One more Shot [5/?¡] parte dos

Apr 26, 2012 19:37


 




El sonido era de la lluvia, como era de esperarse, sólo que el estomago de cierta persona sonó como el motor de un auto en mitad del cuarto, intentando arrancar sin lograrlo, alertando a los hermanos que se levantaron de un salto de la cama apuntando a todo lo que se movía.

- ¿Dean? -

- Shh… toma tu arma. - Ambos hermanos quedaron espalda contra espalda, buscando lo que causaba tal sonido. Pronto se dividieron y comenzaron a buscar por toda la habitación, encontrando las botellas de cerveza vacías en la cocina.

- Dean ¿acaso tú…?-

- No, Sam. Anoche no bebí. - Dean miró dentro del baño no encontró nada, Sam mientras buscaba dentro de las gavetas de la cocina.

Sólo miraron las camas cuando ese sonido llenó la habitación una vez más y Bebé, que estaba medio destapado en la cama, frunció el ceño y se apretó el estomago aun dormido.

- Es… ¿Su estómago? - Preguntó Sam, mirando a su hermano con incredulidad.

- Creo… no ha comido mucho que digamos… - Acotó el cazador y se acercó a Bebé para despertarlo.

- Iré por algo de comer, algo… sustancioso… - Declaró Sam, tomando su botas y sus pantalones… ¿en qué momento se desvistió? Se preguntó internamente, mirando las prendas, pero lo dejó al escuchar a Dean.

- ¿Donas?- Sam lo miro con mala cara.-¡Croasun!- lo señalo con el dedo y Sam lo mando al demonio, saliendo por la puerta, mientras el otro no bromeaba solo que no creía que encuentre otra cosa en una estación de servicio.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

No pasó mucho tiempo desde que Sam salió de la habitación hasta que Dean se metió en la cama nuevamente, intentando comprobar el estado de Bebé. Casi al instante sintió como éste le buscaba y se acurrucaba contra su cuerpo, hecho un ovillo. Dean maldijo en voz baja, porque el tipo, fuera de ser atractivo a morir, ser condenadamente sexy y tener con un cuerpazo de “Padre y Señor Nuestro”, era tierno. ¿Cómo un auto podía ser tierno, maldita sea? Al final sólo se dejó abrazar, porque ese gimoteo insistente que hacía Bebé al intentar acercarlo más a su cuerpo lo ponía realmente mal.

- ¿Dean? - El rubio no esperó la voz de Bebé, pastosa por el sueño, chocara en ese momento contra su pecho.

- ¿Qué pasa? ¿Te sientes bien?-

- Mmm… sí… ¿Sammy se fue? - Preguntó, temiendo que “Sammy” aun estuviese en la habitación.

- Fue por el desayuno. Tienes que comer y no quiero un no por respuesta. - Acotó, recio. A lo que Bebé sólo se arrimó más cerca de él.

- Pero… ¿Me mimas? - Preguntó, con las mejillas encendidas al igual que sus faroles de traseros.

- ¿Como? - Preguntó Dean, con tono incrédulo, sospechando de Bebé y sus intenciones.

- ¿Por favor? - Volvió a pedir, pero su intento de sonrisa se vio cortado por otro estruendoso rugido de su estómago.

Dean lo miró con el seño fruncido, sorprendido de que Bebé sólo se escondiera entre sus brazos al ser descubierto pidiendo mimos cuando se estaba muriendo de hambre.

- ¿Comerás si digo que si? - Consultó Dean, metiendo su mano entre las mantas para tocar la tersa piel del hombre entre sus brazos.

- Sí, sí, comeré lo que quieras, pero Dean, por favor. - No se dijo más, Dean atrajo el delgado cuerpo de Bebé más cerca del suyo y sin piedad comenzó a acariciar esa piel tan blanca y suave que pedía a gritos ser mimada.

Bebé no tardó en ronronear, así suave y bajo como a Dean tanto le gustaba, dejándose hacer dócilmente, arqueándose cuando los dedos de Dean llegaban a la línea de sus caderas, ahí donde el pantalón de Sam le quedaba suelto, y gimiendo bajito cuando las manos volvían a subir y apretaban las pequeñas y rosadas tetillas. Sus labios no tardaron en unirse a sus manos, besando el cuello expuesto y que tan apetecible se ofrecía a su entera disposición.

- Mmm… Dean… -

- Shh… yo me encargo. -

Bebé nuevamente no sabía qué hacer. Entregarse a las caricias de Dean era fácil, pero no era como se comportaba ninguna de las chicas que pasaba por los brazos de Dean. Las había visto hacer muchas cosas con él, tratar el cuerpo de su dueño casi con adoración, como si veneraran a un dios del sexo, pero por más que se obligaba a moverse, sólo podía arquearse contra Dean y dejarse tocar por esas manos que conocían cada una de sus piezas.

Dean en tanto se tomaba su tiempo para recorrer toda la piel expuesta de Bebé. La ropa le quedaba tan absurdamente grande que parecía pecaminoso tocarlo. Pero hacer todo eso aun tenerle vestido… Dios, temía perder el control si quitaba de en medio ese pantalón que se le estaba prácticamente cayendo. Sabía que Sam llegaría de un momento a otro y, de seguro, en la mejor parte de la exploración, así que decidió que si su hermanito lo iba a encontrar haciendo algo con su Bebé, que por lo menos fuese algo apto para la asexual mente de Sam. Un simple, algo acalorado y muy sexy beso.

Besó a Bebé intensamente, haciéndolo temblar, le encantaba tener ese poder con él. Siempre pesó que a su impala le gustaba que pusiera sus manos en cada rincón de su carrocería, incluso sintió que así era cuando le reconstruyó después de aquel accidente y su Bebé se portó como un campeón en la carretera, pero ahora quería tocarlo más allá de esa primera vez en la casa de la bruja, pero justo ahora tenía que pensar en Sam. Joder con Sam, tenía que buscarse una novia… o un auto. Lo que fuese, sólo tomó a Bebé entre sus brazos y lo llevó hasta el baño.

- ¿Dean? - Bebé estaba agitado y algo confuso, no comprendió porque su dueño lo metió al baño. Le gustaba más la cama, era tibia y suave, cuando era un auto no podía usarla. - Yo ya me bañé… anoche ¿Recuerdas? - Buscó la mirada de Dean cuando este lo depositó de pie en el suelo, pero Dean sólo lo pegó a la pared más cercana y lo besó, cortándole el hilo de pensamientos.

- Ya lo sé… pero así… si Sam llega…  no nos interrumpirá… - Jadeó, quitándose la camiseta y arrojándola al piso, sonriendo divertido al notar como Bebé se estremecía con el choque de sus pieles.

- Pero…  ¿Sí necesita usar el baño? - Preguntó azorado y Dean rió al imaginar la situación.

- Se aguantará, es un chico grande. - Bebé no dijo mucho después de eso, sólo notó que Dean lo metía en la ducha entre besos y caricias, después de arrastrar los pantalones de ambos hasta sus tobillos, quitándoselos a patadas, quedando sólo con los bóxers, y medio segundo después Dean dejó correr el agua de la ducha.

Bebé se estremeció de pies a cabeza. Sentir la piel de Dean contra la suya y el agua avanzar por sus cuerpos lo obligó a aferrarse a su espalda, recorriéndola torpemente, pasando por los grandes omoplatos y a través de la línea de la columna, sintiendo como los músculos de su dueño formaban curvas y huecos a lo largo de toda su piel.

Inhalaba y exhalaba con bocanadas enormes, porque Dean intentaba comerse su cuello. Ya había raspado su pintura, lo sabía, podía sentirlo. Latía allí donde su labios se cerraban. Sentía además como su “manguera de aceite” se alzaba, como si fuese automática la respuesta de su cuerpo ante los cuidados de Dean, y de la misma forma empezó a colisionar contra las caderas de su dueño, sin saber realmente qué estaba haciendo, presionando e intentando obtener más de lo que recibió el otro día, pero su altura no ayudaba mucho.

A ratos Bebé desea ser como esos grandes camiones de carga, para poder ser él el que empotrase a Dean contra la pared, pero luego recordaba lo bien que se siente simplemente dejarse hacer, entregarse a la voluntad de Dean hasta el punto de desear ser incluso más pequeño para que Dean lo maneje con más facilidad. O sea, un poco más pequeño, no como esas miniaturas chinas que se hacen llamar autos, pero si lo bastante pequeño para que a Dean no se le dificulte el tomarlo por la cadera y alzarlo, obligándolo a envolverlo con ambas piernas.

- Dean…  espera…  no quiero…  no quiero aplastarte, Dean. - Bebé se mueve inquieto, porque de repente se siente muy pesado. Dean ni se inmuta, está mucho más concentrado en maniobrar para quitarse la ropa interior sin soltar a Bebé que no sabe ni cómo ni cuándo, pero está totalmente desnudo y suspendido en el aire entre Dean y la pared de azulejos.

- No me aplastas, tonto…  - A todo el embrollo, Dean le agregó jabón, esparciéndolo por el pecho de Bebé con una mano, mientras besaba su cuello y masajeaba ese par perfecto de nalgas con la mano que tenía libre.

Sus dedos repartían caricias cada vez más osadas, ayudándose del jabón para lubricar su paso. Bebé pegó un salto cuando sintió esos dedos hurgar tan profundo en su chasis, como si intentara explorarlo desde adentro. Su vista volvía a nublarse por las sensaciones, tenía otro par de fusibles quemados y su motor iba derecho a sobrecalentarse.

Dean lograría quemarle el aceite en tiempo record.

- Dean…  ¿Qué…  haces…? ¿Dean? - Esos dedos intrusos de repente dejaron de moverse, pero lo siguiente que sintió lo hizo sonrojarse de sobremanera. Dean le estaba metiendo un dedo, así tal cual. Ni siquiera sabía a qué parte de su motor correspondía esa sección de su cuerpo, pero fuese cual fuese, no era para meter cosas dentro. - ¡Deaaaaaan! -

- Shhh…  ¿Qué pasa? ¿Duele? - La invasión se detuvo un momento, que Bebé aprovechó para echar su cabeza hacia atrás, apoyándola contra los azulejos del baño. Sus piernas seguían al rededor de Dean y no tenía pensado soltarlo aún, pero definitivamente quería una explicación antes de permitirle a Dean seguir haciendo eso con sus dedos.

- No…  Dios…  no duele, pero Dean…  no sé ¿Qué haces? ¿Qué parte de mi motor…? - Dean sólo sonrió, comprendiendo el miedo de Bebé a lo desconocido.

- Pues…  digamos que estoy…  engrasando…  el depósito de aceite. - Una vez más movió su dedo, haciendo que Bebé se estremeciera al punto de hacer que su cabeza chocara contra la pared. - Ya sabes…  ayer te saqué en aceite quemado, pero no te he puesto aceite nuevo.

Bebe abrió la boca pero nada salió de ella, era raro, creía tener conocimiento de su bomba de aceite y no creyó que necesitara grasa, pero la sensación lo dominaba, ese dedo profundizaba al ritmo que Dean le mordía lo botones rosáceos en su pecho, esos que controlaban el volumen de su sistema de sonido, y Dean parecía querer escucharlo muy alto, porque casi los dejaba rojos.

Sentía como esa zona se estiraba mientras Dean se abría paso con un dedo más, el agua caliente empapándolos los hacía resbalar entre sí, y se sujetó con fuerza del cuello del cazador, abarcándolo y pegando su boca a su oído, jadeando con cada pequeño movimiento que hacían los dedos de su dueño dentro de él.

- Rayos me encanta cuando me tocas Dean! - Sus labios acariciaron su oído en cada palabra y Dean simplemente metió otro de sus dedos dentro de esa estrecha cavidad, sacándole un gemido mucho más agudo a Bebé. - ¡Dean…! -

- Shhh… ya casi termino… - Lo besó con la boca abierta, pegando todo su cuerpo contra el de Bebé, quien resultó ser más flexible de lo que Dean esperaba, y Bebé sólo pudo contraer todos sus músculos internos cuando Dean tocó un punto especialmente sensible, deleitando a Dean con toda la presión que podía generar. - Creo que estás listo… - Los intensos ojos celestes se cerraron lentamente, respirando el agitado aliento de Dean. No sabía exactamente para qué estaba listo, pero mientras estuviese con Dean, siempre estaría listo. - ¿Bebé? -

- Quiero, quiero...- balbuceo aferrándose al corto pelo rubio no dejando que su bocas se separen.

- Que quieres Bebe dímelo....- jugó con su lengua y paso la suya por el interior de su paladar. el vapor de el agua aliente los envolvía.

- No sé....no sé lo que quiero, Dean! - lloriqueó - Pero me falta algo, quiero, quiero.... tocarte pero no sé cómo, quiero... hacerte sentir bien como… me haces sentir tu....- sus labios presionado eméticamente terminaron la charla.

- ¿Alguna vez dejaras de pensar en mi?- pregunto al separarse para respirar.

- No...- la boca de Dean parecía tener algún tipo de magneto porque no podía apartar su parachoques de él.

Dean tenía atrapada la entrepierna del impala contra su abdomen, se aseguró de que las piernas de Bebé estuviesen firmemente aferradas a él y tomó su propia erección, que le dolió apenas la sujetó. Estaba tan duro, tan excitado, que esperaba resistir lo suficiente para llenar de placer a su Bebé. La verdad en su cabeza se disparaban sensores de alerta que le afirmaban que estaba por follarse de lleno a un Impala humanoide de cuarenta años, que se mantenía perfectamente conservado en un cuerpo de no más de 30, pero siendo sinceros, no es como si eso le importase mucho a Dean Winchester. Por lo menos no le importaba en ese momento.

De fondo, escuchó la puerta del cuarto se abria y a Sam llamándolos, pero eso tampoco era importante. No cuando la punta de su caliente miembro acariciaba la entrada de Bebé, intentando meterse en ese estrecho canal que parecía oponerse a tal acción, y Dean tenía la cabeza tan embotada que sólo atinó a hundirse en esos suaves y blanco pliegues lentamente, forzando un poco su paso, hasta enfundarse por completo.

Bebé había perdido el aliento, esa sensación de estar lleno era completamente distinta a la que sentía cuando su tanque de combustible estaba hasta el tope. Era como una inyección de Nitro. El no era un auto de carreras y nunca había probado el Nitro, pero estaba seguro de que debía sentirse muy parecido a eso.

El movimiento comenzó lento, con Dean presionándolo contra los azulejos para lograr mover sus caderas. Bebé por su parte no hacía más que gemir, aferrando con fuerza sus piernas a la cintura de su dueño, con su cabeza echada sobre la pared y sus manos enganchadas con fuerza en los hombros de Dean, impulsándose hacia arriba y dejándose caer luego, ayudando a Dean con ese tortuoso vaivén que hacía vibrar hasta la más pequeña de sus piezas.

Todas las demás sensaciones pasaron al olvido, ni siquiera sentía el agua que los mojaba y del hambre que lo había despertado no quedaba ni el recuerdo, sólo estaba Dean, sosteniéndolo con ambas manos por el chasis, haciendo ese movimiento circular con sus caderas que lo estaba volviendo completamente loco.

Si le quedaba algún fusible, Dean los acababa de quemar todos. Necesitaría filtros y bujías nuevas, porque todo se le estaba incendiando por dentro. Su motor estaba en llamas y ni siquiera ese extintor que Dean conservaba bajo su asiento sería suficiente para apagarlo. Adiós radiador y embriague, Dean acababa de romperlos también cuando lo manipuló hasta bajarlo de sus caderas, empotrándolo de cara hacia los azulejos.

Seguramente sus llantas traseras se estaban desinflando, porque apenas fue capaz de mantenerse en pie cuando Dean volvió a estar en su interior, tomándolo fuerte por la cajuela, arremetiendo con más fuerza y velocidad, llegando cada vez más hondo mientras deslizaba sus manos por todo su capó, sus guardafangos, su carrocería, sus dedos viajando luego a su manguera de aceite y ahí todo comenzó a ponerse de colores.

Hace un rato ya que Dean estaba golpeando por dentro en algún punto muy sensible, que lo hacía gritar contra los azulejos, eso sumado a sus manos bombeándolo, su boca y sus dientes raspando su pintura, su cuerpo chocando contra si…  Bebé dio un grito final, su cuerpo temblando con las últimas arremetidas de Dean mientras lo llenaba de algo caliente, su propio aceite manchándolo todo y ese constante susurro de Dean en su oído.

- Bebé…  mi Bebé, mío… -

Salir de la ducha fue lo más difícil que Dean Winchester hizo ese día luego de semejante orgasmo, Bebé era como un muñeco de trapo. Un caliente y recondenadamente follable muñeco de trapo. Había quedado tan dócil y aletargado que Dean prácticamente tuvo que arrastrarlo fuera de la ducha y secarlo, contento al notar que iba reaccionando a medida que estaba más seco.

Fuera, aún se escuchaba a Sam vagar por la habitación, al parecer hablaba con alguien por teléfono, eso o estaba hablando solo, cosa que no era tan extraña teniendo en cuenta que se trababa de Sam Winchester. Pero Dean sólo tenía cabeza para pensar en su Bebé y que lo quería para él, que se jodiera Sam y su monólogo, ahora Dean sólo podía pensar en que no sabía cómo afrontaría el tenerlo de vuelta como un simple auto.

La risa alegre de Bebé lo hizo reaccionar. Brillaba, no en el sentido literal de la palabra… o sea sí, un poco, tal vez, su piel era muy clara y lustrosa, así que brillaba un poco, pero también brillaba en el sentido no literal y más gay de la palabra. Brillaba de la misma forma en que lo hacía cualquiera que ve eso que más ama en la vida, brillaba y Dean se murió un poco por dentro al darse cuenta de que tal vez sería la única y última vez que lo vería así, porque el tiempo que tenía con Bebé podía llegar a su fin en cualquier momento.

continuara....

slash, bebe, with: kattie, spn, one more shot, love, brothers, fics, magia, castiel, brujas

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