza a Jongin, hacía diez años.

-¿Cuál es el problema? -murmuró Kyungsoo con una ceja alzada y vio a Jongin suspirar, aliviado, yendo a su encuentro.

La mujer los observaba confusa. No todos los días dos demonios surgían de la nada en su cuarto de esa manera.

-No soy capaz -susurró el más alto, nervioso-. No consigo tocarla, nada.

Kyungsoo parpadeó un par de veces, intentando procesar lo que estaba pasando.

-Me estás diciendo que no eres capaz de acostarte con una contratante, ¿es eso?

-Sí -murmuró Jongin, mirando de reojo a la mujer-. No lo consigo y no quiero. No consigo excitarme.

-Jonginnie…-susurró Kyungsoo contra la piel del cuello del más alto-. Si comenzaras a tocarla te excitarías. Sabes que tienes que tener sexo con los contratantes antes de enviar su alma al Infierno. Así es como funciona para nosotros, los Grimorios del Segundo Círculo Infernal.

-Lo sé -Jongin parecía irritado-. Pero no quiero hacer nada con ella. No quiero tocar a alguien que no seas tú.
Kyungsoo levantó las cejas, un poco asustado por la confesión repentina.

-Jongin, escúchame. Si no cumples con tus obligaciones no sé lo que te pasará. Ahora ve y haz lo que ya has hecho antes. ¡Me dijiste que te habías acostado con mujeres!

-Antes de ir al Infierno, así que no cuenta -dijo Jongin con un mohín en los labios-. ¡No voy a llevarla!

Los dos siguieron discutiendo un buen rato, mientras la humana los miraba confusa. La mujer sabía de los términos del pacto, pero viendo el modo en el que aquellos dos hombres discutían su futuro la estaba dejando perpleja.

-¿Quieres decir que no voy a morir? -preguntó la humana en un susurro, más para ella que para los dos demonios.

-¡Claro que sí! -gritó Kyungsoo, enfrentándose a la mujer.

El demonio más bajo suspiró pesadamente y comenzó a caminar en dirección a la cama, donde la humana estaba todavía sentada, con su cuerpo escondido entre las sábanas. Kyungsoo miró la puerta de reojo e intentó cerrarla con llave mentalmente, pero parecía que ya lo estaba.

Por lo menos Jongin ya había hecho eso.

La mirada de la mujer se perdió en el vacío cuando Kyungsoo invadió su mente sin permiso. El demonio saltó un poco por los pensamientos de la contratante antes de deslizar dos dedos por su cabeza. Un ruido sordo se escuchó cuando la mujer (después de poner los ojos en blanco) cayó sobre el suave colchón.

-Pronto recobrará la consciencia… Ahora quítate los pantalones y ven aquí -murmuró Kyungsoo intentando apartar las sábanas que escondían el cuerpo de la humana.

-No -murmuró Jongin, irritado-. Ya dije que no quiero compartir la cama con alguien que no seas tú.

Kyungsoo suspiró, irritado. Realmente le agradaba que a Jongin le gustase tanto, pero eso ya era ridículo. Al fin y al cabo, tener sexo debería de ser algo sencillo para demonios que habitaban en el lugar de la lujuria del Infierno.

-Es sólo meterla, Jongin. Sin misterios, te ayudo si ese es el problema.

-No voy a follar con ella, aunque insistas.

Una vez más, los dos comenzaron a discutir. La mujer yacía inconsciente en la cama, mientras los demonios hablaban alto entre sí. Kyungsoo intentó obligar a Jongin a sacarse los pantalones y este intentó mantenerse alejado de él.

Quieres que haga eso? -preguntó Kyungsoo irritado, con las muñecas sujetas por las manos del más alto- ¿Que tome su cuerpo y la mande al Infierno? ¿Tienes idea de lo que puede suceder? Sufrirás las consecuencias, Jongin. Te dije que necesitabas ser útil como demonio, en el caso contrario, pasaría…

La voz del menor desapareció y se mordió el labio inferior.

-No quiero que hagas eso -dijo Jongin seriamente-. Sé que te he decepcionado, Kyungsoo. Pensé que podría acostarme con otra persona que no fueses tú, pero no consigo hacerlo. Buscaremos la forma de enviarla al Infierno, no te preocupes.

Un silencio incómodo invadió el lugar mientras los demonios desistían de discutir uno con el otro. Permanecieron con sus cuerpos colocados uno al lado del otro, pero sin juntarse en un abrazo.

-¿Y si lo hiciéramos juntos? -preguntó el menor y Jongin abrió los ojos.

Aquella era la idea más ridícula que jamás había oído, pero pensar en su pequeño compañero desnudo, acostado en aquella cama, gimiendo su nombre, con el cuerpo de la mujer al lado, le hacía tener algunos pensamientos que serían considerados pecaminosos. Jongin sonrió, pensando durante una milésima de segundo en aceptar la propuesta.

Hasta que escuchó una risa malévola (desde algún lugar) que llenó la habitación.
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-Me habéis decepcionado, en serio -murmuró Baekhyun, con una sonrisa cínica en el rostro-. Estuve quieto, en la sala del jefe, esperé por vosotros bastante tiempo, pensé que habíais muerto, que algunos ángeles os habían hecho una emboscada, y vengo hasta la Tierra para comprobarlo y recoger al menos las cenizas de vuestros cuerpos (cosa que demuestra que soy un tipo legal) ¿y qué es lo que me encuentro? Un par de maricas discutiendo sobre si se van a follar a la pobre mujer que está tirada en la cama.

Kyungsoo y Jongin miraron sorprendidos hacia el demonio de pelo castaño y ojos bien delineados que surgió simplemente en la habitación.

-Sinceramente, esperaba más de ti, Kyungsoo. Y Kai, por el amor de Dios, tienes cara de saber de estas cosas, ¿cómo te quedas ahí llorándole a alguien más bajo que tú, diciendo que no quieres follarte a alguien porque no puedes?

-¡No hables así de él! -dijo Kyungsoo, serio-. Él no es como tú crees, malicioso y pervertido. Ten un poco de tacto al hablar.

-¿Ah, no lo es? -preguntó Baekhyun y se rió, antes de lamerse los dientes en señal de desprecio. El demonio se había sentado en la cama, al lado de la mujer, y le acariciaba el pelo; saltó-. ¿Me estás diciendo que Kai es inocente? No es el que escucho desde vuestro cuarto todo el santo día, porque (admitámoslo) gimes alto, Kyungsoo... ‘Jonginnie, por favor’... Aún me sorprende que Kai consiguiera follarte, Kyungsoo, ya que ni lo consigue con una humana inconsciente.

Jongin estaba, en ese momento, parado y con los ojos muy abiertos. Estaba sorprendido por la manera en la que Baekhyun le hablaba, pues el demonio sabía ser desagradable, pero estaba sobrepasando los límites.

-¡Cierra el pico! -gritó Jongin abalanzándose sobre el demonio de pelo castaño, pero Kyungsoo se lo impidió agarrándole el brazo con fuerza-. Nunca más vuelvas a llamarme así, no tienes derecho…

-Jongin, tranquilízate -le pidió Kyungsoo y Baekhyun rió en voz alta.

-¿Así, cómo? -Baekhyun todavía reía, sarcástico-. Sólo respeto el hecho de que consigas que los gemidos de Kyungsoo sean más intensos que cuando estuvo conmigo, Jongin…

-¡Ya basta! -gritó Kyungsoo, empujando al más alto lejos del demonio que estaba sentado en la cama.

Baekhyun había sobrepasado los límites.

-¿Qué es lo que quiere decir con eso? -preguntó irritado Jongin- ¿Kyungsoo?

-Te lo explicaré cuando volvamos… -murmuró Kyungsoo antes de acariciar el pelo del más alto-.  Y Baekhyun, ¡¿qué buscabas viniendo aquí, eh?!

El menor de los tres se acercó a la cama y permaneció entre los dos demonios que se fulminaban con la mirada.

-Quiero ayudar. Necesitan a esta alma en el Infierno y a mí me gusta ayudar al prójimo -dijo Baekhyun con una media sonrisa. Kyungsoo levantó una ceja, sin creérselo-. Por supuesto, eso tendrá un precio…

-Lo sabía -murmuró Kyungsoo, molesto-. ¿Qué es lo que quieres esta vez?

Baekhyun miró hacia la mujer que estaba acostada y rápidamente miró a los demonios que estaban frente a él. Su mirada se posó en Jongin y sonrió con malicia.

No necesitó decir ninguna palabra para que Kyungsoo entendiera las intenciones del demonio de pelo castaño.

-Ni lo pienses. Sabes que Jongin es mío --murmuró Kyungsoo mientras apretaba los dientes.

Baekhyun levantó las dos cejas y se encogió de hombros, mientras que el propio Jongin (tema de la discusión) entreabría sus labios, sin saber qué decir.

Nunca había visto a Kyungsoo tan molesto.

El suelo comenzó a temblar poco a poco y los ojos de Kyungsoo comenzaron a volverse negros, mientras cerraba los puños con fuerza. Baekhyun entendió que no debía hacer más bromas y se levantó, serio.

-Está bien, Kyungsoo. Ya lo entendí, no necesitas ponerte nervioso… No tocaré a Kai.

Jongin dio algunos pasos y se aproximó a Kyungsoo, que se calmó poco a poco. El mayor susurró algunas palabras en el oído del menor, percibió que poco a poco la oscuridad abandonaba sus ojos y su expresión volvía a ser la misma de siempre, bondadosa.

Kyungsoo siempre había sido muy calmado y paciente, pero la simple idea de que Baekhyun tocara a Jongin lo dejó fuera de sí. Quería arrancarle la piel a su compañero de pelo castaño usando las uñas cortas de sus dedos.

-¿Qué vas a querer? -preguntó Jongin serio a Baekhyun mientras agarraba la mano de Kyungsoo entre la suya.

-No lo sé todavía, me lo deberéis, ¿qué os parece? Algún día quizá necesite vuestra ayuda y vosotros pagareis vuestra deuda.

-Hecho -murmuró Kyungsoo sin pensar y apretó la mano de Jongin contra la suya.

-Ahora idos que mirar para vosotros así me da angustia -murmuró Baekhyun cínicamente, y los dos demonios desaparecieron en una nube de humo negra que llegó y se fue como por arte de magia.

Baekhyun todavía notaba el olor suave a azufre por la habitación cuando se acercó hasta la ventana y la abrió, mirando hacia afuera. No quería respirar oxígeno puro, su objetivo era otro.

Quería comprobar que cierto ángel no lo atraparía, como siempre hacía.

La sonrisa cínica en la cara del demonio se apagó cuando vio que alguien se acercaba. Cerró la ventana lentamente, y así alargó los segundos que daban al otro lado de la casa, ansiando (en secreto) que el otro apareciese, pero todo fue en vano. Baekhyun borró la expresión en su rostro y miró a la humana desmayada.

Suspiró, aburrido, antes de comenzar a caminar hacia la cama.
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Jongin, como era de esperar, había sido castigado.

Kyungsoo imploró a Minos que lo reconsiderase, pero lo que le dijo fue que o Kai (como Jongin era conocido) pasaba a ser un baal, un demonio guardián, o si no sería eliminado. No había disculpas para lo que había sucedido, para el error de Kai.

Después de todo, el Infierno estaba lleno de buenas intenciones.

Jongin fue rebajado un nivel en las clases de demonios y quedó como responsable de vigilar (en uno de los turnos) la entrada de la Torre de los Vientos, lugar donde habitaban casi todos los demonios y almas pertenecientes al Segundo Círculo del Infierno. Kyungsoo imploró para que Minos lo reconsiderase o para que lo rebajasen junto a él, ya que él también tenía responsabilidad en el error de Jongin en su misión.

Minos no cambió de idea. Kyungsoo continuó siendo un grimorio y quedó como responsable de traer al Infierno a todas las almas humanas con las que Jongin había realizado pactos.

No había nada que hacer, Jongin ahora era un baal y Kyungsoo un grimorio.

Los dos continuaban relacionándose y compartiendo la misma habitación, pero Jongin se sentía avergonzado por su actitud. Había decepcionado a Kyungsoo y no sabía qué hacer para que lo perdonara.

-No pasa nada, en serio. Nada ha cambiado entre nosotros -Kyungsoo estaba acostado entre los brazos del mayor y susurró (como si hubiese leído los pensamientos de Jongin) contra la piel de su cuello, lo que le causó escalofríos-. Estoy más feliz si te quedas aquí. La Tierra es peligrosa, los ángeles pueden aparecer y no eres lo suficientemente fuerte para derrotarlos en el caso de que os pelearais.

-¿Y crees que yo estoy contento viendo cómo vas a la Tierra? ¿Arriesgándote? -preguntó Jongin serio y Kyungsoo rió con suavidad.

-Soy fuerte, aunque no lo parezca… Sólo dejo que tú parezcas más fuerte que yo -le provocó el menor y Jongin sonrió, mientras sus dedos recorrían la extensión del tronco desnudo y blanco que estaba frente a él.

-¿Y? -preguntó Jongin con una media sonrisa, y pasó la lengua por el contorno de los labios carnosos que estaban delante de él, mientras olvidaba por un momento todas sus preocupaciones.

-¿No lo crees? -preguntó Kyungsoo, astuto, antes de mover su cuerpo para quedar encima del más alto.

Jongin creía en las palabras del más bajo, pero quería jugar un poco.
Aquella noche, Kyungsoo le demostró al más alto que podía dominarlo si quería, le hizo gemir arrastrando su nombre y suplicó por más.
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El tiempo en el Infierno fue pasando del mismo modo incoherente y confuso de siempre, pero en la Tierra ya habían pasado más de cien años desde que Jongin había muerto. Sus huesos no existían pero si su caja enterrada a siete palmos de la superficie.

Habían llamado a Kyungsoo para una misión en la Tierra. Un nuevo pacto tendría que ser realizado y rápidamente se colocó su traje blanco y miró fijamente al más alto con una sonrisa en la cara. Jongin ya estaba vestido con su uniforme negro para vigilar la entrada de la Torre de los Vientos y Kyungsoo pensó que era mejor que él no fuese ya un grimorio ya que, después de todo, odiaba ir a la Tierra.

-Ten cuidado -murmuró Jongin hacia el menor y recibió una sonrisa como respuesta antes de que éste desapareciese en la oscuridad del desierto del Valle de los Vientos.

Jongin esperaba que, como siempre, todo saliese bien y que nada fuera de lo normal sucediese mientras Kyungsoo estuviera en el territorio considerado enemigo, ya que los ángeles deambulaban por la Tierra como si aquel lugar fuese dominio de ellos.

Pero el destino negó los deseos de Jongin y algo sucedió.

Cuando el menor volvió de la misión parecía diferente, pensativo. Jongin no entendía lo que le pasaba, pero esperó hasta que estuvieron solos para preguntárselo.

-¿Qué ha pasado? -preguntó el más alto acariciando la mejilla blanca de Kyungsoo.

El demonio parpadeó un par de veces, sonrió como respuesta al rostro preocupado de su compañero de cuarto.

-No pasó  nada, Jongin.

-Cuéntamelo, Kyungsoo -insistió el más alto. Estaba de pie, mientras miraba al menor que permanecía sentado en la espaciosa cama, pensativo.

-Vale… Es que la persona con la que realicé el pacto hoy era un niño, un niño pequeño… Y me recordó mucho a ti cuando nos conocimos, para ser sinceros.

Jongin se sorprendió y se sentó en la cama al lado del menor.

-¿En serio? ¿Cuál es el nombre del niño?

Kyungsoo sonrió de medio lado, intentando acordarse exactamente del nombre que salieron de los finos y rectos labios. ¿Cómo un niño podía tener un semblante tan serio siendo tan joven?

El demonio amplió su sonrisa cuando se acordó del nombre completo de su contratante y Jongin levantó las cejas ansioso.

-Oh Sehun -murmuró Kyungsoo y sonrió-. Se llama Sehun.

C O N T I NÚA

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Traducción, exo-k, (im)pulso, kaisoo

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