Amigo invisible #5
Título: Ahí mismo...
Autor: abaut_time
Fandom: Battlestar Galactica
Parings: Laura/Lee
Spoilers: 3º temporada, después de el rescate de Nueva Cáprica.
Palabras: 1.593
Contenido: amor y sexo... wait! ¿o es al reves? las dos casicas, ¡vamos!
opción #5 del Amigo Invisible,de diario_de_kobol , espero que guste, sobre todo a quien vaya dirigido. Bueno como siempre hasta última hora he estado dándole mil vueltas, pero ya está, que sea lo que los Dioses de Kobol quieran… Ahí lo dejo:)
- Me dijeron que podía encontrarte aquí…
Las palabras de Laura Roslin sonaron con más seriedad de la que pretendía mientras entraba en la sala de pilotos, Lee Adama estaba sentado en una de las sillas con la mirada perdida en algún punto entre la mesa y el suelo.
Aprovechó, la presidenta, el momento para mirarlo de arriba abajo, lo cierto es que no había un día durante la ocupación en que no pensara en él, cada noche los sueños con un Lee Adama más atento de lo habitual la visitaban a deshoras para robarle el sueño y la cordura. Y no podía decir que no disfruta de ello, al fin y al cabo era lo único que tenía en Nueva Cáprica. El sonido de su voz la devolvió a la realidad.
¡Laura! - sonrió ante la presencia de la presidenta que estaba rabiosamente arrebatadora, pensó en levantarse y abrazarla pero temió que el tiempo trascurrido le abofeteara en la cara.
Laura creyó intuir las dudas de Lee, pero no se lo iba a poner tan fácil, había esperado mucho ahí abajo, demasiado.
- Estás preciosa - no podría haber sido más sincero ni habiendo querido - ¿Te apetece una copa?
- Oh! Desde luego… me encantaría, allí abajo no se podía disfrutar de un buen licor y de una buena compañía muy a menudo.
- Tendría que haber bajado a visitarla MÁS a menudo entonces… - dijo esto mientras guiaba a Laura hasta una mesa en la que había un buen surtido de botellas. - ¿Qué deseas? - señalaba la mesa abriendo las manos, una sonrisa se estaba empezando a dibujar en su cara.-
Laura miró la mesa y luego al hombre plantado delante de ella, luego otra vez la mesa y otra vez a Lee, mesa, Lee, mesa, Lee, mesa, Lee… sabía lo que él estaba esperando, o al menos creía saberlo, que por otra parte, ella también deseaba, pero por alguna extraña razón se sentía como una colegiala indefensa sin saber que hacer ni que decir llegado el momento.
Por un momento le costaba respirar, no podía sostener la mirada del hombre que la acompañaba, estaba incluso mareada ante el torrente de imágenes que se le estaban pasando por la cabeza, tuvo que agachar la cabeza para esconder sus mejillas completamente encendidas.
El ambiente se hacía más espeso por momentos. Ahí estaba, él, de pie, tenía el primer botón de la chaqueta desabrochado y la miraba de una manera que, ¡Dioses!, tenía que reconocer, le volvía loca.
¡Laura! Qué demonios te está pasando, ¡Reacciona!
- Mmmmh…- ladeó la cabeza mientras desviaba la mirada hacia cualquier parte de la habitación que no fueran los ojos de Lee Adama.
- Mientras te decides… - dijo mirándola un poco más descaradamente de lo que pretendía - voy a… - y señaló con gesto divertido las botellas.
ee se servía ambrosía en un vaso, no se había dado cuenta de lo que la había echado de menos hasta ese preciso momento, la miró de reojo.
Laura estaba empezando a ponerse nerviosa, no ya por la última mirada de Lee, que la había dejado temblando, sino por sus propios dudas e inseguridades, que le impedían acercase al hombre que tenía enfrente y empezar a desnudarlo sin más, intentó decir algo insinuante para que fuera él quien diera el primer paso pero lo que le salió de su boca le sorprendió casi más a ella que a él.
- Siento mucho lo de Pegasus
- No, no, no, no, esto es un brindis para celebrar su regreso al Galáctica, y el mío… - sonrió resignadamente - no es momento de lamentaciones… - hizo una pausa - no teniéndote delante. - y dicho esto ofreció un vaso a Laura que lo cogió alagada, al ver la cara de Laura sonrió para sus adentros y acercando su vaso, al que mansamente sostenía la presidenta, brindó. - Me alegro de verte, Laura.
De un trago todo el líquido ambarino de su vaso se deslizó por su garganta quemándola por dentro, Lee sonrió de nuevo, y la miró, otra vez, así…era increíble como aquel hombre conseguía dejarla absolutamente desarmada con una simple mirada. Laura se guardo la mirada en su memoria y se relamió por dentro, estiró el brazo con el vaso vacio hacia él mientras movía la cabeza ligeramente y sonreía tímidamente.
Por unos segundos Lee no reaccionó, seguía sonriendo mientras la miraba, adoraba esa sonrisa de niña buena, como si nunca hubiera estado a solas con un hombre, como si no conociera las reglas, cuando en realidad las dominaba a la perfección, lo estaba haciendo, y le estaba dando resultado porque no podía dejar de mirarla, y sonreír, se detuvo especialmente en la línea de su escote, no supo decir si a propósito o por instinto, pero al levantar la vista pudo ver a Laura sonrojarse y eso le excitó más todavía.
Laura ni siquiera recordaba de que estaban hablando, era cosa suya, o llevaban bastante rato sin decir una palabra, en su mente solo estaban los ojos de Lee y su entrepierna, pero el valor para llegar hasta ella parecía haberse esfumado, solo parecía…
¡Qué demonios!
se acercó un poco más mientras Lee, que por fin había reaccionado, llenaba de nuevo el vaso de Laura.
No se inmutó ante el acercamiento, se quedo expectante ante la cercanía y disfruto de ella, estaba a punto de girarse para ofrecerle de nuevo el vaso a la presidenta cuando la mano de Laura le rozó el brazo y muy suavemente le quito el vaso de las manos. Se lo llevo a la boca sin dejar de mirarlo a los ojos, y muy lentamente, al mismo tiempo que el alcohol recorría su garganta, con la otra mano busco la de Lee.
Disfrutó el contacto con un suspiro amortiguado por el sonido del vaso al tocar la fría mesa, se acercó un poco más, no dejaba de mirarlo mientras dirigía las manos hacia el segundo botón de su chaqueta, el que desabrochó con una sutileza envidiable.
Lee acortó distancias un poco más para dejarse hacer, y uno a uno Laura fue deshaciéndose de los botones, cuando llegó al último se detuvo un segundo, para acariciar el torso desnudo que se acababa de descubrir ante ella, los dedos de la presidenta dibujaban líneas desde el pecho hasta la hebilla del cinturón, un vistazo rápido hacia la entrepierna del capitán le bastó para acercarse un poco más y susurrarle al oído mientras notaba como la erección de Lee Adama le rozaba:
- Yo también me alegro de verte, capitán Apollo.
Laura simplemente se acercó un poco más y dejó que el olor del hombre que tenía delante la embargará por completo, pero justo en el momento en que sus labios estaban a punto de unirse, lee la cogió en sus brazos, apretando fuertemente su cuerpo contra el suyo, y dio un giro de 180 grados, cuando Laura volvió a posar los pies en el suelo, no sabría decir cuánto tiempo había permanecido en el aire.
Lee dirigió sus manos a los pechos de la presidenta, y los masajeó dulcemente mientras besaba la comisura de sus labios despacio, sin prisa, como si todo el tiempo esperado no importara, Laura suspiró entrecortadamente mientras sentía las manos de lee recorrer su cuerpo, una risa tonta se apodero de ella al pensar que hacía solo unos segundos estaba dudando si acercarse o no, cuando sus bocas se juntaron, al fin, Laura pudo sentir como toda su existencia cobraba sentido al fin y al cabo.
Lee le quitó la camisa poco a poco mientras recorría su cuello con su lengua, Laura por su parte buscó su pelo y lo acarició con pequeños estirones cuando lee se recreaba en alguna parte en particular, la ropa, de ambos, fue cayendo poco a poco por su propio peso, y cualquier superficie parecía más que apetecible, con un rápido vistazo lee divisó su fantasía, y con un gesto rápido botellas y vasos cayeron al suelo poniendo banda sonora al momento, sin dejar de besarlo Laura se sentó en la mesa, y subió las piernas poco a poco acariciando las de lee a su paso, cuándo estuvo casi tumbada en su improvisada cama, lee de un saltó magistral se colocó encima, cuerpo contra cuerpo se dejaron llevar por la pasión que latía desde hacía ya mucho, que esperaba desde hacía ya mucho.
Cuando ya no pudo más Lee Adama se dispuso a penetrarla, a lo que Laura respondió abriéndose como una flor para él, lee pensó que no existía sensación más placentera que la que estaba experimentando en ese preciso momento, y comprobar que cada embestida era todavía mejor que la anterior lo volvió completamente loco.
Gemidos entrecortados salían de la boca de Laura, mientras arañaba su espalda, Lee se acercó para besarla, para impregnarse de su sabor, para acapararla por completo, para fundirse con ella.
Laura estaba deshaciéndose por dentro a cada nueva acometida, y el orgasmo la sorprendió mientras mordía el hombro del hombre que la extasiaba hasta el punto de perder la razón. Estiró todo su cuerpo como buenamente pudo mientras se deleitaba en su propio placer, lee la besaba por todas partes, justo cuando todo su cuerpo culminó la noble tarea de hacer disfrutar a la mujer que yacía desnuda frente a él.
El joven Adama se dejó caer a un lado, y mirando de reojo a Laura empezó a reír entre dientes.
- Lee… ¿En qué piensas? - dijo, por fin, Laura entrelazando su mano con la suya.
- En que era tal y como lo recordaba.
***************
Autor: abaut_time
Fandom: Battlestar Galactica
Parings: Laura/Lee
Spoilers: 3º temporada, después de el rescate de Nueva Cáprica.
Palabras: 1.593
Contenido: amor y sexo... wait! ¿o es al reves? las dos casicas, ¡vamos!
opción #5 del Amigo Invisible,de diario_de_kobol , espero que guste, sobre todo a quien vaya dirigido. Bueno como siempre hasta última hora he estado dándole mil vueltas, pero ya está, que sea lo que los Dioses de Kobol quieran… Ahí lo dejo:)
- Me dijeron que podía encontrarte aquí…
Las palabras de Laura Roslin sonaron con más seriedad de la que pretendía mientras entraba en la sala de pilotos, Lee Adama estaba sentado en una de las sillas con la mirada perdida en algún punto entre la mesa y el suelo.
Aprovechó, la presidenta, el momento para mirarlo de arriba abajo, lo cierto es que no había un día durante la ocupación en que no pensara en él, cada noche los sueños con un Lee Adama más atento de lo habitual la visitaban a deshoras para robarle el sueño y la cordura. Y no podía decir que no disfruta de ello, al fin y al cabo era lo único que tenía en Nueva Cáprica. El sonido de su voz la devolvió a la realidad.
¡Laura! - sonrió ante la presencia de la presidenta que estaba rabiosamente arrebatadora, pensó en levantarse y abrazarla pero temió que el tiempo trascurrido le abofeteara en la cara.
Laura creyó intuir las dudas de Lee, pero no se lo iba a poner tan fácil, había esperado mucho ahí abajo, demasiado.
- Estás preciosa - no podría haber sido más sincero ni habiendo querido - ¿Te apetece una copa?
- Oh! Desde luego… me encantaría, allí abajo no se podía disfrutar de un buen licor y de una buena compañía muy a menudo.
- Tendría que haber bajado a visitarla MÁS a menudo entonces… - dijo esto mientras guiaba a Laura hasta una mesa en la que había un buen surtido de botellas. - ¿Qué deseas? - señalaba la mesa abriendo las manos, una sonrisa se estaba empezando a dibujar en su cara.-
Laura miró la mesa y luego al hombre plantado delante de ella, luego otra vez la mesa y otra vez a Lee, mesa, Lee, mesa, Lee, mesa, Lee… sabía lo que él estaba esperando, o al menos creía saberlo, que por otra parte, ella también deseaba, pero por alguna extraña razón se sentía como una colegiala indefensa sin saber que hacer ni que decir llegado el momento.
Por un momento le costaba respirar, no podía sostener la mirada del hombre que la acompañaba, estaba incluso mareada ante el torrente de imágenes que se le estaban pasando por la cabeza, tuvo que agachar la cabeza para esconder sus mejillas completamente encendidas.
El ambiente se hacía más espeso por momentos. Ahí estaba, él, de pie, tenía el primer botón de la chaqueta desabrochado y la miraba de una manera que, ¡Dioses!, tenía que reconocer, le volvía loca.
¡Laura! Qué demonios te está pasando, ¡Reacciona!
- Mmmmh…- ladeó la cabeza mientras desviaba la mirada hacia cualquier parte de la habitación que no fueran los ojos de Lee Adama.
- Mientras te decides… - dijo mirándola un poco más descaradamente de lo que pretendía - voy a… - y señaló con gesto divertido las botellas.
ee se servía ambrosía en un vaso, no se había dado cuenta de lo que la había echado de menos hasta ese preciso momento, la miró de reojo.
Laura estaba empezando a ponerse nerviosa, no ya por la última mirada de Lee, que la había dejado temblando, sino por sus propios dudas e inseguridades, que le impedían acercase al hombre que tenía enfrente y empezar a desnudarlo sin más, intentó decir algo insinuante para que fuera él quien diera el primer paso pero lo que le salió de su boca le sorprendió casi más a ella que a él.
- Siento mucho lo de Pegasus
- No, no, no, no, esto es un brindis para celebrar su regreso al Galáctica, y el mío… - sonrió resignadamente - no es momento de lamentaciones… - hizo una pausa - no teniéndote delante. - y dicho esto ofreció un vaso a Laura que lo cogió alagada, al ver la cara de Laura sonrió para sus adentros y acercando su vaso, al que mansamente sostenía la presidenta, brindó. - Me alegro de verte, Laura.
De un trago todo el líquido ambarino de su vaso se deslizó por su garganta quemándola por dentro, Lee sonrió de nuevo, y la miró, otra vez, así…era increíble como aquel hombre conseguía dejarla absolutamente desarmada con una simple mirada. Laura se guardo la mirada en su memoria y se relamió por dentro, estiró el brazo con el vaso vacio hacia él mientras movía la cabeza ligeramente y sonreía tímidamente.
Por unos segundos Lee no reaccionó, seguía sonriendo mientras la miraba, adoraba esa sonrisa de niña buena, como si nunca hubiera estado a solas con un hombre, como si no conociera las reglas, cuando en realidad las dominaba a la perfección, lo estaba haciendo, y le estaba dando resultado porque no podía dejar de mirarla, y sonreír, se detuvo especialmente en la línea de su escote, no supo decir si a propósito o por instinto, pero al levantar la vista pudo ver a Laura sonrojarse y eso le excitó más todavía.
Laura ni siquiera recordaba de que estaban hablando, era cosa suya, o llevaban bastante rato sin decir una palabra, en su mente solo estaban los ojos de Lee y su entrepierna, pero el valor para llegar hasta ella parecía haberse esfumado, solo parecía…
¡Qué demonios!
se acercó un poco más mientras Lee, que por fin había reaccionado, llenaba de nuevo el vaso de Laura.
No se inmutó ante el acercamiento, se quedo expectante ante la cercanía y disfruto de ella, estaba a punto de girarse para ofrecerle de nuevo el vaso a la presidenta cuando la mano de Laura le rozó el brazo y muy suavemente le quito el vaso de las manos. Se lo llevo a la boca sin dejar de mirarlo a los ojos, y muy lentamente, al mismo tiempo que el alcohol recorría su garganta, con la otra mano busco la de Lee.
Disfrutó el contacto con un suspiro amortiguado por el sonido del vaso al tocar la fría mesa, se acercó un poco más, no dejaba de mirarlo mientras dirigía las manos hacia el segundo botón de su chaqueta, el que desabrochó con una sutileza envidiable.
Lee acortó distancias un poco más para dejarse hacer, y uno a uno Laura fue deshaciéndose de los botones, cuando llegó al último se detuvo un segundo, para acariciar el torso desnudo que se acababa de descubrir ante ella, los dedos de la presidenta dibujaban líneas desde el pecho hasta la hebilla del cinturón, un vistazo rápido hacia la entrepierna del capitán le bastó para acercarse un poco más y susurrarle al oído mientras notaba como la erección de Lee Adama le rozaba:
- Yo también me alegro de verte, capitán Apollo.
Laura simplemente se acercó un poco más y dejó que el olor del hombre que tenía delante la embargará por completo, pero justo en el momento en que sus labios estaban a punto de unirse, lee la cogió en sus brazos, apretando fuertemente su cuerpo contra el suyo, y dio un giro de 180 grados, cuando Laura volvió a posar los pies en el suelo, no sabría decir cuánto tiempo había permanecido en el aire.
Lee dirigió sus manos a los pechos de la presidenta, y los masajeó dulcemente mientras besaba la comisura de sus labios despacio, sin prisa, como si todo el tiempo esperado no importara, Laura suspiró entrecortadamente mientras sentía las manos de lee recorrer su cuerpo, una risa tonta se apodero de ella al pensar que hacía solo unos segundos estaba dudando si acercarse o no, cuando sus bocas se juntaron, al fin, Laura pudo sentir como toda su existencia cobraba sentido al fin y al cabo.
Lee le quitó la camisa poco a poco mientras recorría su cuello con su lengua, Laura por su parte buscó su pelo y lo acarició con pequeños estirones cuando lee se recreaba en alguna parte en particular, la ropa, de ambos, fue cayendo poco a poco por su propio peso, y cualquier superficie parecía más que apetecible, con un rápido vistazo lee divisó su fantasía, y con un gesto rápido botellas y vasos cayeron al suelo poniendo banda sonora al momento, sin dejar de besarlo Laura se sentó en la mesa, y subió las piernas poco a poco acariciando las de lee a su paso, cuándo estuvo casi tumbada en su improvisada cama, lee de un saltó magistral se colocó encima, cuerpo contra cuerpo se dejaron llevar por la pasión que latía desde hacía ya mucho, que esperaba desde hacía ya mucho.
Cuando ya no pudo más Lee Adama se dispuso a penetrarla, a lo que Laura respondió abriéndose como una flor para él, lee pensó que no existía sensación más placentera que la que estaba experimentando en ese preciso momento, y comprobar que cada embestida era todavía mejor que la anterior lo volvió completamente loco.
Gemidos entrecortados salían de la boca de Laura, mientras arañaba su espalda, Lee se acercó para besarla, para impregnarse de su sabor, para acapararla por completo, para fundirse con ella.
Laura estaba deshaciéndose por dentro a cada nueva acometida, y el orgasmo la sorprendió mientras mordía el hombro del hombre que la extasiaba hasta el punto de perder la razón. Estiró todo su cuerpo como buenamente pudo mientras se deleitaba en su propio placer, lee la besaba por todas partes, justo cuando todo su cuerpo culminó la noble tarea de hacer disfrutar a la mujer que yacía desnuda frente a él.
El joven Adama se dejó caer a un lado, y mirando de reojo a Laura empezó a reír entre dientes.
- Lee… ¿En qué piensas? - dijo, por fin, Laura entrelazando su mano con la suya.
- En que era tal y como lo recordaba.
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