Reto#10, imagen, fanfic
Título: La llegada de Draco
Personaje: Harry Potter, Draco Malfoy
Rating: PG-13
Género: Romance, Humor
Advertencias: Esta historia está concatenada. Abajo los links.
Disclaimer: Harry Potter es propiedad de J. K. Rowling, Bloomsbury Publishing, Scholastic Inc. y AOL/Time Warner Inc. Nadie gana ningún beneficio económico con esta historia ni se infringen deliberadamente derechos de autor.
1-http://harrython.livejournal.com/221561.html
2-http://harrython.livejournal.com/221851.html
3-http://harrython.livejournal.com/222036.html
4-http://harrython.livejournal.com/222708.html
5-http://harrython.livejournal.com/223257.html
6-http://harrython.livejournal.com/223708.html
7-http://harrython.livejournal.com/224494.html
Los chicos siguieron jugando un rato más, Hermione, Ron y Ernie bajaron para animarlos y todos aplaudieron la victoria del equipo formado por Luna, Lorcan, Albus y Scorpius. Todos bromeaban diciendo que los jugadores compuestos por las casas de Slytherin y Ravenclaw no tenían rival en los juegos de mesa ni en conocimientos generales, y Harry no pudo más que estar de acuerdo; en su equipo, salvo Rose y Lysander, no consideraba que James y él fueran rivales a tener en cuenta.
-Eso es porque no hemos jugado al quidditch -se defendió James-, díselo, papá. Oh, os machacaríamos.
-No lo dudo -rió Luna-. A mí, personalmente, nunca me gustó volar. Prefiero quedarme en tierra.
-Hablando de tierra, barshella y yo vamos a dar un paseo por la playa -anunció James agarrando a la muchacha de cabellos dorados por la cintura.
-¡Volved para la cena! -gritó Hermione.
Harry subió a sacar el equipaje para acomodar su ropa en el enorme armario de la habitación que compartiría con Ernie. Miró alrededor: su habitación estaba decorada al estilo rústico, y la de los chicos también. Había pocos adornos, salvo unas violetas con un hechizo imperecedero que deberían renovar para que lucieran como el primer día.
Junto a la mesilla de la cama había dos vasos de cristal en bonitos acabados, y unas cortinas lánguidas en color blanco hacían que la brisa marina las moviera de forma sutil. La presencia repentina de una lechuza muy conocida hizo que Harry se lanzara hacia ella y agarrara el pergamino de la pata: Ginny le había respondido a la lechuza anteriormente enviada para decirles que ya estaban en casa, y que tanto Lily como Hugo estaban redimiéndose recogiendo plantas medicinales del jardín de la abuela. Harry se preguntó si Scorpius también habría recibido una respuesta a su lechuza. Le preguntaría después.
Satisfecho, salió del cuarto para reunirse con los demás quizá con demasiada energía: el golpe con otro cuerpo lo pilló desprevenido; el otro mago jadeó con el golpe, y Harry se giró para disculparse cuando se topó con unos conocidos fríos ojos grises y un rostro puntiagudo.
-¡Malfoy! -su sorpresa fue demasiado evidente, al contrario que el otro chico, que se llevó la mano al esternón-. Lo siento.
Draco lo evaluó, mirándolo con curiosidad. Harry se sintió repentinamente desnudo ante aquellos ojos, pero no vio animadversión ni odio; simplemente, eran demasiado parecidos a los de su hijo Scorpius pero del color del acero. Debió preguntarle qué tal el viaje, o aprovechar para mencionar la lechuza de su hijo Scorpius, pero casi se quedó ahí boqueando de forma patética.
-Potter -saludó el otro muy serio, extendiendo su mano. Y Harry tuvo un déjà vu .
Aquella era la misma situación repetida años atrás en el expreso de Hogwarts. Harry casi no salía de su asombro al ver aquel tren en ese imposible andén cuando se subió para conocer a un montón de magos. Y la experiencia con Malfoy no había sido positiva. Sin embargo, ese gesto le hacía ver que los tiempos habían cambiado; que ahora habían crecido y ambos tenían una vida. Y Draco parecía haber madurado, criando a su hijo y casándose con aquella bruja sangrepura. Harry estrechó su mano y la mirada de ambos pareció recorrer varios años. Para cuando se hubieron separado, Harry creyó haber visto respeto y algo de admiración. El rubio no dijo nada más, se largó hacia el baño y Harry bajó a ayudar a los demás con la cena.
Personaje: Harry Potter, Draco Malfoy
Rating: PG-13
Género: Romance, Humor
Advertencias: Esta historia está concatenada. Abajo los links.
Disclaimer: Harry Potter es propiedad de J. K. Rowling, Bloomsbury Publishing, Scholastic Inc. y AOL/Time Warner Inc. Nadie gana ningún beneficio económico con esta historia ni se infringen deliberadamente derechos de autor.
1-http://harrython.livejournal.com/221561.html
2-http://harrython.livejournal.com/221851.html
3-http://harrython.livejournal.com/222036.html
4-http://harrython.livejournal.com/222708.html
5-http://harrython.livejournal.com/223257.html
6-http://harrython.livejournal.com/223708.html
7-http://harrython.livejournal.com/224494.html
Los chicos siguieron jugando un rato más, Hermione, Ron y Ernie bajaron para animarlos y todos aplaudieron la victoria del equipo formado por Luna, Lorcan, Albus y Scorpius. Todos bromeaban diciendo que los jugadores compuestos por las casas de Slytherin y Ravenclaw no tenían rival en los juegos de mesa ni en conocimientos generales, y Harry no pudo más que estar de acuerdo; en su equipo, salvo Rose y Lysander, no consideraba que James y él fueran rivales a tener en cuenta.
-Eso es porque no hemos jugado al quidditch -se defendió James-, díselo, papá. Oh, os machacaríamos.
-No lo dudo -rió Luna-. A mí, personalmente, nunca me gustó volar. Prefiero quedarme en tierra.
-Hablando de tierra, barshella y yo vamos a dar un paseo por la playa -anunció James agarrando a la muchacha de cabellos dorados por la cintura.
-¡Volved para la cena! -gritó Hermione.
Harry subió a sacar el equipaje para acomodar su ropa en el enorme armario de la habitación que compartiría con Ernie. Miró alrededor: su habitación estaba decorada al estilo rústico, y la de los chicos también. Había pocos adornos, salvo unas violetas con un hechizo imperecedero que deberían renovar para que lucieran como el primer día.
Junto a la mesilla de la cama había dos vasos de cristal en bonitos acabados, y unas cortinas lánguidas en color blanco hacían que la brisa marina las moviera de forma sutil. La presencia repentina de una lechuza muy conocida hizo que Harry se lanzara hacia ella y agarrara el pergamino de la pata: Ginny le había respondido a la lechuza anteriormente enviada para decirles que ya estaban en casa, y que tanto Lily como Hugo estaban redimiéndose recogiendo plantas medicinales del jardín de la abuela. Harry se preguntó si Scorpius también habría recibido una respuesta a su lechuza. Le preguntaría después.
Satisfecho, salió del cuarto para reunirse con los demás quizá con demasiada energía: el golpe con otro cuerpo lo pilló desprevenido; el otro mago jadeó con el golpe, y Harry se giró para disculparse cuando se topó con unos conocidos fríos ojos grises y un rostro puntiagudo.
-¡Malfoy! -su sorpresa fue demasiado evidente, al contrario que el otro chico, que se llevó la mano al esternón-. Lo siento.
Draco lo evaluó, mirándolo con curiosidad. Harry se sintió repentinamente desnudo ante aquellos ojos, pero no vio animadversión ni odio; simplemente, eran demasiado parecidos a los de su hijo Scorpius pero del color del acero. Debió preguntarle qué tal el viaje, o aprovechar para mencionar la lechuza de su hijo Scorpius, pero casi se quedó ahí boqueando de forma patética.
-Potter -saludó el otro muy serio, extendiendo su mano. Y Harry tuvo un déjà vu .
Aquella era la misma situación repetida años atrás en el expreso de Hogwarts. Harry casi no salía de su asombro al ver aquel tren en ese imposible andén cuando se subió para conocer a un montón de magos. Y la experiencia con Malfoy no había sido positiva. Sin embargo, ese gesto le hacía ver que los tiempos habían cambiado; que ahora habían crecido y ambos tenían una vida. Y Draco parecía haber madurado, criando a su hijo y casándose con aquella bruja sangrepura. Harry estrechó su mano y la mirada de ambos pareció recorrer varios años. Para cuando se hubieron separado, Harry creyó haber visto respeto y algo de admiración. El rubio no dijo nada más, se largó hacia el baño y Harry bajó a ayudar a los demás con la cena.