Vio que la estaba mirando sonriente, así que le devolvió una sonrisa que trató desesperadamente que pareciese sincera. Todo aquello era un error. Él era buena persona, por supuesto. Parecía quince años mayor de lo que era, en gran parte por la ligera chepa y la precoz alopecia, pero era buena persona. No le gustaban los mismos libros que a ella, ni
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...y cuanto mal aquello de conformarse con cualquier cosa por miedo a la soledad
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Pero, si te sirve de consuelo, no creo que tú acabes nunca en una situación parecida.
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Sólo que mola. =) (el texto, no la situación)
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que buen cuento...
Que bien escribe, que agrado encontrar este blog :))
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Tu blog también ha sido un gran descubrimiento. Tienes muy buen ojo para escoger fotografías.
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Algún día iré a la librería y me encontraré un libro tuyo. Se te da de maravilla esto de las letras.
:***
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Una vejez rodeado de gatos es mucho mejor que una vejez compartida con alguien que aborreces. Bueno, excepto para mí, que soy alérgico a los gatos.
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