Título: Aventura hacia el apartamento
Personaje: Harry Potter, Albus S., Scorpius M., Hermione, Ron, Luna, Ernie, James, ozú cuánta gente...
Rating: PG-13
Género: Romance, Humor
Advertencias: Esta historia está concatenada. Abajo los links.
Disclaimer: Harry Potter es propiedad de J. K. Rowling, Bloomsbury Publishing, Scholastic Inc. y AOL/Time Warner Inc. Nadie gana ningún beneficio económico con esta historia ni se infringen deliberadamente derechos de autor.
1-
http://harrython.livejournal.com/221561.html2-
http://harrython.livejournal.com/221851.html3-
http://harrython.livejournal.com/222036.html4-
http://harrython.livejournal.com/222708.html Tras enrollarse la cuerda a sus muñecas, el traslador se activó, dejándoles en un ambiente totalmente diferente: olía a mar y estaban en un pequeño pueblecito de pescadores, frente a unas casas abandonadas. Minutos después, se materializaban Ron y Hermione con su hija Rose. Albus abrazó a su prima y no le pasaron desapercibidas las miradas que ella y el primogénito de los Malfoy se dieron.
-Está bien, iremos hacia el apartamento, no está lejos de aquí -indicó Hermione tras los saludos-, y como parte de la aventura, iremos en coche.
Lorcan y Lysander se entusiasmaron. Para Rose ya no era ninguna novedad el coche de su padre, y tampoco para James. Barshella y Scorpius se acercaron, curiosos, hacia el invento muggle que permitía a estos traspasar grandes distancias y que estaba aparcado junto a una de las casas: era viejo y de color negro, con una plaquita con ciertos números delante y detrás. Dentro del habitáculo, había una manta de los Chuddley Cannons.
-¿Cómo funciona? -preguntó Barshella tocando la chapa y mirando las gruesas ruedas.
-Con gasolina -respondió James a su lado-. Las sacan de unos contenedores que hay repartidos por la ciudad. Veremos algunos, ¿verdad, tío Ron?
El pelirrojo asintió.
-Señor Weasley, ¿lo conducirá usted? -más que impresionarse por el objeto en sí, Scorpius estaba preocupado por quién lo movería. Desde luego, debía pensar que no todos los magos eran competentes, y había oído de su padre diversos acontecimientos que protagonizaba el pelirrojo y que no habían terminado bien.
-¿Tienes algún problema? -se hizo el silencio entre los grupos. Harry rezó porque Scorpius no dijera que quería volver, llevándose así a su hijo Albus con él a la mansión enorme donde vivían.
-Preferiría que lo condujera su esposa -respondió el chico, inteligentemente, consiguiendo robar una sonrisa a Hermione.
-Yo no sé conducir, cielo. Pero gracias por la confianza. De todos modos, Ron ya lo maneja muy bien, te lo aseguro.
-Sí, Scorpius, mi tío lo lleva muy bien.
-Es imposible que quepamos todos ahí dentro -añadió Lorcan-. Habrá que hechizarlo.
-De eso ya se encarga tía Hermione -dijo Albus, y la joven de pelo castaño sacó su varita y apuntó hacia el vehículo murmurando unas palabras.
-¡Oh, ha usado el hechizo Gemini! Debe ser muy complicado hacerlo sobre un invento muggle -se le escapó a Lorcan.
Ahora eran dos coches negros exactamente iguales. Hermione murmuró unas palabras para que la placa tuviera un número diferente al de Ron.
-¿Quién conduce el otro coche? -preguntó Ernie.
-Yo.
-Mi papá -respondieron Albus y Harry a la vez.
El moreno se encontró con otra mirada de admiración por parte de los jóvenes. El Salvador del Mundo sabía conducir coches muggles. Era muy gracioso y pintoresco. Solo alguien como él se metería en esos cacharros de metal sin miedo alguno.
-Separémonos -sugirió Luna-. Nosotros, chicos, iremos con Ron.
-Yo también voy con tío Ron -anunció Albus, pero Scorpius, a su lado, reclamó:
-Yo voy con Harry Potter. Si me pasa algo, prefiero estar a su lado.
Hermione sofocó una risa y Luna miró a Harry divertida, mientras a este se le subían los colores. Así pues, los grupos quedaron de la siguiente manera: Ron, Hermione, Luna, Rose, Lorcan y Lysander por un lado y Harry, Ernie, James, Barshella, Albus y Scorpius por otro, poniendo rumbo a sus vacaciones.