Albus ladea la cabeza, con las manos hundidas en la cazadora.
Le habla a Dave, el hermano de Alexa, que está sentado fuera de la tienda de campaña con unas rayban negras que no cubren ni su ceño fruncido ni mucho menos su cara de pocos amigos.
Lo que sí cubren las gafas son los ojos cerrados de Dave, que los abre cuando oye la voz de Albus Severus (ha venido ya tantas veces en dos días que lo reconoce). Tarda un poco en responder porque lo está mirando de arriba a abajo cambiando la cara de mala leche por una de extrañeza. Porque Albus Severus no parece Albus Severus, sino más bien...
Albus no sabe a qué prenda exactamente se refiere Dave, pero da igual porque todo lo que lleva es de Teddy. Desde la cazadora de los Rolling Stones, pasando por la camisa de cuadros, hasta las converse grises gastadísimas, sin dejarse por el camino los vaqueros grises. Incluso la ropa interior es de Teddy.
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Albus ladea la cabeza, con las manos hundidas en la cazadora.
Le habla a Dave, el hermano de Alexa, que está sentado fuera de la tienda de campaña con unas rayban negras que no cubren ni su ceño fruncido ni mucho menos su cara de pocos amigos.
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-¿Eso no es de Teddy?
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Albus no sabe a qué prenda exactamente se refiere Dave, pero da igual porque todo lo que lleva es de Teddy. Desde la cazadora de los Rolling Stones, pasando por la camisa de cuadros, hasta las converse grises gastadísimas, sin dejarse por el camino los vaqueros grises. Incluso la ropa interior es de Teddy.
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En cualquier caso, tampoco es como si le importara mucho.
-Alexa, ha venido Albus Severus Potter. Otra vez.
Sí, definitivamente hasta los pantalones son de Teddy.
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