[trad-esp] Metal - Capítulo 22 || 84%

Apr 11, 2016 11:40

○ Número de palabras: 3,275



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Su mundo, al parecer, estará siempre plagado de pesadillas.


Comienza con la oscuridad cegadora que a menudo invade los sueños de Sehun. Débilmente trata de abrirse paso a través de la oscuridad, su cabeza doliendo con ¿quién? ¿Quién morirá esta vez? Sus piernas se mueven a través del aire, espeso como gelatina. Finalmente, alcanza la luz, y con ella viene un sonido que retumba desde atrás. Alguien lo está siguiendo. Se apresura a ponerse en movimiento otra vez.

Él. Es él esta vez.

No puede evitar sentirse aliviado de que no sea otra persona.

El sonido de un disparo. Otro.

Corre, le dice a su cuerpo. ¿Por qué no corres?

Otro disparo, esta vez más cerca. Detrás de él, se oye un silbido, cada vez más fuerte con cada segundo que pasa.

Un ardor en su espalda mientras la bala aterriza en su objetivo. Su último pensamiento es, ¿por qué siempre estoy corriendo?

Se despierta con el sonido de golpes repetitivos en la puerta. Viene por mí, piensa, viene por mí.

-

Tao salta hacia atrás de la encimera, la silla estrellándose contra el suelo con un fuerte ruido. Tiene medio segundo para pensarlo.

Yi Xing levanta la vista. Una décima de segundo.

Como si estuviera en cámara lenta, se paraliza. Cero segundos.

Tao lanza su pierna izquierda en el aire, apuntando a la cabeza y el cuello. Partes vitales. Tiene que golpear las partes vitales. Yi Xing responde con instinto, su antebrazo levantándose para bloquearlo, su rostro es una máscara inmutable de indiferencia. Sus ojos se encuentran en ese momento, fuego y hielo atrapados entre los anillos de sus iris.

El más rápido de su clase.

La pierna de Tao se mueve hacia atrás y estira su puño, sus dientes apretados en concentración. Yi Xing inclina su cabeza.

Entrenar es una cosa. Experimentarlo es otra. Está un poco oxidado en lo segundo.

Los movimientos de Yi Xing son fuertes y precisos. Bloquear. Bloquear. Esquivar. Tao golpea en cualquier lugar excepto en su objetivo.

Es el más rápido de su clase pero-

Su tercera patada aterriza en el lateral de Yi Xing, un golpe sólido a su cintura. Deja una satisfactoria sensación de pesadez contra el pie de Tao.

Pero no el más fuerte.

Yi Xing se tambalea, tratando de recuperar el equilibrio. Es rápido con sus pies, todo el mundo lo sabía, pero recuperarse toma tiempo. Tao aprovecha la oportunidad para patearlo otra vez, tirando a Yi Xing al suelo esta vez.

Una pequeña gota de sangre sale del labio de Yi Xing. La limpia rápidamente, sus ojos entrecerrados mientras mira fijamente a Tao de pie sobre él.

"Lo siento, Yi Xing," dice Tao antes de agarrar la cabeza del chico con una mano y estrellarla contra el suelo. No hay palabras para describir el gemido escalofriante que Yi Xing deja escapar antes de que las luces se apaguen para él.

A pesar del dudoso hecho de que Yi Xing esté ahora en algún lugar entre este mundo y el más allá, Tao sabe que no tiene tanto tiempo como le gustaría. Si Yi Xing sigue estando bajo Yi Fan, entonces ¿quién sabe quién más podría estarlo?

Se apresura a la habitación de Sehun y golpea la puerta, sus nudillos golpean la madera una y otra vez. Suena como el picoteo de un pájaro carpintero, un sonido similar al de un zumbido. "¡Sehun!" Está más que desesperado. "¡Sehun, abre la puerta!"

Pasan mil años, dos mil, tres mil, antes de que Sehun finalmente abra la puerta, lleva una manta envuelta alrededor de sus hombros. Se frota los ojos antes de sonreírle a Tao, la fatiga presente en su rostro. "¿Cansado?"

"Agotado," Tao responde rápidamente. "No tienes idea. Sehun, tenemos-"

"¿Qué?" La fatiga es sustituida con alarma.

"Tenemos que irnos. Ahora."

"Tao, ¿por qué?" ¿Por qué siempre estamos corriendo? Quiere preguntar. La pregunta envía escalofríos de déjà vu por su espalda.

"Está trabajando con él, Sehun. Tenemos que irnos."

"¿Trabajando con quién?" Las palabras salen de su boca mientras es jalado de la muñeca. El agarre de Tao es dolorosamente fuerte como siempre. La manta cae de su cuerpo. "¿Quién está detrás de todo esto?"

Tao se detiene, sus ojos desenfrenados. "Pensé... pensé que lo sabías."

Sehun niega con la cabeza. "No, yo sabía el... el... el objetivo."

Tao sigue corriendo, Sehun quedándose atrás antes de ser arrastrado por él. "Yi Fan," Tao le dice. Era -es- Yi Fan."

"No puede ser..." Pero las palabras son empujadas contra su cara por el viento cuando Tao tira la puerta y una ráfaga de aire frío los golpea. Con cada paso hacia afuera, Sehun se siente cada vez más descubierto. La chaqueta ligera que lleva no lo protege de la temperatura. Se estremece involuntariamente, el temblor llega hasta la punta de sus dedos, haciendo que Tao lo mire. De repente es jalado hacia adelante hasta que está a la par con Tao, quien envuelve uno de sus brazos alrededor de sus hombros.

Correr uno al lado del otro es bastante incómodo, pero se las arreglan.

Tao los conduce fuera del extrañamente tranquilo vecindario. Mira constantemente hacia atrás, esperando ver a Yi Xing persiguiéndolos con un arma, y la furia pintada en su rostro.

Pero Yi Xing no está allí. Y de nuevo, Yi Xing no está allí. Con cada vistazo y falta de aparición, sus latidos se ralentizan. Están bien. Están bien.

-

Sehun mira a Tao de reojo, los movimientos nerviosos de sus ojos, la aguda concentración que le pone a esa mordida de labios. No puede imaginar el estrés mental, emocional y físico que Tao debe estar reteniendo para parecer fuerte frente a Sehun.

¿Cuánto más ha estado escondiéndole Tao?

Está lleno de preguntas hoy. Todo es ¿por qué? ¿Por qué las cosas no pueden ir bien por una vez?

La respiración de Tao se acelera. El agarre del brazo de Tao a su alrededor se fortalece y Sehun se tropieza para no quedarse atrás. ¿Por qué la prisa repentina?

Mira hacia atrás, el aire saliendo de su boca en bocanadas de niebla y ráfagas de escarcha.
Cabello oscuro desordenado empujado hacia un lado, piel pálida, mirada de calma surrealista. Sus zapatos caros sonando contra el concreto. Su chaqueta volando detrás de él por la brisa.

Yi Xing. Está allí. Detrás de ellos.

Viene por ellos.

Está metros atrás, y sin embargo Sehun puede oír el click de la pistola siendo apuntada.
Miedo, terror, pánico.

Aprieta la camisa de Tao con su mano hasta que sus nudillos se vuelven blancos. Voy a morir.

-

Tao siente la mano de Sehun aferrándose a su ropa de una manera necesitada, el fuerte agarre lo trae de vuelta a la tierra. Tao quita su mano de la tela y toma la mano de Sehun en la suya; necesita algo a que aferrarse.

Doce años entrenando, y ni una sola vez ha ganado en una carrera contra Yi Xing. Había pensado que tendría más tiempo. ¡Más tiempo! Eso es todo lo que necesita.
Oh Dios. ¿Esto es todo?

"Sehun, ¿puedes seguir?" Tao tiene dudas acerca de sí mismo, pero ¿con otro chico también? Él ama a Sehun, más de lo que se imagina, sin embargo esto no está ayudando a su situación ni un poco.

Un débil asentimiento. No es mucho, pero se hace presente.

El ensordecedor silencio del aire de invierno es exasperante. Todo lo que pueden oír es el sonido de sus pies colisionando contra el suelo, y entonces-

Entonces se oye un fuerte disparo, y algo pasa volando junto a su oreja, a meras pulgadas de distancia.

Mierda. Tiene una pistola con él.

"Sehun, agacha la cabeza," Tao le ordena. Sería mejor si al menos Yi Xing no hiriera sus cabezas.

"¡Huang Zi Tao, detente!"

Esa voz que solía despertarlo a tiempo para el entrenamiento y así evitar que lo golpeen.

"¡Maldita sea, Zi Tao, deténganse o juro por Dios que-!"

El que le dio consuelo cuando estaba cubierto de moretones de pies a cabeza.

"¡-los mataré a ambos!"

¿El que llamó... amigo?

No quería tocarla nunca más, pero no tenía otra opción. Tao saca su arma del bolsillo trasero de su chaqueta, y dispara.

El arma está atrás. Recuerda esas palabras, esa voz. Pero el arma es suya ahora.
La bala se pierde en un largo tiro. Angustia. Alivio.

¿Podía soportar la culpa?

Vuelve a disparar.

Sí podía.

"Tao, mira." Sehun suena inestable. Tao mira rápidamente hacia donde el menor está señalando con su tembloroso dedo índice. Hay una multitud de personas más adelante, algunas de ellas mirando en su dirección. Probablemente a causa de los ecos de los disparos. Detrás de la multitud, una escalera hacia abajo.

"Tao, ¿es una...?"

Tao sabe que Yi Xing no puede usar la pistola aquí. No cuando ya no están en el silencio de su vecindario. No, están mucho más cerca de la civilización ahora. Una multitud dispersada, muy cerca de la ciudad.

"Entrada al metro," Tao finaliza la oración.

Una última esperanza.

Cientos de personas llenan el metro, donde el crimen podría pasar desapercibido. Es un boleto a la libertad o una escalera al infierno.

Tiene que aprovechar las oportunidades.

Una mujer los mira mientras corren con sus delgadas ropas. Sehun murmura una disculpa a las pocas personas que empujan mientras escapan, pero su voz no es escuchada. Se sumergen más y más en el mar de gente, rezando que sea suficiente para esconderlos de la vista de Yi Xing.

Tao mira hacia atrás vacilante. Sólo para verificar, se dice. No es paranoia, no, sólo para verificar.

Yi Xing está alcanzando a la multitud de personas, empujando a hombres mayores con maletas y adolescentes con mochilas. El corazón de Tao se acelera, y puede sentir que el corazón de Sehun también.

Más rápido, más rápido, más rápido. Tienen que ir más rápido.

Sus pies tropiezan por las escaleras, ambos usando la mitad de su mente para no tropezar. Si tropezaban en las escaleras, caerían. Al menos así llegarían abajo.

Tienen que luchar contra la pared de ciudadanos saliendo de la estación. Parece que pasan años antes de que finalmente lleguen al subterráneo. Tao saca la billetera de Sehun, empujando las tarjetas de plástico a un lado.

"Tercer bolsillo, atrás," Sehun le dice.

Tao encuentra la tarjeta del metro y ambos pasan, corriendo juntos a través de las barras. Mientras cruzan, la vista más aterradora de todas es ver a Yi Xing sacando su propia tarjeta, a punto de cruzar la barrera de seguridad. Nunca antes la visión de un hombre acercándose cada vez más con el más simple de los métodos había enviado escalofríos por su espina dorsal.

¿Es cruel utilizar a personas inocentes como escudo contra alguien que quiere matarte a ti y a la persona que amas? Tao decide que tendrá que reflexionar sobre ello más tarde. Por ahora, continúa empujando personas detrás de él, tal vez no tan bruscamente como le gustaría.

Por lo general, es el corazón versus la mente. Para él, es el corazón versus el corazón. ¿Las vidas inocentes o el chico que ama?

No una elección difícil.

"Sehun, colócate delante mío." Ordena, empujando rápidamente a Sehun para que corra delante suyo y no junto a él.

Sehun no sabe cómo oponerse.

Hay voces en todas partes, gritando para hacerse oír por sobre las otras. Es un ruido atronador, pero los latidos del corazón de Tao son más fuertes.

Siente el toque de una mano en su hombro y salta. Un hombre se disculpa antes de alejarse, saludando a algún familiar, y Tao se relaja un poco. Yi Xing sigue metros atrás.

Un anuncio suena a través de la estación. Hola a todos. El último tren del día está a punto de salir. Repito, el último tren de la noche está a punto de salir. El metro se abrirá de nuevo en cinco horas y treinta y dos minutos. Una vez más, el último tren está a punto de salir.

Tao sigue adelante a través del ruido. Ya ha alcanzado la plataforma. Las puertas están tan cerca. Extiende la mano y sus dedos rozan el borde de la puerta corrediza, que ya empieza a cerrarse. Sehun lo alcanza y sube tan rápido como puede con Tao justo detrás de él. Justo cuando su pie toca el suelo del tren, la puerta se cierra detrás de él con un siseo.

Tao se voltea para mirar, sin dejar que el alivio lo consuma todavía. Al momento en que se gira, ve a Yi Xing golpear el cristal con su puño. El hombre grita algo, la calma desapareciendo de su semblante, pero no puede ser oído a través de las puertas.

El metro comienza a moverse, poco a poco ganando velocidad. Yi Xing desaparece en la distancia, su silueta oscura contra la pálida iluminación de la sucia plataforma.

A salvo. Están a salvo.

Sehun colapsa contra Tao, un sollozo seco sacude su cuerpo. Hay gente mirándolos (incluso una abuela amable le ofrece un pañuelo, a lo que se niega cortésmente), pero no le importa.
A salvo. Las únicas palabras que vienen a su mente. A salvo.

Tao sostiene a Sehun con firmeza, estrujando su vida, pero al mismo tiempo tratando de traerlo de vuelta.

"Estamos bien," suspira en el oído de Sehun. "Estamos bien."

-

El suspiro que deja escapar el hombre en la otra línea no es lo que quiere oír, no es la reacción que deseaba de él.

"Yi Xing, estoy decepcionado. Realmente eras uno de los mejores que tenía."

Yi Xing hace un mohín, mordiendo el interior de su mejilla. Deseaba elogios. Deseaba afecto. Deseaba aceptación. "Lo siento, Yi Fan, realmente lo siento. Por favor, por favor, dame otra oportunidad," suplica. "Puedo lograrlo. Por favor."

"Realmente eras magnífico. Esto es muy malo."

Yi Xing se apoya pesadamente contra la pared de la plataforma, ahora vacía tras la última salida del tren. Deja salir un suspiro tortuoso, su pecho está desolado, vacío, hueco. "Los encontraré. Sin importar lo que pase. Yi Fan, sabes que lo haré."

Otro suspiro. "Desearía que pudiera ser así, Yi Xing. Desearía que pudiera ser así."

"¡No, por favor! ¡Puedo hacerlo! Creíste en mí, sé que fue así," su voz se debilita. "Puedo seguir. Puedo hacerlo. Acabaré con ellos." Sus promesas no están vacías. Yi Fan tiene que creer en él, tiene que hacerlo.

"Me tengo que ir, Yi Xing. Hay otros que pueden hacer este trabajo. Tal vez más calificados que tú."

Antes de que el hombre pueda colgar y dejarlo con los restos destrozados de su frágil corazón, Yi Xing grita en el celular, "¡Pero Yi Fan, espera! Por favor, dame otra oportunidad. Puedo-puedo hacerte sentir orgulloso. Te... te amo. Siempre te he amado."

¿Es una risa lo que oye? "Tuviste una buena racha, Yi Xing."

La línea muere.

Yi Xing se desploma en el suelo, tratando de abrazar su propio cuerpo. Desaparecer entre el polvo. Cenizas. Ser arrastrado por el viento.

¿Puede morir ahora? Le gustaría morir justo ahora.

Tuviste una buena racha.

"Pero te amo."

Más calificados que tú.

"Pero siempre te he amado."

El sonido de ese profundo suspiro.

Le grita al vacío mundo subterráneo, la ira mezclada con su voz, "Yo te amaba."

Las lágrimas no salen. Nunca lo han hecho.

Está siendo dramático. Lo sabe. Siempre ha sido parte de su personalidad. "Te amo, te amo, te amo." Dice mirando al suelo. Una y otra vez es lanzado lejos y traído de vuelta. "Úsame otra vez, bastardo." ¿Para qué intentarlo? "Cualquier cosa. Cualquier cosa en absoluto."

Queda reducido a gimoteos. "Acaba conmigo. Necesítame otra vez, y úsame, por favor." Esconde su cara entre sus manos. Protegiéndose de la realidad. "Cualquier cosa. No me importa; nunca me importó. Sólo necesítame otra vez." Se frota los ojos con fuerza.

Amargura. "Siempre ha sido él."

-

Tao ve una oportunidad cuando una pareja de escolares se baja en la primera parada. Guía a Sehun hacia los asientos disponibles, dejando que el otro chico apoye su cabeza en su hombro. Hay círculos rojos alrededor de los ojos de Sehun, pero no había derramado ni una sola lágrima durante su llanto silencioso.

"¿A dónde vamos?" Sehun le pregunta, sus dedos curiosos se aferran al brazo de Tao. Tao siente como si le hubieran preguntado eso muchas veces en las últimas veinticuatro horas. Sabe que la respuesta es difícil de encontrar.

"A la ciudad. Al centro de la ciudad. Encontraremos un lugar donde quedarnos." Tao trata de mantenerse un tanto serio mientras desliza su brazo alrededor de la espalda de Sehun para mantenerlo cerca. Tao revisa la billetera de Sehun con la otra mano, comprobando su saldo distraídamente. "No tienes suficiente efectivo. ¿Te importaría si usamos tu tarjeta?"

"¿Para qué?"

"Un hotel."

A pesar de la tensa situación, Sehun se encuentra ruborizándose. "¿Un... un hotel? ¿Para pasar la noche?" Su imaginación se descontrola, haciéndolo enrojecer más profundo.

Tao le da una mirada extraña. ¿Acaso no tiene ni una pizca de vergüenza o sigue careciendo de habilidades sociales? Sehun reflexiona sobre esto. "Por supuesto," Tao dice de una manera obvia. "Es la última opción. No podemos acudir a nuestros conocidos, es demasiado fácil de rastrear. Acudir a las personas más cercanas a nosotros es... un deseo suicida. Para ti y para ellos."

Hola a todos, el sonido amortiguado del anuncio los sorprende. Una voz de mujer les dice, Esta es la última parada de la noche. Todos deben bajarse en la siguiente parada. Repito, esta es la última parada de la noche. Gracias. Tengan una noche segura.

El metro se detiene con un poco de agitación y Tao le hace señas a Sehun para que se levante.

"Nos mezclaremos con la gente," le dice a Sehun.

"¿Porque parecemos una pareja de jóvenes teniendo una cita de noche?" Sehun dice suavemente, tratando de aligerar un poco las cosas. En secreto, no puede creer que haya dicho eso.

Tao había querido decir porque hay una gran multitud, pero le gusta más la explicación de Sehun. Mucho mejor. Envuelve su brazo alrededor de los hombros de Sehun casualmente, ambos sintiéndose un poco fuera de lugar y muy cómodos con la posición. Besa la frente de Sehun, dejando una marca cálida sobre la piel fría.

"Sí. Creo que es por eso."

Pasear por la ciudad es una vista hermosa. Las luces de los edificios brillando en el aire nocturno, los sonidos de los puestos callejeros, la gente charlando en las aceras y la fuerte música de las pequeñas tiendas. Los olores de carne siendo asada y un poco de alcohol. Este es el centro de la ciudad, un lugar que nunca duerme.

"¿Está bien estar al aire libre como ahora?" Sehun pregunta. Mantiene su voz suave, todavía asustado. Todavía preocupado.

"No," Tao responde con honestidad. "Pero podemos ser precavidos." Otro beso en la frente.

"¿Tao?"

"¿Sí?"

"¿Vamos a estar bien?"

"¿Qué quieres decir?"

"Vamos," Sehun traga saliva. "¿Vamos a lograrlo?"

Tao asiente. "Sí. Por supuesto."

Sehun puede sentirlo. Tao puede sentirlo. Las páginas en blanco detrás de esas palabras encubiertas.

Sehun inclina su cabeza para besar los labios de Tao, quien le devuelve el beso de una manera ávida. ¿Amor? ¿Había estado equivocado? ¿Cuándo obtendría esto de nuevo?
En el contacto, Sehun recuerda el deseo que tenía. Antes, cuando eran felices. Cuando todo era simple. Un día después de su primera salida de compras, había deseado escuchar a Tao mirar hacia abajo y decir-

"Recuerdo cuando compraste esas zapatillas," Tao apunta hacia abajo y sonríe.

Sehun puede sentir las lágrimas viniendo. Tira de Tao para darle otro beso. Sólo uno más por hoy, se dice, aunque sabe que no es verdad. "Yo también."

Capítulo 21.- 78% || Capítulo 23.- 87%

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