Capitulo Tres.
- ¡¡¡Como pudiste dejarla ir!!! ¡¡¡Ella es para mi!!!- grita desaforado Michael Scofield, segundo al mando de Paul Bettany, el líder de la ex manada de Jenna.
- Es su beta Michael, cálmate de una vez.-
- ¡Es mi prometida!-
- Sabes que eso no tiene futuro, ella no te pertenece… ella es un alfa…- Paul ya esta cansado de tanta tozudez de su segundo al mando.
- Pero es un vampiro, debiste haberlo matado cuando te lo trajo.
- Eso no quita que sea su beta, la mataría a ella si yo hiciera eso…- el alfa líder reniega de su mejor lobo, sentado en la sillas de la sala de juntas de su manada su altura sobresale considerablemente de su pedestal de madera, eso solo una habitación vacía donde se reúne la manada por la noches a contar historias donde discuten el tema “Jenna”.
- Ella es mía. - vocifera reacio a entenderlo.
- ¡¡Suficiente!! - se levanta mostrando todo su porte, su cabello rubio rizado hasta los hombros enmarcando su recias facciones y sus ojos azules.
- ¡Pero Paul!- protesto sus palabras raspaban su garganta junto con su ira.
- Dije que era suficiente.- bajo de su trono de madera. Cansado de los reclamos.- Ella no era tu beta Michael, ella es una alfa, y jamás se postraría ante ti para ser tomada como tal… sé que su acuerdo mutuo era único al no haber encontrado a sus respectivas parejas pero eso se acabó cuando ella encontró a ese vampiro, su beta. - sentencio caminado los pasos que lo separaban del lobo frente a el - Harás lo que te diga Michael, y la dejaras en paz… Obedecerás o seras desterrado, esto es por tu propio bien Michael...- paso por su lado mirándole fijamente esperando alguna otra reacción de no aceptar sus ordenes, al no percibir nada mas salio del salón dejándolo solo.
La impotencia lo consumía, nada de lo que le dijera le satisfacía estaría solo el resto de su vida si dejaba esto así; ya había declinado que así seria hasta que vio a la dulce Jenna al volver a su manada de su viaje, era tan tierna, dulce, voluble y alegre tiene que admitir que nunca la sintió como su beta y eso le dolía porque era su ideal de beta, pero moría por tomarla y si se vinculaban eso lo arreglaría todo, pero su sueño termino cuando ella cumplió los dieciocho.
Su personalidad cambio, ahora era fuerte y dominante, arisca a su avances y terminaban peleando por todo, incluso la acorralo para que terminaran comprometidos, si en un año mas luego de sus 25 ella no encontraba a su beta ellos se vincularían, pero aun discutían quien seria el beta de quien y aunque eso lo exasperaba sabia que el solo tenia que ser mas rudo para tomarla, demostrar su brío…. Aunque sea a la fuerza.
Solo que aun mes de que su trato se llevara a cabo un… vampiro apareció frente a ella. Él volvió de su caza habitual sin hallarla por ningún lado y que todos en la manada no quisieran decirle donde estaba lo volvió loco, si Paul no hubiera llegado cuando estuvo apunto de matar al padre de Jenna a golpes por no abrir la boca, el viejo no la contaba, de todos modos, ese lobo jamás le cayo bien.
Paul no lo comprende y nunca lo hará, él no ha estado solo nunca, apenas cumplió su mayoría de edad y tomo control de la manada ya estaba junto a Milenia, la hija de Rascal el mejor lobo de toda la manada en esos tiempos. Por eso nadie allí era capaz de entender como su último rayo de esperanza para ser feliz acababa de irse, desaparecer, con un chupa sangre.
Él no podía renunciar a ello, no podía y ni lo haría….
*********
Despertar nunca había sido tan excitante como lo estaba sintiendo en esa dorada mañana que entraba entrometida por su ventana, había algo en el aire un aroma que lo hacia estremecerse y aferrarse a ese cuerpo que dejaba su cama cálida, toda esa situación hacia vibrar su deseo como hacia años y años no sentía, eran intenso y suave al mismo tiempo en medio de la somnolencia dejaba estar su renegada actitud solo para llenar sus sentidos con todo eso y disfrutarlo aunque sea un poco.
Volteo su rostro para toparse pegado al de el la bella cara de Jenna, era demasiado fácil sentir algo por ese rostro, largas pestañas piel tersa y de un suave color rosáceo, el cabello rubio tirando a rojizo como la miel desperdigado por la almohada rodeando ese rostro redondeado, el aroma que desprendía lo obligo prácticamente a hundir su nariz en la almohada junto a ella casi sin pensarlo.
La loba aun dormida se estiro sobre el haciendo de su espacio personal el propio, era un acto sin intención alguna pero eso no evito que el sonoro latido de Damon se disparara, su respiración se agito y un deseo de salir corriendo lo azoro, era demasiada la vertiginosa sensación que lo invadía con tan mínimo toque, por un lado quería y ansiaba dejarse caer entre los placeres que la sola presencia de la loba le provocaban, ser feliz por un rato y por otra la desconfianza reinaba aun en el.
Por lo que opto por lo mas sano, huir, se deslizo de su toque y casi sentado en la cama dudo, solo que no esperaba que Jenna lo detuviera, tirándolo de nuevo en la cama sin mediar palabras, solo mirándolo tan intensamente que Damon no tenia donde ocultarse, subida sobre él lo obligo a besarla, fueron quizás uno o dos minutos en que el vampiro se resistió a la caricia intensa y avasalladora del lobo, donde los instintos de Jenna gritaban y aullaban dentro de ella solo por tomar a su beta, la intensidad que recorría su piel y el calor que emitía era demasiado fuerte para reprimirlo.
Necesitaba poseerlo necesitaba tomar a su beta, saborear en su paladar cada ínfimo placer de ese blanco y fuerte cuerpo, arrebato la camisa sin miramiento convirtiéndola en jirones, Damon gemía ante su toque mas aun cuando presiono con su palma la marca de su mordida, desasiéndolo debajo de ella, reduciéndolo a instinto puro.
Ella creyó que podría esperar, pero el dilema de un lobo es que el instinto animal prevalece por sobre todas las cosas, ahora mismo tomaría a su beta sin importar nada mas y le demostraría cuanto lo ama y cuanto lo necesita.
*********
- Eh... Elena…- dice su hermano.
- Uhmmm - contesta adormilada en el negro sofá.
- En un rato tenemos que ir a la escuela… ¿Vas a desayunar? - pregunta Jeremy.
- Siii… ¿Qué hora es?- pregunta Elena intentando levantarse del sillón que ahora cree es una porquería de duro.
- Las siete y media…- dice tomando de su café y caminando hasta la cocina donde Alaric esta cocinado el desayuno.
- Huele bien, tengo hambre…- dice caminado tipo zombie detrás de él a la cocina donde Stefan esta bebiendo su sangre y la recibe con una sonrisa.
- Hola buenos días - dice.
- Hooolaaa…- y le da un beso mientras se sienta en la mesa la morena.
Solo una media hora después ambos Gilbert salen de la casa escoltados por el profesor hacia el recinto escolar, las clases pasan y a pesar del movimiento, el menor de los Gilbert nota que algo no esta bien, o mejor dicho alguien no ha estado en ninguna de su clases.
Antes de entrar a al penúltima clase el ya no podía mas con la inquietud, sentía el escalofrió de la incertidumbre recorrerle, era tan intenso que tuvo que salir de allí, sabia porque era y le molestaba pero no podía dejar de sentir y preguntarse si Tyler estaba bien.
En el estacionamiento, vio a Elena charlar con Bonnie y le pidió a la morena las llaves de su auto, ninguna entendió nada pero con un simple toque pudo ver la intensa necesidad del hermanito de Elena y aunque le molestaba un poco le tendió las llaves que tomo rápidamente para salir de allí.
Solo unos 20 minutos mas y llego a la casa de los fundadores Lockwood, ni siquiera saco las llaves o cerro la puerta del auto, solo corrió tanto como pudo por las escalerillas, pero la puerta estaba cerrada, la desesperación por entrar y saber de Tyler lo carcomía por dentro, dio la vuelta al a casa tan rápido como podían sus piernas y entro por la puerta del jardín, todo estaba ordenado y brillante como siempre, camino por la casa lentamente intentando tranquilizarse porque aparentemente todo estaba en orden, hasta que llego a la entrada donde todo estaba destrozado, los muebles, la araña y detrás de una mesa convertida en astillas un bulto envuelto en un mantel.
Se le detuvo la respiración, no es que no hubiese visto sangre antes la cual manchaba la blancas fibras pero era la sangre de alguien en particular la que lo asustaba de muerte, se apresuró para ver que estuviera bien sabia que debajo de es tela estaba Tyler, solo lo sabia.
Fue descubrirlo, ver las magulladuras, las mordidas, cada una de las marcas sobre su cuerpo haciendo que la congoja y la falta de aire lo azoraran, intento moverlo, su piel estaba tibia, mantenía el calor corporal pero parecía dormido.
- ¿Tyler?- intento moverlo un poco intentar despertarlo pero la garganta se le cerraba estaba muy golpeado y se sentía asustado por ello.- Tyler…- lo llamo y vio como se movía lentamente, el aliento se le escapo aliviado y le dio la vuelta, dejándolo descansar mientras abría lentamente los ojos en su regazo.
- ¿Jeremy?- soltó, sintiendo de repente a su alrededor a Jeremy y el corazón le dio un salto reconfortante.
- ¿Estas bien? ¿Jenna te hizo esto?… hay sangre por todos lados - el tono de preocupación solo hacia sonreír vehemente al lobo, aparte de sentirse más liviano de lo normal, como era antes de la maldición y los cambios repentinos de humor.
- Estas aquí… ¿Viniste porque te preocupaba como estaba? - pregunta tomando con fuerza de su brazo para incorporarse un poco pero declinó a ello por el dolor en sus costillas se dejo caer sobre Jeremy.
- Si… no apareciste en las clases y me preocupe, no debí dejarte con la copia de Jenna. - Tyler levanto la vista, la luz del día entraba suavemente a través de las cortinas.
- ¿Estas preocupado por mi? ¿En serio? - y Jeremy solo atina a levantar las cejas y mirar lo distendido que tiene el rostro Tyler, jamás le había visto así tan relajado y contento.
- Bueno si… no estabas en tus clases... como dije, y te deje con Jenna… y no sabía que te había hecho; ¿Por qué te golpeo así? Estas todo mordido…- dijo rosando la marca del hombro con su dedos y a Tyler se le erizo la piel de gusto.
- Mierda…- murmuro hundiendo su rostro en el hombro de su beta.
- ¡Que! ¿Qué pasa, te duele aun?-
- No… tu mano… se siente bien, que me toques…- volvió a abrir los ojos que no sabia tenia cerrados y Jeremy retrocedió un poco.
- Oye mira… no creo que…- dice cuando se da cuenta en el situación incómoda en la que esta.
- Jeremy…ven…- extendió su brazo, semi sentado frente de su beta y trato de acercarlo.
- Creo que ya de hecho, estamos demasiado cerca, Tyler, mejor llamo a tu madre…-
- Ella no esta…- dijo campante, con todo el revuelo de la otra noche seguro lo hubiera escuchado.- Tenia unos asuntos políticos con el estado, todos los concejales deben asistir de vez en cuando.- sentencio, su mano acaricio la nuca del chico y enredo sus dedos en su cabello corto, haciendo que Jeremy se estremezca un poco.
- Uh... bueno yo… si ya estas mejor, debería irme - Tyler lo sujeto de la muñeca y lo obligo a sentarse otra vez junto a él.
- Espera, solo… lo siento si es incomodo…- Jeremy no podía zafarse del agarre, Tyler tenia demasiado fuerza.
- ¿Cómo, a que te refieres? No sé de qué hablas, Tyler será mejor que te acuestes, yo debo irme… -
- Pero… de verdad me urge sentirte conmigo Jeremy, no es que lo prefiera o algo, siempre me han gustado las chicas pero esto, esto…- se lleva la mano de su beta al pecho justo sobre su corazón, Jeremy trago fuertemente por el significado de esas palabras, el gesto.- Incluso mientras Jenna me golpeaba… solo podía pensar si se me pasaría esto contigo y no fue así…- sonreía mientras él se arrastraba por el piso intentando alejarse y Tyler aun sujetándolo lo seguía.
- Tyler debes… controlarte, no puedes simplemente…- trago en seco, tenia miedo.-… tomarme. - susurro.
- ¿Tomarte? - la idea no el disgusto para anda.
- Tyler no, yo me voy, ya veo que estas bien y… - Tyler lo retuvo otra vez.
- Solo una cosa Jeremy...- su tono era bajo y sus ojos marrones se tornaron semi dorados con un brillo titilante.
- Que…- Tyler se levanto del piso en un salto arrastrando lo con el demasiado veloz para acorralarlo contra la pared mas cercana. - Tyler que hac… mmm- Tyler devoro su boca apremiantemente, no importaba si el hacia fuerza para alejarlo o no ser invadido tan pecaminosa mente por su compañero de clases, pero no puede evitar sentir la lengua de Tyler testeando la suya.
El lobo se servía de el sin contemplaciones, apretando sus cuerpos juntos y la sensación de calor que desprendía el lobo lo asusto, el miedo lo empezó a recorrer ya él no quería eso, él no podía lidiar con eso; Tyler debe de haber olido el miedo o sentido el temblor, tal ves fue el frío que invadió su piel porque se separo dos pasos y lo miro extrañado, pero cuando lo soltó al darse cuenta de que era lo que pasaba con su beta, Jeremy salió corriendo de la casa sin siquiera mirar atrás.
Camino lentamente hasta la puerta, olía a miedo a su alrededor, el auto con el que había llegado Jeremy salía disparado de la propiedad Lockwood… tanto como el dolor de haber hecho sentir eso a Jeremy con su arrebato, se clavaba en su interior y se esparcía como veneno, no era su intención pero su instinto le pudo mas en la sensación de tenerlo cerca preocupado por el, miro a su alrededor y cerro la puerta detrás de él, sopesando sus acciones.
***
El corazón le late en la boca, esta manejando demasiado aprisa tal vez pero no puede detenerse, su boca se siente extraña y no sabe como de costumbre, casi imperceptible, ahora es el sabor de alguien mas y no puede sacudirse la sensación de presión y humedad forzada sobre sus labios, sabe que esta temblando pero no puede evitar cada reacción de su cuerpo.
Llegar a su casa es fácil, la que ahora es la de Elena, de Alaric y de él, la mansión Salvatore, a nadie le sorprendió que después de lo que paso con Jenna todos terminaron allí, Bonnie y Elena salían de la casa justo en ese momento como si fuera por arte de magia u algo demasiado casual.
Solo tomo sus libros y le entrego las llaves a la amiga de su hermana para correr dentro de la casa y enterrar su cabeza en la habitación que ocupaba los dos últimos meses, extraña su casa, extraña a sus padres y extraña aun mas a Jenna, su Jenna “la real” la que es su tía por sangre, pero es su imagen la que ve antes de poder llegar a su cuarto y consternado como esta solo camina rápidamente hasta ella estrechándola en sus brazos.
- Wow... ¿Qué...Qué pasa? Estamos cariñosos… ¿Jeremy?- pregunto llena a notar el olor a miedo salir de su cuerpo y el temblor que el recorría.- Ah... estas bien…- lo abrasa en retorno.
- No puedo, no puedo hacer esto, eso…Yo no, no puedo ser el beta de Tyler…- la sujeto con mas fuerza, su cuerpo era pequeño como el de su tía y enterrando su rostro en el pelo tan parecido al de ella.
- Deja de lloriquear, se un hombre y afróntalo, no es tan malo después de un raro…- comenta al pasar Damon saliendo de su habitación desnudo solo con una sabana gris cubriendo su cintura y tomando las escaleras para bajar al sótano por su suministro de sangre.
- ¡Damon!- le reprende Jenna y Jeremy se separa de ella.
- Lo siento, él tiene razón… tu dijiste… dijiste que no había vuelta atrás, que no había remedio….perdona solo que necesitaba a mi tía. - da unos pasos al costado intentando retomar su camino y esconderse debajo de la cama cuando Jenna lo detiene.
- Jeremy… sé que… no soy tu tía… pero si me necesitas…puedo…- Jeremy negó con la cabeza y se separo de su toque, solo volviendo unos pasos después para hablarle de otra cosa.
- ¿Que fue todo eso Jenna?- pregunto.
- ¿Fue que? Jeremy yo sé que debe ser difícil mirarme a mi y no ver a tu tía….- quiso explicarse.
- No, no eso… estoy bien con eso, aunque sea por de mas extraño pero…golpear así a Tyler, morderlo… ¿Para que?
- ¿Lo vistes?... ¿Es por eso tanto miedo?- lo miro fijo y seria.
- No yo… solo respóndeme… por favor - la miro y Jenna supo que necesitaba saber que sucedía con su alfa aunque no lo admitiera.
- Bueno… el sobrevivió, Jeremy, la maldición murió dentro de él y ya no deberá transformarse en luna llena a la fuerza, o tener picos de testosterona por así decirlo… es libre, un caminante… como yo. - sentencio, el rostro del chico se relajo pero algo mas mareado camino hasta el final del pasillo y se encerró en su cuarto.
Jenna bufo, mordió la liga en su muñeca sabiendo que ella no podía arreglar ese lío y se levanto el pelo en una coleta atándola levemente con la liga para luego bajar donde sea que este Damon Salvatore y arrebatarle la sabana, con una sonrisa divertida y dando saltitos como caperucita roja por el pasillo haciendo su cabello revotar… irónico pensó, ya que ella era el lobo, volvió a sonreír.