Complejo de damisela en apuros [Neville/Gabrielle ~ viñeta]

Aug 01, 2009 16:40

Título: Complejo de damisela en apuros
Fandom: Harry Potter
Claim: Neville/Gabrielle
Summary: A veces pensaba que tenía un serio complejo de damisela en apuros. No podía quitarle la vista a Neville Longbottom, un héroe verdadero.
Advertencias: Ninguna
Notas: Dedicado a albaclara por el meme de besos. Esta es tu pareja, nena, así que espero no haberlos destrozado.

A veces pensaba que tenía un serio complejo de damisela en apuros. No precisamente por caer en problemas en los que pedía socorro como si no pudiera solucionarlos sola, sino por la parte en que la damisela conoce a su salvador y se enamora de éste. Lo había vivido con Harry Potter a una corta edad de ocho años, luego a los quince, a los diecisiete… Y de nuevo a los veinte. Tenía veinte años y no podía quitarle la vista a Neville Longbottom.

-Creo que deberíamos regresar -dijo él, observando hacia lo poco que se podía ver el salón desde el escondite que habían escogido. Pero a pesar de su sugerencia, no se libró del contacto suave de sus manos ni tampoco apartó su cuerpo-. Si Harry y Ginny nos encuentran… Merlín, sería vergonzoso -sonrió, con un leve rubor cubriendo sus mejillas

Solo habían sido un par de reuniones casuales en la casa de Fleur y su esposo, o en otros lugares. Conversaciones típicas: el clima, la situación política del mundo mágico en Europa, los conciertos a los que ansiaban ir, etc. Nada fuera de lo común. No así con él. En Neville todo era fuera de lo común. Iba más allá del adorable pliegue en su barbilla que se marcaba cuando sonreía o de su pequeña manía de jugar con las manos. Él era un héroe. Un héroe de verdad. Esos que pelean consigo mismos para madurar y crecer, esos que prefieren ayudar a una persona con tal de hacer un gran acto heroico que se publique en el periódico, esos que ven en la simpleza de la vida la esperanza para encontrar motivos para vivir.

-¿Por qué lo sería? -preguntó, deshaciéndose de su fingido acento inglés para ser más francesa, más ella. Arqueó levemente la espalda, pegándose de manera insinuadora en su pelvis-. No estamos haciendo nada malo. Charlamos de la vida bajo las escaleras. ¿Qué tiene de vergonzoso?

Cuando pensó en todo esto, se dijo a sí misma que era una perfecta idiota. No sabía cuánto tiempo estaría en Inglaterra y tampoco lo conocía bien como para tomar la iniciativa y mandarle indirectas sobre cuánto deseaba en que la besara, en sentir sus grandes y suaves manos (lo comprobó un día que él le tendió la bufanda que Fleur le prestó y si no se la devolvía la mataría). ¿Por qué iba a arriesgarse? Simple, porque era Neville. Y su sonrisa, sus manos, su pliegue de la barbilla, sus grandes ojos, su pelo levemente encrespado, su alegría, su honestidad y ternura.

-Supongo que nada -dijo, al fin. La taladró con la mirada, y ella se recostó en la pared porque de lo contrario caería por el temblor de sus rodillas-. No estamos haciendo nada… que no deseemos.

Por él sería capaz de renunciar a su apática jefa y establecerse en Londres. Lo presentía, lo sentía; lo sabía con todo su corazón.

-Entonces, ¿qué deseas, Neville? -sus rostros se acercaron como imanes-. ¿Qué deseamos hacer? ¿Algo vergonzoso?

Sus bocas se encontraron con anhelo, una expectación que había crecido con cada encuentro, conversación, mirada, risas, y despedidas de “nos vemos” en vez de “adiós”.

Tal vez se debía a la emoción de ser encontrados por alguno de los invitados o por su complejo de damisela en apuros, pero Gabrielle contaría los siguientes quince minutos como los mejores de su vida. Nadie en su vida la había besado que la hicieran sentir tantas contradicciones: mariposas en el estómago y luego el estómago vacío, el corazón latiendo a mil por hora y después muy lento, calma y desesperación, seriedad y risa, las manos temblorosas y luego se aferraban a sus hombros con fuerza.

Luego de doce largos años de enamorarse de figuras platónicas, Gabrielle, la damisela en apuros, había encontrado por fin a su héroe.

fandom: harry potter, p: neville longbottom/gabrielle delacour

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