"COMO EL VIENTO DE PONIENTE"
De niño no me gustaban los libros ni las sotanas
ni salir en procesión,
era tan desobediente como el viento de poniente,
revoltoso y juguetón,
en vez de mirar pal cielo
me puse a medir el suelo que me tocaba de andar,
y nunca seguí al rebaño,
porque ni el pastor ni el amo eran gente de fiar,
como aquel que calla, otorga,
y
(
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