Naruto - Valle Letargo

Jul 24, 2006 22:02


Título: Valle Letargo
Fandom: Naruto.
Resumen: De no haber sido porque su instinto de superviencia tomó el mando, enlugar de estar huyendo por los techos de Valle Letargo, Naruto estaríatirado a la mitad de la calle en medio de un charco de sangre. Línea temporal: antes del examen para chuunin.
Raiting: PG-13.
Género: Sobrenatural/Aventura

I.- Valle Letargo
II.- Uiko
III.- Ruinas

IV. - Bibliotecas

Kakashi cerró el libro y lo puso a un lado. Sus alumnos parecían creer que Uiko era sincera, pero él tenía sus dudas. El  rencor de la mujer era tan grande que era posible que quisiera hacer a los habitantes del pueblo salir a buscar esos sellos por la noche, los cuales ni siquiera estaban descritos en el diario. Lo más prudente, reflexionó, era esperar que un equipo de jounin (o quizás dos) se encargaran de la situación.

Los chicos habían salido de nuevo a buscar más indicios; querían asegurarse de tener la historia lo más completa posible. Kakashi lamentaba la herida que lo tenía retenido en la casa de Iwahara, pero no lamentaba haber salvado la vida de Naruto. La imagen de su alumno caído de rodillas frente a esas cosas se había convertido en una de tantas que sería difícil de olvidar. Fue una suerte que Sasuke bajara por agua en el momento en que Kakashi preguntaba a Noriko qué eran aquellas cosas que vio debajo de la ventana cuando abrió la cortina.

Las noches eran difíciles; las criaturas sólo se deslizaban por las calles, no hacían ningún movimiento súbito, y no lo harían mientras no hubiera un ser vivo allá afuera. De acuerdo a Noriko, incluso las ratas tenían miedo de asomar los bigotes después de ocultarse el sol. Por su parte, los chicos querían hacer algo más que estar sentados tomando leche con galletas, querían salir a buscar los famosos sellos de Uiko, salvar al pueblo y convertirse en héroes.

La motivación de cada uno de ellos la podía ver el jounin cada vez que sus alumnos miraban la puerta. Era como si pudiera leer sus mentes: Naruto lo consideraba un paso hacia adelante en su carrera para convertirse en hokage; Sasuke lo veía como una prueba para sus habilidades, y Sakura quería que Sasuke se diera cuenta de su valía. Kakashi consideró darles una charla sobre cómo no ser tan transparentes, pero antes tenía que encontrar la manera de mantener a los genins ocupados, pero que no destrozaran la casa.

El primer día intentó unos ejercicios de meditación y control de chakra en una habitación vacía de la casa que hubieran funcionado de maravilla, de no ser porque no había manera de evitar que Naruto se desconcentrara para ver lo que hacía Sasuke y, tratando de pasar desapercibido, pateara el pie del Uchiha para luego fingir que no se había movido ni un centímetro. Al principio era sólo eso, pequeños golpes, pero las cosas fueron escalando hasta que, el tercer día, incluso Sakura (la única que realizaba los ejercicios concienzudamente) comenzó a intervenir en los pleitos de sus compañeros.

A Iwahara no parecía importarle el ruido, al contrario: decía que le recordaban a sus hijos, y que esa casa había sobrevivido ya a dos generaciones de adolescentes. Kakashi se alegraba por la casa, pero el jounin mismo no estaba seguro de poder duplicar la proeza.

Por fortuna, los chicos no tenían que estar mucho tiempo meditando o viendo la puerta, ya que Kakashi los mandaba a dormir a las nueve y media de la noche sin aceptar excusas. Y había puesto un hilo muy delgado con cascabeles a lo ancho del corredor, que además de avisarle si alguien andaba fuera de la cama a deshora, dejaría caer sobre él (o ella) una red. No importaba el cambio de circunstancias: Hatake Kakashi no cometería el mismo error más de una vez.

-

Naruto no se atrevió a comer el ramen de Valle Letargo sino hasta un par de días después de cometido la tontería de haber salido de noche sin avisar, pero descubrió que había valido la pena la espera. Incluso valía la pena tener a Sasuke sentado entre él y Sakura-chan (los genins no estaban autorizados a salir solos, ni siquiera de día). Por cierto, Sasuke, ese malencarado que no sabía apreciar la buena cocina, estaba disfrutando la comida. Y Sakura-chan había olvidado esa dieta que siempre mencionaba. Pero no importaba, Sakura-chan no sólo sería siempre la linda y dulce Sakura-chan, sino que hacía el suficiente ejercicio como para no preocuparse por un poco de ramen.

-Oye, gato asustado-dijo Sasuke-, ¿de qué te ríes?

-De nada que te importe-respondió Naruto. Megh, había bastado con escuchar esa voz para hacerlo perder un poco de su (relativo) buen humor del momento.

-Por favor, no peleen-dijo Sakura-chan. Bueno, si ella lo pedía... Naruto volvió a concentrarse en su tazón y miró de reojo cómo Sasuke pedía una orden más de ramen.

Tras pagar la cuenta, emprendieron el regreso a la casa de Iwahara. Fue Sakura-chan quien trajo el tema a colación.

-He estado pensando en diferentes patrones de siete elementos para ubicar los sellos, pero no se me ha ocurrido ninguno posible.

-No creo que la magia tenga mucho que ver con el chakra-dijo Sasuke-, y esos esquemas son los únicos que nos enseñaron en la academia.

Naruto llevó las manos a su nuca.

-Es una pena que no haya pergaminos sobre magia negra como los hay sobre técnicas de combate-pensó en voz alta justo cuando Sasuke abría la puerta de la casa.

A continuación, hubo una pausa en la que Naruto sintió sobre sí los ojos de sus dos compañeros.

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Sasuke estaba en el borde de considerar a Naruto como el prototipo del "genio-idiota". No solía captar bien las sutilezas, era ciego a la mayoría de las indirectas (y a buena parte de las directas), pero de vez en cuando tenía destellos de buenas ideas. ¿Eran coincidencias, o su subconsciente que se empeñaba en mantenerlo vivo? No había manera de saberlo, pero Sasuke, aunque no pensaba confesarlo, se alegraba de que su compañero no fuera (del todo) un inútil.

La misma noche de la sugerencia, el trío comenzó su nuevo rumbo de investigación pidiendo a Noriko-san para buscar en su biblioteca "algún libro interesante". Kakashi-sensei no se opuso. Más bien parecía aliviado de no tener que dirigir otra sesión de esas pseudomeditaciones que Naruto siempre arruinaba. Tan sólo les pidió que no destruyeran la biblioteca.

La biblioteca personal de Iwahara abarcaba todo un cuarto (era el fruto de tres generaciones), pero la mayoría eran sólo libros de viajes, biografías, tratados sobre turismo y algunas novelas de aventuras, nada útil. Los genins regresaron los libros a los estantes y, antes de enviarlos a acostar y tras una breve inspección, Kakashi-sensei los felicitó por haber cumplido su promesa.

Como su maestro parecía estar de buen humor, Sasuke pidió permiso para ir al día siguiente a la biblioteca pública, lo cual les fue concedido tras repetirles la recomendación de mantener intacto tanto el edificio como el contenido.

-Cualquiera diría que no confía en nosotros-gruñó Naruto la mañana siguiente al salir a la calle.

-En la biblioteca pública es mucho más factible encontrar lo que buscamos-dijo Sakura-. ¡Eres un genio, Sasuke-kun!

-Tal vez-dijo Sasuke, en referencia a lo primero pues eligió ignorar lo segundo-, y tal vez no. Después de lo que pasó, es muy posible que no encontremos ningún libro de magia en todo Valle Letargo.

Por desgracia, Sasuke tuvo razón: lo más cercano que encontraron a temas ocultos fueron manuales de prestidigitación para fiestas infantiles. Por supuesto, dada la disposición de los lugareños para hablar al respecto, tan pronto entraron le dijeron al encargado que no tenían nada en mente y que preferían buscar algo ellos mismos. De ahí que anduvieran más o menos a su aire por el lugar, y que Sakura encontrara la puerta de la bodega detrás de las novelas de aventura.

En letras grandes y de color blanco sobre un fondo rojo, un letrero en la parte superior de la puerta decía: "Sólo personal autorizado". Tche, ¿cuándo ha detenido eso a un ninja?

-Naruto, espera aquí y vigila por si viene alguien. Sakura y yo buscaremos ahí dentro.

Naruto no pareció muy feliz con la idea de permanecer como vigía, pero Sasuke no le dio la oportunidad de replicar. Simplemente entró a la bodega seguido de Sakura.

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El lugar estaba oscuro y  la temperatura era agradable, pero las manos de Sakura sudaban y la kunoichi escuchaba claramente los latidos de su propio corazón. Esto, sin embargo, no evitaba que fuera consciente de la respiración tranquila de Sasuke-kun a menos de un metro delante de ella. Sakura controló su impulso de brincar encima de su compañero de equipo en vista de lo grave de la situación, aunque se felicitó profusamente por haber sido elegida para acompañarlo, en lugar de Naruto.

-Busca un interruptor-dijo Sasuke-kun.

Al momento, Sakura puso las manos contra la pared, tanteando, y pisando con cuidado, por si había alguna escalera. Lo más lógico era que el interruptor estuviera cerca de la puerta, pero...

La luz se encendió de pronto. Tomó un momento a los ojos de Sakura acostumbrarse al cambio. Cuando lo hicieron, la chica encontró a Sasuke-kun en medio de la habitación, debajo de un foco que se encendía jalando una cadena que colgaba del techo.

-Suerte-fue todo lo que dijo él en medio de un encogimiento de hombros y lo que parecía ser una casi imperceptible sonrisa de disculpa. Internamente, Sakura rió malignamente y pensó "¡Toma eso, Ino!"

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Poco después que Sasuke y Sakura-chan entraran a la bodega, Naruto tomó un libro al azar del estante más cercano, aunque fuera sólo por aparentar que hacía algo, pero pronto se sumergió en la narrativa.

-¡Estúpido!-gritó de pronto poniéndose de pie sin soltar el volumen-. ¡ACEPTA! ¡QUÉDATE CON EL REINO Y CON LA CHICA!

Alguien le puso una mano en el hombro. Sobresaltado, Naruto giró y encontró al encargado, un hombre de edad madura enfundado en un pulcro traje de pana que sostenía el dedo índice sobre su propia boca. El genin tragó saliva y comenzó a disculparse, pero el encargado comenzó a reír por lo bajo cuando vio el título de la obra.

-Entiendo-dijo-, yo también sentí lo mismo.

Antes que Naruto pudiera reaccionar, el hombre ya se había sentado junto a él y comenzó a hablar, con un entusiasmo que no se disimulaba ni siquiera por el bajo volumen de la voz, sobre esa novela de aventuras en particular y sobre las demás en general. Sabía de lo que hablaba, y Naruto quedó absorto escuchándolo.

Media hora más tarde, cuando el encargado se retiró por fin a seguir con sus deberes, Naruto tenía en sus manos una larga lista de lecturas recomendadas, incluyendo las señas para encontrarlas entre los estantes de la biblioteca. El genin trataba de decidir cuál sería más interesante atacar primero, cuando escuchó que se abría la puerta de la bodega. Dobló el papel con rapidez y lo escondió dentro de su chaqueta.

Por la abertura asomó la cabeza de Sasuke, quien preguntó con la mirada a Naruto si era seguro salir. No había nadie alrededor, así que la respuesta fue afirmativa.

-Buen trabajo -susurró Sasuke.

Naruto arqueó una ceja.

-Espero que no haya sido muy difícil mantener aquí al encargado para que no entrara a la bodega-dijo Sakura-chan dándole palmaditas en el hombro a Naruto.

Naruto se sonrojó, en parte por la atención recibida, en parte porque lo felicitaban por causa de un malentendido. Pero lo mejor sería no aclarar la situación y simplemente preguntar si habían encontrado algo útil.

-Mejor que discutamos eso donde nadie pueda oírnos-dijo Sasuke.

En el camino de vuelta a la casa, decidieron reunirse a la medianoche en la habitación de Sakura, la cual era la última en el pasillo; era prácticamente imposible que Kakashi-sensei se acercara allá para escuchar a través de la puerta, y más aún porque su herida aún no sanaba.

-¿Encontraron lo que buscaban?-preguntó Iwahara cuando los escuchó entrar.

-Sí, señor-respondieron a coro los tres.

-¿Y qué fue?-insistió el hombre con una sonrisa de oreja a oreja.

Los chicos intercambiaron miradas inquietas por unos segundos hasta que a Naruto se le ocurrió comenzar a hablar de la novela que había leído y la lista de recomendaciones que le había dado el encargado. Mientras Iwahara le decía cuáles estaban en su biblioteca personal, Naruto escuchó a sus compañeros suspirar con alivio.

Kakashi les preguntó si preferían pasar la tarde leyendo los libros de Iwahara o repitiendo los ejercicios de meditación. Los tres genins tácitamente tomaron rumbo a la biblioteca.

-¿Qué fue lo que encontraron?-comenzó Naruto una vez que estuvieron allá, pero Sakura-chan lo interrumpió.

-Aquí no, Kakashi-sensei puede entrar en cualquier momento. Será mejor que esperemos.

Naruto asintió, sintiendo más curiosidad que nunca por saber lo que ella y Sasuke habían encontrado en la bodega.

A la hora de costumbre, Kakashi-sensei entró a enviarlos a dormir. Los tres obedecieron, cada uno con un libro que le había interesado bajo el brazo, así que a su maestro no les quedó más remedio que decirles que podían leer un rato más en sus cuartos.

Se hicieron las doce. Naruto y Sasuke (el primero enojado con el segundo porque había seguido ignorando las peticiones del rubio de soltar la sopa) abrieron la puerta con todo cuidado y salieron de puntillas hacia la habitación de Sakura-chan. Pero no habían avanzado más de dos metros cuando se escucharon campanillas, y de pronto se vieron envueltos en una red. Trataron de quitársela de encima, pero mientras más se esforzaban, más se enredaban. Cuando por fin se calmaron, se dieron cuenta que Kakashi-sensei estaba de pie frente a ellos, con los brazos cruzados y su ceja visible arqueada.

-¿Y bien?-preguntó.

-Eh... nosotros...-balbuceó Naruto-. Íbamos al baño...

-¿Los dos juntos?-dijo Kakashi-sensei.

-Naruto comenzó a tener miedo a la oscuridad desde el otro día-dijo Sasuke.

Naruto reprimió la urgencia de golpear las costillas de Sasuke con el codo. Kakashi-sensei se rascó la barbilla.

-Los quiero a los tres en la sala de estar dentro de cinco minutos para que me expliquen todo, y mejor que sea la verdad-dijo-. Sí, tú también Sakura-añadió. Detrás de él una sombra, que no podía ser más que la chica, dio un brinco.

Una vez dicho eso, Kakashi-sensei bajó las escaleras, dejando a sus alumnos que se las arreglaran con la red.

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