Una semana después, Jack no había aceptado su realidad. Intentaba por todos los medios encontrar a quien se dio la fuga con el coche oficial. Aunque lo estrellara, Jack estaba seguro de que la chica seguía viva. Sí, era una chica, la misma a la que parecía habérsela tragado la faz de la Tierra.

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Uno siempre da cosas por sentado, ya sabes, lo típico de eso a mí no me va a pasar hasta que, mira tú por dónde, la desgracia se te viene encima.

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El ruido de la lluvia al caer siempre produce calma cuando lo escuchas desde un lugar seguro y confortable. En otras palabras: Cuando estas en casa ( Read more... )

Si te cuento la historia de por qué quise ser arquitecto, probablemente te rías. Porque me encantaba ser niño ( Read more... )

Regresaba a casa tras una mañana muy ajetreada. Eso incluía lo que, supuestamente, me era de utilidad para relajarme. Natación ( Read more... )

Mucha gente da por sentado un sentido tan importante. Sí, hay montones de estudios científicos, cambios en los alimentos que a veces son imperceptibles para los humanos, etcétera. Sobre el olfato, hay de todo lo habido y por haber.

Pero nadie se para a pensar casi nunca en lo mucho que te puede cambiar la vida.

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Desde siempre había sido un crío muy curioso. Veía la vida que tenía ante mí como un terreno experimental, preguntando “¿Por qué no?” en lugar de “¿Por qué?” lo que más de una vez, especialmente siendo pequeño, me acarreaba más de una visita al doctor, a disgusto de la buena de mi madre. Aún así, aunque a veces tuvieran  que ponerme inyecciones, en ( Read more... )

Se miró las manos, los nudillos destrozados, las manos arañadas y ensangrentadas y trató de recordar qué diablos había pasado. Pero su cabeza le daba vueltas, como si estuviera de… ¿Resaca ( Read more... )

 Lara siempre había sido una apasionada de la lectura. Leía de todo, aunque, obviamente, tenía predilección por determinados géneros. Uno de ellos era el de aventuras, aquella historia que sucedía casi en la Edad Media, en la que se contaban leyendas de monstruos aterradores y, a pesar de ello, la heroína, una joven guapa, inteligente y esbelta, se ( Read more... )

Miró por la ventana como cada día y se quedó un rato ahí, observando cómo llovía.  Abrió ligeramente el cristal, sólo un poco, pero fue suficiente para que el olor a tierra mojada impregnara todos sus sentidos, trayendo consigo muchos recuerdos, lo que hacía que su corazón se calmara un poco.

( Porque en los días de lluvia quisiera que estuvieses aquí )