*En el campo de Quidditch del castillo, hay una gran plataforma en la mitad. Las gradas lo rodean para una mejor visión (Donde cualquier ataque hacia el exterior desde es imposible, porque no querrían morir sin siquiera estar participando.) aunque también se puede estar de pie observando las peleas más abajo y el cielo está claro. Un ambiente
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Hay suficiente espacio para pelear cuerpo a cuerpo. Tiene puestos sus manoplas de cuero con picos, da pequeños saltos de calentamiento, el Evoker listo en un cinturón en su costado mientras espera por Akabane.* Estoy listo.
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Se limitará a observar desde un rincón a la sombrita, donde Aki no tenga por qué verlo.*
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Mira al joven que le recuerda algo a MakubeX, lo que hace que su sonrisa aumente un tanto, la mano en el sombrero.*
Sanada-kun, un placer ♥
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*Mira hacia abajo.* Son Goku, años desconocidos, lo que significa que no tienen que guíarse por lo que ven. ¿Aaalgo al azar que acotar? Le gustaría saber a qué saben los Sanzos, lo que nos hace preguntar cuántos caníbales hay en Hogwarts. Y la diadema en su cabeza es un accesorio incluido.
Ya saben, si hay algún 'Sanzo' entre el público, venga al escenario y díganos a qué sabe.
*Los mira a ambos, haciendo la pared de fuego.* No se maten, enanos. Recuerden pelear limpiamente y con honor. Muéstrenos a los no-niños del mañana.
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no creo saber a que saben lo Sanzos, *Y se pone en guardia, siente una aura extraña saliendo de el, especialmente esa diadema es como un sello. Habrá que tener cuidado con eso.*
Pero espero tener una buena pelea
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Hey, ¡yo te conozco! *Lo señala con el dedo índice. ¡Claro! Si era el niño de la playa. Heh, no parecía especialmente fuerte, pero tenía confianza. Eso le gustaba ♥.*
¿Una buena pelea? ¡Me gusta como suena eso! *Invoca a nyoi-bou, feliz. Se pone en guardia, decidiendo que le daría ventaja al otro por ser menor.
La verdad es que no había prestado atención a lo de "las apariencias engañan".*
¡Cuando quieras!
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¡¡¡OYE MONO IDIOTA, MAS TE VALE QUE GANES!!! *Gritó y aprovechando que su asiento no estaba taaaan lejos le lanzó unas cuantas palomitas.*
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El señor Takeshi. Como era de esperarse, en la minoría de edad con 16 años. Practica baseball y ayuda a su padre con un restaurante de Sushi. *Se aclara la garganta.* 'Mafiasexual'. 'Asesino de sangre'. Veo que al parecer su sonrisa no es más que una pantalla.
*Señala al otro, bajando la vista después.* Señor Mikk. Edad desconocida. 'Lo exterior no es interesante para él, lo interior es lo que importa'. Es un futuro donante de órganos, dato que por una vez en este día admir-- *Mira la tarjeta, suspirando con incredulidad* Según leo, ninguno suyo.
*Copy-paste No pierde la compostura, pero si habla rápido.* Infringir las reglas será castigado con la expulsión del torneo. No pueden quitarle la vida a los participantes. Salir de la plataforma se considera pérdida inmediata y la batalla termina cuando un participante se rinda por voluntad propia o ( ... )
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Mira a Ticky después, poniéndose en posición y a la katana.* ¿Listo?
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*No hace nada fuera de eso, simplemente está de pie en su lado de la plataforma esperando a que el otro chico haga su primer movimiento. Los guantes limpios y las palmas abiertas.*
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Se lanza contra él con el ataque básico, un corte diagonal, su Katana sin ningún cambio.*
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*Mira la tarjeta y luego al hombre, sonriendo.* Por este lado, ¡El tío heladero! o Aoyagi Seimei. 17 años y en ninguna relación de la que le conozca, a si que si hay algún interesado, pongan un mensaje por internet. Para llevar dinero a su casa es un vendedor ambulante en sus ratos libres.
*Lo saluda con la mano y luego mira al otro.* Pooor este otro lado, Kanda Yuu. Legal, con cabello cuidado y bonito. No tanto como su personalidad, veo por aquí. ¡Vamos! Más felicidad. Le gusta cortar cosas.
Bloqueen sus instintos asesinos y no se maten, ¿'kay? No quieren saber cuál es la penitencia por intentarlo. *Hace la pared de fuego denuevo.*
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Le da sinceramente lo mismo. Falta de respeto y todo, no perderá el tiempo discutiendo con seres inferiores. Observa a su oponente. Veía cierto espíritu en él, una expresión con ganas de parecer indomable. Ah, sería agradable despedazarlo, aunque dudaba que fuera a representar demasiado problema.
Le dedica una sonrisa al muchachito, tomando posición en el ring. Hacía tiempo que no participaba en algo como esto por placer y siente la energía cosquilleándole en los dedos. Se presenta de forma casual.* Mi nombre es Beloved. *Hace una semireverencia, imprimiendo algo decididamente cabrón a su sonrisa, y pronuncia su fórmula usual antes de las batallas.* Uno para dominarlos a todos, uno para ser adorado.
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Mira al su contrincante fijamente, midiéndolo. Le da mala espina, que un muchacho de apariencia tan casual se condujera con tanta seguridad. Debía ser particularmente cuidadoso, el tipo tendría un as bajo la manga.
Su nombre cursi confirmó un poco su hipótesis. Pero después vio su sonrisa.* Kanda. *Saca la espada y se pone en posición.
Ya estas, bastardo.*
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*El aire parece oscurecerse, contenido por el ring. No baja el brazo, preparado, y espera a que el otro de señal de querer moverse. Observará primero qué es lo que puede hacer con esa katana.* Kanda-kun debiera escuchar la sabiduría de los antiguos. Las palabras son más potentes que cualquier espada.
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Y del otro lado tenemos a... Rokudou Mukuro. Quince años. Y considera que estar encerrado en un castillo es un dato curioso. No podría haberlo dicho mejor.
Las reglas se han dicho varias veces, pero se prohíbe matar a sus contrincantes y gana el que no caiga de la plataforma o si su contrincante decide rendirse.
Pueden empezar.
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*Agita los brazos, profundamente frustrado, y se pregunta por qué las cosas en este lugar siempre terminar así para él. Es que, en serio, ¿qué acaso no hay justicia?
Resopla indignado y aún totalmente avergonzado, pero aún así voltea a ver a su Mukuro. Ya podía ponerse a pensar en como quería que la tierra lo tragara después. Ahora tenía una promesa a la cual no faltar.*
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Aunque no me gustaría perder el tiempo, *Le sonríe, extendiendo una mano, la otra sujeta su arma.* puedes empezar primero, Sora.
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Llama a su keyblade y, en cuanto la pared de llamas desaparece, arremete contra Mukuro. El combate a media distancia es, después de todo, su especialidad. Necesita reducir el terreno que los separa.*
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