¤ Historia: ¿Sólo Amigos?
¤ Claim: Leonard+Edwin (y una colada).
¤ Palabras: 727.
¤ Advertencia: Se supone que esta situado dentro de lo canon (?), así que tiene leves spoilers de la mitad (?). Disculpen la mala ortografía (echa a propósito) en una parte. Es que los Borrachos no hablan precisamente bien.
¤ Notas: Leo se lleva bien con Edwin, pero no tanto como para hablar de cosas privadas.
¤ Resumen:
La soledad no es buena. Sólo provoca que te hundas más y más.
En la oscuridad de su habitación, sintiéndose el ser más patético de todo el Colegio, aunque estaba seguro que en aquellos instantes lo era de toda la ciudad y completamente solo se encontraba Leonard, sentado en el suelo, recargado en el borde de su cama. A su lado, y firmemente agarrada por su mano, se encontraba una botella de Tequila semi-nueva. Leo nunca tomaba Tequila solo, pero ese día se encontraba demasiado dolido como para notar ese hecho.
Se sirvió un nuevo trago, lo bebió de un jalón, haciendo solamente una mueca. Echó su cabeza hacia atrás, recargándola en la cama y soltó un suspiro, mirando el techo. Ya había pasado una semana desde que él y Jo no se hablaban y definitivamente las cosas iban de mal en peor. Ella se había aislado completamente y estaba seguro que eso era culpa suya. Él era el causante que la persona más sociable de todo el Colegio Togwell se hubiera convertido en la más antisocial y solitaria chica que pudiera existir. Pero no podía hacer nada, si intervenía las cosas se pondrían peor. Bebió esta ocasión directo de la botella y soltó un golpe al suelo sin importar que pudiera lastimarse.
Todo aquello apestaba. Cuando más necesitaba de alguien con quien poder desahogarse y que le diera consejos para superar eso no podía contar con nadie, porque la única persona que podría ayudarlo era quien más le odiaba en esos instantes. Rogaba porque aquella situación terminara pronto y así volvieran a la normalidad, quedando ese tiempo como un mal recuerdo.
Escuchó que la puerta de la habitación se abría y al voltear se encontró con Edwin, quien se recargó en la puerta y lo miro con algo de dificultad entre las penumbras.
―Te ves terrible ¿sabías? ―dijo con una débil sonrisa, entrando al cuarto y dejando la puerta semi-abierta. Edwin se sentó al lado de Leo y este pudo notar que no parecía estar bien―. Me imagine que estarías aquí.
―¿Me buscabas por algo en especial? ―preguntó y comprobó que no estaba tan mareado como quería.
Edwin observó la botella y se la quitó, dando un largo trago a la misma, haciendo que Leo lo mirara con la ceja arqueada. Ed lo vio y se encogió de hombros al regresarle la botella.
―No eres el único que tiene problemas en este momento.
―Oh... ya. Estamos en el club de los sufridos en este instante. Bien, que comience la sesión y que nuestro dolor nos embargue ―alzó la botella y murmurando un leve Salud dio otro trago. Edwin asintió con un Salud por eso y le quitó otra vez la botella, dándole un nuevo trago.
Así duraron varios minutos, sin decir nada y sentados en el suelo, intercalándose la botella hasta dejarla casi vacía. Cuando ya no hubo más de ese líquido vital Leo volteó a ver a Edwin y le pico el hombro con un dedo. Este le miró parpadeando un poco.
―¿Por...? ―Leo hizo una pausa, dándose cuenta que ahora si estaba medio borracho― ¿Porrr qué vinissste?
Edwin lo miró y luego al techo, pero aquella idea fue mala, porque andaba en el mismo estado que su amigo, así que se llevó una mano a la cabeza al sentir que se había mareado.
―Aisssha me dijo... dijo que andaabas acá ―Leo rió un poquito, Edwin solía alargar las letras cuando andaba en ese estado― Imaaginé el porrrqué y ocopa...ba copanía.
Leo asintió y luego se tomó la cabeza con ambas manos. Definitivamente hacer aquello era una pésima idea.
―Pábsefico ―murmuró y Edwin apoyó su mano en su hombro, dándole la razón.
Y se quedaron otro rato callados. Sabían que, aún estando borrachos, no podían contarse sus pesares. Eran amigos, si, pero había cosas que sólo se podían contar a personas en específicos y ellos no lo eran.
En ese momento, y sin que ninguno de los dos se diera cuenta, Circe caminaba por el pasillo, retirándose de ese lugar. Iba sonriendo mientras anotaba algo en una libretita. Había ido a comprobar si era verdad el rumor sobre que la pelea entre Leo y Jo era sería, pero se había llevado algo mejor. Ahora tenía con que entretenerse y es que ¿Desde cuando los más populares de la escuela sufrían como para emborracharse así? Rió, sabiendo que, fuera lo que fuera, resultaría muy divertido. Al menos, para ella.