CAPITULO 15:
LUCIERNAGAS
Precauciones: Extremadamente peligrosos niveles de fluff y cursilería en adelante. Por favor, vuelva atrás si tiene problemas de alergia respiratoria o intolerancia a la lactosa. Gracias.
“Porque no hay nada tan hermoso como la forma en que el mar se niega a dejar de besar a la orilla, sin importar cuantas veces se tenga que alejar.”
[Frase del poema “B” por Sarah Kay]
MELODÍA RECOMENDADA Seúl, 2013
El resto de los días felices de verano transcurrieron y los cuatro amigos pasaron el tiempo juntos antes de que Suho tuviera que partir para Busán de nuevo. Pero más allá de todo, Suho y Jongin apreciaron su tiempo juntos. Fueron lo suficientemente cuidadosos para no ser demasiado expresivos en público, excepto por la vez que tuvo que llevarlo ebrio en sus hombros, la primera noche que Suho estuvo de vuelta en Seúl, y fueron especialmente cautelosos con sus padres, quienes aún encontraban el cambio en la naturaleza de su relación extremadamente inquietante.
El padre de Suho gastaba mucho tiempo aclarando su garganta cuando Jongin estaba en el apartamento. Había sido una figura permanente en la casa de la familia Kim por más de diez años, pero todo había cambiado y aclarar su garganta y hablar formalmente con Jongin era, aparentemente, la propia manera del hombre de lidiar con su disconfort.
Suho rememoró la conversación que tuvo con su padre en la primera noche. Severa y a los gritos-oh Dios, había sido tan fuerte- Papá lo había interrogado sobre si estaba seguro de que era gay o sólo era una especie de etapa-algo con lo que estaba experimentando. Luego lo regañó por haber ilusionado a todas aquellas pobres chicas. Después exclamaba qué era lo que pensarían aquellas chicas cuando lo vieran caminar por ahí con su nuevo novio, así que mejor que estuviera realmente seguro antes de salir con él abiertamente. Le pregunto quién era y no pareció sorprendido en lo absoluto por la respuesta de Suho. Luego preguntó muy rudamente si Jongin era la razón por la que su madre y él habían tenido que dejar el confort de su propia casa no una, sino tres veces, para viajar a Busan, el cual no era precisamente su destino favorito.
Aun con todo lo que destrozó los oídos la sesión con su padre, había dolido mucho menos que la conversación tranquila que tuvo con su madre. El peso aplastante de su calmada decepción había puesto a prueba su consciencia mucho más que el arrebato de ira de su padre.
La madre de Suho se sintió reamente triste por casi una semana, y luego volvió a tratar a Jongin como siempre -haciéndolo sentirse como uno de los suyos. Los chicos estaban bastante aliviados con que la madre de Jongin tuviera muchos menos problemas para adaptarse a su situación. Pero es que, había tenido un año y medio para lidiar con el hecho de Jongin siendo gay. Y siempre había adorado a Suho así que no le había costado mucho aceptarlo como el novio de su hijo.
Una semana antes de que el semestre de otoño comenzara, Suho hacía los preparativos para regresar a Busán y Jongin se quejaba amargamente acerca del tiempo que tendrían que pasar separados otra vez. Pero el otro solo reía- diciendo que probablemente ni siquiera recordaría su nombre una vez que el semestre hubiera comenzado en la Universidad de Hongik y el menor hubiera conocido a todos esos jóvenes y guapos hombres en el campus y alrededores del área de Hongdae.
“No es gracioso, hyung”
“Solo estoy presentando un hecho. Habrá muchos chicos más jóvenes y más guapos y no tan delgados, pálidos y pequeños como yo.” Sonrió un poco melancólico.
Quedaron recostados uno al lado del otro en la cama de Suho. Era una tarde de un día de semana y optaron por quedarse en casa en vez de ir a ver una película con Minho y Sehun y sus respectivas parejas. Jongin dio un largo y sufrido suspiro antes de voltearse y acomodarse sobre su hyung, atrapándolo con sus brazos y mirando directo a su rostro.
“¿Sabes que he tenido casi cinco años para cambiar de opinión, cierto? Habrá tantos chicos guapos como en la secundaria, tonto hyung. Sé lo que quiero, y no voy a cambiar de parecer. No puedo creer que estoy a punto de decir algo tan cursi como esto, pero eres todo lo que necesito y todo lo que alguna vez querré.” Tocó con su frente la de Suho, sellando su declaración con un profundo y casi castigante beso.
“Me debes una grande por hacerme decir algo tan cursi, hyung.” Lo fulminó con la mirada y Suho tuvo la decencia de parecer avergonzado.
“Lo siento, Jonginnie. No es como si no confiara en ti, yo sólo…es que tú eres…” y Suho tomó una almohada y hundió su rostro en ella mientras las palabras le fallaban.
“¿Qué intentas decir, hyung?” Jongin quitó la almohada, revelando un Suho sonrojado
“Eres muy atractivo, Jongin. Estoy seguro que muchos chicos y chicas tratarán de coquetear contigo cuando empiece el semestre. ¿Porqué no lo harían?”
“Espera, ¿Acabas de decir que soy…MUY atractivo?” Jongin estaba encontrando mucha diversión en su frustración y Suho lo golpeó en el brazo. Fuerte.
“Sabes que pienso que eres guapo Jongin, no te hagas el tonto”
“Pero nunca has admitido nada como eso”
“Por supuesto que lo he hecho” Protestó indignado
“No, no lo has hecho. Y he dicho cientos de veces que eres hermoso. Debería ser el de los complejos, no tú.”
“Pensé que te lo había dicho muchas veces- se que siempre lo he pensado. Y aquí estás, atrapado con alguien como yo, delgaducho y pálido”
“Para mí, eres simplemente hermoso, hyung.” Dijo Jongin, justo antes de besar su cuello y lamer todo el camino hasta sus pezones, para succionarlos delicadamente. Marcando la pálida piel cerca a la aureola, mientras Suho jadeaba con placer. Para cuando su lengua se sumergió en el ombligo de Suho, la punta del miembro del mayor había escapado de la pretina de sus bóxers azul marino. Lamió el pene de su hyung antes de continuar con sus esfuerzos para convencerlo de que amaba cada parte del cuerpo del que siempre había estado tan consciente. Dejó besos en el interior de sus muslos, sus caderas e incluso su tobillo.
“¿Alguna vez te he dicho que tengo una manía con tus tobillos, hyung? ¿Aquella vez estábamos en el sauna y tú tenías un brazalete con clave? Era algo así como sexy. Así que tengo una manía desde entonces”
“¿Qué?”
“Tus muñecas y tus tobillos. Me excitan, hyung. No lo puedo explicar. Por eso es que siempre estoy aferrándome a ellos cada vez que puedo. Te quiero comprar unos brazaletes en cuanto pueda costearlos.” Le dijo mientras besaba primero sus muñecas y luego su esbelto tobillo derecho.
“Sólo son tobillos y muñecas muy delgados, Jongin. No hay nada sexy en ellos.”
“No es verdad. De todas formas, no importa lo que digas, yo se lo que me gusta” Jongin rodó sus ojos. “Y no quiero escuchar más comentarios tontos sobre que me guste alquien más. Eso nunca sucederá. Así que detente”.
Antes de que pudiera decir algo más, bajó sus bóxers y Suho se perdió en las acciones de su húmeda y aterciopelada lengua y boca. Su espalda arqueándose contra el colchón, gimió el nombre de Jongin cuando sus dedos se entrelazaron y la palma contraria presionó la suya. En algún punto, la mano derecha de Jongin se aferra a su miembro y comienza los movimiento de arriba abajo que hacen a Suho jadear, “Jongin, Jongin, no puedo-“ Pero nunca termina lo que iba a decir pues la lengua de Jongin llena su boca y sus sentidos.
Minutos después, cuando Suho se ha derramado completamente sobre la mano de Jongin y sobre su propio estómago, toma su mejilla, lo besa y dice las mismas palabras que éste le había susurrado al oído todas aquellas semanas en Busán, “Te quiero dentro mío.”
Mientras lentamente Jongin hace su camino en su interior, lágrimas se forman en los ojos de Suho al sentir el dulce ardor de la penetración. Pero las lágrimas amenazan con caer principalmente debido a lo que Jongin le ha dicho, cuando ha entrado en él una y otra y otra vez, “No te dejaré hyung, no importa cuántas veces intentes alejarme. Siempre serás tú”. Y cuando se viene dentro suyo con las piernas de Suho alrededor de sus caderas y espalda, el mayor lo besa fervientemente sintiendo al menor continuar acariciando y admirando su cuerpo. Suho contiene sus lágrimas, en cuanto la huella de los dedos de Jongin se imprime en su piel. De forma indeleble.
Luego de esa tarde intensa, Suho nunca vuelve a mencionar la posibilidad de Jongin conociendo a otra persona.
* * *
La partida de Suho esta vez es más agridulce que devastadora, ahora que Jongin sabe que terminará sus estudios pronto y volverá a Seúl permanentemente. También acuerdan visitarse el uno al otro ahora y después-algo que Suho había rechazado siquiera considerar la primera vez que se fue.
La noche anterior a su partida, le dijo a sus padres que se quedaría a dormir en la casa de Jongin y ellos asintieron incómodos, evitando hacer contacto visual de ningún tipo. Su padre tosió múltiples veces, mientras Suho trataba de no sacudir su cabeza, divertido. Habían pasado muchas semanas, y su padre seguía comportándose extraño-pero al menos los había dejado estar juntos. Sabía que las cosas con sus padres podrían haber salido mucho peor.
Hacía un poco de frío en su habitación, así que se cubrieron con una colcha gruesa. Las luces estaban apagadas y yacían juntos en la media oscuridad-las rodillas flexionadas y las caras casi tocándose. Respiró la esencia masculina de la piel de Suho, tratando de memorizarla para los meses que vendrían. Su dedo delineó el labio superior de Suho, buscando por instinto el pequeño lunar que sabía que tenía allí.
“No estarás aquí mañana.” Dijo suavemente y el otro no respondió, simplemente ocultó su rostro en el cuello de Jongin y lo acercó más.
“Tengo algo para ti. No es nada especial, pero…es todo lo que me puedo permitir por ahora. De hecho, son dos cosas."
“¿No es el súper colorido, súper chillón set de pijamas combinables Stussy?” Suho bromea.
“Hyunggg. Amas esa camiseta, deja de fingir.” Jongin golpeó su brazo, dándole una mirada penetrante.
“Sí, amo esa camiseta, la uso todo el tiempo.” Sonrió y sus dedos comenzaron a jugar con el cabello oscuro de Jongin. “¿Qué me darás, Jonginnie?” Preguntó cuando Jongin encendió la lámpara y abrió el cajón de la mesa de noche.
“Dame tu mano, hyung.” La tomó y cuidadosamente, le abrochó un brazalete de cuero en la muñeca derecha. Hecho de hebras entrecruzadas de cuero marrón, unidas por una hebilla de metal, se veía bien en la delgada muñeca de Suho.
“No se ve femenino.”
“Desde luego que no. ¿Por qué te daría algo que se viera femenino?” Jongin manoteó su brazo. Luego fue hasta los pies de la cama y ajustó un brazalete igual al anterior, pero más largo, en su tobillo.
“Los chicos no usan brazaletes en los tobillos, Jongin.” Las cejas de Suho se elevaron dudosas.
“Realmente me gustan tus tobillos”
“Sólo son tobillos delgaduchos.”
“No, no lo son. ¿Lo vas a usar o no?”
“Preferiría no hacerlo. Pero ya que los compraste para mí…” Suho cierra los ojos, como quejándose. Y Jongin ríe ante su incomodidad.
“Ok, entiendo, no lo uses. ¿Pero al menos te lo pondrás para mí algunas veces?”
“Si” La voz de Suho suena apagada por la camiseta de Jongin cuando se entierra en su pecho por la timidez.
“Ok, eso es suficiente para mí. Pero ahorré el dinero trabajando a medio tiempo, así que al menos lo usaras ahora y después, hyung.”
“Eso es chantaje emocional.”
“Llámalo como quieras.” Rió entre dientes.
“También tengo algo para ti.”
“¿Me darás seis meses de suministro de leche de plátano?” pregunta Jongin, con ojos traviesos al levantar el rostro de Suho de su pecho.
“Te serviría mucho si lo hiciera.” Suho da un golpecito en su frente.
“¡Auch! ¿Qué demonios, hyung?!”
“Me estás haciendo usar un brazalete en el tobillo, no tienes de qué quejarte.” Le lanza una mirada feroz.
“Ok, está bien. No diré nada más. ¿Qué tienes para mí?” Jongin da un ruidoso y dramático suspiro y apoya su cabeza al tiempo que se recuesta de costado, observando a Suho. Buscando sus jeans, que están hechos un bulto en el suelo cerca a la cama, recoge de su bolsillo frontal; una bolsita de seda de cordón verde pálido. E inmediatamente, está sujetando un elegante brazalete de identificación hecho en cadena en plata de acabado mate en la muñeca bronceada de Jongin. La banda de plata luce fría y metálica en su piel-
“Lee la inscripción.” Suho lo anima y Jongin voltea la banda lisa. Grabado elegantemente en el metal están los caracteres Hangulaesekki: 애새끼 [mocoso].
“HYUNGGGG!” Jongin gruñe y le lanza una almohada, antes de abrazarlo fuertemente mientras ambos se desploman de risa.
* * *
Seúl 2013…Un día después
Mirando fijamente al techo de su habitación, Jongin se repite a sí mismo que Suho volvería para visitarlo pronto y no había absolutamente ninguna razón para estar triste. Pero su corazón nunca había escuchado a su cerebro y continuaba latiendo con una dolorosa sensación de vacío. Al menos no lloró hoy cuando se dijeron adiós en la estación de tren. Y trató de pasar todo el día sin derramar una lágrima. Pero ahora que estaba recostado en su cama y podía oler el sutil perfume de Suho adherido a su almohada y sus sábanas, se volvía más y más difícil no desahogarse.
Se preguntaba que estaría haciendo en Busán y decidió textearle en diez minutos. Si es que para ese tiempo no tenía noticias de él. Dos minutos pasaron antes de oír un gracioso sonido, la pantalla de su teléfono iluminándose. Era una notificación de Kakaotalk. Suho le había enviado una foto y clickeó en el archivo adjunto, impaciente. Jongin se echó a reír fuertemente. Era una selca del esbelto tobillo de Suho, adornado con el brazalete de cuero que él le había regalado. Un texto venía acompañando: ¿Feliz ahora? -_-
“¡Assah!” Jongin elevó su puño en el aire triunfante y sus hermosos rasgos se transformaron en una sonrisa al empezar a responder con una broma- su anterior melancolía disipándose con cada palabra que escribía.
--------------------------
EPILOGO
Seúl, 2017
Era verano. Las luciérnagas podían verse ya y Suho y Jongin decidieron hacer su peregrinación anual al campamento cerca al campo de luciérnagas. Minho iba a casarse con Jinri en cinco semanas y les había pedido a ambos ser sus padrinos. Anticipando el hecho de que la locura pre boda pronto alcanzaría los niveles de la histeria, habían resuelto tomarse un pequeño y tranquilo descanso de la vida cotidiana y el trabajo en el campamento. Después de empacar su equipo de camping y un par de frascos de miel, ambos dejaron su confortable apartamento en Seúl. Habían acordado dejar sus gatos, Soju y Makgeolli con un Sehun quejándose y sintiéndose muy agraviado por el asunto y un muy alegre Luhan. El último amaba a los gatos e ignoró todas las protestas de su compañero acerca de cuan molesto iba a ser, accediendo feliz a adoptar los gatos por los días que estarían fuera.
“Creo que podré convencerlo de tener un gato después de esto-quiero decir los bettas son lindos, pero no se pueden acurrucar en tu regazo como un gato.” Luhan susurró a Jongin luego de poner a Chucks de nuevo en la puerta principal.
“¿Por qué siquiera te molestarías en convencer a Sehun? Sólo llega a casa con un gato un día.” Jongin mencionó con una risita mientras anudaba sus agujetas.
“Bueno, lo he estado forzando con muchas cosas que a él de hecho no le gustan o no quiere, así que pensé que le dejaría decidir algo al menos en esto.” Dijo Luhan sabiamente y Jongin estalló en una risa incontrolable- el sonido atrajo a Sehun de donde sea que hubiera estado acechándolos.
“¿Estás diciendo mentiras sobre mí otra vez?” Sehun se quejó fríamente.
“Nunca dije nada que no fuera cierto, y Jongin ya sabe que lo idiota que eres de todas maneras. No necesita de mi ayuda.”
“¿Me acabas de llamar idiota?” Sehun elevó una ceja, indiferente.
“Lo hice.” Luhan sonrió y Sehun movió la cabeza, incrédulo ante su descaro.
“Jongin, por favor, no más pequeños viajes donde tengas que dejar tus animales peludos en el umbral de mi puerta, por favor.”
“Nadie lleva a sus gatos de campamento, Sehun.”
“¿Entonces deja de acampar, y ya?”
“No te quejes Sehun. Sabes que usualmente dejamos nuestros gatos con los padres de hyung, pero están fuera de la ciudad esta semana. Además, creo que Soju y Mack le temen un poco a Hamtaro.”
“¿Por qué siguen acampando, de todas formas? No es como si fueran aún adolescentes y no pudieran pagarse un viaje mejor, pero ustedes siguen volviendo al mismo lugar.”
“Es sólo…algo que hacemos Sehunnie. De cualquier manera, debo irme, hyung me está esperando en el auto. ¡Gracias de nuevo! Los llevaremos a cenar fuera la próxima semana. ¡Adiós!”
* * *
Dos luciérnagas entraron volando juntas como una sola en el frasco y Suho estaba a punto de poner la tapa cuando Jongin lo detuvo poniendo sus brazos alrededor de sus hombros. “Espera, hyung.”
Dos luciérnagas flotaban sin rumbo cerca y pronto estuvieron revoloteando en el borde del frasco, moviéndose de arriba abajo en el.
"¿Recuerdas cuando vinimos aquí con Sehun y Minho? ¿Antes de que te fueras a Busan? ¿Me dijiste tonterías sobre que era una luciérnaga y querías que fuera libre, y tú no querías ser el frasco que me retuviera?”
Suho asintió en respuesta al tiempo que enlazaba sus dedos con los de Jongin
“Te equivocaste hyung. Siempre has estado equivocado. Nunca fuiste el frasco de vidrio. Yo te lo decía, pero eres un tremendo terco.”
“¿Entonces qué soy?”
“Eres una luciérnaga también, hyung. Has sido una luciérnaga todo este tiempo y las luciérnagas se pertenecen una a la otra. Como esos dos insectos en el frasco ahora. ¿Los ves?”
“Si Jongin, ahora lo veo.” Se reclina en el brazo del más alto, antes de preguntar. “¿Sabías que las luciérnagas son llamadas hotaru en japonés?”
“No, no lo sabía. ¿Pero por qué me estás contando como se dice luciérnaga en japonés?” Jongin alejó el flequillo de Suho de sus ojos y dejó su mano viajar desde su mejilla y cuello, hacia abajo; permitiendo que descanse cerca de su clavícula izquierda.
“Bueno, en la cultura japonesa, las luciérnagas son el símbolo del amor apasionado.” Dijo mientras llevaba sus manos unidas detrás de la cintura de Jongin y lo acercaba - tan cerca que sus caderas se tocaban y podían respirar la esencia en la piel del otro; los extremos de sus pestañas tocándose.
“Eso no es muy científico, hyung” Rió Jongin.
“No todo se trata de ciencia, Jonginnie.” Evocó las palabras de ese verano seis años atrás, en la noche de luciérnagas cuando Jongin había dado el primer paso, e iniciado a Suho en el camino en el que ahora estaban.
“¡Hah! Y te burlaste de mí todos esos años porque decía que las luciérnagas obtenían su brillo cuando eran rociadas con polvo de hadas” Jongin dijo con un bufido.
“Bueno, aprendí de los errores en mi camino. Estabas en lo cierto, Jonginnie, no todo tiene que ver con la ciencia” Suho recargó su barbilla en el fuerte hombro de Jongin. “Estaba pensando…”
“¿Hmm…?” Inquirió al besar la frente de Suho.
“Casémonos.” Suho dijo casi casualmente y sobresaltado, Jongin se deshizo de su abrazo de forma que pudiera ver el rostro del otro.
“¿¡Qué?! ¿Cómo podríamos? Nuestros padres de volverían locos y no lo podemos hacer en Corea de ninguna forma. Sólo…no podemos hacer eso.”
“Todo lo que necesito es un sí o un no, Jonginnie. Imagina que este es un mundo perfecto-no te preocupes de los porqués. ¿Dirías que si?” Suho lo observaba expectante, y fue sorprendido cuando el más joven golpeó su hombro.
“¡¿Qué clase de estúpida pregunta es esa?! Desde luego, sí. No es como si supiéramos estar con alguien más, de todos modos.”
“No estás siendo muy romántico.” Suho ríe por lo bajo.
“Me hiciste una pregunta muy estúpida, hyung, ¿qué esperabas?”
Le da una mirada misteriosa y busca en el bolsillo de sus jeans, antes de sacar una pequeña caja negra, y Jongin siente sus latidos acelerarse cuando el mayor abre cuidadosamente la tapa cuadrada de terciopelo. Dentro, asentado en una cama aterciopelada color gris pálido, están dos anillos de platino idénticos. No sabe que decir mientras Suho toma uno de los anillos y le pide que lea la inscripción. Un caracter kanji que no reconocía: 螢.
“¿Qué significa, hyung?”
“Lo hice inscribir en ambos anillos. Es ‘hotaru’, la palabra japonesa para luciérnaga.”
“Hyung, yo…” a Jongin se le olvidan las palabras al pasar por su mente imágenes de noches de verano idílicas, cuando él y Suho iban a cazar luciérnagas cerca de su edificio de apartamentos. Luego se ve a sí mismo en este campo, quitando cuidadosamente la luciérnaga del rostro de su hyung mientras este lo miraba ansiosamente. En seguida, vio a ellos dos recostados en el mismo campo cuando le dijo a Suho que lo amaba por primera vez. Y entonces volvió al presente, a donde estaban ahora juntos, con las luciérnagas moviéndose e iluminando sobre ellos- como en las otras dos ocasiones.
“Hagámoslo ahora. No necesitamos estar en una iglesia o una oficina de registro. Sólo necesitamos estar casados en nuestros corazones y las luciérnagas pueden ser nuestros testigos. Aquí es donde comenzamos, Jongin, así que creo que es el lugar perfecto para hacerlo.” En seguida, tomando las manos de Jongin en las suyas, Suho pronunció solamente, “¿Te casarías conmigo, Kim Jongin?”
“¡No puedo creer que lo planearas todo sin decirme! Me hiciste llorar, estúpido hyung.” Los ojos de Jongin están al borde de las lágrimas, y trata de secarlos con el dorso de las manos mientras mira amenazadoramente a Suho. “¡No puedes hacer eso. No puedes hacer cosas como estas sin avisar a la gente!”
“¿Necesitas más tiempo? ¿Te lo puedo proponer de nuevo el año próximo si necesitas más tiempo?”
“No es gracioso.” Jongin lo golpea en el hombro, con expresión frustrada.
“¿Eso es un sí?”
“¡Sí, sí que es un sí! Estúpido, estúpido hyung.” Ahora las lágrimas de Jongin fluían sin control, mientras que toma a Suho y lo besa, con toda la emoción contenida amenazando con salírsele del pecho.
“Esperaba una respuesta más romántica, Jonginnie, una donde no incluyeras las palabras ‘estúpido hyung’ en ella, pero la acepto.” Los ojos de Suho ahora están húmedos de lágrimas, al tiempo que acaricia con cariño, la mejilla del menor.
Atraídas por el ruido que hacían ambos, las luciérnagas flotan más cerca y ahora revolotean sobre ellos-creando una fascinante y brillante nube de luces. Silenciosamente, Suho deslizó el anillo en el anular izquierdo de Jongin y plantó un prolongado beso en sus labios. Entonces Jongin tomó el otro anillo, y con el corazón en los ojos, colocó la banda de platino el anular derecho de Suho.
“Por siempre, Jonginnie.”
“Por Siempre, hyung.”
Suho enrolla sus dedos en la nuca de Jongin y desciende su cabeza, sus labios uniéndose con tácito anhelo y ansía. Las luciérnagas no prestan atención a las dos figuras en su entorno y continúan bailando y flotando, dejando rastros centelleantes a su alrededor, encendiendo la cálida noche de verano con su brillo.
FIN
←