Life is chemistry. Parte V: Dos no es igual que uno más uno- (Glee; Kurt/Quinn)

Feb 14, 2012 03:15


Fandom: Glee
Título: 5. Life is chemistry:  Dos no es igual que uno más uno
Personajes: Quinn Fabray. Kurt Hummel. Menciones a Noah Puckerman, Blaine Anderson.
Parejas:  Quinn/Kurt. Mayor relevancia de Klaine y de Quick en este capítulo.
Tabla: A de palabras de Física
Tema: Dinámica
Extensión: 1850 palabras
Advertencias: AU desde el 3x08, porque Quinn no va a Yale, no estudia teatro, sino educación inicial y vive con Puck en NY como en el universo de Cambio, vamos. Infidelidad.
Notas: Cuando se me va la olla, se me va bien. Este fic venía bastante libre de Quinn!angst. Y luego vine y escribí este capítulo. *sigh*

La farsa les dura dos meses y medio.

Como era de preveer, es Kurt quien decide cortar, quizás no por lo sano, pero sí de raíz.

(Quinn lo podría haber previsto incluso desde el mismo día número uno, porque Kurt no había podido pegar un ojo en toda la noche, y se lo había encontrado por la mañana cansado y triste delante de su cuarta taza de café, mientras ella había amanecido abrazada a la camisa que había estado vistiendo la noche anterior, embriagada en el aroma mezclado a Puck y a Kurt. Ese fue el momento preciso en el que Quinn se dio cuenta de que acababa de tomar una decisión que iba a marcar el ritmo no solo de los siguientes meses, si no del resto de su vida.)

A fin de cuentas, Quinn no puede culparlo, porque Kurt fue directo y sincero con ella desde el principio.

Las cosas no están bien entre Blaine y yo… Es complicado de explicar. Supongo que si no estuviésemos juntos desde hace tanto tiempo, ya hubiésemos terminado, y uno coquetea con la idea de terminar, por supuesto, en realidad siempre lo hace, después de cada discusión y de cada problema siempre tiene el arrebato de "Tiro todo por la borda y si te he visto no me acuerdo", pero luego siempre se le pasa, ¿no? La decisión de cortar, de verdaderamente cortar es mucho más fuerte y más difícil de tomar… Y hemos estado juntos tanto tiempo que la sola idea de estar sin él me resulta absurda, ¿sabes? Porque no me acuerdo cómo es que se supone que era mi vida sin él… Y la idea es seguir trabajando, no tomar decisiones drásticas y joder el trabajo de años, ¿no? Y no te lo tomes a mal, pero creo que acabo de joderlo todo lo más jodido que puedo joderlo.

Quinn no lo consoló con mentiras ni con caricias, pero lo escuchó asintiendo con la cabeza con empatía y rellenándole la taza de té cada vez que era necesario. Era una forma muy estúpida de pensarlo, pero, quizás, lo que más le dolía de todo fuese que Blaine no le hubiese contado nada.

Nunca había estado en los planes de Quinn pedirle a Kurt que rompiese con Blaine ni mucho menos, no sólo porque Blaine era su mejor amigo y si ya se había jodido más de lo que podía llegar a concientizar, no iba a firmar el certificado de defunción de esa amistad; no, Quinn no tenía el menor interés en pedirle a Kurt que rompiese con Blaine porque ella no tenía la más mínima intención de romper con Puck y, a fin de cuentas, era solo justo.

Quinn supo desde el primer momento que lo que ella quería de Kurt era una aventura, no porque no pudiese llegar a quererlo lo suficiente como para querer algo más- porque ni siquiera había llegado a plantearse la posibilidad-, sino porque lo que necesitaba era una aventura.

Quizás Kurt fuese nuevo en el asunto, pero Quinn había comenzado a engañar a los dieciséis años y no estaba orgullosa, no sentía que era algo de lo que hacer gala, incluso la hacía ruborizarse un poco y bajar la cabeza, pero, cómo le había dicho a Kurt durante esas muchas horas después de esa noche fatídica, era algo que estaba en su naturaleza.

Quinn Fabray nació para la adrenalina de la traición, y está hecha para vivir en la dinámica insana de la mentira.

Quizás lo que le falta es madurar, quien sabe. Quizás alguien podría decir que lo que le hace falta es conocer el amor verdadero, el que verdaderamente le quite los deseos de tramar intrigas a su espalda.

Si alguien se atreviese a decírselo, Quinn se encogería de hombros y diría que quizás, que puede ser, que tal vez tengan razón.

En el fuero interno pensaría que todos pueden bien meterse sus opiniones estúpidas en el culo, pero la perfecta Quinn Fabray no diría nunca eso.

Quinn sabe que desea, que siempre desea más, porque siempre podría tener más, aunque esté perfectamente bien con lo que ya tiene. Quinn sabe que no puede querer a una única persona, porque la lealtad no le sale natural si no es con dolor, y el dolor pinta a la lealtad de resentimiento, y lo último que necesita es resentir a Puck aún más.

Quinn es perfectamente consciente de que está bastante lejos de lo ideal, de lo perfecto, incluso de lo esperable. Con los años, ha ido aprendiendo que a fin de cuentas lo más práctico quizás sea adoptar la filosofía de es lo que hay, tómalo o déjalo, porque es perfectamente consciente de que no puede volver a ir a los tumbos por la vida como cuando estaba en la secundaria, porque sabe que no podría volver a soportarlo.

(Quizás la ayuden las certezas de que Puck y ella se han sobrepuesto a mil y una mentiras: siempre podrán sobreponerse a una más; y de que Puck también tiene sus propios secretos y juega con fuego con sus propias mentiras. Quinn está prácticamente segura de que los engaños de Puck involucran a una nena de ocho años de rizos dorados e imposibles ojos color hazel, y quizás sean  mentiras más puras, pero al final del día siguen siendo mentiras.)

(Quizás, simplemente se encogería de hombros y se respaldaría tarareando, Pero dos no es igual que uno más uno. ¿No es eso acaso lo que dice la canción?)

Quinn se siente atraída por Kurt, eso desde ya, y lo quiere muy a su particular manera de intentar destrozar todo lo que le resulta preciado, porque no conoce otro modus operandi para demostrar su afecto. Pero, en el fondo, lo quiere.

Pero, no va a mentirle a nadie, lo que ella realmente buscaba en él era la satisfacción del deseo que le arde en las entrañas. Es el deseo de la adrenalina, y de los misterios y de los enigmas, y cuando no está satisfecho, su vida se va a la mierda en todos los aspectos, porque Quinn siente como si la estuviera consumiendo por dentro.

Es por eso que el día en que Kurt le dice que deben terminarlo todo, no se sorprende, porque Kurt ha vivido los últimos meses como si fuesen un karma que lleva arrastrando de los tobillos, y ha palidecido, y ha adelgazado y Quinn sabe que no está bien.

No es lo suficientemente perversa y auto-centrada como para empujarlo a seguir sabiendo que no le hace bien y que él no quiere seguir.

No lo suficiente.

Así que cuando Kurt se lo dice asiente simplemente con la cabeza y no le sonríe, porque no se han permitido engaños dentro de la mentira, pero tampoco le reprocha.

Lo que verdaderamente la toma por sorpresa es lo que Kurt le dice después.

Blaine y yo vamos a casarnos, Quinn. Y tengo que contárselo todo.

Okey, la idea del casamiento es simplemente insana, aunque deja de serlo tanto cuando Kurt se la explica mientras intenta prevenirle un mini ataque de pánico.

No es como si fuésemos a casarnos mañana, por favor. Quizás en un año, o en dos. No sé. Es la idea de Blaine de que es a la vez un proyecto en el que trabajar juntos, y un compromiso de que queremos hacerlo juntos. Y tiene razón, porque quiero trabajar juntos, y quiero sacar adelante todo lo que se pueda sacar adelante, porque no puedo sacarlo a él de mi vida. Y no puedo seguir haciéndole esto. No se lo merece y no quiero hacerlo. Y si quiero que esto tenga la mínima oportunidad de funcionar, tengo que poner todo lo que tengo sobre la mesa, contarle la verdad y aceptar las consecuencias.

Quinn no se molesta en decirle que su experiencia le ha demostrado que decir la verdad quizás sea lo correcto, pero que en general no deriva en buenas consecuencias. No se molesta en decírselo, en primer lugar porque sabe que sus consejos caerían en oídos sordos. En segundo lugar, porque sabe que es necesario que Kurt haga su propia experiencia. En tercer, pero no último lugar, porque Blaine a veces es una caja de sorpresas, y está tan jodidamente enamorado de Kurt que no está muy segura sobre cuál sería su reacción.

De lo que sí está segura es de que la jodida va a ser ella.

(Mientras Blaine no lo supiese, la dinámica era muy distinta. Quinn se consuela con la idea ficticia de que no le estaba mintiendo, simplemente le estaba ocultando la verdad. No era algo de lo que se enorgullezca, por supuesto, porque siempre se caracterizó por ser brutalmente sincera con sus amigos, pero es un consuelo. Quinn se consuela pensando que mentirle- no; ocultarle la verdad- a Blaine es un pequeño precio a pagar comparado con mantener su cordura. Pero, si va a perder a Kurt, va a ser época de reacomodos, de volver a ocupar su energía y su obsesión en muchas y pequeñas obsesiones que no le hacen mal a nadie, mientras pueda, mientras le dure la farsa. Y, por sobre eso, Quinn no puede lidiar con las heridas de Blaine. Que Blaine está en todo su derecho a tener, por supuesto, pero ella no puede lidiar con ellas. Simplemente no puede. Necesitaría muchos años de terapia para darse cuenta de que es simplemente una manera de bloquear la ansiedad y el pánico que le producen la simple idea de perderlo, porque no puede perderlo. No puede permitirse perderlo. A fin de cuentas, Quinn ya ha aceptado la cruda realidad de que destroza todo lo que ama. Quizás sólo le falta entender que Blaine no puede estar excluido de esa maldición, porque de otro modo no sería real.)

(Que se entere Puck no le quita el sueño, la verdad. Quinn está prácticamente convencida de que Puck lo sabe todo, o al menos lo sospecha con ultrajante certeza. Por momentos se enrabia y lo acusa de cobarde en su mente por no hacer nada al respecto, pero luego se da cuenta de que la realidad es que Puck la conoce casi tan bien como se conoce ella misma. Puck sabe que es inútil esperar algo distinto de ella, que luchar contra la corriente es tan inútil como todo el mundo dice y que a final del día tiene solo dos opciones disponibles: aceptarla como es o dejarla sin volver a mirar atrás. El hecho de que él se muerda los labios y apriete los puños, pero la acepte sin decir palabra son para ella un claro indicicio de que debería correr lo más lejos posible de ese hombre, porque lleva años destrozándolo de a poco, y terminará destrozándolo de una manera horriblemente espectacular. Pero es adicta a Puck en la misma medida en la que es adicta a la adrenalina y al engaño, y nadie deja de ser egoísta simplemente por vocación.)

Visto con ojos objetivos, el hecho de que para ella sea mucho más terrible que lo sepa Blaine a que lo sepa Puck, sólo la hace sentir peor.

glee: blaine anderson/quinn fabray, género: het, glee: blaine anderson/kurt hummel, tabla a de física, fandom: glee, glee: kurt hummel/quinn fabray, glee: noah puckerman/quinn fabray, glee: quinn fabray, serie: life is chemistry, glee: kurt hummel, comunidad: cienciasftw

Previous post Next post
Up