Fandom: The Avengers/Movieverse
Pairing | Género: Steve Rogers/Tony Stark | Semi-humor, angst, otpismo.
Palabras: ~1.650 esta parte / ~10.500 en total
Rating | Advertencias: T esta parte | No hay spoilers específicos, creo.
Resumen: Cuatro veces en las que alguien ve juntos a Steve y a Tony, pero no les pilla, y una en la que sí.
Las tribulaciones del Capitán Obvio
Parte 2. El poderoso Thor
El mayor problema de Midgard para la vida cotidiana es, sin lugar a duda, lo débil que es todo. Nadie quiere más a ese planeta y a sus habitantes que él, Thor está dispuesto a lanzar a Mjölnir a cualquiera que diga lo contrario, pero eso es lo cierto. Los midgardianos se rompen con facilidad, sus edificios se desmigan en sus manos, su bebida no emborracha.
Y su comida no llena.
Así que, sin importarle demasiado la hora que sea (al fin y al cabo, los horarios en esa casa están tan descontrolados que a nadie le sorprendería), baja a la cocina en busca de algo. Quizá quede parte de la comida en triángulos que apasiona a todos pero en especial a él, cuanto más picante y con más carne mejor, aunque Thor no sea capaz de distinguir el animal del que es.
Tiene suerte y encuentra la mitad de una en la nevera, y sabe que ahora viene la parte dificil. Deja a Mjölnir en la encimera con todo el cuidado del que es capaz. La cerámica se raja un poco, pero eso es un gran avance.
Coge el plato y lo mete en el microondas, y cierra la puerta muy, muy suave, como le ha enseñado Clint, amigo arquero que siempre le ayuda con las tecnologías midgardianas.
Por desgracia siempre hay algún detalle que se le escapa. Sabe que hay que hacer algo con la ruleta, y prueba a moverla, consiguiendo que los números verdes aparezcan en la pantallita a la derecha, y da al botón que contiene un círculo.
Considera un gran triunfo que el plato comience a dar vueltas sobre sí mismo hasta que le sorprende un chisporroteo que va in crescendo dentro del mismo y una cosa es intentar entender la cultura de la tierra y otra muy, muy distinta es mostrarse considerado con la tecnología agresiva y Thor no piensa, actúa, y Mjölnir está en su mano y al segundo el microondas está explotando, lanzando la puerta y cachos de pizza por toda la pared.
Thor aún apunta al microondas cuando aparece el Capitán, con su eterno acompañante, el escudo, y cinco segundos después Tony, en calzoncillos y portando el guante de su traje de hierro.
-¿Thor? Que haces con el ma- ¿quién nos ataca?
-Alguien ha impreso alguna magia en el calentador de comida, ha intentado atacarme.
-Thor, ¿cómo te va a atacar un microondas? Es más, ¿con qué? ¿Con la puerta?
Algo que, de hecho, es verdad, aunque haya sido efecto de Thor y no causa de su ataque. La puerta ha salido volando y ha partido un par de azulejos y Tony revisa los daños adentrándose en la cocina.
-Tony, ten cuidado, hay cristales en el suelo.
El Capitán mira con lo que parece desconfianza cómo Tony se aproxima al desastre.
-Oh, vale, asunto solucionado-explica, levantando el cortapizzas, que en algún momento tenía el mango blanco pero ahora es una masa de plástico negro ennegrecido.
Le mira con curiosidad.
-¿Es ese artilugio lo que ha osado atacar al poderoso Thor?
Tony le mira, por un momento, y se ríe.
-No, Thor, seguro que no se atrevería. Es broma, es broma, no te lo tomes en serio -Thor frunce el ceño-, es solo que no se puede meter nada metálico en el microondas, no es más que eso, porque ésto refleja las ondas electromagnéticas y- bueno estoy perdiendo el tiempo explicando eso. Es simple, nada de metal, Thor, ni cucharillas, ni cubiertos, ni vasos.
-Bueno, está bien saberlo-Steve parece de repente confuso y... avergonzado, pero Thor no sabe por qué-yo, ehm... creo que mejor me voy, tengo que...
Y desaparece tras la puerta. Thor sonríe y mira a Tony.
Al final le prepara un bocadillo a regañadientes, pero es que Thor tiene mucha hambre, y se van mientras un robot diminuto sale de debajo de un panel y recoge el desastre causado. Al menos el microondas no ha ardido, porque el pequeño apagafuegos de Tony y Thor no terminan de entenderse demasiado bien.
Cuando salen por la puerta, Thor se apoya la mano en su hombro y le mira con agradecimiento.
-Me alegra profundamente que hayáis adoptado el capitán y tú las costumbres asgardianas-dice, y continúa por el pasillo, sin atender a su expresión en blanco-aunque la tela que oculta tus atributos estropea toda la comodidad que da el sentir el aire en la piel.
Escucha extrañado las carcajadas de Tony antes de doblar la esquina.
Lo que Thor no ve
Steve no sabe lo que hace la mitad del tiempo que está con Tony. Aún no han dicho nada, aunque Steve sabe que Bruce es demasiado listo como para no empezar a sospechar en breve. Steve gasta tanta energía con Tony que a veces le da miedo no rendir en las misiones pero al contrario, está aún más imparable que de costumbre, pese a las bromas ocasionales por el canal privado que Tony ha instalado y que no se graba. Steve procura que lo usen poco, pero Tony no lo puede evitar.
Lo bueno de la mansión Stark es que nadie pregunta a los demás por los hábitos de sueño porque cada uno los tiene peor que el anterior. Tony duerme uno de cada tres días, si Bruce se excede en un experimento y lleva más de unas 36 horas sin dormir aparece Hulk. Natasha como mucho estará en la cama tres horas al día. Los únicos que duermen decentemente son Thor (y con decentemente no quiere decir vestido decentemente, el culo de Thor está grabado ya a fuego en la mente de todos los Vengadores) y Clint, si no se tiene en cuenta que lo hace con los ojos semiabiertos.
Por lo tanto es sencillo no levantar sospechas al salir de la habitación y moverse a la de Tony, o bajar al taller y arrastrarle a la habitación. Para empezar porque ya lo hacía antes (aunque fuera con otros fines, como repasar una estrategia o decidir planes de ataque). Solo tenía que informar a Jarvis y él se encargaba de hacerle saber que podía o no podía ir a su cuarto.
Esta noche ha ido a su cuarto como a las doce y a las tres de la mañana están agotados, hablando lánguidamente, Steve tiene la cabeza apoyada en su hombro y juguetea con los dedos por las esquinas del reactor mientras la luz en él sube y baja de intensidad, iluminando ligeramente el mentón y el cuello de Tony.
Steve piensa que nada puede alterar ese momento.
Se equivoca.
¡¡¡BOOM!!!
La explosión hace temblar los cimientos de la casa y se levantan de un salto. Se organicen casi sin mediar palabra, Tony coge el guante de Iron Man y se lo coloca y Steve coge su escudo, del que nunca se separa demasiado.
-Jarvis, ¿qué pasa?
-Ha sido en la cocina, señor, por el cortocircuito no puedo comprobar quién está, deme un segundo que pueda recuperar las imágenes.
-¿En la cocina? Hoy solo estaba Thor en casa, ¿no?
No hay tiempo así que se asoman en el camino a la habitación de Steve (hay que encontrar alguna manera más rápida de coger sus trajes, preveer ataques en casa, confían demasiado en la seguridad de Tony-)
Su línea de pensamientos se ve cortada por lo que ven en la cocina, que es básicamente a Thor, desnudo como Asgard le vio nacer, y lo que en algún momento fue el microondas, que indudablemente ha recibido una caricia de Mjölnir.
Tony se interna en la cocina y Steve empieza a pensar realmente como se tiene que estar viendo, y no necesita más que mirar a Tony para imaginárselo. La cara roja, el pelo revuelto, semidesnudo, y ya puede agradecer al suero que las marcas no aguanten en él el tiempo normal. Tony tiene una en un hombro, se la puede ver desde atrás, que destaca sobre su piel pálida como una señal de alerta.
Steve levanta las cejas cuando Tony empieza a hablar sobre magnetismo como si ellos entendieran algo, termina la explicación y elige ese momento para desaparecer con el escudo, en calzoncillos y terminando de recoger su dignidad.
Piensa en Thor y su pelea con la tecnología. Él mismo tuvo ciertos problemas al principio pero al menos los utensilios de uso básico (el mando de la tele, Jarvis, el microondas, imprescindibles para sobrevivir en una casa en la que si no eres capaz de cambiar el canal o el satélite del que mirar puedes acabar viendo Jersey Shore durante horas) los domina, aunque no los comprenda. El problema de Thor es que no es que esta tecnología llegue pronto para él, si no que se opone directamente a su manera de hacer las cosas en Asgard.
Está revisando la grabación que Jarvis ha conseguido recuperar cuando Tony reaparece en el cuarto.
-Le he tenido que hacer un bocata, Steve. No me he hecho un bocadillo yo en la vida, y he tenido que hacer uno a un semidiós nórdico desnudo. ¿En qué se ha convertido mi vida?
-No te quejes tanto, Jarvis ha conseguido recuperar la grabación. Thor casi lo consigue, ¡hasta consiguió poner el tiempo!
Tony mira a Thor, su expresión de sorpresa y de angustia con el chisporroteo del microondas y ríe entonces, aliviado, no deja de reír y se le contagia a Steve y se quedan sin respiración, las carcajadas escapándose de sus labios sin querer ni poder evitarlo.
Se tumba, agotado por el susto y la risa. Tony hace lo propio y sus manos se rozan, y Steve no puede hacer otra cosa que no sea entrelazar los dedos y apretarle un segundo, fuerte. Siente que se le expande el pecho cuando Tony le devuelve el movimiento y se aprieta contra su brazo.
Por primera vez desde que se despertó, se siente como si éste fuera su tiempo.