Imposible o el capitulo 24

May 13, 2009 12:25

No tengo perdon lo se.

Capitulo: Imposible 0 24

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Historia

Capitulo 24
por: Jenny Anderson

Detestaba cuando el tiempo parecía ir mas lento de lo que debería, cuando el tac tardaba lo que parecía una infinidad en seguir al tic, no era solamente el sentir todas esas miradas fijas en mí. Era por que era un poco paranoica y sentía que todos ellos estaban esperando solo el momento en que me equivocaría. Mis brazos comenzaban a mostrar signos de cansancio y sentía que llevábamos horas ahí cuando posiblemente solo lleváramos algunos minutos.

Por fin la música dejo de sonar, las gradas profirieron un gran aplauso y sentí como era arrastrada nuevamente por el mar amarillo y azul hacia la banca que al parecer ocuparíamos en el encuentro. Respire profundamente bajando el dichoso banderín que había tenido que sostener y que había sido levemente modificado para que solo se necesitara de una chica en ves de dos como normalmente sucedía. Por supuesto viendo la manera en que estaban saliendo las cosas, no me quejaba para nada, por que Mariel podría haberme hecho algo mucho peor. La música comenzó asonar de nuevo, esta vez se trataba del grupo de Riko, las observe atentamente, no había participado en ningún encuentro de porristas en mi vida y tampoco me había interesado en ninguna demostración. Por eso fue que me sorprendí tanto con las rutinas, aquello parecía haber sido sacado de la película de triunfos robados. Jamás había llegado a creer que las porristas reales hicieran lo que las animadoras de la televisión. Pero ahí estaban haciendo piruetas, pirámides y demás rutinas que ponían en peligro su integridad física.

Por supuesto el que tuvieran entre sus filas a chicos que si bien no eran precisamente atractivos, salvo sus excepciones si eran lo suficiente altos y lo suficientemente voluminosos como para ser capaces de levantarlas y seguir el ritmo de una manera mas o menos decente. La coreografía era bastante elaborada, y también bastante movida, y las piruetas eran bastante complicadas, observe la mirada de Mariel, yo no había visto la coreografía de las chicas, después de todo estaba de espaldas a ellas, haciendo lo que una chica del Vasconcelos hacia también, solo que yo estaba segura que no hacia con tanta gracia ni con una sonrisa como la que en esos momentos la chica mantenía en el rostro, hice una mueca cuando la música termino y el maestro de ceremonias o lo que fuera volvía a tomar el micrófono para volvernos a llamar al escenario. De haber estado en mis manos me habría quedado ahí sentada haciendo un berrinche monumental para que no me obligaran a ir de nuevo. Pero eso ya no estaba en mis manos, por que negarme a hacerlo no solo le daría mas armas a Mariel para molestarme si no que me pondría en ridículo delante de Riko, aun que no era que no estuviera ya en ridículo frente a ella.

La tortura duro más tiempo del que me hubiera gustado, y durante los últimos momentos logre que la gente desapareciera de las gradas y enfocarme solo en la música que sonaba y en el ritmo que Mariel me había informado que debía llevar, así como en la sonrisa de muñeca que tuve que lucir. Estaba cansada, me dolian los brazos y me dolían las mejillas de tanto sonreír cuando al fin anunciarían a las ganadoras de las porristas. A mi aquello realmente me tenía sin cuidado y por que realmente no ganaba nada si ganaba mi escuela y no perdía nada si ganaba la de Riko. Pero al parecer eso era muy importante para las otras, por lo que tuve que mirar con impaciencia al hombre y no por que muriera por saber los resultados, si no por que quería terminar con todo eso, quitarme ese uniforme y volver a ser la Noriko de siempre. En ese momento mientras esperaba a que el jurado que sin saber de donde demonios había salido diera su veredicto.

Deje que mi mirada pasara por todos los integrantes del grupo de animación, debíamos ser mas o menos unos 35 por supuesto también había chicos, la mayoría no los había visto en mi vida, lo cual ya era bastante alarmante teniendo en cuenta que había pasado relativamente toda la vida en ese mismo instituto. Fue en ese momento cuando mi mirada noto a un chico castaño mirando a las porristas del Vasconcelos junto a el estaba la chica del cabello verde, fruncí el ceño levemente cuando los reconocí, eran los de la enfermería Hugo y Andrea si no me fallaba la memoria - ahora sabia por que la chica me había parecido conocida- los observe solo un poco mas hasta que los ojos azules de la chica se fijaron en mi mientras ella hacia una mueca, por supuesto despegue mi vista rápidamente y no era por que la chica me intimidara del todo, era esa mueca que hacia al verme, seguramente pensando que mis neuronas no funcionaban y que en lugar de cerebro tenia hule espuma en la cabeza. Por supuesto el momento que había perdido mirando a la chica, había sido el momento justo en que se había anunciado a la escuela ganadora y la mirada de Mariel y los gritos de las chicas del Vasconcelos fueron suficientes para saber quien había ganado aquella presentación.

Estuvimos un rato mas ahí, todas se daban palabras de ánimo y aliento y yo participaba como una espectadora mas simplemente, cuando sentí como pasaban un brazo por mis hombros, gire la cabeza con rapidez, se trataba de Javier.

-“Realmente fue un gran trabajo”- dijo

-“Un gran trabajo que no sirvió de nada”- murmuro Mariel

-“Por supuesto que si, no es el ultimo enfrentamiento de este año, seguro que en el próximo ganan”- había que escuchar la manera en que decía esas cosas para creerle parecía convencido y no solo eso si no que además tenia puesta su mascara de niño bueno, que ya entendía yo por que tantas chicas estaban tras de el, incluso si yo no lo conociera como lo conozco podría tragarme el cuento.

-“Espero que ustedes tengan mejor suerte”- dijo Mariel, mirándolo con adoración, hasta casi parecía que había olvidado que su equipo había perdido

-“No te preocupes Mariel, ganaremos el encuentro”- gire la cabeza nuevamente el equipo de Soccer al completo parecía que estaba ahí

Y es que había olvidado que técnicamente el equipo de Soccer y las porristas eran un solo gran ente, lance un suspiro, por que al parecer eso se alargaría aun mas y yo seguiría perdiendo clases, y escuchando cosas que no me importaban y es que para mi el que Vasconcelos ganara en el terreno no me importaba realmente, eso no quería decir que eran mejores que nosotros, era posible que significara simplemente que había mas atletas en sus filas, pero al final el prestigio y la calidad tenían que estar en función a la calidad de estudiantes que tenían, aun que ya sabia yo que la escuela le daba mucho mas apoyo a los deportistas con sus torneos que a los eventos académicos.

Capte la mirada que José me dirigía justo en medio de un discurso de esta sobre la manera en que quería que el equipo machacara a los rivales en la cancha al día siguiente, clave mi mirada en los ojos azules de José, sintiendo de nuevo esa punzada de desilusión que había sentido en los vestidores, preguntándome nuevamente si no me había llevado a la dichosa fogata por que realmente no me había dado mi lugar frente a las porristas. Sintiéndome completamente estúpida por haber derramado lágrimas por alguien que no valía la pena. Por supuesto mirar a José como lo estaba haciendo era una mala idea, por que cualquiera podía seguir la trayectoria de mi mirada y sacar las conclusiones que mas le gustaran, pero no podía quitar mi vista de él, era como si esperara que de pronto surgiera un anuncio en su rostro que me revelara si lo que yo estaba sospechando era verdad al 100%.

-“Lo hiciste muy bien princesa”- me dijo Eric que como siempre hacia caso omiso a la presencia de Javier y se me acercaba con una de esas sonrisas en su rostro como si no notara la manera en que Javier me tenia aprisionada contra el.

-“Gracias”- le dije al chico

Notando como el grupo comenzaba a desintegrarse

-“Que sepas princesa que invitare a Fabiola a la fogata”- me dijo

Parpadeé sorprendida un momento, mirándolo fijamente, no era que no me gustara que la única amiga que me quedaba y mi nuevo amigo se llevaran bien, era por que sentía que las palabras de Eric querían transmitirme algo mas que en esos momento no era capaz de interpretar.

-“Yo daré mi visto bueno, también puedo invitarla si quieres”- me dijo Javier antes de depositar un beso en mi cabello y entonces entendí lo que estaba pasando, me estaban diciendo que podía yo también invitar a Fabiola y que así esta tendría tres invitaciones de los atletas y que de esa manera Mariel no podría ponerse pesada.

-“Gracias”- le dije a Eric ampliando la sonrisa y tome la mano de Javier como si le estuviera agradeciendo, como si no supiera que la rata solo había dicho eso por que estaba actuando frente a Eric pero no me importaba por que esa actuación me convenía y podía ir a la dichosa fogata con mi amiga y pasarla bien a pesar de todo con ella y Eric

-“Nosotros también le daremos una invitación a Fabiola”- me tense sin poderlo evitar cuando escuche la voz de Adrian, era mas de lo que necesitaba, por que así como en ese momento sus palabras significaban apoyo también significaban que ellos sabían y que tal como pensaba me habían dejado al margen de su gran celebración.

-“¿Nosotros?”- pregunte aun que realmente no necesitaba hacerlo simplemente quería escucharlo de labios de Adrian

-“José y yo por supuesto”- dejo caer mi supuesto amigo, sentí rabia y desilusión a partes iguales mientras me observaba en esas pupilas, sin atreverme a decir nada.

Una parte de mi quería encararlos, gritarles y reclamarles el que fueran tan traidores, el que me hubieran estando viendo la cara desde hacia tanto tiempo y que aun así se pudieran dar sus aires. Que me hubieran señalado como traidora y que no hubieran creído en mi, pero ahora todo estaba claro, por supuesto ellos creían que todos éramos igual de desleales que ellos. Por supuesto quería enfrentarlos, pero… estábamos hablando de la posibilidad que Fabiola fuera a la fogata, y mi amiga pelirroja valía el componer una sonrisa y agradecer a pesar de todo.

-“Gracias chicos”- les dije pero tuve un especial cuidado de quedarme pegada a Javier y de estar bien aprisionada entre sus brazos para evitar que hiciera cualquier tontería, no podía arriesgarme a dejar fuera de la fiesta a Fabiola., por la posición en la que me encontraba me era completamente imposible ver la expresión de Javier, así que no era capaz de saber si se había dado cuenta que algo pasaba en base a la tensión que sentía en el cuerpo.

-“Lo que sea por ti Noriko”- tuve que morderme la lengua cuando escuche aquellas expresión de José, tomar con mas fuerza la mano de Javier, con tanta fuerza que estaba segura que le estaba haciendo daño con las uñas, pero Javier no se quejo en ningún momento.

-“Por favor... saben perfectamente que Mariel jamás consideraría si quiera que Fabiola fuera invitada”-

Fulmine a Angie con la mirada, por meterse donde no la llamaban y escuchar platicas ajenas y por que necesitaba desquitar con alguien todo lo que no podía desquitar con Adrián y José

-“Creo que todos tenemos derecho a invitar a quien queramos”- dijo Eric al parecer dándose cuenta de la mirada que yo le mandaba a Angie -“además flaquita, la verdad, Fabiola es bastante simpática”-

Si las miradas mataran, Eric habría caído fulminado a los pies de Angie sin ninguna contemplación, y todo por que la princesita al parecer pensaba que solo las porristas tenían derecho a ser simpáticas

-“Últimamente tus amistades dejan mucho que desear Eric”- dijo Angie

Eric simplemente se encogió de hombros con un gesto desenfadado como si lo que Angie le hubiera dicho no le molestara en absoluto, o puede que simplemente yo aun no sabia leerlo correctamente, después de todo era poco el tiempo que tenia de conocerlo.

-“Lo mismo podría decir de tus gustos Angie”- dejo caer Eric

Supe que me había perdido de algo al notar el intercambio que había entre ambos, por supuesto sabia que Angie había sido novia de Eric y que lo habían dejado por que a ella le gustaba alguien mas, quien por cierto se decidió por su novia al final, y al parecer los buenos términos en lo que Eric y Angie habían terminado no eran tan buenos según lo que estaba viendo.

-“Supéralo”- dejo caer la chica antes de darse media vuelta bastante enfadada dejándome a mi de igual manera al no haber tenido oportunidad para un intercambio de palabras con ella.

-“Princesa, Fabiola me pidió que te dijera que te espera donde siempre”- me dijo Eric y no tenia que conocerlo mucho para saber que estaba enfadado, volvió a mandarle esa mirada de odio a Javier antes de irse el también por el mismo lugar por donde Angie se había ido

-“Vaya”- Dijo Adrián encogiéndose de hombros -“hay que ver el carácter de la flaquita”- murmuro

Yo conté hasta diez para no comenzar a gritar en ese momento

-“Vamos”- dijo José -“hablaremos con Mariel, Noriko tú no te preocupes”- me dijo para irse por el mismo lugar por donde se habían ido Angie y Eric

-“¿Tú lo sabias?”- le pregunte a Javier sin moverme ni un centímetro y sin preocuparme de enmascarar mis emociones, sin soltar su mano

-“¿Saber que?”- me pregunto con voz inocente

Pero fue justamente ese tono inocente lo último que podía soportar, me gire con rapidez para encararlo, mirando fijamente sus ojos azules, olvidando completamente el asunto de Cris y Riko, pero en esos momento tenia la seguridad de que la maldita rata se había estado riendo de mi todo este tiempo

-“NO TE HAGAS EL IDIOTA”- le grite -“SABES PERFECTAMENTE BIEN A QUE ME REFIERO”-

Sus ojos se oscurecieron levemente pero eso no hizo que mi ira aminorara, estaba segura de que el lo sabia, que todo este tiempo supo lo de la fogata y lo de el visto bueno de las porristas, todo ese tiempo me había visto hacer el ridículo con José y no fue capaz de decírmelo. Claro por que el golpe era mucho mas terrible de la manera en que lo estaba viviendo en esos momentos

-“No Noriko, no tengo idea de por que ahora estas de histérica”- no levanto la voz, pero la amenaza estaba clara en su voz, por supuesto no me importo

-“Claro, seguramente esta será la primera fogata a la que asistirás en tu vida”- dije señalándolo acusadoramente

-“Yo no tengo la culpa que tu ex no tuviera los pantalones necesarios para defenderte delante de las porristas, ni mucho menos que no quisiera dejar sus privilegios por ti, yo te lo dije Noriko...”-

Aquello fue casi como una bofetada, o al menos yo lo sentí de aquella manera al tiempo que los ojos se me llenaban de lagrimas, esas tercas y malditas lagrimas que me hacían ver a Somers como una simple mancha en mi visión, lo recordaba perfectamente, Javier Somers un par de años menos deteniéndome en medio de un pasillo desierto del área de preparatoria para decirme que si tenia un poco de inteligencia no empezaría nada con José.

Cerré los puños con fuerza y apreté la mandíbula con mas, con tanta que era doloroso pero no me importo, necesitaba desquitarme con alguien y Javier Somers estaba ahí delante de mi

-“¿Y por que no me lo dijiste?”- le pregunte

-“Y perderme el ridículo en el que quedabas ante toda la escuela”- dijo levantando una ceja y sonriendo de lado

Pero por mucho que tomara esa pose yo sabia la verdad, podía verla en sus ojos azules, en el fondo le daba pena y eso fue incluso mas humillante que todo lo que había pasado antes, le daba pena y por eso no se había atrevido a decírmelo, y que tu peor enemigo sienta pena por ti es la cosa mas humillante del mundo y no solo era eso, era el hecho de que el estuvo riéndose de mi, que al fin comprendía aquella mirada llena de burla cuando nos veía a José y a mi juntos

-“Eso no tiene sentido”- le dije por que definitivamente no tenia lógica, pero por supuesto que sabia yo de la lógica retorcida de la rata

-“Noriko, Noriko, Noriko”- canturreo -“Como siempre te equivocaste de hombre y lo único que yo estaba haciendo era sentarme en primera fila para ver como caías”-

Entre cerré los ojos mirándolo con sospecha

-“¿Lo que no entiendo es la razón, por la que esperaste a que cayera, cuando tu podías darme la estocada final?”- por que definitivamente eso era mas de su estilo, Javier Somers no era de los que esperaban que las cosas pasaran, era de los que las hacia pasar y yo tenia un montón de ejemplos para firmarlo

-“Noriko, como siempre no sabes nada”-

Detestaba cuando me trataba de esa manera

-“Eres... eres...”-

-“Si lo se”- de nuevo aquella sonrisa socarrona y las lagrimas que ya estaban a punto de salir de mis ojos

-“No entiendo”-

-“Noriko, te mostré la clase de hombre que es José, ahora sabes por que desconfió de ti con tanta facilidad... por que el león cree que todos son de su condición y ahora estoy disfrutando enormemente que te des cuenta la clase de hombre que es... y no solo la clase de hombre que es el, si no la clase de amigos que tenias”-

De nuevo la sonrisa triunfante, no pude evitarlo, a pesar de saber que de alguna manera el no era culpable de nada, realmente solo había estado esperando que la caída fuera mas dolorosa para mi desde la primera fila, lo golpe con toda mis fuerzas una bofetada destinada a borrarle la sonrisa, pero el no reacciono como yo había pensado.

Antes incluso de que fuera capaz de dar una paso atrás, el me tomo por la muñeca y me acerco a el con fuerza aprisionándome

-“Lo ultima vez que te atreviste a golpearme, hice que te quedaras sin amigos” murmuro -“Esta vez tomare algo mas”-

Me dijo antes de tomar mis manos con fuerza tras mi cuerpo y posar sus labios en mi cuello, tendría que estar temblando de miedo, tendría que sentirme aterrorizada pero no fue así, por alguna razón su amenaza no me hacia sentirme temerosa, lo único que yo quería era lastimarlo

-“No eres capaz Somers, te faltan pantalones para llevar a cabo esa amenaza”-
Su reacción fue la que esperaba, había furia en sus ojos e indignación como si no creyera que yo pudiera haber dicho aquello pero se recompuso inmediatamente soltándome lentamente sonriendo de lado nuevamente

-“Anderson, cuando te descuenta de lo hombre que soy, no vas a desear que otro hombre te toque”-

-“¿Por qué no me demuestras lo hombre que eres?”-le dije sonriendo ahora yo, si estaba jugando con fuego y no tenia ni idea de lo que estaba haciendo, pero no era capaz de pensar en nada

-“Anderson, no digas cosas de las que después te arrepientas”- me dijo dando un paso atrás

Yo me acerque a el desafiante

-“No pienso arrepentirme”- le dije y entonces fui yo quien lo beso

Mi actos no tenían lógica por supuesto, quería vengarme de José por supuesto por eso bese a Javier como si no hubiera mañana, jamás en mi vida me había atrevido a besar a nadie de la manera en que lo estaba haciendo con Somers en ese momento, por supuesto no estaba pensando y tampoco estaba sintiendo del todo lo que estaba pasando, quería aun con mas ganas vengarme de José y Javier, y también dejar de ser tan estúpida tan ciega y ser capaz de observar realmente lo que pasaba a mi alrededor.

Cuando fui conciente de lo que estaba pasando con claridad, era por que estábamos en las gradas, yo sentada en las piernas de Somers con las rodillas a cada lado de sus caderas, Somers me estaba besando con la misma intensidad con la que yo lo estaba besando, tenia una mano en mi espalda y la otra en la parte izquierda de mi cadera, por ves primera fui conciente plenamente de Somers no como el maldito que me hacia rabiar, o el chiquillo malcriado que era si no como el hombre en el que se estaba convirtiendo, ya me había dado cuenta que era bueno besando, pero hasta ese momento no me había dado cuenta de cuanto, como tampoco me había dado cuenta del aroma que lo rodeaba o la calidez que desprecia su cuerpo, aferré mis manos en su cabello sintiendo aquel cosquilleo familiar del deseo en el vientre. Y entonces me moví ligeramente hacia delante para acomodarme mejor, buscando un poco mas de esa sensación de calidez y entonces Javier me tomo por las caderas y se separo de mis labios.

No pude evitar el gruñido de molestia que salió de mis labios y que mi hizo abrir los ojos y fijarlos en los suyos, la imagen que observe me dejo completamente anonadada, Javier tenia los ojos fuertemente cerrados, y respiraba con agitación, las mejillas ligeramente sonrosadas y los labios rojos, no solo por la fricción con los míos, si no también por la herida que aun no estaba del todo curada en su labio

-“No aquí”- murmuro escondiendo su rostro en mi cuello, respirándome en el cuello y haciendo que mi piel se volviera de gallina, intente moverme, decirle que era donde yo quisiera, cuando yo quisiera, pero el me tenia completamente sujeta de las caderas y entonces me di cuenta del por que.

Me quede quieta, no, definitivamente no era la primera vez que pasaba por eso, José alguna vez había estado en el mismo estado, pero las cosas eran completamente diferentes en esos momentos, por que Javier Somers se había jactado en mas de una ocasión que yo no despertaba nada en el y que como mujer le era completamente indiferente. Pues bien eso me lo podía haber dicho su boca, pero su cuerpo me estaba demostrando algo completamente diferente y me sentí poderosa, acaricie su pecho con lentitud observándome en sus ojos azules sonriendo

-“¿Somers, te das cuenta que en estos momentos te mueres por hacerme tuya?”- le pregunte sonriendo

El me miro fijamente aun con el rubor en las mejillas, por muy tierno que se viera de esa manera no debía de engañarme, no era vergüenza lo que sentía el chico era deseo, movió sus manos levemente, acariciando mis piernas, haciendo que cerrara los ojos un momento al sentir el calor de sus palmas en mi piel, había olvidado que en esos momentos yo tenia puesta una maldita falda.

-“¿Anderson, te das cuenta que mueres por ser mía?”-

Acaricie su cuello con lentitud, bien era verdad que me sentía bien y un poco acalorada entre sus brazos, pero no estaba muriendo por ser suya, por que aun sentía la rabia contra el en mi, era simplemente que por mucho que lo negara Javier, tenia cierto encanto y de alguna manera sabia que José no podría soportar si se enteraba que había llegado a mas con su enemigo que con el.

Por supuesto no debía tomar aquella decisión de esa manera, no con todo la ira que sentía en esos momentos, ni mucho menos pensando tan poco coherentemente como lo estaba haciendo en esos momentos, pero era difícil cuando mis pensamientos me decían que de esa manera golpearía el ego de José, por supuesto aun estaba el hecho de que dejarme llevar seria solo aumentar aun mas el ego de Javier y anotar otro error mas en mi ya interminable lista.

-“No muero por ser tuya”- le dije separándome un poco de el tomando su mano para separarla de mi piel sin hacer caso a las reacciones de mi propio cuerpo, después de todo aun estaba sentada sobre sus piernas

No me había sentido de aquella manera nunca, con ninguno de mis anteriores novios, ni siquiera con José. Javier me miro fijamente nuevamente esa mirada que no era capaz de interpretar, antes de sonreír levemente, lanzando un leve suspiro de lo que parecía resignación

-“No”- dijo él -“Soy yo el que desea tener sexo contigo”- dejo caer, dejándome en shock ante la total desfachatez de sus palabras -“Pero no puedes culparme soy un hombre, y ese día en el cuarto de baño me hiciste darme cuenta de que a pesar de lo que siempre había creído tu eres una mujer, no precisamente hermosa pero si lo suficientemente deseable como para tenerme imaginando como seria estar contigo”-

Enrojecí violentamente sin saber como tomarme sus palabras, completamente aturdida, una parte de mi no se creía eso, le parecía una especie de broma, uno de esos comentarios crueles que el luego lanzaba para dejarme en vergüenza, otra parte de mi, esa que tenia mas fe de lo que yo pensaba en mi plan, pensaba que estábamos en buen camino, después de todo ya no le era indiferente a la rata, por supuesto no era tan tanta como para darle la razón a esa minúscula parte de mi misma.

Abrí la boca para decirle algo, para lanzar una burla y dudar de sus palabras, pero Javier fue mucho mas rápido que yo y cuando me di cuenta sus labios estaban nuevamente sobre los míos, suaves, dulces y completamente diferentes a todas las veces anteriores, no cerré los ojos del puro shock, del miedo que de pronto se apodero de mi cuerpo. Ya no tenia ninguna duda Javier Somers el muy maldito estaba jugando conmigo.

Se separo de mi boca con lentitud, recorriendo mi mejillas con sus labios, mandándome escalofríos por la columna

-“Me gustas mucho”- susurro con voz baja e insinuante, pero que a mi me sonó tan falsa como el político que se dice honesto

Eso era el colmo, me levante de sus piernas con un solo movimiento, un movimiento brusco que me hizo trastabillar y estar a punto de matarme en aquellas gradas pero Somers como siempre mas rápido que yo había logrado sujetarme del talle con firmeza

-“SUELTAME”- le grite mirándolo acusadoramente, alejándome de el algunos pasos

-“Anderson”- comenzó el
-“DE ANDERSON NADA SOMERS, NO SE QUE CLASE DE JUEGO ESTAS JUGANDO AQUÍ, PERO NO QUIERO SER PARTICIPE DE ESTO”-

-“Tu fuiste la que empezó con esto maldita sea”- me dijo sin moverse de donde estaba -
”Te dije que no dijeras cosas de las que después te arrepentirías, ERES UNA MALDITA CRIA”-

Cerré los puños a mis costados

-“ERES TU EL QUE DEBE DE DEJAR DE CREER QUE SOY UNA IDIOTA”- comencé a bajar por las gradas técnicamente a brincos para alejarme lo mas posible de el

-“LLEVATE ESTO ENTONCES”- me grito cuando ya estaba cerca del campo, lo que me hizo girar no fue su voz si no el sonido de algo cayendo, el muy desgraciado había dejado caer mi mochila que ahora me seguía, rodando entre las gradas

-“IMBECIL”- dije subiendo un poco para darle alcance a mi mochila antes de técnicamente salir corriendo del lugar

No entre a los vestidores, me fui así tal como estaba a encontrarme con Fabiola. La encontré sentada en la banca de siempre con el cabello recogido en una cola y la mirada perdida en algún punto del pasillo, lance un suspiro y seguí el rumbo de su mirada. No me sorprendió para nada que mis pupilas chocaran con la figura de Raúl y su grupito de amigos.

-“Lo vas a gastar de tanto verlo”- le dije a mi amiga llegando junto a ella y tomando asiento

Fabiola sonrió tristemente y se giro a mirarme

-“No mirarlo es como luchar contra la fuerza de gravedad”- me dijo

Yo observe un poco mas a Raúl que llevaba una camisa amarilla y un pantalón de mezclilla azul, sabia que Raúl era el amor imposible de Fabiola, el amor de su vida según sus propias palabras, era una chico bastante agradable, pero con ella se había portado realmente como un patán. Así que no podía creer que aun estuviera coladita por el cuando ni siquiera cruzaban palabras desde que ambos tenían 13.

-“¿Algún día le hablaras?”- le pregunte a mi amiga

-“?¿Algún día dejaras de pelear con Somers?”- me pregunto de vuelta

-“Ok, entendí el mensaje”- dije con un poco mas de brusquedad por que ante la mención de aquel odioso apellido había recordado lo que había estado apunto de hacer. Y no solo lo que había estado apunto de hacer, lo que cualquiera que hubiera pasado por ahí habría visto.

-“Por tu tono intuyo que has peleado de nuevo con Javier”-

Ante la simple mención de su nombre sentí nauseas, pero también me sentí lo suficientemente acobardada como para no confiarle a Fabiola lo que había pasado en el campo. No por que creyera que no podía confiar en ella, si no por que tendría que reconocer todo lo que había sentido mientras me besaba con Somers.

-“Mas bien he hecho coraje con Adrián y José”- le dije

-“Y que te han hecho ahora esos dos”-

Empecé a hablar entonces a contarle lo de la fogata, el que las porrista organizaban todo y de la burla en la que había vivido en todo mi noviazgo con José, el que José y Adrián estaban enterados y que como atletas estaban invitados y que nunca jamás me habían dicho nada y estaba segura que ni siquiera habían movido un dedo para cambiar la situación y que los dos eran de lo peor. Y que por su puesto todas las porristas lo sabían y adivinar cuantas veces se habían reído a mis costillas, las muy taradas.

-“Vaya” - fue lo único que me dijo mientras se encogía de hombros -“si te sirve de consuelo mi hermana es la capitana del equipo de porristas y yo no tenia de que la dichosa fogata fuera real”-

-“Bueno pero eso va a cambiar”- le dije sonriendo -“vienes conmigo a la fogata de mañana”-

Fabiola me miro fijamente, con los ojos azules abiertos por la sorpresa

-“Estas loca, Mariel jamás lo permitiría”-

-“No te preocupes tengo todo controlado”- le dije pero ya no estaba tan segura de eso, por que aun cuando Eric, Adrián y José habían quedado en invitar a Faby, ahora estaba el asunto de Somers, no sabia si pensaba invitar a Fabiola o solo lo había dicho para quedar bien frente a Eric

-“Jamás esta todo controlado cuando se trata de Mariel”-

-“Entonces supongo que eso significa que me vas a dejar solo enfrentándome al mar de porristas”- le dije fingiendo indignación

-“Por supuesto que no, si realmente tienes todo controlado con Mariel iré, solo espero que me expliques como lograste, tener todo bajo control”-

-“Eric dice que piensa invitarte”- la mire fijamente -“Por supuesto yo pienso invitarte, José y Adrián también piensan invitarte y Javier me...”- me callé cuando observe la manera grave en que me veía

-“Noriko”- empezó ella y yo supe que algo no estaba bien

-“Ya se.. ya se... piensas que debí de haber puesto en su lugar a ese par, en lugar de quedarme callada aceptando que te invitaran, pero de verdad Fabiola, ya no tiene caso soy una completa idiota eso esta muy claro y de todas maneras no pienso ir a ese dichosa fogata si no vas tu”- termine

Pero al observar su rostro supe que no era eso lo que quería escuchar, la mire fijamente sin saber que era lo que estaba pasando, parpadeando levemente sorprendida y seguramente viéndome un poco ridícula pero a esas alturas ya no me importaba mucho, luego del papelón que había hecho con mi noviazgo todo ese tiempo

-“Bueno esto también es importante, lo cierto es que entiendo la razón por la que no encaraste a esos buenos para nada”- dijo ella, yo sabia que a ella, jamás le habían terminado de gustar José y Adrián -“Lo que quiero que me digas es... ¿qué ha pasado entre tu y Somers para que de pronto lo llames Javier con ese tono de quinceañera enamorada?”- me dijo mirándome interrogante

Yo abrí la boca indignada ¿Adolescente enamorada?, por todos los dioses mi amiga si que tenia imaginación, y sin embargo no pude controlar el color que subió a mi rostro al recordarme sobre las piernas de la rata, era terrible, se suponía que Somers no tenia que atraerme de ninguna manera aun cuando solo lo hiciera físicamente. ¿Y ahora que le tenia que decir a Fabiola?

¿Dónde estaba el maldito hoyo en la tierra cuando se le necesitaba?

Notas de la autora:

Este capitulo tendría que haber quedado arriba hace muchoooo, no tengo excusa ni pretexto así que, simplemente espero que les haya gustado, se que tenia que ser mas largo, pero si no lo publico ahora ya no lo haré hasta no se cuando.

Lilu, una parte de tu regalo atrasado de cumpleaños, así que espero que te guste. Muchas gracias a todos por su paciencia

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