*Ha sido un hermoso día, y Akabane casi tararea mientras ve hacia el cielo. Podría notarse la canasta que tiene al lado, o la sonrisa plácida en su rostro, pero la sonrisa se vuelve mucho más complacida y feliz cuándo ve a Mika entrar, así que baja de un brinco, sonriéndole al arcángel con mucha alegría, las manos en los bolsillos de su abrigo
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