Estoy de hiatus pero eso no significa que no escribo, solo que ultimamente me salen cosas ENORMES xD Esto para variar ha salido cortito y vengo a dejaroslo aqui como regalo de cumpleaños a una cosa mona que cumplio ayer añitos ^^ Asi que...espero que os guste
Titulo: Wo ai ni
Fandom: EXO RPS
Pareja: Sehun/Tao
Disclaimer: Nada es mio y ellos tecnicamente pertenecen a la SM so....
Dedicado: a my dear and beloved Chris aka
aloismakkuin feliz cumpleaños cielo! ya lo has leido pero ahora es para que el resto lo haga ^^ With all my love ^^
Notas: Este fic esta basado en
este fanart que aparecio por tumblr hace tiempo y que me parecio la cosa mas cuca del mundo y bueno...avisar que igual es un poco demasiado fluff pero bueno...para que luego digan que solo me dedico al smut xD Disculparme los resbalones de canon o el OOC lo escribi en 45 mins a contrareloj casi xD Hope you like!
Wo ai ni.
Se estaba poniendo algo paranoico, pero no podía evitarlo. Había estado toda la semana evitándole adrede. Nervioso y sin saber exactamente qué hacer con sus sentimientos. Le había pedido ayuda a Luhan, pero ahora no sabía si había sido una buena idea. No es era que dudase de sus sentimientos, para nada. Tenía muy claro lo que sentía, pero temía la forma de expresarlos. Que no le entendiese o que no le correspondiese.
Mientras releía una y otra vez las notas que le había dado Luhan, no podía evitar pensar en lo feliz que había sido los últimos meses. 2013 estaba siendo un año fantástico y apenas llevaban unos meses de él. No dejaba de recordar lo bien que se lo había pasado en el Idol Olympics con el resto y cómo habían jugado el uno con el otro para gusto de las fans. Estaba casi seguro que Tao había hecho aquello tan solo por la comodidad y contentar a las fans, pero para él había sido mucho más. Notar que no le importaba que se apoyase en él prácticamente por completo mientras el resto del mundo miraba había sido una sensación increíble. Y fue, precisamente en ese momento, cuando empezó a preguntarse qué sentía de verdad por el chino.
Siempre habían estado muy unidos, eran los maknaes del grupo por lo que la familiaridad era bastante normal. En realidad eran los tres un todo. Kai, Tao y él. Pero eso no quitaba que su relación con Tao fuese quizás algo más estrecha. A veces lo había achacado a la curiosidad. Tao era extranjero y tenía costumbres y un idioma distinto, le llamaba la atención. Ya desde el pre-debut se habían hecho bastante cercanos precisamente por eso y por la edad. Además los dos eran tímidos y parece que uno siempre sabe dónde encontrar a sus iguales en el mundo. Con Kai era de otra forma, a Kai le veía siempre, a todas horas; quizás hasta demasiado. Tao era la novedad, cuando volvían de China era como cuando los primos lejanos visitaban a su familia o algo así. El sentimiento era el mismo aunque no los vínculos y Sehun se sentía completo cuando el mánager o alguno de los miembros de EXO-M les anunciaban su vuelta a Seúl. Y cuando cruzaban la puerta de los dormitorios, con las maletas y las horas de vuelo y aeropuerto a sus espaldas, era como recibir a la familia. Se sentía bien. La preocupación parecía irse y sólo quedaba la sensación de que al fin estaban todos juntos.
Pero con Tao no era así. Desde hacía unos meses, quizás porque habían pasado más tiempo juntos en esos últimos meses que en todo el año pasado; cada vez que anunciaban la vuelta de EXO-M había algo que se instalaba en su estómago, unas mariposas molestas que no paraban de revolotear hasta que Tao entraba por la puerta y le sonreía enseñándole todos los dientes y achinando los ojos. Y entonces, sólo entonces, sentía que había un nudo dentro de él que acababa de deshacerse por completo.
Luego tan solo disfrutaba de los momentos juntos. De las salidas de compras y a tomar algo, incluso ahora ya no salía tanto con Luhan a por Bubble Tea. Prefería pasar más tiempo con Tao, lo cual había hecho que el rubio le mirase suspicazmente cuando le anunciaba que tenía planes y no podía ir con él a su sitio favorito. No se percató de ello hasta que un día dejó "plantado" a Luhan por ayudar a Tao a practicar el coreano en los dormitorios. Mientras iban en la furgoneta de vuelta y Tao parloteaba sin parar, con su marcado acento y las lagunas de vocabulario, sobre lo bien que lo iban a pasar cuando se dio cuenta de que acababa de suceder. Y se asustó. Mucho. Pero trató de esconderlo lo mejor que pudo. Aun así, las mariposas volvieron a su estómago y no se fueron en todo el tiempo que estuvo con el chino, ni aun cuando ya se había echado en su cama aquella noche. Junmyeon notó algo, cómo no; pero no le dijo nada. Tan solo le dejó en paz pensando que sería un mal día.
El que no fue tan considerado fue Luhan, que consiguió interceptarle una tarde y le obligó a ir con él a tomar algo. Fue un momento bastante tenso cuando el rubio se sentó frente a él, con su bubble tea en la mano y mirándole casi como si supiese qué pasaba por su mente. Sehun se encogió sobre sí mismo esperando que el otro dijese algo.
- No puedes seguir así, Sehun. - le dijo en su tono de hermano mayor. Aquel que siempre usaba cuando hacía algo mal. No le regañaba, pero le hacía ver sus errores.- Supongo que ahora tendrás un buen lío en la cabeza pero... tómate tu tiempo para pensar, ¿vale? Piensa, analiza y toma una decisión. Y cuando lo hagas, ven a contarme qué has decidido.- terminó con una sonrisa y un guiño.
Le hizo caso, por supuesto. Pensó y analizó cada día que había pasado al lado del chino desde que había llegado a la compañía para ser trainee y cuando les habían dicho que formarían parte de EXO. Cada segundo a su lado y sólo llegó a una conclusión. Odiaba cuando estaba lejos. Pero no era una decisión como tal, tan solo había descubierto que echaba de menos a un compañero. No era nada nuevo. También echaba de menos a Luhan.
Fue el día de su graduación el que lo cambió todo. Casi todo EXO había ido a verle graduarse y montar un gran escándalo en el camino. Siempre sucedía cuando estaban juntos todos. Lamentó la ausencia de Yifan y Yixing, pero los demás lo compensaron con creces. Chanyeol y su ramo, Jongdae y su estilo, Suho y su mirada de orgullo, incluso Kai y sus bromas con sus profesores y compañeros. Todo fue fantástico hasta el último detalle. Aunque el momento que siempre recordará será el de las fotos. Todo evento de esas características necesita una foto para la empresa y tras posar con todos y solo con su diploma, algunos decidieron posar con él. No recuerda quienes fueron, tan solo recuerda el brazo de Tao sobre sus hombros mientras se agachaba un poco para acercar su cara a su hombro, el ala de su sombrero haciéndole cosquillas en el pelo y su abrigo rozando la tela de su uniforme. Su calor cerca de él y sobre todo su aliento cuando le susurró un "Estoy orgulloso de ti, Sehun" que dijo despacio para decir adecuadamente cada sílaba. Seguramente habría pedido ayuda a Luhan o a Minseok para pronunciarlo adecuadamente.
Es lo único que recuerda de aquella mañana, ni los aplausos, ni las palabras del director, tan solo el peso del brazo de Tao sobre sus hombros. Aquella noche pensó detenidamente en todo y se dio cuenta de lo que Luhan había querido decirle aquella tarde de bubble tea. Jamás pensó que se enamoraría y mucho menos de un compañero de banda. No es que le aberrase la idea, le aterrorizaba descubrir la verdad. No tenía ningún problema con la sexualidad de cada uno, parte de su familia era canadiense y tenía un primo que se había declarado abiertamente homosexual hacía tiempo. No era eso. El problema era que temía la opinión de Tao al respecto. China no era Corea. Ninguno de los sitios era Canadá.
Una vez más Luhan fue su salvación. La situación fue parecida. Un Bublee Tea en su cafetería favorita y un silencio incómodo. Salvo que aquella vez Luhan hacía esfuerzos por no sonreír y Sehun trataba de no ponerse demasiado rojo a cada segundo que pasaban en silencio. Al final tan solo el silencio se rompió.
- ¿Ya has decidido algo? -preguntó Luhan con un deje de diversión en la voz. Sehun tan solo asintió levemente. -¿Y bien? - el coreano se mantuvo en silencio. El chino suspiró.- Si no me lo dices no podré ayudarte.
Sehun tardó más de dos minutos, en los que Luhan no dejó de mirarle, en conseguir hablar y decir un “me gusta Tao” que arrancó una carcajada del rubio e hizo que Sehun se ganase un golpe amistoso en el hombro.
A partir de ese instante todo se precipitó levemente. No sólo por la vuelta de Yifan, también porque pasaban aún más tiempo juntos. Cada vez más. Habían salido a buscar el regalo de Minseok juntos y era raro verles separados. Además Luhan no dejaba de hacer bromas sobre el tema, incluso delante de Tao, que ponían a Sehun demasiado nervioso. Y sabía perfectamente por qué lo hacía. Aquella tarde le había recomendado que dejase de pensar y le dijese a Tao lo que sentía. Sehun lo había rechazado de pleno, pero cada vez que insistía en el tema, el coreano dejaba de verlo tan descabellado. Al final tan solo accedió.
Lo que nos lleva de nuevo a este momento. El momento en que Sehun ha doblado y desdoblado demasiadas veces el papel donde Luhan le ha apuntado lo que debe decir. Hasta le ha enseñado a pronunciarlo correctamente. Su chino aún sigue siendo bastante terrible pero hace progresos, tan solo... sabe que ni su nivel ni los nervios van a ayudarle con lo que va a hacer.
Sabe que Tao a esas horas esta solo en los dormitorios. Es más, sabe que está solo en su habitación. Desde que se han mudado es difícil encontrar espacios para hablar tranquilamente desde que se comparte habitación con cuatro personas y no con dos, pero aun así siempre hay posibilidades. Cuando pica a la puerta no se espera que quien le habrá sea Minseok, que le sonríe invitándole a decir qué quiere. Sehun no puede evitar su sonrojo y no mirar a su hyung cuando habla.
- Quería hablar con Tao.- notaba un temblor en los hombros y el nudo de nuevo en el estómago.
- ¡Oh! -fue toda la sorpresa que exclamó el mayor antes de sonreír y abrirle la puerta.- Adelante pues. Voy a por algo a la cocina, Taozi. Vuelvo en un rato.
Y de aquella forma Minseok les había dejado a solas en su dormitorio. Lo primero que Sehun notó fue que estaba demasiado ordenado para ser donde dormían Chanyeol y Baekhyun, luego pensó que sería cosa de Minseok. Tras pensar en él se dio cuenta de que había sonreído y había desaparecido al instante. Obviamente sabía algo y Sehun iba a matar a Luhan, si antes no moría de la vergüenza.
- Sehunie.- le saludó el chino con su mote.- ¿Querías algo? -el moreno estaba sentado en su cama con un libro de coreano en las manos. Seguramente habría estado estudiando con Minseok, que parecía haber sido nombrado su profesor particular.
Le miró un segundo antes de volver sus ojos al papel y tragar saliva. Se estaba poniendo nervioso y notaba el calor en su cara. A esas alturas debía tener la cara casi tan roja como el nuevo color de pelo de Tao. Estaba avergonzado a más no poder, pero debía hacerlo. Luhan siempre le decía que el primer paso para superar su timidez era enfrentarse a las cosas que le aterraban, como quien trata de vencer una fobia. Por eso mismo debía hacerlo. Arrugó de nuevo el papel y miró a Tao decidido. El chino notó el cambio en su mirada y le miró confuso.
- Wo... -empezó cortándose a la mitad de la sílaba. Ahora no recordaba el orden de las sílabas y tampoco la entonación. Tao había clavado sus ojos en él al notar el cambio de pronunciación y esperaba a ver qué pasaba. Sehun volvió a mirar sus apuntes, incapaz de saber qué hacer. No podía huir, ya no. Así que sólo quedaba lanzarse del todo. Cerró los ojos, suspiró y lo dijo de carrerilla- ¡Wo ai ni! -casi gritó bajando la cabeza de la vergüenza.
Pasaron los minutos y no sabía si levantar la mirada. Sus pies le parecían la cosa más interesante del mundo, pero debía enfrentar la realidad. Levantó la cabeza y se encontró con el sonrojo de Tao en su cara y la sorpresa pintada en sus ojos. Iba a decirle algo como que no tenía que corresponderle o que sólo quería que lo supiese cuando sus ojos se conectaron. Los oscuros y felinos de Tao con los suyos y de pronto sintió que el mundo se desvanecía a su alrededor. Eso era lo que más había necesitado, esa mirada sobre él. Saber que alguien le veía, que no era sólo uno más, que alguien le consideraba especial.
Sin darse cuenta, Tao le había agarrado del brazo y le había acercado a él hasta abrazarle. Ni siquiera notaba del todo el cambio de altura. Tao seguía siendo muy alto y su barbilla quedaba justo encima de su cabeza. Su pelo le hacía cosquillas en la barbilla y sentía sus brazos rodeándole la cintura y aparentándole contra él. Notó su aliento contra su pecho cuando habló.
-Wo ai ni, Sehun. Wo ai ni.
Era tan maravilloso oírlo de sus labios que casi creyó que podría echarse a llorar en ese mismo instante de la felicidad que sentía, las mariposas aleteando sin control en su estómago y los nervios desapareciendo a la vez que se sentía cada vez más feliz y satisfecho. Quizás sí que lloró un poco, o fue un suspiro de alivio lo que hizo que Tao se separase de él y le mirase aún sentado sobre la cama. Sonriéndole como siempre hacía cuando llegaba de algún viaje por largo que hubiese sido. La sonrisa que sólo le dirigía a él. Y cuando notó sus manos acunando su cara supo qué era lo que iba a hacer y casi se dejó caer sobre él para que sucediese. Sus labios se unieron en una leve caricia, que hizo que las mariposas explotasen de felicidad en su estómago. Apenas labio contra labio, un pequeño beso que le supo a gloria y que esperaba que fuese el primero de muchos.
Minseok no volvió de la cocina y cuando Luhan entró a por la merienda y le preguntó, sólo sonrió al rubio y le cabeceó hacia la puerta de su habitación. El chino no necesitó más información, soltó una carcajada y volvió al salón con su merienda. Al final el plan había sido un éxito.
Dentro de la habitación, Tao había conseguido que Sehun soltase el papel con sus apuntes de chino y le había hecho unirse a él en la cama para poder abrazarle y besarle una y otra vez mientras le repetía lo feliz que era. Sehun no decía nada, tan solo sonreía pensando en lo bien que había ido todo y las cantidades indecentes de Bubble Tea que iba a tener que comprarle a Luhan por su ayuda. La verdad es que ni le importaba. Merecía cada tapioca.