[fic] porque él la ignora
Título: Porque él la ignora
Fandom: Lost
Pairing: Sayid/Nadia
Rating: Para todos los públicos
Resumen: Sayid y Nadia son niños y van al mismo colegio. Enfadada por que le ignore, Nadia empuja a Sayid lo cuál hace que acabe castigada.
Disclaimer: No me pertenecen ni Lost, ni Sayid ni Nadia (Si me pertenecieran habrían tenido más escenas).
Notas: Está completamente libre de spoilers ya que transcurre en la infancia de Sayid y Nadia. Me imagino a young!Nadia como Ariel Winter :)
Noor Abed Jazeem siempre había sido una niña rebelde y que, en ocasiones,traia a sus padres y profesores de cabeza. Proveniente de un entorno de familia bien ella nunca había encajado del todo en tantas normas, y a veces deseaba que las cosas no fueran tan rígidas. No es que Nadia, por el nombre que la conocían todos, fuera una niña mala, ni mucho menos: estaba bien educada, era lista, cariñosa y tenía las ideas muy claras, y ese último era precisamente el problema. Si tenía algo en la cabeza era imposible hacerla cambiar de idea, y defendía torpemente, por su corta edad, lo que ella creía cierto por lo que la tachaban a menudo de "cabezota" o "respondona".
Ese peculiar defecto, o virtud, según cómo se mire, ya le había traido algunos problemas y en ese mismo instante estaba a punto de meterse en uno.
-¿Por qué no puedo jugar con vosotros? -preguntaba cada vez más enfadada la pequeña Nadia.
-Pues porque eres una niña -se justificó Sayid, cómo si estuviera diciendo una obviedad enorme.
-Vaya cosa -bufó molesta.
Cuándo quiso añadir algo más vió que el niño ya no le estaba prestando atención, se había puesto a hablar con otros niños y parecía haberse olvidado de su presencia. Irritada y dejandose llevar por un impulso dió un paso hacia adelante con determinación y, para el desconcierto de este, empujó al niño, haciendolo precipitarse hasta caer encima del barro que la lluvia de los últimos días había provocado. Algunos niños de alrededor se rieron, otros lo ayudaron a levantarse, entre ellos su hermano Omer, mientras que ella se dedicó a mirar al suelo entre avergonzada y entre rabiosa por lo que "la había obligado a hacer con aquella actitud".
Se formó un pequeño alboroto, ya que los alumnos eran muy curiosos y se acercaron para ver que había ocurrido y aquel grupillo no debió dejar indiferente a uno de los profesores que pasaba por allí ya que se acercó a preguntar qué había pasado tan interesante cómo para que hubiera tanta gente reunida. Pese a que Sayid no quería que se enteraran de que una niña le había empujado no tardaron demasiado en delatarla, por lo que ahora se encontraba en su clase, sola y castigada.
Seguramente, si ella no se hubiera negado a disculparse o a reconocer su falta, argumentando que tenía sus motivos para haberlo hecho y que era él el que la había provocado, las cosas no habrían sido para tanto. Pero como ella se había empeñado en decir que la castigaban injustamente ellos se habían decantado por lo más sencillo: hasta que no se arrepintiera no podría salir. Así al menos no tendrían que oír los discursos de por qué se equivocaban.
Balanceando los pies, aún algo enfurruñada, Nadia meditaba acerca de todo aquel asunto y, sin siquiera advertirlo, una lágrima se deslizó por su mejilla. Si él no la hubiera ignorado, ella no se habría enfadado, ni le habría empujado y, por lo tanto, tampoco tendría que quedarse en esa estúpida aula. Sólo esperaba que sus padres no se enteraran de nada de esto, porque al final, tras mucho batallar, lo más seguro es que se viera obligada a redimirse. Además, la madre de Sayid y la suya a veces hablaban sobre ellos, y era probable que se acabara enterando de una manera u otra, aunque no era el primer incidente que tenía con el niño. Todos habían sido por el mismo motivo: porque él la ignoraba.
Aunque en el fondo, muy en el fondo, ella sabía que aquello no había estado bien, es decir, podría haber solucionado las cosas de otra manera, pero no lo reconocería con sus profesores, era demasiado orgullosa como para eso. Pensó en pedirle perdón, lo desechó enseguida, pero si tenía claro que tenía que hacer algo, no podía darle un empujón y quedarse tan tranquila...¿o quizás sí?
---
Cuando Sayid llegara de nuevo a su pupitre encontraría una nota encima de el, y cuando la abriera podría leer: "Lo siento."
Fandom: Lost
Pairing: Sayid/Nadia
Rating: Para todos los públicos
Resumen: Sayid y Nadia son niños y van al mismo colegio. Enfadada por que le ignore, Nadia empuja a Sayid lo cuál hace que acabe castigada.
Disclaimer: No me pertenecen ni Lost, ni Sayid ni Nadia (Si me pertenecieran habrían tenido más escenas).
Notas: Está completamente libre de spoilers ya que transcurre en la infancia de Sayid y Nadia. Me imagino a young!Nadia como Ariel Winter :)
Noor Abed Jazeem siempre había sido una niña rebelde y que, en ocasiones,traia a sus padres y profesores de cabeza. Proveniente de un entorno de familia bien ella nunca había encajado del todo en tantas normas, y a veces deseaba que las cosas no fueran tan rígidas. No es que Nadia, por el nombre que la conocían todos, fuera una niña mala, ni mucho menos: estaba bien educada, era lista, cariñosa y tenía las ideas muy claras, y ese último era precisamente el problema. Si tenía algo en la cabeza era imposible hacerla cambiar de idea, y defendía torpemente, por su corta edad, lo que ella creía cierto por lo que la tachaban a menudo de "cabezota" o "respondona".
Ese peculiar defecto, o virtud, según cómo se mire, ya le había traido algunos problemas y en ese mismo instante estaba a punto de meterse en uno.
-¿Por qué no puedo jugar con vosotros? -preguntaba cada vez más enfadada la pequeña Nadia.
-Pues porque eres una niña -se justificó Sayid, cómo si estuviera diciendo una obviedad enorme.
-Vaya cosa -bufó molesta.
Cuándo quiso añadir algo más vió que el niño ya no le estaba prestando atención, se había puesto a hablar con otros niños y parecía haberse olvidado de su presencia. Irritada y dejandose llevar por un impulso dió un paso hacia adelante con determinación y, para el desconcierto de este, empujó al niño, haciendolo precipitarse hasta caer encima del barro que la lluvia de los últimos días había provocado. Algunos niños de alrededor se rieron, otros lo ayudaron a levantarse, entre ellos su hermano Omer, mientras que ella se dedicó a mirar al suelo entre avergonzada y entre rabiosa por lo que "la había obligado a hacer con aquella actitud".
Se formó un pequeño alboroto, ya que los alumnos eran muy curiosos y se acercaron para ver que había ocurrido y aquel grupillo no debió dejar indiferente a uno de los profesores que pasaba por allí ya que se acercó a preguntar qué había pasado tan interesante cómo para que hubiera tanta gente reunida. Pese a que Sayid no quería que se enteraran de que una niña le había empujado no tardaron demasiado en delatarla, por lo que ahora se encontraba en su clase, sola y castigada.
Seguramente, si ella no se hubiera negado a disculparse o a reconocer su falta, argumentando que tenía sus motivos para haberlo hecho y que era él el que la había provocado, las cosas no habrían sido para tanto. Pero como ella se había empeñado en decir que la castigaban injustamente ellos se habían decantado por lo más sencillo: hasta que no se arrepintiera no podría salir. Así al menos no tendrían que oír los discursos de por qué se equivocaban.
Balanceando los pies, aún algo enfurruñada, Nadia meditaba acerca de todo aquel asunto y, sin siquiera advertirlo, una lágrima se deslizó por su mejilla. Si él no la hubiera ignorado, ella no se habría enfadado, ni le habría empujado y, por lo tanto, tampoco tendría que quedarse en esa estúpida aula. Sólo esperaba que sus padres no se enteraran de nada de esto, porque al final, tras mucho batallar, lo más seguro es que se viera obligada a redimirse. Además, la madre de Sayid y la suya a veces hablaban sobre ellos, y era probable que se acabara enterando de una manera u otra, aunque no era el primer incidente que tenía con el niño. Todos habían sido por el mismo motivo: porque él la ignoraba.
Aunque en el fondo, muy en el fondo, ella sabía que aquello no había estado bien, es decir, podría haber solucionado las cosas de otra manera, pero no lo reconocería con sus profesores, era demasiado orgullosa como para eso. Pensó en pedirle perdón, lo desechó enseguida, pero si tenía claro que tenía que hacer algo, no podía darle un empujón y quedarse tan tranquila...¿o quizás sí?
---
Cuando Sayid llegara de nuevo a su pupitre encontraría una nota encima de el, y cuando la abriera podría leer: "Lo siento."