Vicio 02
Autor: hikari_world
Fandom: Samurai Deeper Kyo
Claim: Kyo/Yuya
Tabla: Básica
Tema: #02 - Lluvia
Título: Lluvia
Resumen: Para Kyo, Yuya era como la lluvia. La única capaz de limpiar su alma.
Advertencias: Spoilers. Un poco cursi
Notas: Pequeños spoilers que hacen referencia al final y al epílogo de la serie. Tercer vicio en menos de un mes después del anterior. Me voy superando poco a poco XDDD. Ha quedado un poco rosa, pero es que últimamente me sale así entre estos dos... Ains... En fin, espero que con eso y todo os guste ^^
¡Saludos!
#02.
Lluvia
Se detuvo en mitad del camino sin prestar demasiada atención al repiqueteo de las gotas de lluvia sobre el paraguas rojo que portaba. Rojo, como el color de sus ojos, que en ese momento estaban turbios por culpa del mar de agua que descendía de los cielos sobre todo aquello que estuviese sobre el suelo terroso y resbaladizo, convertido en barro. La Tenro estaba sujeta en su mano derecha, como siempre, pero el agarre flaqueó al verla allí, quieta en la entrada de la posada, sujetándose la coleta rubia con ambas manos mientras la peinaba con sus dedos finos y blancos, esperándolo.
Tuvo la certeza, en ese instante, de que era hermosa. A pesar de sus continuos insultos y de la forma tan ruda en la que había llegado a tratarla en muchas ocasiones, jamás había pensado que fuese fea. Pero fue en ese momento cuando se dio cuenta de que era mucho más que un simple “no es fea”.
Porque Yuya era como la lluvia. Clara. Fina. Suave. Caía con contundencia sobre el cuerpo, pero luego rozaba la piel en su descenso con una caricia líquida y gentil. Limpiaba las penas, el dolor y la angustia. Era como un remedio para su alma, tan ennegrecida, tan repleta de sangre desde su más tierna infancia. Era algo puro que descendía del cielo y se cernía sobre él como un manto, que lo envolvía y le daba una paz indómita para él.
Comenzó a caminar sin darse cuenta, con los brazos lacios y la mirada todavía fija en ella, en su figura blanquecina, y sus ojos se desviaron, sin quererlo, hacia el vientre abultado que había ido surgiendo con los meses y que en ese momento acariciaba con cuidado, con una sonrisa tibia en los labios. Kyo también sonrió.
Los ojos verdes de Yuya se posaron sobre él y brillaron, su sonrisa se ensanchó todavía más y sus mejillas se tiñeron de rojo. Fue a salir a recibirlo, pero se quedó mirando el reguero de agua que se resbalaba por el pequeño tejado de su posada y se quedó atrás, esperándolo, impaciente, con las manos sobre el pecho.
-¡Kyo! -su recibimiento fue tan suave como siempre que pasaba unos días fuera. Se aferró con sus dedos a su yukata negro y aspiró su aroma, húmedo y fuerte, contundente.
Él no hizo nada. Poco más que colocarle una mano en la cabeza, otra en la cintura y su barbilla sobre la cabeza de la muchacha, dejándose acunar por la calidez de su cuerpo y por la dulzura de su olor. Luego desvió su mano hacia su barriga y la acarició con celo.
-Estamos bien -susurró, con los ojos entrecerrados, sabiendo de su preocupación.
-No lo dudo. Una cara de feto como tú no se deja derribar por nada.
Recibió apropósito el golpe en las costillas porque sabía que no le haría demasiado daño y le sujetó la muñeca mientras la apartaba levemente de su cuerpo, observando su rostro enojado con una sonrisa divertida pintada en el suyo. Se inclinó un poco y la besó, devorando su boca con su habitual lentitud y posesividad, deleitándose con ella y con su sabor.
-No se te ocurra intentar correr en días como estos en estas condiciones -le advirtió cuando se separó de ella, recordando haber leído esa intención en sus ojos al verle.
-Tranquilo, no pienso hacerlo -respondió, desafiante-. No me gusta la lluvia.
Kyo soltó una risotada suave.
-Pues desde hace años a mí me encanta.
Fandom: Samurai Deeper Kyo
Claim: Kyo/Yuya
Tabla: Básica
Tema: #02 - Lluvia
Título: Lluvia
Resumen: Para Kyo, Yuya era como la lluvia. La única capaz de limpiar su alma.
Advertencias: Spoilers. Un poco cursi
Notas: Pequeños spoilers que hacen referencia al final y al epílogo de la serie. Tercer vicio en menos de un mes después del anterior. Me voy superando poco a poco XDDD. Ha quedado un poco rosa, pero es que últimamente me sale así entre estos dos... Ains... En fin, espero que con eso y todo os guste ^^
¡Saludos!
#02.
Lluvia
Se detuvo en mitad del camino sin prestar demasiada atención al repiqueteo de las gotas de lluvia sobre el paraguas rojo que portaba. Rojo, como el color de sus ojos, que en ese momento estaban turbios por culpa del mar de agua que descendía de los cielos sobre todo aquello que estuviese sobre el suelo terroso y resbaladizo, convertido en barro. La Tenro estaba sujeta en su mano derecha, como siempre, pero el agarre flaqueó al verla allí, quieta en la entrada de la posada, sujetándose la coleta rubia con ambas manos mientras la peinaba con sus dedos finos y blancos, esperándolo.
Tuvo la certeza, en ese instante, de que era hermosa. A pesar de sus continuos insultos y de la forma tan ruda en la que había llegado a tratarla en muchas ocasiones, jamás había pensado que fuese fea. Pero fue en ese momento cuando se dio cuenta de que era mucho más que un simple “no es fea”.
Porque Yuya era como la lluvia. Clara. Fina. Suave. Caía con contundencia sobre el cuerpo, pero luego rozaba la piel en su descenso con una caricia líquida y gentil. Limpiaba las penas, el dolor y la angustia. Era como un remedio para su alma, tan ennegrecida, tan repleta de sangre desde su más tierna infancia. Era algo puro que descendía del cielo y se cernía sobre él como un manto, que lo envolvía y le daba una paz indómita para él.
Comenzó a caminar sin darse cuenta, con los brazos lacios y la mirada todavía fija en ella, en su figura blanquecina, y sus ojos se desviaron, sin quererlo, hacia el vientre abultado que había ido surgiendo con los meses y que en ese momento acariciaba con cuidado, con una sonrisa tibia en los labios. Kyo también sonrió.
Los ojos verdes de Yuya se posaron sobre él y brillaron, su sonrisa se ensanchó todavía más y sus mejillas se tiñeron de rojo. Fue a salir a recibirlo, pero se quedó mirando el reguero de agua que se resbalaba por el pequeño tejado de su posada y se quedó atrás, esperándolo, impaciente, con las manos sobre el pecho.
-¡Kyo! -su recibimiento fue tan suave como siempre que pasaba unos días fuera. Se aferró con sus dedos a su yukata negro y aspiró su aroma, húmedo y fuerte, contundente.
Él no hizo nada. Poco más que colocarle una mano en la cabeza, otra en la cintura y su barbilla sobre la cabeza de la muchacha, dejándose acunar por la calidez de su cuerpo y por la dulzura de su olor. Luego desvió su mano hacia su barriga y la acarició con celo.
-Estamos bien -susurró, con los ojos entrecerrados, sabiendo de su preocupación.
-No lo dudo. Una cara de feto como tú no se deja derribar por nada.
Recibió apropósito el golpe en las costillas porque sabía que no le haría demasiado daño y le sujetó la muñeca mientras la apartaba levemente de su cuerpo, observando su rostro enojado con una sonrisa divertida pintada en el suyo. Se inclinó un poco y la besó, devorando su boca con su habitual lentitud y posesividad, deleitándose con ella y con su sabor.
-No se te ocurra intentar correr en días como estos en estas condiciones -le advirtió cuando se separó de ella, recordando haber leído esa intención en sus ojos al verle.
-Tranquilo, no pienso hacerlo -respondió, desafiante-. No me gusta la lluvia.
Kyo soltó una risotada suave.
-Pues desde hace años a mí me encanta.