Cities Of Asylum: Luna llena en libra.
Para Alejandra, que nunca me dejó sola. Perdón por lo insensato de mi prosa,
tú sabes lo complicado que es amar el lenguaje y no soportarlo más. Tú lo sabes.
Luna llena en libra.
Sonidos nocturnos la arrullarán toda la madrugada gris. Se revolverá entre las cobijas y sentirá su calidez. Podrá conciliar el sueño después de semanas en vela, después de las siestas en el tren de regreso a casa.
Sólo espera, Alejandra, sólo espera.
Ignoramos si es el humo del tabaco o del motor del tren el que anuncia su llegada. Pero el olor a flor argentina llena nuestras narinas de fragancias de melancolía de París y del barco que la llevó atrapado por el viento al país del no vino.
Si no vino es porque no hay vino, pensó. Entonces compró vino rojo, ansiando saciar su sed. Esperó desde el atardecer sentada en su sillón. Ansiosa. Oscurecieron lunas y su amado no volvió.
Sólo espera, Alejandra, sólo espera.
Y su amado no volvió.
La espera es soportable con el amor como acompañante.
Cuando hay amor, la espera no es agonizante.
La espera sólo aminora
las noches sobrias
y enamoradas,
les da color.
Porque Alejandra sabe que esperar es mejor que no esperar nada.
Porque en la espera canta
“Canta, lastimada mía.”