{trad. español} Default State Of Being - Capitulo 5.

Jan 22, 2014 23:11



Numero de palabras: 4,590
BETEADO POR LA MEJOR yue_kissys como siempre digo, sin ella no seriamos nada <3 Y les aviso que pronto estaré traduciendo Not Intended mi Baekyeol favorito de la vida (?) Bueno eso, gracias a todos los que siempre leen y a los que comentan, disfruten la lectura :)

cinco;

Las manos de Jongin presionaban la espalda baja de Kyungsoo sujetándolo para levantarlo, mientras los brazos del mayor temblaban por el esfuerzo de intentar mantenerse en posición vertical, pero con cada embestida que recibía, todo se hacía cada vez más difícil. Jongin estaba acostado y Kyungsoo montado encima de él, dándole la espalda, por lo que podía verse a través del espejo frente a él. Apoyado sobre sus brazos al mismo tiempo que Jongin lo penetraba sin parar, mostraba un maravilloso ángulo de cómo se impulsaba con las piernas y algunos gemidos desesperados escapaban de su garganta.

Todo lo que quería era lanzar su cabeza para atrás por el fuerte impacto que recibía, pero tampoco quería apartar su mirada del pene de Jongin deslizándose dentro y fuera de su cuerpo. De pronto, el momento se intensificó, lo cual resultaba mucho mejor. Sus muslos empezaban a arder y su pie se deslizaba lentamente por las sábanas. No tenía fuerzas para impedir o hacer que quien ahora lo penetraba fuera de ritmo, se detuviera.

De todos modos, nada de esto le importó, porque luego de unos cuantos chasquidos fuertes Kyungsoo llegó, logrando tirar su cabeza atrás mientras que Jongin todavía se movía. Sentía una leve contracción en sus piernas cada vez que era penetrado y lo hacía gemir en cada una de ellas. Estaba tan sensible y sus extremidades tan agotadas que, joder, ya no daba para más.

Luego de un instante, finalmente Jongin llegó, gimiendo el nombre de Kyungsoo ásperamente mientras sus caderas temblorosas trataban de calmarse. Kyungsoo estaba por caerse pero no puso resistencia, por ello, su sudada espalda aterrizó contra el pecho de Jongin. El intenso calor de sus muslos se aliviaba de a poco y su cuerpo quedó con cero energía, pese al incómodo líquido en su vientre que posiblemente también estaría en las sábanas, no quiso hacer otra cosa más que descansar en esa posición y perder el conocimiento.

Estuvieron acostados por varios minutos, el aire empezaba a enfriar su piel haciéndolo tiritar. Dejó salir un gemido en señal de protesta cuando Jongin cambió de lugar, poniendo a Kyungsoo en la cama mientras se retorcía debajo de él.

―Estoy preocupado por ti.

La cabeza de Kyungsoo se movió en dirección a Jongin. Ésta conversación no era apropiada luego de tener sexo ―¿Qué? ―dijo con voz entrecortada.

Jongin estaba de pie a un lado de la cama, sosteniendo una toalla para que pudiera limpiar su estómago ―Estoy preocupado ―Jongin se deslizó en la cama, optando por limpiar a Kyungsoo en lugar de que él mismo lo haga.

―¿Por qué?

―Aparte de Baekhyun y de mi, ¿con qué otras personas sueles relacionarte? No me presentaste a tus amigos.

―Y nunca lo haría ―espetó Kyungsoo.

―¿Así que realmente los tienes?

Kyungsoo lo fulminó con la mirada. A decir verdad, aparte de su editor quien se las arreglaba para un tomar café o almuerzo rápido y ocasional con él, realmente no tenía alguien más. En cierto modo no era algo que le importase mucho. Si por él fuera, tendría más amigos y saldría con ellos. Pero estaba satisfecho con la cantidad de personas dentro de su vida. Porque cuantas más personas conocía, las probabilidades de encontrar a alguien con el que no quisiera ser cercano aumentarían, y las cosas se volverían incómodas. Por ello estaba satisfecho de habitar tal cual en su territorio de comodidad, lo que para él era perfecto.

―Deberías tener una mascota.

Kyungsoo resopló.

―Los peces son aburridos. Los gatos son... no. Necesitas un cachorrito.

Jongin tiró la toalla a un lado y apoyó la barbilla sobre el pecho de Kyungsoo quien tenía los ojos puestos en el techo.

―Cachorritos no.

―Oh, vamos. ¡Necesitas un compañero leal!

―Los perritos son como pequeñas putas que necesitan atención y no necesito otra que acapare toda la atención en mi vida. Eres todo lo que necesito controlar.

―Cómeme.

Kyungsoo rió y pasó sus dedos distraídamente por el cabello húmedo de Jongin. Jongin se inclinó y le dio un beso en los labios, cálido, suave y dulce. El corazón de Kyungsoo saltó en pequeños latidos.

―Vete a dormir ―murmuró Kyungsoo contra sus labios.

Para la vida que hasta ahora llevaba, Kyungsoo no lograba entender cómo es que había perdido el control de la situación. Y para cuando Jongin apareció en su casa lo último que esperaba, era verlo sacar un perrito de su chaqueta y prácticamente empujarlo en la cara de Kyungsoo con una sonrisa pegada en sus labios. Estaba bastante seguro de que sus palabras exactas al verlo fueron: ―Oh mierda, no ―pero de alguna manera, ese no fue impedimento para que Jongin entrara corriendo con el cachorro en la mano al tiempo que el mayor intentó detenerlo y falló.

―No. No. NO.

―¡Pero mira su carita! ―dijo Jongin sosteniendo al perrito al nivel de su cabeza mientras agitaba una de sus pequeñas patas y hacia un puchero ―¿Cómo puedes resistirte?

―Toma. . .eso ―dijo Kyungsoo mientras señalaba al animal ―Y sal de mi apartamento. Ahora.

―No ―Jongin giró en un pie dirigiéndose hacia la cama, acunando al perro en sus brazos. Kyungsoo sintió una pequeña oleada de pánico amenazando con surgir.

―No tengo tiempo para esto ―se quejó el mayor dejando escapar un suspiro. No sería novedad que acabara frustrado a causa de Jongin. Miró cautelosamente al par sobre el sofá, Jongin con perrito suspendido en el aire y canturreándole como si fuera la cosa más maravillosa del mundo. Escena que lo hizo estremecer.

Finalmente decidió que lo mejor era ignorar al par, Kyungsoo dejó de doblar la ropa y tomando la canasta de la mesa, se trasladó hasta su dormitorio para no tener que quedarse en el cuarto. No creía poder aguantar más al ver a Jongin hablando como un bebé. No pasó mucho tiempo para que éste lo siguiera y felizmente, no llevó al animal con él. La camisa fue arrancada de los dedos del mayor antes de encontrarse con la boca de un insistente Jongin. Kyungsoo dejó escapar una sorda protesta que murió en algún lugar, dejando que el otro hombre estuviera muy cerca, besándolo apasionadamente.

―Tengo que ir a trabajar ―dijo Jongin tan pronto como dejó la boca de Kyungsoo.

―Llevarás al cachorro contigo, ¿verdad?

Jongin lo miró un momento antes de hablar ―Eres como la esposa gruñona que nunca quise tener ―y luego, le dio unas palmaditas en la cabeza condescendientemente antes de darse la vuelta y salir, Kyungsoo abrió la boca completamente indignado. Sacudió la cabeza y continuó doblando la ropa, rutina diaria que lo ayudó a volver a la normalidad luego de la grotesca interrupción.

En algún momento entre abrochar los jeans y doblarlos a lo largo del pliegue escuchó un pequeño ruido que en medio del tranquilo lugar, era casi imposible no notar. CASI ―Oh no ―susurró, lanzando el par de pantalones en la cama sobre el otro montón de ropa. ―No, no, no, no, no ―canturreó la palabra una y otra vez, esperando que al decirlo haya sonado lo suficientemente considerable para tener un impacto sobre cómo manejar el asunto. Entonces, salió de un tiro dirigiéndose a la sala, tenía los pies fuertemente aferrados a la alfombra con el fin de no dejarlo escapar.

Bueno, eso no funcionó. Porque fue recibido por un cachorro de ojos grandes sentado en su sofá, SU SOFÁ, donde aparentemente Jongin lo había dejado. El pequeño ladrido que había oído antes fue seguido de uno más fuerte, Kyungsoo dejó escapar uno de sus más frustrados gemidos. Jongin era hombre muerto. Y ahora, congelado en el lugar, no podía apartar los ojos de la pequeña bestia que empezaba a dar vueltas sobre el cojín haciendo ruidos mucho más incómodos, uno que otro sonaba como un ladrido pequeñito en vez de un grito.

Kyungsoo estaba a punto de volver a entrar en pánico, porque sabía absolutamente nada acerca de cómo tratar a un animal. Nunca había tenido una mascota cuando niño, las alergias de su madre lo obligaron a abandonar el sueño de tener uno hace mucho tiempo. Por ese motivo fue que no volvió a pensar en ello hasta que salió de la casa de sus padres para irse a vivir solo. Y ahora está aquí, frente a un cachorro sobre su sofá, su corazón late con fuerza, lo suficientemente fuerte como para escuchar la sangre fluyendo en busca de la salida a toda ésta situación.

Mientras lo observaba dar vueltas, patéticos aullidos resonaban en sus oídos, tuvo que admitir a regañadientes que era lindo, su pequeña cola marrón moviéndose adelante y atrás además de sus pequeñas orejas encogidas. Dejando escapar un profundo suspiro, Kyungsoo se acercó y tentativamente alzó al pequeño bulto de piel, balanceándolo en sus brazos. Fue sorprendido por un par de ojos grandes y una mirada que estuvo a punto de hacer que su corazón se derritiera. Fue el pequeño gemido que soltó el cachorrito cuando Kyungsoo rascaba ligeramente tras de su oreja lo que hizo que volviera a acunarlo cerca a su pecho, una sensación de calidez lo envolvió mientras que una sonrisa se extendía en su cara.

―Acaso no eres un lindo... ―Kyungsoo inspeccionó al cachorro ―¿eres hembra?

Era una juguetona bola de felicidad saltando alrededor, finalmente el hombre la liberó de su agarre por estarse moviendo constantemente. Y al margen de negarse admitir que la idea de Jongin fue buena, tenía una sonrisa embobada en el rostro por estar jugando con su nueva mascota, su primera mascota.

Dejando la ropa arrugada, algo que más tarde lamentaría, el hombre envolvió cuidadosamente al cachorro en una vieja bufanda antes de salir con ella. Caminó en dirección a la tienda de mascotas más cercana porque tenía nada y necesitaba todo. Estaba agobiado por no decir menos, había gran variedad de artículos, y terminó comprando demasiados, pero no se lamentaba de ello. Ahora está cargado de alimento para cachorro, cuencos de agua y comida, juguetes y golosinas, varios collares pequeños porque no podía decidir cual le gustaba más, suéteres de colores para que no tuviera frió y que combinaban con todo los collares, una correa y por si fuera poco, una cama muy grande en tono rosa para que durmiera plácidamente.

Una vez que volvieron al calor de su apartamento Kyungsoo arrastró la mesa de café hasta la ventana más cercana. También llevo una escalera y la puso junto a la mesa. Dejó la gran cama rosa en la parte superior, hizo un camino de croquetas desde la escalera hasta la cama. Tomó varios minutos, pero el cachorro logró descubrirlo, girando varias veces antes de establecerse en la esponjosa superficie. Y Kyungsoo sonrió.

Luego de llevarla al cuarto de baño y volver a la habitación, Kyungsoo quedó en shock. Jongin estaba en su apartamento, tumbado en el sofá con los ojos pegados a la televisión.

―Estás en mi casa ―acusó el mayor, agarrando al cachorro en su pecho.

―¿Qué comes qué adivinas? ―dijo Jongin arrastrando las palabras y sonriendo mientras se daba cuenta del perro en los brazos de Kyungsoo ―Se supone que deberías decir algo como '¿Qué tal estuvo tu día cariño?'. Fue un infierno, muchas gracias, sólo quiero acurrucarme.

Kyungsoo resopló burlón, desabrochando la correa y dejando al cachorro en el suelo, mirando como tropezaba con sus propias patitas camino al cuenco de agua ―¿Los niños pequeños te golpearon otra vez? ―preguntó con falsa preocupación, lo que le valió una intensa mirada del más joven ―No tengo compasión, lo sé, ahora pon mi llave de repuesto donde estaba.

―¿Ya le pusiste nombre? ―preguntó casualmente, ignorando por completo la orden que le había dado.

―¿Qué te hace pensar que me quedaré con ella? ―escupió Kyungsoo, todavía enojado por la audacia de Jongin de dejar al cachorro en su sofá.

―Tienes una cama de perro color rosa. Kyungsoo, color rosa. ROSA.

―Para mí es un color decente.

―Eres TAN gay.

―Lo dice el hombre que me usa como su parque de diversiones personal ―se quejó, finalmente despojándose de su abrigo y quitándose los zapatos. Y para cuando dio la vuelta Jongin estaba frente a él, envolviendo sus cálidos brazos alrededor de su cintura y enterrando la cara entre su cuello y hombro ―De acuerdo, eso no fue justo ―sin saber porqué, no alejó a Jongin y en su lugar deslizó sus manos hacia arriba y abajo por sus costados antes de abrazarlo de vuelta. Jongin se estaba convirtiendo en una debilidad, una que hizo al mayor tragar saliva sobre el nudo recién formado en su garganta.

Pequeños besos fueron salpicados a lo largo de la piel visible de su hombro y cuello, enviando escalofríos por la espalda de Kyungsoo que nada tenían que ver con el ambiente de baja temperatura. Jongin avanzó y arrastró al mayor hasta hacerlo chocar contra la pared, acercando un muslo y dejarlo entre sus piernas. Los besos empezaron a convertirse en pequeñas mordidas, forzando a que el escritor dejara escapar un gemido mientras movía sus manos enredándose en el pelo de Jongin. El joven presionó sus cuerpos bruscamente haciéndolos gemir, Kyungsoo tiró la cabeza chocando contra la pared.

Entonces vino un pequeño ladrido y unas pequeñas patas sobre su calcetín. Movió sus manos sobre el pecho de Jongin y lo empujó para poder agacharse y recoger a la adorable y tierna pequeñita que ahora exigía su atención. Kyungsoo se alejó con ella en brazos, ignorando por completo a Jongin, abriéndose paso hacia el montón de juguetes tirados sobre la cama.

―Tienes que estar bromeando ―Jongin bufó.

Finalmente, Kyungsoo elevó sus ojos y lo miró, con una sonrisa en sus labios, arreglándoselas para tener todo bajo control ―Deberías irte.

Tomó un minuto para que Jongin respondiera ―¿Estás cambiándome por un perro?

―Ella me necesita más que tú ―y para perpetuar su punto de vista, la levantó y la puso a la altura de su cara, otorgándole un puchero juguetón mientras ella se retorcía.

―¡Esto es una locura!

―No seas dramático.

Con un resoplido y un montón de maldiciones entre dientes, Jongin se fue y aunque no era el resultado que había previsto desde el principio, Kyungsoo se sentía decepcionado de que no le insistiera dándose por vencido fácilmente.

Jongin apareció al día siguiente antes de mediodía, en un intento de llevar a Kyungsoo hasta la habitación, no ganó más que enfurecer al mayor. Y con un brusco impulso fue sacado de la habitación mientras Kyungsoo intentaba lidiar el por qué se encontraba molesto con algo tan normal como era el jodido de Jongin. Miró al cachorro aún sin nombre y suspiró, inclinándose para rascar su cabecita y dejó que los pensamientos del maravilloso moreno lujurioso, se perdieran de momento.

Si bien sus conflictos mentales no eran de ayuda, la ducha hizo que relaje todo su cuerpo de tal forma que Kyungsoo se sentía renovado, luego tiró de una camisa poniéndosela y sonrió en cuanto vio a su pequeña niña saltando sobre la cama. Claro que existían reglas y debería enseñarle, pero se encargaría de eso más tarde. Así que saltó sobre la cama para estar junto a ella, el mayor la levantó manteniéndola en el aire cariñosamente. Le llamó la atención algo que brillaba alrededor de su cuello, un pequeño círculo que adornaba su belleza y que no había visto antes. Se sentó, acercándola más para revisar y...

―¡JONGIN! ―gritó todo indignado.

―¿Me llamabas? ―vino el divertido acento en la voz de Jongin al igual que su cabeza apareciendo ante su vista.

Con los ojos entrecerrados y una mueca en los labios, Kyungsoo miró al intruso que obviamente hasta ahora no había devuelto la llave. Lo cual, aún era motivo para estar bastante molesto con él, pero ni eso se comparaba con el hecho de que había puesto una etiqueta en su perro con el nombre de "Bloquea pollas" impreso en ella ―Profanaste a mi niña ―espetó.

―Para nada. Además, necesitaba un nombre y opté por la opción correcta.

―¿Qué de correcto le ves a eso?

―¡Que me has cambiado por ella!

―Sólo fue un día...

―Dos.

―Como mucho, 36 horas.

―¡Estoy sufriendo!

―Oh no, aún no has experimentado el dolor.

―Oh mierda ―dijo Jongin mientras Kyungsoo dejaba al perro en la cama y se abalanzaba sobre él. Trató de esquivarlo pero el mayor no se quedaba atrás, tenía una venenosa mirada en sus ojos. Lograron dar la vuelta a la cocina un par de veces antes de que Jongin cometiera el error de mirar hacia atrás y tropezar con sus propios pies perdiendo el equilibrio y estrellándose contra el suelo, rápidamente rodó sobre su espalda para defenderse del inminente ataque. Kyungsoo logró montar sobre su estómago en cuestión de segundos, con los puños golpeando el pecho de Jongin una y otra vez. Y al margen de lo enojado que estaba no había fuerza en sus golpes, luego de unos segundos Jongin se detuvo, dejando caer sus brazos a los costados, relajándose.

―Te odio ―dijo finalmente un Kyungsoo sin aliento, quedándose quieto con los puños cerrados en la camisa de Jongin.

―Entonces ¿el nombre no te gustó?

―Es abominable.

Y sin alguna advertencia, el perrito yacía sobre el pecho de Jongin, moviendo su cola y lamiendo a lo largo de su mandíbula. Kyungsoo suspiró apartándose del cuerpo del otro hombre, y aunque su respiración martillaba contra su pecho, su corazón lo hacía mucho más.

Terminaron en el sofá, evaluando los posibles nombres para el cachorro que ahora dormía entre ellos.

―Cualquier nombre es aceptable mientras no tenga relación con el mío, porque NO SOY una perra.

Kyungsoo resopló rodando los ojos. Por supuesto que lo era.

―Además, intentemos evitar todo nombre odiosamente gay como Ángel, Manoplas o Princesa ―Jongin lo miró con suspicacia y Kyungsoo no pudo evitar ruborizarse un poco al darse cuenta de que había pensado en ella como su pequeña princesa.

Finalmente coincidieron en nada y por el momento, dejó a regañadientes que Kyungsoo llamara al cachorro BP.

Kyungsoo lidiaba consigo mismo, una parte de él quería ceder ante Jongin y simplemente dejar que lo llevara a la cama para tener una o tres increíbles rondas de sexo en el momento que entre al apartamento, porque la llave, aún estaba en su poder. Luego estaba esa otra parte, la parte que no quería reconocer y que le impedía hacer precisamente eso, por estar pensando en Jongin más y más como una persona en lugar de alguien que sólo ayudaba a liberar de su tensión física. No es que Kyungsoo no lo veía como un individuo, pero su mente creó dos Jongin.

Jongin es Jongin, siempre altivo, con esa actitud en la cara que acapara toda la atención, su personalidad ruda, y su cuerpo diseñado para ser mirado y admirado. Pero Jongin también es Jongin, un hombre que adora la vida y sonríe dulcemente a los niños que enseña danza cuando va a trabajar, solloza en silencio viendo películas románticas y aplaude infantilmente cuando señala alguna tienda de juguetes. El primer Jongin está preparado para controlar, pero el segundo, amenaza con tomar de improviso su corazón y simplemente no puede darse el lujo de que suceda. Así es como el segundo Jongin va dentro de una caja, sepultada para ser olvidada y de esa forma Kyungsoo pueda enfocarse en la parte del hombre que puede controlar sus sentimientos. Y en el caso de que ambos Jongin se junten, Kyungsoo estaría absolutamente jodido. Estaría enamorado.

Así pues, ahora tambaleaba en una peligrosa cornisa emocional, la seguridad de las cosas siempre lo han mantenido con los pies en la tierra, pero el pensamiento de "y que pasaría si" le hace querer inclinarse hacia lo desconocido. Y la idea no le gusta.

Además, el estúpido de Jongin no ayuda con la decisión de presentarse todos los días para salir a correr por el parque con Kyungsoo y BP en vez de continuar con sus avances para el libro. Esa es la parte que lo confunde más.

Había una bola de tensión sexual alojándose al fondo del estomago de Kyungsoo llevándolo casi al borde, pies brincando sin parar re-leyendo la misma frase por séptima vez. Se movió en su silla, tratando de acomodarse porque todo el puto día le resultó algo difícil y su cerebro no hacía más que atinar a empeorarlo, distraído en sus pensamientos por causa de Jongin. A éste punto no podía hacer más que esperarlo porque sabía, SABIA, que Jongin aparecería pronto.

Muy a su estilo, no pasó mucho tiempo antes de que oyera el sonido de unas llaves abriendo la puerta de su apartamento. Si hubiera estado más atento se habría dado cuenta de que a diferencia de toda las veces, ahora, Jongin había colgado su abrigo en lugar de tirarlo en el sofá como de costumbre. Sólo que Kyungsoo no estaba prestando atención, desconcertando a Jongin en el momento que unió su cuerpo al suyo cuando todavía estaba en la puerta. Una pequeña parte de su mente le hizo recordar que éste deseo no era completamente relacionado con sexo, por lo que procedió a ignorarlo, tirando de Jongin para darle un fuerte beso. No tenía tiempo para ceder a la razón cuando las manos de Jongin estaban en su piel, tirando y botando la ropa hasta quedar en el dormitorio completamente desnudos.

―Cierra la puerta ―dijo, arreglándoselas para respirar contra los labios de Jongin. El más joven extendió un brazo para empujar la puerta negándose a abandonar su agarre de Kyungsoo. Estaba tan duro y el mayor sentía como si fuera a explotar por todo el calor corriendo bajo su piel, si tan sólo Jongin se apresuraría de una puta vez.

Siendo casi lanzado a la cama, podría haberse ruborizado de vergüenza en éste punto pero todo lo que ahora podía hacer era concentrarse en Jongin arrastrándose contra él antes de presionarlo con fuerza en la sensible parte superior del cuerpo de Kyungsoo. El escritor gimió, con la cabeza hacia atrás y los dedos desapareciendo en el pelo de Jongin con los labios pegados a su cuello antes de que sus dientes se hundieran en la piel. Perdió el control y sus caderas se levantaron instintivamente, frotando su pene contra el de Jongin fuertemente y enviando una ola de placer para ambos, repitió ésta acción una y otra vez. Kyungsoo tomó aire dentro y fuera de sus pulmones lo más rápido que pudo mientras mantenía los ojos cerrados, sus manos tirando del cabello de Jongin y su cuerpo retorciéndose por más, más y más.

Envuelto en su propia euforia, Kyungsoo jadeó por la repentina aparición de un frio dedo presionando dentro de su culo, moviéndose lentamente por dentro y fuera, en completo reclamo de lo mucho que quería esto. Empujó un dedo lubricado en el intento de hacer que se mueva más rápido. El estiramiento y ardor fueron secundarios en comparación con la necesidad de tener a Jongin dentro de él, sus piernas se separaron aún mas y arqueó la espalda para intensificar el rose de sus penes acelerando el deslizamiento. La frustración manaba de él peor que sudor, Jongin añadió un tercer dedo, expandiendo el ancho y obligándolo a gemir insensiblemente con cada movimiento. Era demasiado, pero aún no lo suficientemente rápido.

―Maldita sea Jongin, sólo fóllame ya ―exigió Kyungsoo agarrando su mano alejándola de su culo. Jongin obligado, se sentó el tiempo suficiente como para rodar el condón y lubricar su miembro antes de que Kyungsoo lo arrastrara devuelta, levantando las piernas y envolviéndolas alrededor de su cintura.

Kyungsoo abrió la boca, sus dedos arañaban desesperadamente la espalda de Jongin deslizándose lentamente sobre él y, oh dios, cómo había extrañado esto. Incapaz de estar quieto, movió sus caderas hacia arriba dejando que el aire de sus pulmones respiren agitadamente mientras la excitación corría a través de él como una droga. Jongin comenzó a moverlo contra él, induciéndolo a gemir tirando más de sus caderas. Kyungsoo estaba a punto de rogarle que acelerase el ritmo, pero en lugar de eso, en ese momento Jongin optó por golpear el culo del mayor con tanta fuerza que hizo rodar sus ojos, provocando una oleada de calor anudándose en su estomago. Su otra pierna de deslizó hasta la mitad de la cama, pero su atención fue desviada por el ritmo casi brutal del empuje recibido.

Renunció al control sobre el pelo de Jongin para poder agarrar la parte posterior de los muslos de este, tirando de ellos hacia adelante más y más fuerte. Todo en su mente, era confusión, la fuerte respiración en sus oídos y su cuerpo, sudando por el excesivo calor, obtuvo demasiada fricción pero aún necesitaba más. Las caderas de Jongin estaban golpeando bastante fuerte contra su culo hasta el punto de dejar moretones, lo cual le encantó, y entre gemidos y rasguños, no paró en suplicarle ir más rápido y fuerte.

Una curiosa sensación le golpeó repentinamente, era desconocido y tan inesperado que dejó su pie colgado y temblando. Volvió a sentirlo y su gemido se convirtió en una pequeña risita. Jongin no pareció darse cuenta. Kyungsoo intentó levantar la pierna hasta la cama, pero tenía mucho sudor por lo que simplemente volvió a deslizarse. Lo que sea que fuera estar rosando con su pie, le hacía cosquillas, su estomago se tensó al intentar no reírse. Fue contradictorio, no podía contenerse por mucho tiempo, así que inevitablemente comenzó a reírse mientras era penetrado fuertemente por Jongin. La voz se le quebró y su musculatura tensó involuntariamente.

El más joven se inclino a reclamar la boca de Kyungsoo en un acalorado beso, mordiendo su labio inferior antes de deslizar su lengua dentro. Kyungsoo trató de concentrarse una vez más, las caderas y muslos elevándose temblorosamente ante el esfuerzo de intentar mantener el ritmo. Jongin seguía besándolo cuando volvió a sentir cosquillas en su pie y terminó riéndose en la boca del otro hombre a pesar de hacer su mejor esfuerzo por evitarlo.

―Maldición, Kyungsoo ―gruñó, con los dedos sujetando las duras caderas del mayor y sus embestidas haciéndose cada vez más irregulares.

No faltaba más que unos cuantos golpes alrededor de su pene por parte de Jongin antes de que Kyungsoo se viniera fuertemente, su cuerpo tensándose y arqueando la espalda, llenando su estomago de cobertura blanca. Y en medio del orgasmo, volvió a sentir el cosquilleo en los dedos de su pie, dejando escapar una risa culpable. Sintió frustración de no poder creer que su orgasmo haya sido interrumpido, pero fue distraído por un Jongin que aún seguía empujando con fuerza, con su cara enterrada en el cuello de Kyungsoo, su aliento caliente rozando contra su piel cubierta de sudor, enviando un temblor a través de su cuerpo híper sensible. Sus músculos se apretaron y Jongin se vino, gimiendo en voz alta en la oreja del mayor mientras no dejaba de cabalgarlo.

Por primera vez en varios días, Kyungsoo se sentía satisfecho, saciado y muy felizmente cansado. Quitó el pelo de la cara de Jongin antes de plantar un beso en sus deliciosos labios, y en ésta ocasión, sin preocuparse de su pequeña y estúpida caja, donde tenía encerrado al otro Jongin, concentrándose únicamente en cuánto amaba esto, justo ahora.

Hasta que sintió la necesidad de sacudir su cuerpo, debido a las cosquillas que nuevamente aparecieron tratando de subir hasta sus piernas, lo que le hizo temblar, reír y empujar a Jongin. El más joven frunció el ceño recostándose, mirando por encima del borde de la cama.

―Tienes que deshacerte de ese perro.

―Por supuesto que no, ahora me pertenece y no irá a algún lado. No es su culpa que hayas dejado la puerta abierta.

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BP: es "Bloquea Pollas" por lo que el perro sigue llamándose así ;; lol



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