[Fic Damon/Sam] Love me until the sun goes down [4/4]

Dec 23, 2011 01:08




1 - 2 - 3 - 4 (AO3)

Capitulo Cuatro Ámame hasta que caiga el sol.

Sabias palabras la de su hermano, que se empeña en decirle las primeras semanas que el tiempo lo curara todo, como curo la muerte de su padre, la de su madre, las constantes mudanzas, el sacrificio del mayor de los hermanos porque Sam entrara en la universidad, el que pudiera costearse todo. Y el tiempo cura todo para Dean, menos la soledad del alma misma, puesta allí por aquel que la desea.

Pero ese discurso no funciona muy bien, no cuando Dean se lo da el día que Damon firma su carta de retiro de la universidad, sin decir adiós, sin decir nada mas, ni siquiera viendo a Sam y Ruby que esperaban una explicación, al menos Sam, Ruby ya sabia la verdad tras su renuncia.

Sam cree en las palabras de su hermano, porque el ha vivido todo eso con Dean, ha confiado en el desde los cuatro, cuando Dean le explico porque no tenían madre, a los trece cuando Dean le dijo de donde venían los bebes, a los dieciséis cuando le confeso su bisexualidad a su hermano y le creyó a los dieciocho, cuando por fin tuvo la libertad de elegir que quería ser en la vida, así que Samuel no tiene motivos para no creerle a Dean. Pero cuando el semestre termina y su corazón aun duele, el asunto se convierte en un problema grave.

Sam Winchester es de los que perdona fácilmente, aun mas cuando parte de la culpa es suya. Perdona a Dean por más veces que se diga que esta será la definitiva. Pero no se perdona asimismo. En realidad, Sam es una caja llena de rencores contra si mismo. Esta furioso la mayoría del tiempo, y lo peor es que no sabe porque.

Ruby le dice que es una reina del drama y que mierdas así se ocultan en lo mas hondo del alma. Su problema es que no quiere ocultarlo mas, no quiere hacerlo porque le duele retenerlo dentro.

- Un Whiskey… - pide patéticamente, Dean le ve al otro lado de la barra con preocupación. - ¡Un Whiskey! - exige, son las tres de la mañana, el bar aun tiene los típicos clientes de paso y también aquellos universitarios que desperdician sus bolsillos en el mejor licor de la noche.

- No, es suficiente para ti, Sam. - Dean le da una limonada que Sam bebe a regañadientes. - vamos, tengo que llevarte a casa, grandulón.

- No quiero irme a casa, Dean. - la queja llega tajante, y Sam se esta poniendo de pie en nada de tiempo, dando tumbos hacia la puerta.

- Stefan, te dejo el bar. - Dean le dice al chico nuevo, que debido a su seriedad en el trabajo se ha ganado su confianza en tan poco tiempo.

*

Sam no es un borracho feliz, aunque algunas veces sea de lo mas chistoso verle trastabillar cuando camina o no acertarle al inodoro, pero Dean se harta, cuando todo lo que escucha en el camino a casa es a Sam pidiéndole que no le deje. Maldito mocoso, como si fuera a dejarle después de tantos años cuidándole el trasero.

- No voy a dejarte, Sam. - le dice mientras le arropa y Sam respira alcohol y dice “No te vayas, me da miedo” y Dean reafirma su teoría de que Sam es un bicho muy malo y un bebe malcriado y que a veces le gustaría ponérselo sobre las piernas y azotarlo hasta dejarles las nalgas rojas. - No me iré, duerme, no me iré.

Sam se duerme, con una mano aferrándose a la camisa de Dean, buscando la protección que cuando esta sobrio se niega a recibir.

En la mañana, negara todo, y se peleara con Dean porque no le quito toda la ropa y ahora la cama apesta a licor y Dean pensara “niñato desagradecido” y “la cama es mía, puta, ya lárgate” pero no lo dirá en voz alta porque no ha dormido las horas necesarias, solo se girara en la cama mientras las maldiciones de la perra se pierden por el pasillo.

*

En el comienzo del siguiente semestre, Sam y Ruby se las arreglan para quedar juntos de nuevo, todo gracias a Alaric que se ofrece, sabiendo como el dúo aun resiente la partida de Salvatore. Es muy triste para un profesor ver un grupo que prometía ser su diversión por los siguientes tres semestres, desaparecer así como así.

Ruby es la que anima a Sam, y pronto vuelven a una rutina, comidas, charlas que involucran demasiadas vaginas y amoríos disueltos en el aire. Sam saluda a Jess en el almuerzo una semana después, y es un progreso, porque tienen meses que no se hablan.

Jess, contrario a lo que esperaba Sam, le pregunta por Damon, alegando preocupación por la familia del chico.

- ¿De que hablas? - pregunta preocupado, Ruby atenta a la conversación desde el otro lado de la mesa.

- ¿No te enteraste? El señor Salvatore murió hace un mes, los dos hijos, Damon y su hermano…. No recuerdo el nombre… - cerró sus ojos, intentando recordar, pero nada viene a su cabeza.

- Por favor, continua. - exigió Ruby, exasperada.

- Ok…. Bueno, recién el juicio termino y ambos hermanos perdieron la herencia, fue caótico, quedaron en la calle con sus pocas pertenencias, ¿realmente no habían escuchado?

- No… ni siquiera sabia que su familia fuera tan importante… - Sam aun esta anonadado por la noticia.

- Bueno, no su familia exactamente… es mas la familia Petrova, dicen que su hija fue novia de Damon por muchos años, pero que eso no impidió lo que le hizo, es triste.

- Nunca he escuchado nada de ellos. - dijo Sam, frunciendo el ceño.

- Yo tampoco. - secundo Ruby.

- Ok, pero Sam, el hermano mayor de Damon ahora trabaja con tu hermano en el bar, el chico lindo que no dice mucho.

- ¿Stefan? - preguntan a la vez Sam y Ruby.

- ¡Si! Ese era el nombre.

*

- ¡Hey! ¿Cuándo es el turno de Stefan? - pregunta Sam apenas se apoya en la barra, a Dean es fácil encontrarlo en ese bar, aunque se burle de el, Sam sabe exactamente la forma que hace el culo de su hermano cuando este esta inclinado revisando los cables de la nevera, y por supuesto, no pierde tiempo para estirarse y darle una nalgada cuando su hermano no responde. Dean chilla como un cerdo y luego le gruñe.

- Hola, Sam, estoy bien, ¿Cómo estas pequeño jodido?

- Ja-Ja gracioso, ahora responde.

- Dentro de una hora debería llegar.  - responde sobándose donde Sam le ha pegado.

- ¿Una hora? Esperare.

- ¿Qué? ¿Por qué? - cuestiona Dean mirándole desconfiado, nunca pasa nada bueno cuando Sam tiene ese tonito agitado.

- Es el maldito hermano de Damon. - sisea, dándose la vuelta y dejando a Dean con expresión seria. Los próximos 20 minutos los pasa sentado en la mesa del fondo investigando a la familia de Damon por internet. No le gusta lo que ve.

Stefan es puntual, mucho mejor que Damon. Aunque relacionarlos aun sigue siendo una tarea difícil, ni siquiera su forma de vestir es similar. Stefan es sobrio, Damon provocativo. Desde su semi escondite, Sam le acosa con la mirada, observando la forma en la que el chico obedece a su hermano, quien disimula bastante bien, aparentemente.

Es cuando Sam se permite juzgar desde lejos, que ve la mirada enamorada del castaño. Hace una mueca de pánico, porque es cierto.

Nadie mira a Dean de esa forma, nadie dese a Dean de esa forma, es casi aterrador para el darse cuenta de que el chico quiere algo con su hermano, pero es gracioso, porque Stefan no coquetea con su cuerpo, maldición, no coquetea del todo, es Dean quien lo hace, quien le roza quien hasta llega a susurrarle cosas al oído. Y quizás Sam este un poco oxidado en ver a su hermano en ese plan, pero jura que Dean esta tan interesado en el como Ruby en una pelirroja pechugona.

Las personas normales que buscan contacto con su hermano solo ven al Dean provocativo y sexy, no ven al trabajador incansable ni al hombre que daría su vida por lo que mas quiere en el mundo.

No ven al verdadero Dean y Sam sospecha que este chico si.

Se pone de pie, cansado y con ganas de irse a casa.

- ¿Eres Stefan? - pregunta recibiendo una mirada dura de parte de Dean. - ¿El hermano de Damon, cierto?

El chico de cabello castaño le ve, sabiendo que no puede mentir, probablemente arrepentido de no haberlo dicho desde el principio.

- Lo soy. - asiente, apoyándose en la barra, una mirada condescendiente en su rostro. - pero si quieres hablar con el tendrás que hacerlo por ti mismo, no puedo ayudarte.

- ¿Por qué? - ladra Sam, perdiendo un poco los estribos.

- Porque como hermano mayor, es mi deber protegerlo, por eso Dean no hizo mas preguntas…

- ¿Dean…? ¿Lo sabias? - pregunta una vez se da cuenta de lo que ha dicho Salvatore. Dean aparta la mirada suspirando. - ¿Lo supiste todo este tiempo?

Sam esta herido, y como todo animal herido, no planea irse sin causar el mayor daño posible, porque Sam es una criatura muy mala, y que a la larga no es mas que una mentira eso de que tiene mas sentimientos que Dean.

- Apestas como hermano mayor, tu hijo de perra.

*

Sangra por un tiempo, pero no en los brazos de Ruby o de alguien en particular, solo se enfurruña como un gato en una esquina y se enfoca en sus clases, olvidando el alcohol y las fiestas que lanza la facultad.

No es hasta mediados de junio que algo cambia radicalmente su vida.

- ¿Dónde escuchaste eso? - pregunta viendo a Ruby que devora su sándwich con gula, le ha soltado algo así y luego pretende que Sam no se interese.

- No se, solo lo escuche.

- Ruby.

- De Dean, ¿ok? Pero se cuanto odias a tu hermano ahora mismo y blablablá, eres una reina del drama, Sam, supéralo. - le dice y le sienta como una patada.

- No lo soy. Acto de acuerdo al…

- Blablablá… - balbucea Ruby rodando los ojos. - no puedes decir eso y luego culpar a Damon por querer irse.

- ¿Qué diablos quieres decir con eso? Estoy cansando de que todos me culpen porque Damon se haya ido, hasta Alaric hizo esa mueca de “pobre bastardo” cuando se lo conté, y no me mientas, no puedes decirme eso después de que me sueltes que Stefan renuncio a su trabajo. - Grita, medio comedor atento a ellos, y no le importa, Ruby ni pestañea ante sus gritos.

- Bien. - dice masticando exageradamente su sándwich. - Damon esta enamorado de ti.

Dicen que la verdad es difícil de aceptar. Es cierto, la verdad es a veces peor que pasar meses comiéndose la cabeza pensando en que diablos había hecho mal con alguien a quien había considerado tan cercano, alguien con el que había congeniado porque tenia la misma personalidad que su hermano, solo que un poco mas picante. La verdad duele y Sam se siente como un idiota.

Ha peleado con tantas personas y esta seguro que las palabras de Dean cuando le abraza al verle entrar en la casa que ha evitado por dos meses, hacen que duela mas. Dean le besa la frente y le deja dormir en su cama pegado a su cuerpo, su nariz enterrada en el cuello de su hermano mayor.

Llora, pero no como un niño pequeño, aunque Dean piense lo contrario. Llora en el desayuno, “no quiero estos cereales, quiero Lucky Charms” se queja, puchero en el rostro y la cuchara sujeta en la mano con todos los dedos. Dean le ve un momento antes de tomar el dinero y salir en calzoncillos y camiseta al pequeño mercado a dos calles de la casa, compra Lucky Charms y mermelada para el. Sam come, y come, y vegeta todo el día, manteniendo a Dean en la cama con el, su cabeza apoyada en el hombro de su hermano mientras ven todas las malditas películas románticas que dan en la TV. A las tres de la mañana, Dean aun esta viendo “Lo que el viento se llevo” pero Sam se ha quedado dormido en el pecho de su hermano.

*

- ¿Vuelven a Italia? - pregunta curioso, esta sentado en el bar, con Ruby en una esquina besándose con una pelirroja, Dean esta del otro lado, su culo deseando ser azotado por la mano de Sam que se ha contenido bastante bien.

- Creo que si, no dijo mucho, solo dijo que había reunido lo suficiente para regresar con su hermano. - responde desde su posición inclinada sobre la maldita nevera que no ha dejado de joder. - no se si vuelva, Sam, de todos, dijo que llamaría.

- ¿Te follo el culo? - la repentina pregunta hace que Dean se golpee la cabeza con la repisa encima de el antes de girarse a Sam.

- ¿Cuál es tu problema?

- Solo pregunto.

- ¡Tu no preguntas nada porque si, idiota! - Le pega, y Sam se queja cuando la mano de su hermano le golpea la cabeza. - ¿a que vino eso?

- Nada, solo estaba curioso, ustedes dos… parecen quedar bastante bien juntos. - dice, un poco nervioso.

- Sam, cállate, la única persona que tocaría mi trasero esta entregando un pedido lejos de aquí, nunca dejaría ese chico tocar mi trasero… - dice, ofendido, inclinándose de nuevo sobre la nevera.

- Pensé que te gustaba Stefan, el parecía enamorado de ti.

- Sam, por favor.

- Es que, bueno… quizás físicamente no encajaban muy bien, pero… Stefan parece el tipo de hombre que necesitas en tu vida.

- No necesito un hombre en tu vida, tú necesitas un hombre en tu vida y una buena follada, ahora deja de joder.

*

Ha pasado tanto tiempo desde la ultima vez que se embriago que se siente extraño, y es una de  esas veces graciosas en las que se tropieza con la mitad del bar cuando se mueve a la barra buscando a su hermano, porque se le antoja pegarse a Dean como una babosa, haciendo dudar a todo el publico de que son hermanos. Pero su hermano huele gracioso, casi delicioso, y tiene esta voz profunda y sorprendida cuando le toma de las caderas y le sienta en la barra… o sobre la barra, sujetando su rostro y preguntándole si esta bien.

- Estoy bien, D. - dice, soltando una risita y se abalanza hacia delante, enrollando sus manos alrededor de su “hermano”. Escucha voces y su nombre en medio de esas conversaciones, el aliento caliente de quien le sujeta en su nuca.

Luego le mueven y se queja de nuevo. Porque Sam se queja un montón cuando esta borracho, pero al menos no dice nada mas que “déjame en la cama” o “vamos a la cama, quiero dormir”. Dice un montón de mierda pero no del tipo que le dice a Dean cuando esta deprimido.

Cae sobre una suave y mullida superficie al menos media hora después, y manos caliente le desnudan, murmura “D…” y algo ininteligible cuando las manos acarician su pecho, probablemente tocando mas de lo que deberían, su hermano no le toca así. Dean no le toca así, y por primera vez desde que ese, ahora extraño, le tomo en brazos, se plantea que esta por tener sexo de ese que te despiertas desorientado.

- ¿Quién eres? - pregunta abriendo sus pesados parpados, pero es difícil, mas cuando la boca del extraño se pega a sus labios, succionando su labio inferior sin dejar de rozar sus pectorales con sus manos, tentando sus pezones ahora erectos. - ¿Dean? - pregunta sin aliento, subiendo sus manos al rostro del desconocido. No es Dean, porque su hermano no tiene el cabello tan largo y suave entre sus dedos.

- No, no Dean. - le responde el sujeto, besando su mejilla con delicadeza y dejando su aliento golpear la piel humedad antes de moverse por el cuello de Sam. - soy un vampiro.

Las palabras vuelven sobrio a Sam. Sus ojos se abren y es verdad. Es Damon el que esta sobre el mirándole de forma intensa, erizando cada vello de su cuerpo con el escalofrió que le recorre al darse cuenta de que esta completamente desnudo.

- Damon. - dice, asustado de que todo sea un sueño… aunque, Sam nunca haya soñado con esto.

- Si. Pareces un poco mas coherente ahora. - dice, como si estuviera herido.

Aunque lo que piensa esta muy lejos de lo que Sam quiere, porque cuando hace el ademan de alejarse, Sam le toma de las manos y las coloca de nuevo sobre su pecho, un sonrojo extendiéndose por sus mejillas al notar como las palmas de Damon están calientes sobre sus tetillas.

- Quédate. - dice, la vergüenza haciendo temblar su voz.

*

Es martes por la mañana, esta tan agotado que va a caerse muerto en las escaleras de Alfa Pi, pero Damon le ha prometido que le recogerá en su auto, un convertible negro hermoso que adora usar cada vez que puede, peleándose con Stefan que se queja cada vez que Damon lo toma por la mañana.

Ruby aun esta dormida, suertuda ella que es lo suficientemente inteligente como para saber que Damon no es un jodido puntual y que las siete quiere decir las nueve en realidad.

Están de vacaciones. Sin responsabilidad alguna, más de las que ya vienen en el paquete de una facultad tan prestigiosa como esta. No pueden beber en el campus ni hacer orgias, como le ha dicho Alaric al ver a Damon apoyado en el marco de la puerta esperando a Sam.

No entiende como llegaron allí. Esa noche aun esta un poco difusa en su memoria, recuerda las manos de Damon por su cuerpo, ambos un poco idos por el licor, recuerda el calor en su interior, pero es más vívido el recuerdo del ardor por la mañana que el de la penetración.

Es gracioso. Porque Damon solo venia a entregarle el dinero que Dean le había prestado extra a Stefan. Cuando al girarse se encontró con los brazos de Sam sobre su cuello. Pronto tenía a Ruby a su lado gritándole por imbécil y a Dean riéndose, diciéndole lo baboso que era Sam de borracho y que se lo encargaba por la noche.

Damon lo llevo a casa… y de allí… de allí el chico le pidió disculpas por haber abusado de el. “La tentación era demasiado grande”. Fue una mañana extraña, porque Sam tenia milenios sin tener sexo con un hombre, y porque no estaba seguro de que si esto era lo que quería. “No se si estoy enamorado de ti” le dijo, Damon solo sonrió. “No tienes porque estarlo” le respondió, acariciando su mejilla. “Estoy bien si estas bien”.

Pero una semana después, de que Damon le hubiera presentado formalmente a Stefan, este le conto todo. En todos esos meses que Sam tuvo mas altibajos que una adolescente virgen, Damon estuvo trabajando en Nueva York con un tío, mientras que Stefan se encargaba de la casa que tenia su madre en Palo Alto.

- No te perdonare por dejarme tanto tiempo. - Sam le dijo, su cabeza recostada en sus piernas. - fuiste cruel, incluso mas cruel que yo… incluso le recomendaste a Dean a tu hermano, eso no es justo.

- Lo siento.

Le hace sonreír dulcemente, recordar como Damon es con el, como le trata y se siente tonto a veces cuando se están besando en su dormitorio, ocultándose del revisor de piso que le tiene prohibida la entrada a todo aquel ajeno a la universidad, porque Damon no volvió a Stanford, cuando piensa en como no noto el cariño que este le ofrecía. “Me sentía insultado de que no me notaras” le confeso Damon una noche, viendo una película mala de terror en la tv. “Pensé que eras hetero, pero Dean seguía diciéndome lo contrario, era difícil creerle, a la final resulto que solo eras tonto”.

Y lo era, y no tiene con que defenderse de eso.

El flamante auto de Damon aparece por una esquina, estacionándose detrás del auto de Andy y su hermano. Se baja del auto, pero Sam no se mueve, quiere que Damon venga hasta el y le de su beso de buenos días.

El de cabello negro se ríe, al ver a Sam medio caído sobre la baranda de la escalera, son las ocho y media, esta una hora tarde porque tuvo que llevar a Stefan al trabajo y luego pasar media hora peleando con el para que le dejara el auto por el resto del día.

- Te ves lindo cuando estas recién levantado. - le dice solo para chincharlo, recibiendo una mirada mortal por parte del Winchester. - ok, ok, lo siento, cariño. Todo es culpa de Stefan. - se excusa, tomando a Sam de las caderas y besándole los labios. - buenos días, sol.

- Damon… - Sam se queja, dejando caer todo su peso sobre Damon que trastabilla hacia atrás. - quiero dormir.

- Dormirás en el viaje, Sammy. ¿Dónde esta la perra?

- No se.

Sam se apoya totalmente en su hombro, su maleta en la mano siendo arrastrada por todo el suelo cada vez que dan un paso, pro no son muchos pasos hasta que escuchan un grito.

- ¡Hey, jodidos! ¿Planeaban dejarme? - les grita Ruby, su traje de baño se ve sobre la poca ropa que tiene encima, y lleva un bolso azul cruzando su espalda, antes de que Damon pueda detenerla se abalanza sobre ellos.

Será un día divertido… después de que salgan del hospital por la nariz rota de Sam.

FIN.

*pareja: damon salvatore/sam winchester, +fandom: supernatural, +fandom: the vampires diaries, =fics

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