Sandglass [2/5]

Sep 18, 2013 18:53


Baekhyun parpadeó, con la boca fruncida en una fina línea y los ojos abiertos mientras trataba de organizar sus pensamientos otra vez, los cuales estaban desordenados tras haber sido impactado por el flash de una cámara. Chanyeol le sonrió, avergonzado, con sus grandes manos intentando desactivar torpemente el flash.

-¡Ah! Park Chanyeol, ¿me acabas de sacar una foto sin permiso? -A Baekhyun no le molestaban las fotografías, pero le preocupaba que pudiera haber salido mal en esa, y no quería.

-Lo siento, se suponía que la sacara sin que te dieras cuenta, pero el flash estaba encendido y… Agh, esto apesta. Pero oye, te ves lindo aquí. -Chanyeol sacó la lengua a la vez que le mostraba la pantalla a Baekhyun, quien torció el gesto al ver la foto.

-Está horrible. Bórrala ahora, Yeol.

-¡Ni hablar! Luces tierno. Tus ojos se ven tan grandes. -Chanyeol observó la foto y rió suavemente para sí al sonrojarse Baekhyun.

-Vamos, bórrala. Ah, te odio, gigante. -Resopló y Chanyeol comenzó a reírse descontroladamente, abofeteando sus propias piernas en el proceso.

-Lamento ser tan gigante, enano. -Tomó asiento en su usual banquito, lo acercó hacia la cama y continuó manipulando la cámara entre manos, con la punta de la lengua escapando de su boca.

Baekhyun le lanzó una almohada y rió cuando golpeó a Chanyeol en la cara. Él se la lanzó de vuelta, se acomodó los anteojos con un mohín y volvió a concentrarse en la máquina. El rubio atrapó la almohada con los brazos, la esponjó y la colocó detrás de él. Miró a Chanyeol usando sus anteojos, notando cuán adorable se veía con ellos. Se inclinó con curiosidad, viendo la cámara. Se movió a un costado de la cama y dejó a sus piernas caer por un lado mientras se acercaba hacia él.

-¿Por qué estás tan concentrado con esa cámara? -le preguntó, con su cara tan incómodamente cerca de la de Chanyeol que éste, sonrojándose, chilló de sorpresa al sentir el aliento de Baekhyun en su rostro.

-Dios mío, ¿por qué te acercas así de pronto? En fin, quería, eeeh, tomar fotos hoy. Ya sabes, por motivos sentimentales. -Chanyeol se encogió de hombros y consiguió por fin apagar el maldito flash.

-Oooh, no sabía que eras un blandengue, Chanyeol -bromeó Baekhyun, sonriendo mientras se cruzaba de piernas.

-No sabes muchas cosas sobre mí y viceversa -le recordó él, y Baekhyun suspiró, haciendo que lo mirara.

-Bueno, me gustaría saber más. Eres una persona divertida e interesante, Yeol. -Baekhyun sonrió, estirando sus dedos y apretándole a continuación una mejilla.

Chanyeol sintió a su corazón latir desbocado por la sonrisa y las palabras de Baekhyun, y asintió. Qué era lo que el muchacho le estaba produciendo, no lo sabía. El rubio alzó una ceja; su rubor debió haber sido muy visible, porque comenzó a reírse. Habría sido un momento tierno de no ser porque le dio un súbito ataque de tos.

Se dobló en la cama, con una mano sobre su boca mientras su cuerpo se retorcía cada vez que tosía. Chanyeol lanzó la cámara hacia la cama con pánico, se precipitó hacia Baekhyun y le frotó la espalda para aliviarle la tos. Baekhyun estaba jadeando, y de pronto lo comprendió.

Mierda, no puede respirar. Mierda, mierda, mierda, mierda, Baekhyun, por Dios, no puede respirar.

Fue con presteza hasta la cabecera de la cama y presionó el botón para llamar a una enfermera, y juraría que casi destruye el aparatito en el estado de pánico en el que se encontraba. Volvió con Baekhyun, se sentó a su lado y lo acercó hacia él; le frotó su espalda y trató de mantenerse sereno.

-Baek, estarás bien -susurró, y sintió cómo Baekhyun asentía lentamente en medio de su terrible tos.

De pronto, una arremetida de enfermeras y doctores llegaron corriendo a la habitación y echaron a Chanyeol. Su madre estaba entre la multitud, y le dio una mirada que decía «no te preocupes». Él se fue obedientemente, echando un último vistazo preocupado a la gente con pánico en la habitación antes de cerrar la puerta con un clic y llevarse las manos a los bolsillos para evitar que temblaran tanto.

-Cielo, despierta. Vamos a casa.

Chanyeol se frotó el cuello entumecido mientras levantaba la cabeza de sus brazos. Parpadeó somnoliento, con la mirada enfocándose en su madre, quien ya no llevaba puesto el uniforme y vestía una camiseta y un par de jeans gastados. Su bolso estaba colgando de su hombro y una de sus manos estaba en el de Chanyeol.

-¿Mamá? -dijo él débilmente, arrastrando las palabras y con voz adormilada.

-Sí, soy tu madre, bobo. Vamos a casa, ¿sí?

-… ¿Cómo está Baekhyun? -preguntó al instante, recordando finalmente por qué estaba durmiendo en la cafetería del hospital.

Había sido echado del cuarto en cuanto los doctores llegaron para revisar a Baekhyun, quien de pronto había tenido un ataque terrible de tos. Chanyeol había merodeado por el hospital, sin saber adónde ir, cuando terminó de algún modo en aquella cafetería de aspecto triste. Se había sentado en una de las mesas del rincón, cruzado los brazos sobre ella y puesto allí su cabeza. Debido a la preocupación, se había dormido.

La madre de Chanyeol tenía una mirada triste en el rostro, pero sonrió mientras se sentaba junto a su hijo, dándole unas palmaditas tranquilizadoras en la pierna. Era una madre, y las madres conocen a sus hijos mejor que nadie. Sabía lo que estaba pasando con Chanyeol y se sentía feliz por él, pero a la vez también muy triste.

-Sabes que yo no soy de andar endulzando las cosas, así que te lo diré sin rodeos: está en malas condiciones. Necesita mucho descanso -dijo con calma, y la somnolencia finalmente abandonó a Chanyeol al asimilar esas palabras.

Está en malas condiciones.

-Mamá… ¿qué es lo que tiene Baekhyun? -Su voz era baja y tranquila, casi un susurro, y si no hubieran estado solos en medio de la noche en aquella cafetería, Hyeonjong no lo habría escuchado.

-No se supone que te diga esto porque es confidencial, pero… no suelo seguir las normas cuando se trata de mi bebé -dijo dulcemente, acariciando la mejilla de Chanyeol y haciéndolo mirarla.

-Mamá… -la urgió él a que continuara.

-Baekhyunnie fue un bebé prematuro. Según su historial, tuvo suerte de haber sobrevivido tanto tiempo, pero debido a ello, es un chico muy poco saludable. Es más propenso a las enfermedades y las complicaciones médicas en comparación a un adolescente normal. Hace tres meses, cogió un resfriado común. Si hubiera sido cualquier otro chico, como tú por ejemplo, habría seguido como un resfrío corriente, pero como dije, no está perfectamente saludable. Se agravó hasta el punto de ser casi una neumonía, y sus padres lo ingresaron aquí cuando un día colapsó en su casa, tosiendo y ardiendo de fiebre. Técnicamente ya está bien ahora, pero es peligroso que se enferme; su cuerpo no es lo suficientemente resistente -explicó ella con rapidez, observando la cara de su hijo en el proceso.

El rostro de Chanyeol tenía una expresión ilegible al escuchar las palabras de su madre. Dejó que cada detalle fuera absorbido por su cerebro y, para cuando Hyeonjong hubo terminado su explicación, estaba apretando sus puños tan fuertemente que sus palmas estaban comenzando a dolerle. Relajó los dedos e inspiró hondo.

-Mamá, ¿se pondrá bien? -inquirió, y Hyeonjong se enderezó y se acomodó el bolso.

-Claro que sí, Yeol. Sólo necesita descansar un poco.

-Mamá, ¿se pondrá bien? -Chanyeol miró a su madre a los ojos, y la mujer supo lo que su hijo quería decir.

Tomó aliento, se levantó de su asiento y llevó a su hijo con ella. Chanyeol la siguió en silencio y se dirigieron hasta el estacionamiento. Subieron al auto sin decir nada y, al encender Hyeonjong el motor, estiró un brazo para acariciar el hombro de su hijo de manera tranquilizadora. Él la miró con ojos esperanzados.

-… No me hagas responder eso, cielo, por favor -contestó la mujer en voz baja, y Chanyeol miró con tristeza a través del vidrio, hacia la ventana oscura de la habitación 506.

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