[Fic] [The Avengers] Las tribulaciones del Capitán Obvio. Parte 3: Viuda Negra
Fandom: The Avengers/Movieverse
Pairing | Género: Steve Rogers/Tony Stark | Semi-humor, angst, fluffotpismo.
Palabras: ~1.750 esta parte / ~10.500 en total
Rating | Advertencias: K+ esta parte | No hay spoilers específicos, creo.
Notas: Gracias por el repaso, firulais. Y por el beteo al capi, también.
Resumen: Cuatro veces en las que alguien ve juntos a Steve y a Tony, pero no les pilla, y una en la que sí.
Las tribulaciones del Capitán Obvio
Parte 3. Viuda Negra
Natasha asiente.
-Hecho.
-Estarás relevada de las misiones de los Vengadores lo que dure ésta.
-Thor está en Asgard y Clint también está asignado.
Nick arquea una ceja y Natasha empieza a pensar que estar con los Vengadores la ha corrompido, de alguna manera. Es como si después de seguir órdenes de Steve tuviera que volver a la Natasha anterior y acostumbrarse de nuevo a las de SHIELD.
-Me encargaré de hacérselo saber al Capitán Rogers.
-De acuerdo, señor.
-Puede irse, Natasha.
Claire, piensa ella. Hasta que esto termine será Claire. Será una nueva rica rubia y guapa que tiene que conseguir que un espía se interese lo suficiente en ella como para llevársela a la cama.
Natasha odia cuando le hacen ser rubia, pero es lo que hay. Desaparece en su habitación durante horas preparando la cobertura (y el tinte) y cuando sale solo se despide de Jarvis y porque es imposible eludir sus ojos que están por toda la casa. Y no es que no lo intente porque aunque Natasha sepa que es su zona segura, lleva demasiado poco tiempo ahí como para fiarse de nadie.
Es desconfiada, sí. Pero sigue viva gracias a ello.
**
El restaurante es amplio y está iluminado lo justo para que no haya problemas para ver, pero sin perder del todo el ambiente romántico. El metre les lleva por un espacioso pasillo y Shaun pregunta por una puerta.
-¿Habéis cerrado la zona del ático?
-No, señor -contesta con educación- pero alguien la ha alquilado por completo para esta noche.
Natasha abre los ojos, sorprendida.
-No pensaba que se pudiera...
No le da tiempo a responder porque Shaun ríe.
-Con el dinero suficiente, Claire, puedes hacer lo que quieras- dice, condescendiente y dándole con un dedo en la nariz.
Ella sonríe, aceptando la explicación y baja los ojos, haciéndose la avergonzada. En realidad necesita de bastante de su autocontrol para no coger ese dedo, retorcerlo y tirarle al suelo hasta que llore de dolor.
Se la apunta para más tarde.
**
Natasha conoce mil y un trucos para evitar beber y que en cambio parezca que sí lo hace, además de su propia tolerancia al alcohol, pero es inevitable, está algo tocada. Shaun, su pareja y objetivo, no le quita los ojos de encima así que Natasha lleva más champán encima que el que debería.
Deciden irse, y ella queda algo atrasada con la excusa de ir al servicio. La puerta que han dejado de lado antes se abre cuando está yendo ya hacia la salida, y le pilla tan de sorpresa ver a Tony que no consigue disimular la sorpresa.
Aunque, si lo piensa tiene todo el sentido del mundo que fuera él. Nadie como Tony para derrochar una cantidad ingente de dinero en reservar toda un ala del restaurante más exclusivo de la ciudad.
Tony le ha reconocido, claro, y tiene una extraña expresión de asombro, casi de miedo, casi culpable,pero Natasha no tiene tiempo para esto; recupera sus reflejos, mira hacia el fondo del pasillo, asegurándose de que nadie les presta atención y se pone discretamente un dedo sobre los labios.
Es lo suficientemente listo para callarse, y Natasha da el encuentro por terminado. Su coartada es lo más importante ahora mismo.
Es en cambio su turno de asustarse porque, cuando casi está ya demasiado lejos casi para escuchar bien, otra voz conocida pronuncia el nombre de Tony y Natasha consigue mirar antes de doblar la esquina y es raro porque parecía la voz de Steve y parecía él, la espalda ancha y el pelo rubio, pero, ¿qué iban a hacer Tony y Steve ahí?
Shaun le espera con la puerta del mercedes abierta y una copa llena hasta arriba.
Natasha sonríe.
Lo que Natasha no ve
La cuestión es que es complicado, al final. Ocultarlo, sobre todo, pero no es tanto el hecho de no decir nada, sino el pensar en algún plan a solas con una excusa plausible. Porque Clint se les une cuando hablan de probar las modificaciones en el nuevo quinjet, Thor disfruta sobrevolando los terrenos adyacentes, Bruce está casi el mismo tiempo que Tony en el laboratorio y Natasha es demasiado silenciosa como para arriesgarse a besarse cuando están solos en alguna zona común.
A Tony no le gusta esconderse, no lo ha hecho nunca y es como si le tirara por dentro de la piel, cuando están por la mañana desayunando y él sube a por más reservas de café y Steve le sonríe un poco lánguido, aún un poco dormido.
Y sabe que a Steve le hace la misma gracia que a él, lo nota en los suspiros frustrados cuando están hablando solos y JARVIS les avisa de que van a tener compañía en breve, cuando se tiene que levantar por la mañana y escabullirse de su cuarto vigilando que nadie le vea.
Tony sabe que en algún momento lo averiguarán, es inevitable, porque ya a veces Bruce le mira raro, con esa media sonrisa como si supiera más que él, y Natasha es demasiado observadora y da miedo, a veces, las cosas que puede llegar a adivinar con una sola mirada.
Pero es difícil juntar a los vengadores y contarles lo que pasa cuando no saben exactamente qué pasa. Bueno, su parte sí que la sabe, porque lo ha intentado evitar pero Tony tiene a Steve tan dentro que le sorprende que no se le lea en la cara. Pero tampoco sabe qué piensa Steve de ello, porque aunque hablan de muchas cosas, en su mayoría hacen exactamente lo que hacían antes, añadiéndole una cantidad abrumadora de sexo e invasiones mucho más agresivas en el espacio personal del otro.
Steve no es hombre de tener follamigos, claramente, así que Tony quiere pensar que ahí están en el mismo término pero, por otra parte, Steve es Steve y a veces piensa que quizá simplemente es... No sabe. Confusión porque ha pasado setenta años en un bloque de hielo y están viviendo juntos y, en serio, es Tony de quien estamos hablando aquí.
Era todo más fácil cuando se llevaban mal.
Necesitan una noche al menos, un rato en el que puedan estar solos y sin miedo a que alguien aparezca por la puerta o les tire una flecha o reviente el microondas. Así que Tony lo prepara como lo hace todo, sin planteárselo demasiado y sin dejar ningún cabo suelto.
**
-¿Steve?
-¿Mmmh?
Tony coge aire. Parece estúpido ponerse nervioso por pedir una cita a alguien con el que está compartiendo cama y que aún respira un poco fuerte del esfuerzo del orgasmo, pero ahí está la ansiedad, reptando por los bordes del reactor.
-Ya que nuestros compañeros han decidido desaparecer y dejarnos solos...
Steve se gira y apoya la cabeza en la mano, el codo hundiéndose en el colchón. Sonríe.
-Me interesa por donde va el tema, prosigue.
Se le escapa una pequeña risa.
-Pues, hmm, no sé. Me preguntaba si querrías, eh, que fuéramos a cenar, eh, fuera. Tú y yo. Solos.
-Oh. ¿Como una cita?
-Er, bueno, sí. Más bien sí. Si te... apetece. Si no, bueno, podemos-
-Me encantaría -estira el brazo y le atrae hacia él y le besa suave, lento, como si tuvieran todo el tiempo del mundo.
Cuando está con Steve, Tony se permite pensar que es así.
**
Han salido a la parte descubierta al terminar de cenar.
-No quiero saber cuánto ha costado tener esto para nosotros esta noche.
Tony le quita importancia con un gesto de la mano.
-El dueño me debía un favor.
Miente.
-Mientes.
Tony ríe y le empuja un poco hasta que quedan ambos mirando las luces intermitentes de la ciudad. Steve se pone tras él.
-Tony.
-Qué.
-No quiero seguir así.
Tony se congela literalmente en el sitio, siente cómo la sangre le desaparece de las mejillas y aprieta la barandilla. Su mente va a la velocidad de la luz, sin terminar de decidirse entre regodearse entre la autocompasión o el auto-te lo dije que no para de pensar porque esto tenía que pasar. Pero entonces, por qué nota sus labios en la nuca, por qué le hace esto.
Ajeno a la tormenta emocional que está sufriendo Tony, Steve prosigue, rozando la nariz contra su piel.
-No quiero ocultarlo más. Ni escondernos.
El alivio es tal que hace que le tiemblen las piernas.
-Dios, Steve. Voy a necesitar tres whiskies seguidos para pasar el susto.
Le da la vuelta y, es que aún está pálido.
-¿Qué? ¿Qué pensabas que-? Oh -le besa-, lo siento.
-Sí, oh. Eso digo yo.
Le pone la mano en la mejilla y mueve la nariz a la otra.
-¿Entonces estás de acuerdo?
Está tan de acuerdo que posiblemente mañana le duela la cara de sonreír.
-¿Cuando vuelvan todos? Y te toca a ti hablar.
Steve pone los labios en su cuello y susurra.
-Ya veremos.
Y Tony va a protestar, pero Steve le raspa la zona de la nuez con los dientes y Tony odia que conozca eso de él porque ahora ya no recuerda de qué se tenía que quejar.
-Volvamos a casa.
Tony sigue estando de acuerdo.
**
Steve recibe una llamada de Furia justo antes de salir y Tony sale a avisar para que les abran de nuevo el pasillo a la salida trasera. Es lo que más le gusta del sitio, que están tan acostumbrados a las visitas de famosos que dan toda clase de facilidades (van incluídas en la cuenta, claro) para que las salidas y entradas sean todo lo discretas que se desee. Sale y prácticamente se choca con una rubia preciosa que... se parece sospechosamente a Natasha. Está oyendo la voz de Steve acercarse y por mucho que hayan decidido hacerlo público no cree que hacerlo con una Natasha encubierta sea la mejor manera.
Al menos ella tampoco puede hablar y sigue por el pasillo después de hacerle un gesto de silencio. Tony respira aliviado y es en ese momento en el que Steve aparece y habla con urgencia.
-Tony -grita, casi, antes de que le pueda decir nada, y cuando le ve baja la voz-. Furia nos necesita. Tenemos que llamar al resto, excepto a Na- la Viuda Negra.
Cuando dejan de ser el nombre para ser el alter-ego, es que el Capitán habla en serio. Tony asiente y saca el teléfono, buscando con la mirada al metre.
-Vamos, Capi. Tenemos trabajo.
Pairing | Género: Steve Rogers/Tony Stark | Semi-humor, angst, fluffotpismo.
Palabras: ~1.750 esta parte / ~10.500 en total
Rating | Advertencias: K+ esta parte | No hay spoilers específicos, creo.
Notas: Gracias por el repaso, firulais. Y por el beteo al capi, también.
Resumen: Cuatro veces en las que alguien ve juntos a Steve y a Tony, pero no les pilla, y una en la que sí.
Las tribulaciones del Capitán Obvio
Parte 3. Viuda Negra
Natasha asiente.
-Hecho.
-Estarás relevada de las misiones de los Vengadores lo que dure ésta.
-Thor está en Asgard y Clint también está asignado.
Nick arquea una ceja y Natasha empieza a pensar que estar con los Vengadores la ha corrompido, de alguna manera. Es como si después de seguir órdenes de Steve tuviera que volver a la Natasha anterior y acostumbrarse de nuevo a las de SHIELD.
-Me encargaré de hacérselo saber al Capitán Rogers.
-De acuerdo, señor.
-Puede irse, Natasha.
Claire, piensa ella. Hasta que esto termine será Claire. Será una nueva rica rubia y guapa que tiene que conseguir que un espía se interese lo suficiente en ella como para llevársela a la cama.
Natasha odia cuando le hacen ser rubia, pero es lo que hay. Desaparece en su habitación durante horas preparando la cobertura (y el tinte) y cuando sale solo se despide de Jarvis y porque es imposible eludir sus ojos que están por toda la casa. Y no es que no lo intente porque aunque Natasha sepa que es su zona segura, lleva demasiado poco tiempo ahí como para fiarse de nadie.
Es desconfiada, sí. Pero sigue viva gracias a ello.
**
El restaurante es amplio y está iluminado lo justo para que no haya problemas para ver, pero sin perder del todo el ambiente romántico. El metre les lleva por un espacioso pasillo y Shaun pregunta por una puerta.
-¿Habéis cerrado la zona del ático?
-No, señor -contesta con educación- pero alguien la ha alquilado por completo para esta noche.
Natasha abre los ojos, sorprendida.
-No pensaba que se pudiera...
No le da tiempo a responder porque Shaun ríe.
-Con el dinero suficiente, Claire, puedes hacer lo que quieras- dice, condescendiente y dándole con un dedo en la nariz.
Ella sonríe, aceptando la explicación y baja los ojos, haciéndose la avergonzada. En realidad necesita de bastante de su autocontrol para no coger ese dedo, retorcerlo y tirarle al suelo hasta que llore de dolor.
Se la apunta para más tarde.
**
Natasha conoce mil y un trucos para evitar beber y que en cambio parezca que sí lo hace, además de su propia tolerancia al alcohol, pero es inevitable, está algo tocada. Shaun, su pareja y objetivo, no le quita los ojos de encima así que Natasha lleva más champán encima que el que debería.
Deciden irse, y ella queda algo atrasada con la excusa de ir al servicio. La puerta que han dejado de lado antes se abre cuando está yendo ya hacia la salida, y le pilla tan de sorpresa ver a Tony que no consigue disimular la sorpresa.
Aunque, si lo piensa tiene todo el sentido del mundo que fuera él. Nadie como Tony para derrochar una cantidad ingente de dinero en reservar toda un ala del restaurante más exclusivo de la ciudad.
Tony le ha reconocido, claro, y tiene una extraña expresión de asombro, casi de miedo, casi culpable,pero Natasha no tiene tiempo para esto; recupera sus reflejos, mira hacia el fondo del pasillo, asegurándose de que nadie les presta atención y se pone discretamente un dedo sobre los labios.
Es lo suficientemente listo para callarse, y Natasha da el encuentro por terminado. Su coartada es lo más importante ahora mismo.
Es en cambio su turno de asustarse porque, cuando casi está ya demasiado lejos casi para escuchar bien, otra voz conocida pronuncia el nombre de Tony y Natasha consigue mirar antes de doblar la esquina y es raro porque parecía la voz de Steve y parecía él, la espalda ancha y el pelo rubio, pero, ¿qué iban a hacer Tony y Steve ahí?
Shaun le espera con la puerta del mercedes abierta y una copa llena hasta arriba.
Natasha sonríe.
Lo que Natasha no ve
La cuestión es que es complicado, al final. Ocultarlo, sobre todo, pero no es tanto el hecho de no decir nada, sino el pensar en algún plan a solas con una excusa plausible. Porque Clint se les une cuando hablan de probar las modificaciones en el nuevo quinjet, Thor disfruta sobrevolando los terrenos adyacentes, Bruce está casi el mismo tiempo que Tony en el laboratorio y Natasha es demasiado silenciosa como para arriesgarse a besarse cuando están solos en alguna zona común.
A Tony no le gusta esconderse, no lo ha hecho nunca y es como si le tirara por dentro de la piel, cuando están por la mañana desayunando y él sube a por más reservas de café y Steve le sonríe un poco lánguido, aún un poco dormido.
Y sabe que a Steve le hace la misma gracia que a él, lo nota en los suspiros frustrados cuando están hablando solos y JARVIS les avisa de que van a tener compañía en breve, cuando se tiene que levantar por la mañana y escabullirse de su cuarto vigilando que nadie le vea.
Tony sabe que en algún momento lo averiguarán, es inevitable, porque ya a veces Bruce le mira raro, con esa media sonrisa como si supiera más que él, y Natasha es demasiado observadora y da miedo, a veces, las cosas que puede llegar a adivinar con una sola mirada.
Pero es difícil juntar a los vengadores y contarles lo que pasa cuando no saben exactamente qué pasa. Bueno, su parte sí que la sabe, porque lo ha intentado evitar pero Tony tiene a Steve tan dentro que le sorprende que no se le lea en la cara. Pero tampoco sabe qué piensa Steve de ello, porque aunque hablan de muchas cosas, en su mayoría hacen exactamente lo que hacían antes, añadiéndole una cantidad abrumadora de sexo e invasiones mucho más agresivas en el espacio personal del otro.
Steve no es hombre de tener follamigos, claramente, así que Tony quiere pensar que ahí están en el mismo término pero, por otra parte, Steve es Steve y a veces piensa que quizá simplemente es... No sabe. Confusión porque ha pasado setenta años en un bloque de hielo y están viviendo juntos y, en serio, es Tony de quien estamos hablando aquí.
Era todo más fácil cuando se llevaban mal.
Necesitan una noche al menos, un rato en el que puedan estar solos y sin miedo a que alguien aparezca por la puerta o les tire una flecha o reviente el microondas. Así que Tony lo prepara como lo hace todo, sin planteárselo demasiado y sin dejar ningún cabo suelto.
**
-¿Steve?
-¿Mmmh?
Tony coge aire. Parece estúpido ponerse nervioso por pedir una cita a alguien con el que está compartiendo cama y que aún respira un poco fuerte del esfuerzo del orgasmo, pero ahí está la ansiedad, reptando por los bordes del reactor.
-Ya que nuestros compañeros han decidido desaparecer y dejarnos solos...
Steve se gira y apoya la cabeza en la mano, el codo hundiéndose en el colchón. Sonríe.
-Me interesa por donde va el tema, prosigue.
Se le escapa una pequeña risa.
-Pues, hmm, no sé. Me preguntaba si querrías, eh, que fuéramos a cenar, eh, fuera. Tú y yo. Solos.
-Oh. ¿Como una cita?
-Er, bueno, sí. Más bien sí. Si te... apetece. Si no, bueno, podemos-
-Me encantaría -estira el brazo y le atrae hacia él y le besa suave, lento, como si tuvieran todo el tiempo del mundo.
Cuando está con Steve, Tony se permite pensar que es así.
**
Han salido a la parte descubierta al terminar de cenar.
-No quiero saber cuánto ha costado tener esto para nosotros esta noche.
Tony le quita importancia con un gesto de la mano.
-El dueño me debía un favor.
Miente.
-Mientes.
Tony ríe y le empuja un poco hasta que quedan ambos mirando las luces intermitentes de la ciudad. Steve se pone tras él.
-Tony.
-Qué.
-No quiero seguir así.
Tony se congela literalmente en el sitio, siente cómo la sangre le desaparece de las mejillas y aprieta la barandilla. Su mente va a la velocidad de la luz, sin terminar de decidirse entre regodearse entre la autocompasión o el auto-te lo dije que no para de pensar porque esto tenía que pasar. Pero entonces, por qué nota sus labios en la nuca, por qué le hace esto.
Ajeno a la tormenta emocional que está sufriendo Tony, Steve prosigue, rozando la nariz contra su piel.
-No quiero ocultarlo más. Ni escondernos.
El alivio es tal que hace que le tiemblen las piernas.
-Dios, Steve. Voy a necesitar tres whiskies seguidos para pasar el susto.
Le da la vuelta y, es que aún está pálido.
-¿Qué? ¿Qué pensabas que-? Oh -le besa-, lo siento.
-Sí, oh. Eso digo yo.
Le pone la mano en la mejilla y mueve la nariz a la otra.
-¿Entonces estás de acuerdo?
Está tan de acuerdo que posiblemente mañana le duela la cara de sonreír.
-¿Cuando vuelvan todos? Y te toca a ti hablar.
Steve pone los labios en su cuello y susurra.
-Ya veremos.
Y Tony va a protestar, pero Steve le raspa la zona de la nuez con los dientes y Tony odia que conozca eso de él porque ahora ya no recuerda de qué se tenía que quejar.
-Volvamos a casa.
Tony sigue estando de acuerdo.
**
Steve recibe una llamada de Furia justo antes de salir y Tony sale a avisar para que les abran de nuevo el pasillo a la salida trasera. Es lo que más le gusta del sitio, que están tan acostumbrados a las visitas de famosos que dan toda clase de facilidades (van incluídas en la cuenta, claro) para que las salidas y entradas sean todo lo discretas que se desee. Sale y prácticamente se choca con una rubia preciosa que... se parece sospechosamente a Natasha. Está oyendo la voz de Steve acercarse y por mucho que hayan decidido hacerlo público no cree que hacerlo con una Natasha encubierta sea la mejor manera.
Al menos ella tampoco puede hablar y sigue por el pasillo después de hacerle un gesto de silencio. Tony respira aliviado y es en ese momento en el que Steve aparece y habla con urgencia.
-Tony -grita, casi, antes de que le pueda decir nada, y cuando le ve baja la voz-. Furia nos necesita. Tenemos que llamar al resto, excepto a Na- la Viuda Negra.
Cuando dejan de ser el nombre para ser el alter-ego, es que el Capitán habla en serio. Tony asiente y saca el teléfono, buscando con la mirada al metre.
-Vamos, Capi. Tenemos trabajo.