Sandglass [3/5]

Sep 18, 2013 19:01


Pasó una semana antes de que a Chanyeol le dejaran volver a ver a Baekhyun. No se admitían visitas en su habitación ya que realmente necesitaba descansar. Tampoco se permitía ningún tipo de agitación. Y Chanyeol respetaba todas esas imposiciones, pero aquello no significaba que no extrañara al muchacho rubio. La semana que estuvo sin ver a Baekhyun se la pasó absolutamente preocupado, merodeando sin rumbo por el hospital, siempre yendo inconscientemente hasta el ala donde estaba su habitación. Había veces en las que se quedaba sentado afuera del cuarto hasta que alguien del personal lo encontraba y le decía que no estaba permitido andar holgazaneando en los pasillos.

Una mañana, Hyeonjong finalmente lo llamó por teléfono para decirle que podía ver al chico otra vez. Estaba tan emocionado que ni se molestó en explicarles a sus amigos por qué tenía que irse tan temprano (estaba pasando el rato con ellos). Tan pronto como llegó al hospital, literalmente corrió escaleras arriba de a dos peldaños y se precipitó por el pasillo a paso ligero y veloz. Cuando vio la puerta de la habitación 506, sonrió. Había decidido días atrás que no iba a mostrarse triste y deprimido cuando estuviera alrededor del chico enfermo. Iba a ser su yo habitual, con tics y todo; el Chanyeol que a Baekhyun le gustaba.

Golpeó suavemente la puerta, y frunció el ceño al no obtener respuesta. La abrió con cuidado, y la situación le recordó a la primera vez que había entrado a la habitación. Tal como en aquel entonces, Baekhyun estaba bajo las sábanas, con su cabello rubio asomando por debajo y su pequeño cuerpo formando un bulto en la cama. Sin embargo, en esa ocasión estaba de cara a la puerta, y un par de ojos brillantes miraron a Chanyeol cuando entró.

-Hey, Baekhyun, ¿cómo estás? -Saludó con la mano, sonriente.

-Hola, Yeol. Te extrañé. -La voz de Baekhyun salió como un susurro, mientras sus delgados dedos aferraban la sábana y la subían hasta su nariz lentamente.

-También te extrañé, Baek… ¿ya estás bien? -Chanyeol encontró su asiento junto a la cama y rápidamente lo ocupó, sin apartar la mirada de Baekhyun.

-Eso creo, sí. Aunque el doctor dijo que no debo cansarme demasiado, así que supongo que ya no podremos ir a caminar. -Chanyeol tuvo que escuchar con atención para entender sus palabras, susurrantes y apagadas.

-Eso no es divertido. ¿Tal vez puedas usar una silla de ruedas? Yo te empujaré -respondió sonriente, y notó que los ojos de Baekhyun se entrecerraban al sonreír también.

-Tal vez. ¿Qué tienes ahí?

-Ah, es que estaba con mis amigos hace un rato, y querían que tocara la guitarra para ellos. -La apoyó contra la cama y miró a Baekhyun mientras se sentaba.

Notó que se había vuelto un poco más delgado. No era tan evidente, pero Chanyeol tenía vista aguda y estaba especialmente alerta alrededor del chico. Lucía algo más pálido, también. Baekhyun se sentó en la cama y estiró los brazos, teniendo mucho cuidado al moverse más cerca de él. Miró la guitarra con curiosidad, y luego de vuelta a Chanyeol.

-¿Por qué la trajiste contigo? -Baekhyun estaba sonriendo un poco, y Chanyeol le devolvió la sonrisa.

-Ah, bueno, es que me apuré un poco en venir cuando mi madre me dijo que ya podía verte de nuevo. -Removió una pelusa imaginaria de sus jeans, sabiendo cuán embarazosas eran sus palabras.

-No era necesario que te apuraras. No me iré a ningún lado, Yeol. -Baekhyun rió, cubriéndose la boca con los dedos.

-Pero te extrañé, Baeeeek -dijo él, sintiendo el rubor trepándole hasta las mejillas.

-Aww, qué dulce. Yo también te extrañé, ¿de acuerdo? -Baekhyun palmeó la cabeza de Chanyeol como si fuera un niño pequeño y él suspiró, exasperado.

-Deja de burlarte de mí, enano -murmuró, y el chico rubio simplemente se rió.

Baekhyun de pronto se acercó, tomó una de las manos de Chanyeol y la sujetó con fuerza. El otro se quedó helado, con la boca semi abierta mientras lo miraba rozarle sus propios dedos con el pulgar, distraídamente. El contacto con él estaba haciendo que su corazón se revolucionara, y vio que las mejillas de Baekhyun se sonrojaban.

-Las señoras me han dicho que siempre estabas afuera de mi cuarto, esperando -dijo él en voz baja, fijando su vista en cualquier lugar excepto en Chanyeol.

-E-eh… eh, bueno… sí, lo estaba.

-Gracias, Chanyeol. -Baekhyun alzó la vista hacia él, lo vio a los ojos y le dedicó una sonrisita.

Chanyeol lo miró también, con las palabras atascadas en su garganta. La manera en que Baekhyun lo estaba viendo era demasiado. No había palabras que pudieran expresar cómo se sentía en ese instante, con los finos dedos del chico envolviendo su mano, sus ojos que contenían tanta emoción y sus mejillas con un débil rubor. Vaciló al mover sus dedos para entrelazarlos con los de Baekhyun, y cuando vio que éste no retrocedía, lo hizo, apretándole la mano con delicadeza.

-Siempre estaré aquí para ti, Baek.

Y Baekhyun le enseñó la más brillante de las sonrisas.

Chanyeol y Baekhyun pasaron las siguientes dos semanas juntos. El muchacho alto siempre encontraba la forma de escabullirse hasta la habitación de Baekhyun incluso cuando las horas de visita ya habían terminado. Se quedaba en el hospital aun cuando su madre ya había finalizado su turno, y ella lo miraba con perspicacia cada vez que él le decía que se fuera a casa primero. Baekhyun lo sermoneaba por romper tanto las reglas, pero Chanyeol ponía ojos de cachorro y le decía que estaba haciendo todo eso por él y que debía sentirse honrado. Y Baekhyun no tenía más opción que ruborizarse y lanzarle una almohada, ganándose una risita y unos pellizcos en las mejillas.

Fue en el último día de su primer mes de vacaciones cuando accidentalmente se besaron.

Era un día normal, como cualquier otro. Chanyeol llamó a la puerta con suavidad y Baekhyun lo invitó a pasar. Instantáneamente se cubrió el rostro al iluminarse la habitación con un flash. Chanyeol gruñó con frustración, rogándole a Baekhyun como un perrito para que lo dejara sacarle una foto decente en la que sonriera, y Baekhyun se negaba firmemente, diciendo que le parecía raro que estuviera él solo en la foto.

-Bueno, entonces saquémonos una selca juntos -sugirió Chanyeol, sonriendo mientras caminaba hacia Baekhyun.

-¿Por qué te empeñas tanto en tomarme una foto, de todos modos? -Baekhyun hizo un puchero mientras Chanyeol lo empujaba con sus nudillos para que se moviera y le dejara espacio en la cama.

-Porque sí -respondió él, sentándose junto al joven y poniendo un brazo alrededor de sus hombros.

-¿Qué quieres decir con porque sí? Esa no es una razón, tonto. -Baekhyun se rió y se acurrucó junto a Chanyeol mientras que éste sacaba el teléfono de su bolsillo y buscaba la aplicación de la cámara.

-Porque… pues… quiero verte cuando no esté en el hospital. ¿Feliz? -murmuró Chanyeol, sonrojándose al responder con honestidad.

-Ay, eres tan cursi. Bueno, bueno, tomémonos la selca. -Baekhyun jamás lo admitiría, pero su corazón estaba latiendo fuertemente por la proximidad con Chanyeol y su respuesta tan directa. Los dedos de él lo sujetaban del hombro con firmeza.

Chanyeol, gracias a Dios, encontró finalmente la cámara entre la multitud de otras aplicaciones de videojuegos y demás. Apuntó la lente hacia ellos, sujetándola de modo que ambos cupieran en la pantalla. Cuando estuvo satisfecho, sonrió con su típico tic, y la sonrisa de Baekhyun fue probablemente más grande y brillante de lo que pretendía porque vio la cara del chico en la pantalla.

-¡Di kimchi! -gorjeó Chanyeol, y Baekhyun se acercó un poco, haciendo signos de la paz con las manos.

-¡Kimchi!

Baekhyun creyó haber oído que alguien golpeaba la puerta y volteó su cabeza. Por otra parte, Chanyeol creyó que lo habían llamado desde afuera de la ventana, así que también se giró. Fue tan solo una caricia, un simple roce de sus labios tibios y suaves, lo que causó que algo explotara dentro de ambos. Baekhyun jadeó mientras se apartaba, llevando sus manos a sus labios y con su rostro de un profundo color rosado. Chanyeol se alejó un poco, abriendo mucho los ojos mientras observaba a Baekhyun, con la mirada yendo una y otra vez desde los ojos del rubio hasta sus labios tapados.

-Lo siento. Dios mío. -Baekhyun fue el primero en hablar, todavía cubriéndose los labios con las manos.

-N-no… ehm, no hay problema. -Chanyeol asintió, saltó fuera de la cama y regresó a su asiento habitual.

Era la primera vez desde que se conocían que experimentaban un silencio incómodo entre ellos. Baekhyun volvió a taparse con las sábanas, y Chanyeol se puso repentinamente a juguetear con su teléfono. Tras un rato de miradas embarazosas y charlas fallidas, Chanyeol se aclaró la garganta y el chico lo miró.

-Ahm, iré a, eh, comprar algo para beber. T-tengo sed. Sí. Ya regreso -dijo, poniéndose de pie, y se retiró con prisa.

Tan pronto como Baekhyun escuchó la puerta cerrarse, se metió bajo las sábanas por completo, con problemas para respirar por razones médicas y emocionales. Presionó los dedos contra sus labios y se sonrojó, sonriendo débilmente.

Eso fue un beso, ¿no?

Chanyeol se apoyó contra una pared y se deslizó hacia abajo sujetando una lata de jugo de naranja en sus manos, presionando la helada superficie contra sus mejillas ardientes. Tenía diecinueve años, por amor de Dios, ¿por qué actuaba como un maldito niño de primaria por un roce como aquel? Había tenido un montón de novias en el pasado y, aunque nunca había ido más allá de los besos, estaba seguro de que no debería estar comportándose así.

Luego recordó las miradas cómplices que le daba su madre cada vez que hablaba de Baekhyun, y las pequeñas burlas que le hacía cuando tenía la oportunidad. Recordó cómo levantaba literalmente las cejas siempre que Chanyeol mencionaba el nombre del chico. Se pasó los dedos por el cabello, frustrado, apoyando la lata firmemente contra su mejilla. La mano se le fue hacia sus labios y los presionó con sus dedos. Una pequeña sonrisa se le dibujó en el rostro, y gruñó a la vez que se sonrojaba.

Nos besamos, ¿no?

Para estar seguro, extrajo su teléfono, recordando claramente que había apretado el botón de captura antes cuando estaban tomándose la selca, pero sin saber bien en qué momento exacto lo había hecho. Casi lanza la lata debido a la sorpresa al ver la imagen mostrada en la pantalla.

Sep, nos besamos.

Al día siguiente, Chanyeol entró al cuarto de Baekhyun sin golpear y vio cómo el chico se acababa de despertar; bostezaba de manera encantadora mientras estiraba los brazos por encima de su cabeza. Tenía un puchero en el rostro mientras se levantaba con lentitud de la cama y arrastraba los pies hasta la ventana. Corrió la cortina a un lado y apoyó su cara contra el cristal. El siguiente momento fue tan adorable para Chanyeol que terminó soltando un suave «aww».

-Me pregunto si Yeollie vendrá hoy también… -susurró, mirando hacia afuera e incluso poniéndose en puntas de pie para poder ver más.

En cuanto escuchó a Chanyeol, sin embargo, se volteó rápidamente con ojos como platos y el rostro rojo de vergüenza. Abrió y cerró su boca como un pez, queriendo decir algo pero sin que las palabras salieran. Chanyeol sonrió tímidamente, rascándose una mejilla con el dedo mientras se acercaba al muchacho rubio.

-Aquí estoy, Baek -dijo con una sonrisa, mirando el cuerpo de Baekhyun, el cual estaba todavía ataviado con una camiseta enorme y pantalones deportivos azules.

-¡Ch-Chanyeol! Oh por Dios, ¿hace cuánto que estás ahí? -preguntó, aplastándose de pronto el cabello y alisándose la camiseta con las manos.

-Lo suficiente como para oír tus reflexiones, enano. -Chanyeol sacó la lengua, y el rostro de Baekhyun era, por mucho, lo más gracioso que hubiera visto.

-Golpea la puerta, ¿quieres? Dios -murmuró volviendo a su cama, y Chanyeol le pellizcó la mejilla.

-No te enfades, lindo, que no pega contigo.

Y Baekhyun podría haberse desmayado sin problemas allí mismo al oir ese apodo.

Chanyeol tomó asiento en su lugar habitual y sacó su guitarra; rasgueó las cuerdas y notó la chispa de interés en los ojos de Baekhyun. Éste se sentó en su cama, tan cerca del otro que sus rodillas se tocaban, y acarició la lisa superficie de madera de la guitarra que el chico tenía en sus manos. Chanyeol lo miró y sonrió cuando Baekhyun levantó la vista hacia él.

-¿Vas a tocar? -le preguntó Baekhyun, y él cruzó sus brazos encima de la guitarra, descansó su mentón en ellos y sonrió de forma engreída.

-¿Quieres que toque? -interrogó, y los ojos del muchacho se ensancharon.

-Oh, ¿lo harías? ¡Me encantaría escucharte! -respondió Baekhyun con emoción, y el otro le revolvió el cabello, haciéndolo sonreír.

-Bueno, bueno. Cálmate, enano.

Baekhyun se sujetó las manos con anticipación y miraba a Chanyeol con curiosidad mientras afinaba. Éste se cruzó de piernas y en una de ellas posó su instrumento, luego descansó un brazo sobre el cuerpo de la guitarra mientras rasgueaba las cuerdas. Formó el primer acorde con su otra mano y, echándole un vistazo a Baekhyun, quien estaba observándolo con mucha atención, pulsó las cuerdas.

Baekhyun lo escuchaba en silencio, con una expresión de desconcierto ante la familiaridad de la melodía. De repente su rostro se iluminó, y se aclaró la garganta. Chanyeol lo miró, y Baekhyun lo instó a que continuara. Tras un par de rasguidos más, Chanyeol sufrió la conmoción de su vida. Fueron sólo los años de práctica los que le impidieron dejar de tocar.

-I try to picture a girl, through a looking glass, and see her as a carbon atom, see her eyes and stare back at them. -Baekhyun cantaba suavemente y con vacilación, con su cabeza moviéndose al compás de la música y una sonrisa en los labios al ver cómo Chanyeol abría mucho los ojos.

Siguió acompañándolo con su canto, y Chanyeol jamás se había sentido mejor mientras continuaba punteando las cuerdas, tarareando junto a Baekhyun en algunas partes e incluso cantando una segunda voz en otras. Todo era perfecto, con el dulce sonido de la guitarra inundando la habitación. La voz de Baekhyun, un poco ronca mas hermosa, flotaba por el aire, y Chanyeol lo miró mientras el muchacho cantaba sin esfuerzo, sonando como un profesional.

No pudo evitar sentir que todo estaba empezando a mejorar. Para él, para Baekhyun y tal vez, sólo tal vez, también para ambos. Sonrió cuando Baekhyun comenzó a chasquear los dedos, con las palabras en inglés saliendo de su boca con facilidad; no obstante, sonaban un poco extrañas con su acento coreano algo presente en ellas. Chanyeol tocó con un poco más de emoción mientras balanceaba su cabeza al ritmo de la música, sonriéndole al chico que estaba frente a él.

Sí, me gustas, pensó.

Su sonrisa desapareció cuando la voz de Baekhyun se quebró y entró en un repentino ataque de tos. Estaba pasando lo mismo que la última vez. Baekhyun se dobló en dos, tosiendo a más no poder, empalideciendo a cada segundo y sin poder respirar, con un sudor frío corriéndole por el rostro.

Chanyeol se olvidó de todo. Soltó su guitarra sin cuidado y se precipitó junto a Baekhyun. Lo abrazó y le frotó la espalda, susurrándole palabras reconfortantes. Baekhyun continuó tosiendo y jadeaba en busca de aire. Chanyeol estiró un brazo hasta el botón de auxilio y lo presionó varias veces. Cuando estuvo satisfecho, volvió a rodear a Baekhyun con sus brazos y a acariciarle la espalda. Sintió una de las pequeñas manos del chico sujetándole el brazo con fuerza, y tuvo ganas de llorar.

-Baekhyun, estarás bien. Confía en mí -susurró.

-Y-Yeol… me d-duele…

Y esa fue la gota que rebalsó el vaso; la respiración de Chanyeol se entrecortó mientras sentía que las lágrimas le escocían los ojos.

Tal como la última vez, la puerta se abrió, y el doctor de Baekhyun ingresó y gentilmente apartó a Chanyeol. Las enfermeras le siguieron, Hyeonjong entre ellas, quien empujó a su hijo fuera de la habitación y cerró la puerta tras los dos. Lo abrazó fuertemente, y fue una escena emotiva pero desgarradora de presenciar. Chanyeol era treinta centímetros más alto que su madre, pero allí estaba él, sintiéndose como un niño nuevamente mientras abrazaba a Hyeonjong en busca de consuelo, llorando con descontrol, hecho un desastre.

-Shh, está bien, Yeol, no pasa nada… Baekhyunnie va a estar bien -susurró ella, pero sabía que todo iría cuesta abajo a partir de ese momento y, por mucho que hubiera querido no endulzar las cosas, no podía soportar ver a su hijo llorando de esa forma.

-… No, no lo está, mamá… Baek no está bien… -La voz de Chanyeol se quebró, y esa noche lloró en el hombro de su madre hasta que el doctor y las enfermeras salieron, diciendo que Baekhyun necesitaba estar solo de nuevo y que su condición había empeorado mucho.

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