V
¡Baekhyun!”
No le llama la voz agradable de Chanyeol. Es la voz que escucha en las pasadías que tiene sobre su hogar.
Baekhyun suelta a Chanyeol y corre hacia detrás de los estantes. El hombre que entra lo persigue. El espacio es pequeño y hay una sola puerta y Baekhyun se convirtió en hombre muerto en el momento que entró allí.
Su voz aterrorizada rebota contra los muros mientras evade al hombre. Sus ojos están exclusivamente concentrados en el otro, así que nunca ve al que choca contra el antes de correr directo a sus brazos y estrellarse contra él, haciendo que ambos caigan al suelo.
Lanza patadas y mueve su cuerpo de izquierda a derecha intentando liberarse. Los brazos que están su alrededor son fuertes y lo sostienen con firmeza. Lanza su cabeza hacia atrás logrando golpear la barbilla del hombre. Su agarre se afloja, pero no lo suficiente como para que pueda escapar.
“¡Déjame ir! ¡Déjame ir! ¡Suéltame!” Grita mientras su cara pasa de estar blanca a estar roja. Se mueve violentamente en el agarre del hombre, se mira como un pequeño roedor tratando de escapar de las garras de un oso. Patea todo lo que puede alcanzar, golpeando todos los productos de los estantes y tirándolos al piso.
Casi sin esfuerzo el hombre se pone de pie, sosteniendo a Baekhyun contra su pecho como si fuera un niño caprichoso.
“Suéltalo.” Chanyeol bloquea el paso del hombre. Su expresión es dura y enfurecida. Baekhyun nunca había tenido la oportunidad de verlo tan serio antes. “O de lo contrario.” La amenaza flota en el aire por unos segundos mientras Baekhyun inhala aire. La tensión en su pecho se alivia un poco porque un poco de esperanza entra en el. Chanyeol puede salvarlo. Chanyeol lo salvaría.
“Fuera de mi camino.”
Baekhyun no presta atención a que es lo que Chanyeol toma, pero el hombre que lo sostenía lo deja ir cuando su cabeza se estrella contra un muro. Baekhyun se tambalea lejos de él, tomando a Chanyeol por la muñeca y corriendo hacia la puerta. Puede escuchar el hombre gruñir - un dragón recuperándose de un pequeño imprevisto.
Ni siquiera ha dado dos pasos antes de que alguien lo lance contra el estante más cercano. Baekhyun grita por el dolor que le causa el metal en su costado y los productos que rasguñan su rostro. La mano continúa empujándolo, casi cortando su respiración y puede sentir como se comienzan a formar moretones. Su mano se mueve atrás de él, buscando a Chanyeol.
Puede escuchar que está luchando, escupiendo advertencias a quién lo está agarrando.
“No te metas en esto muchacho, es un asunto privado.” Baekhyun tiembla al escuchar la voz. Solloza mientras intenta liberarse. Mira a su alrededor buscando una ventana que pueda romper para escapar, la puerta más cercana, el arma más cercana. “Y señor, usted debería colgar ese teléfono si no quiere que su cerebro manche el piso.” El murmullo que escucha después debe pertenecer al cajero de la tienda. “Ven, Baekhyun. Ya nos has dado suficientes problemas.”
“¡No lo haré! ¡No puedes hacer esto!” Centra todo su peso en sus pies, intentando permanecer en el piso mientras tiran de él hacia arriba. “¡Ya no soy apto!”
Baekhyun ve como el Sumo Sacerdote camina con cuidado entre el desorden que ha creado. Su larga túnica blanca, adornada con bordados de llamas, brilla bajo la luz fluorescente de la pequeña tienda. Chasquea la lengua cuando ve a Baekhyun. “No puedes imaginar los problemas que has causado, niño. No podemos desperdiciar otro momento. Tu décimo octavo cumpleaños está muy cerca y eso no me agrada.”
“¡No regresaré!” Grita Baekhyun. Da una patada detrás de las rodillas de su captor y se arrastra en dirección contraria, hace cualquier cosa que pasa por su cabeza.
“Niño, ¿Si no vas a casa a dónde iras?” La forma en la que el Sumo Sacerdote sonríe hace que Baekhyun se sienta enfermo. “Dios ha estado esperando por ti.”
“No, jódete.” Baekhyun el escupe. No logra ver si tuvo éxito porque una palma grande le golpea el rostro. Se tambalea hacia atrás, tropezando con sus pies y aterrizando de una forma dolorosa en el piso. Su cabeza aún está ladeada hacia la izquierda, le arde la mejilla y comienza a sentir que se le adormece poco a poco, se percata de que está es la primera vez que le han dado una cachetada.
“¡Déjenlo sólo de una puta vez!” La voz de Chanyeol es un ruido insignificante. Incluso suena como si intentaran obligarlo a callar.
“Ninguno de mis hijos me avergonzará, ¿Me escuchas?” La voz de su padre es tan intimidante como lo ha sido desde el día en el que nació. No puede recordar un solo día, ni siquiera un día, en el que la voz de ese hombre estuviese mezclada con algo cercano al afecto. “Ya has jugado suficiente. Es una vergüenza tener que buscarte cuando se supone que deberías estar frente a los pies de dios por tu propia voluntad.”
Baekhyun resopla, sintiendo como el miedo se aleja para darle paso a una oleada de rabia. “¿Vergüenza? No te he avergonzado lo suficiente.” Escupe sus palabras, parándose en sus inestables pies. Un hombre tira de él violentamente, sosteniéndolo para que no pueda correr. “Ya no soy su sacrificio virgen y puro.” Se ríe. “He bebido. He follado. Lo he hecho todo.”
Un silencio fúnebre llena el lugar. Las cabezas se voltean a ver al Sumo Sacerdote, quien se ve como si fuera a desmayarse.
“No-no.” Tartamudea. “El chico está diciendo estupideces. Es tan puro como el día en el que nació. Puedo sentirlo.”
“Miente tanto como quieras.” Baekhyun ríe. “Continua pensando que esas estatuas de piedra pueden escucharte.”
“¡No te manches al lengua!” Escucha a su padre advertir.
“¿No me creen? Pregúntenle a él.” Baekhyun apunta su barbilla hacia Chanyeol. “Pregúntale que hice con él. Se lo supliqué, padre. Le supliqué como una puta y él me folló y fue tan bien, incluso aún se me dificulta caminar-”
“¡Suficiente!” La voz de su padre lanza una última advertencia como un estruendo. La valentía de Baekhyun desaparece ante el tono de su padre. Puede sentir que sus rodillas están temblando, pero mantiene una apariencia firme. Ya está muerto. No hay forma de que pueda sobrevivir, por lo que decide tomar represarías. Decide hacerles sufrir de la única forma que puede hacerlo. “Lo hicimos más de una vez.”
Baekhyun es arrebatado del agarre de su captor cuando su padre tira de él por el cuello de su camisa y lo empuja hacia atrás. El movimiento es tan repentino que no puede balancear correctamente su peso en sus pies y termina desparramado en el piso.
Puede escuchar una voz gritar sobre el estante. “¿Lo has tocado?”
Baekhyun estira su cuello, tratando de ver de dónde proviene la voz y reza para que la pregunta no sea dirigida a Chanyeol.
“Mientes. ¡Dime que está mintiendo!” El tono oscuro de la voz de su padre lo hacen pensar otra vez. Los ojos del hombre están manchados con venas y su rostro está hinchado y rojo. Es notable que ninguno de sus hijos heredará su rabia. “Dime la verdad y no te mataré en este momento.”
Baekhyun lo mira directamente a los ojos. “Puedo decirte a que sabe el alcohol, pero ¿Preferirías saber el sabor del semen?”
Baekhyun se encoge en el piso cuando su padre se acerca de forma amenazante.
“Byun, no lo hagas.”
No hay duda que su padre habría roto su cráneo si no hubiese sido detenido por el Sumo Sacerdote. En su lugar da una fuerte patada en su estómago. Le falta aire y se encoge en una diminuta bola. Tose y sisea, arañando las resbaladizas baldosas buscando algo firme que sujetar. No se había percatado que estaba llorando hasta ahora.
Sus ojos siguen las botas de su padre y el otro par de botas que van detrás de él. Baekhyun intenta comprender lo que está pasando. Parece que todo el mundo se está reuniendo en otro lugar y la inquietud crece en él cuando descubre que se acercan a Chanyeol.
“¿Lo tocaste?” La voz de su padre es calmada y extrañamente serena al punto que hace que todos los vellos de Baekhyun se ericen.
Baekhyun llora en el piso, sabiendo que el silencio es a causa de la culpa de Chanyeol y será la razón de su muerte. Dice un suave ‘no’ que es enmudecido por Chanyeol diciendo inquebrantablemente “Sí.”
Escucha a su padre decir maldiciones. Escucha el primer golpe, el segundo y el tercero. Después del cuarto finalmente grita. “¡Alto! ¡No lo lastimen! ¡Alto, por favor!” Baekhyun se pone de pie, moviendo su cuerpo con la ayuda del estante. “¡Deténganse! ¡Alto! ¡Alto! ¡Alto!”
Tan pronto como llega a la esquina donde estaba, ve a su padre sacar una espada. “Oh, no, no, no, no.” Baekhyun se abalanza sobre el hombre que está más cerca, empujándolo para tratar de quitarle el arma a su padre. Está lleno de rabia y apenas es consciente de lo que está haciendo porqué todo lo que quiere hacer es derramar sangre. “¡No hagas esto!”
Lo empujan otra vez y él lanza un grito enfurecido. Baekhyun golpea su rostro contra el estante antes de caer en el piso y su grito se ahoga en su garganta. Siente como el lado romo de la espada golpea su columna, provocando que su espalda se arqueé, que se aleje por el dolor. Puede sentir la sangre que corre por su mejilla, pero Chanyeol le preocupa más, porque los golpes de parte de los otros caen como lluvia sobre él.
“¡No lo lastimen! ¡Por favor! ¡Ha sido muy bueno conmigo!” Baekhyun llora. Se da la vuelta e intenta arrastrarse hasta donde están antes de que un pie empuje su hombro contra el piso, inmovilizándolo. “¡Detengan está locura!” Golpea sus puños sin prestar atención contra la persona que está deteniéndolo.
De repente recuerda algo. Mueve sus manos con urgencia al bolsillo de su camisa, cuando nota que no está usando su sudadera. Rápidamente revisa sus pantalones, suplicando, por favor, por favor, por favor, cuando el horro finalmente llega a él.
Dejo la navaja en su mochila. La dejó dentro del auto, en el maletero.
Se volvió inútil cuando Chanyeol se volvió la luz del camino, cuando se volvió una constante. No la necesitaba más. Estaba cómodo, se sentía protegido, era feliz. No había nada que temer.
Baekhyun grita, llora y se agita sin poder hacer nada. Continúa buscando el arma en todas partes, con la esperanza de que esté equivocado y pueda encontrarla en alguna parte.
Se lamenta mientras ve a Chanyeol intentar defenderse. Puede ver como la fuerza se escapa de él. Puede ver como pequeñas gotas de sangra salpican todo a su izquierda y derecha. “¡Oh, no! ¡No! ¡Por favor!” La garganta de Baekhyun comienza a doler porque no ha dejado de gritar. Se arrastra por el piso, intentando evitar que su padre haga descender la espada- NO ¡NO!”
La espada se hunde en carne. Una vez. Y otra. Y otra.
Chanyeol no dice una palabra durante el ataque. Sus jadeos y gruñidos son suficientes.
“¡Alto! ¡Lo estás matando! ¡Lo estás matando!” Baekhyun tira de su cabello. Su sangre se mezcla con sus lágrimas y su sudor seco mientras grita con suficiente fuerza como para que lo escuchen a kilómetros. “¡Alto!”
El cuerpo de Chanyeol se sacude de repente y su posición cambia. Sus miradas se encuentran, pero no sabe que es la última vez que lo harán. Nunca pensó que la última imagen que vería del amigable extraño sería la de sangre manchando su rostro, su ropa y alrededor de todo su cuerpo. La sangre brilla como una señal de advertencia en las baldosas blancas del piso.
Estira su mano hacia Chanyeol por primera vez, por última vez. Jura que Chanyeol intenta hacerlo, también.
Pero algo se hunde en el cuerpo de Chanyeol y algo rojo salpica el rostro de Baekhyun. Voltea su rostro mientras grita y hunde sus uñas en su piel. Manos grandes lo obligan a pararse y a alejarse. Baekhyun se aferra al objeto más cercano, rehusándose a dejar a Chanyeol así. Grita su nombre, como un hombre que está a punto de morir clama a su dios, pero el otro no se mueve. La mancha roja a su alrededor parece hacerse más grande. Baekhyun llora, le ruega que se levante aun cuando su cuerpo yace sin vida, recibiendo patadas injustificadas y siendo atacado por maniáticos con armas.
Cuando su padre se mueve, puede ver un poco del rostro de Chanyeol y deja que sus dedos se deslicen. Su voz se queda atrapada en su garganta. Hay puntos negros que manchan su visión y se siente débil.
Es jalado y lo sacan de la tienda. El aire fresco lo saca del shock, sólo para que pueda ver que Candy comparte el mismo destino de su dueño. Su cuerpo yace inmóvil junto a surtidor de combustible, hay una mancha de sangre alrededor de su cabeza y Baekhyun se da cuenta que el disparo que escucho con anterioridad debió ser el que la mató.
Llora mientras lo arrastran a lo lasco de la gasolinera vacía hacia la camioneta.
“¡Son unos monstruos! ¡No merecen ser felices!” Baekhyun grita. Siente que las fuerzas se escapan de su cuerpo y se ve obligado a enfrentar su destino, mientras llora sin poder hacer nada.
Lo empujan dentro del vehículo, sus manos son atadas por una persona que estaba allí. Cuando se mueve hacia la luz, Baekhyun está completamente sorprendido. “¿Tú?” La persona no responde, pero Baekhyun se percata que él fue el ángel de la muerte. Él fue quien los condeno a morir. Él le dijo a la tribu donde buscar, hacia donde se dirigían y a quién buscar. “¡Chanyeol confiaba en ti!” Baekhyun grita.
Trata de acercarse más a él, intenta liberar sus manos para poder despedazar a ese hombre. Pero lo obligan a quedarse en su asiento con facilidad.
“¡Hijo de puta! ¡Hiciste que lo mataran! ¡Chanyeol confiaba en ti e hiciste que lo mataran!”
“No, Baekhyun.” D.O dice, en voz baja y lentamente. “Tú lo mataste cuando decidiste escapar. Si te hubieras quedado en casa nada de esto habría pasado.”
Baekhyun se traga todas las palabras que amenazaban con salir. Su lagrimas caen abundantemente, es especial cuando se da cuenta que lo que D.O dijo es cierto. Baekhyun hizo que los mataran. Si hubiese cargados sus problemas por su cuenta, Chanyeol y Candy aún estarían vivos. Eran buenas personas y merecían un final feliz.
Chanyeol no merecía eso. Él no lo merecía. Nadie lo merece. No lo merecía su abuela. No lo merecía Candy. No lo merecía Chanyeol.
Baekhyun se derrumba, golpeando su frente contra el asiento de adelante. Intenta liberar sus manos, ignorando como la áspera cuerda lastima su muñeca huesuda.
“Sólo vamos a limpiar un poco y nos dirigiremos a la cuidad. Ya casi es tu décimo octavo cumpleaños.” D.O le informa a Baekhyun. Baekhyun lo voltea a ver con la expresión más desagradable que tiene. D.O se queda en silencio por un momento, tomando un pequeño trozo de papel del tablero. Una sonrisa de abre camino en su rostro. Sostiene el papel para que Baekhyun pueda verlo.
Atrápenme si pueden.
Es obligado a recordar el día en el que lo escribió en su salón de clase. Lo llevó un su bolsillo todo el día. Lo mantuvo cerca mientras empajaba todas sus pertenencias en dos bolsas pequeñas. Pensó sobre él mientras pintaba insultos en los muros de su habitación. Lo alisó antes de poner un pisa papel e irse en silencio.
“Fin. Del. Juego.” Lo pega en la frente de Baekhyun antes de salir del vehículo. El papel se despega y cae entre sus pies, desapareciendo en la oscuridad.
Con la vista borrosa, Baekhyun observa como arrastran el cuerpo de Chanyeol al exterior de la tienda. Él ya no está luchando. Ya no se mueve. Hay demasiada sangre manchado a todos, en el piso donde lo arrastran.
Ve a dos hombres de su tribu cavando un agujero a un lado de la carretera y entiende lo que van a hacer.
“Lo siento tanto, Chanyeol. Lo siento tanto.” Baekhyun le dice entre sollozos a nadie. Voltea a ver hacia otro lugar, pero ya se ha imaginado lo que está pasando. Será un recuerdo que lo perseguirá durante todo el tiempo vivo que le queda. No necesita ver porque su mente le da una clara imagen de Chanyeol siendo arrojado al agujero, con Candy sobre él y como la luz de la luna dejará de brillar sobre sus rostros cuando la tierra comience a cubrirlos.
Salta cuando escucha un disparo. Se voltea a toda prisa y ve como uno de los hombres aparta el arma de donde Chanyeol estaba.
“Oh-oh-” Baekhyun dice. Intenta controlar su respiración para no desmayarse. Chanyeol aún estaba vivo. Aún estaba vivo cuando lo sacaron.
Se voltea otra vez, muriendo el asiento frente a él y gritando contra su respaldo. Grita disculpas y maldiciones. Cuando su voz casi ha desaparecido, comienza a llorar, otra vez, intentando sin resultados soltar las cuerdas que lo atan y sólo entonces es consciente del destino que le espera.
Parece que pasan siglos antes de que todos vuelvan. Baekhyun se atreve a mirar al lugar donde estaban escavando y hay un pequeño montículo allí. Mira alrededor intenta ver si puede encontrar el lugar donde pusieron toda lo que limpiaron. Todos los rastros de Candy y Chanyeol han desaparecido. Incluso su sangre.
Le dan a D.O las llaves del auto de Chanyeol para que lo conduzca. Baekhyun quiere maldecirlo en voz alta, pero ya no tiene voz. Le desea la muerte en sus pensamientos. Espero que tengas un accidente y te quemes hasta morir. Espero que mueras de una forma tan dolorosa como la que hiciste que el muriera. Espero que…
Sus lágrimas se secan, pero continua llorando y gimiendo en dolor. Apenas puede sentir que le duele el cuerpo o que le arden las muñecas. Es su corazón el que duele de forma insoportable. Siente que está a punto de partirse en dos. Apenas puede abrir sus ojos de tan hinchados que están y su garganta le arde cada vez que traga.
Intenta aferrarse a sus recuerdos, a las memorias felices de cuando comenzaba a ir a la escuela. A las galletas de su abuela. Se ahoga en recuerdos cuando piensa en el pasado de Chanyeol. ¿A quién dejó Chanyeol atrás?
Vuelve a pensar en la primera vez que se conocieron. Todo comienza como una película a partir de allí, cuadro por cuadro, momentos felices seguidos por más momentos felices y memorias después de más memorias. Los ve acostados bajo el cielo estrellado en la playa. Los ve tirándose polvos de colores. Los ve disfrutando viajes largos, bailando y jugando. Los ve haciendo cosas que nunca hicieron, pero Baekhyun quería que hicieran. Ve los labios de Chanyeol junto a su oreja y escucha la voz de Chanyeol prometiéndole que va a protegerlo y siente los dedos de Chanyeol mientras dejan rastros ardientes sobre su piel.
Baekhyun llora aún más fuerte cuando la imagen se interrumpe. Las fantasías se alejan para darle paso a la realidad. No le queda fuerza en ninguna parte de su cuerpo. Corrió tan lejos como pudo y piensa que ha corrido lo suficiente. Lucho todo lo que pudo. Ya no hay nadie que pueda salvarlo.
Deja que lo arrastren como un saco, sin enterarse de cuando el vehículo se puso en marcha o se detuvo.
El sol está saliendo cuando pone sus pies en el suelo de su hogar. Condujeron sin detenerse hacia la cuidad. Esta es la primera vez en su vida que odia un amanecer. Le dice exactamente cuánto tiempo le queda. Es como si el Fénix lo estuviese recibiendo, como si se burlara de él. ¿Lo viste? He estado en todas partes.
Sus pies se raspan contra el piso mientras loa arrastran hacia el templo. Baekhyun se queja levemente, rehusándose a que alguien lo vea en su estado actual.
Esas personas le habían tenido alta estima. Pensaban que era precioso y valioso. Lo miraban como un boleto hacia una vida más feliz -la salud, la riqueza, la prosperidad. Era el sacrificio y nunca lo habían visto como algo que no puede ser descrito con las palabras formales, educadas y correctas.
Cuando lo sientan como si fuera una muñeca de trapo frente a los pies del dios, un suspiro colectivo hace eco por el pasillo. Baekhyun recuerda que es hora de las primeras oraciones del día. Sin embargo, él debe ser todo un espectáculo, con sangre por todas partes, sus ojos hinchados y rojos, con toda su existencia reducida a huesos y moretones pintando su piel.
¿Cuándo fue la última vez que lo vieron allí?
“¡Hemos recuperado al hijo de la Luz y castigado al canalla que lo secuestro!” El Sumo Sacerdote anuncia. “Está un poco asustado, pero no ha sido lastimado de ninguna otra manera y ¡Se ha acordado que el sacrificio será hoy!” Aplausos de alegría siguen el anuncio. Baekhyun se queda dónde está, aturdido.
Intenta negar el anuncio, pero su voz se rehúsa a ayudarle. Su mirada se encuentra con la de su padre y todo el esfuerzo que piensa usar para rebelarse desaparece cuando encuentra una promesa de dolor si no se comporta como es debido en ellos.
Sus manos continúan atadas aún en su casa.
Su madre limpia la sangre de su rostro con un trapo. Aplica un ungüento en la herida de su mejilla y el enrojecimiento de sus muñecas. También aplica algo más en su piel, concentrándose en la piel con moretones, la piel pintada de colores poco naturales.
“Parece que has pasado muchas cosas.” Dice cuando finalmente habla. “Duerme un poco, mi bebé.”
Baekhyun continúa sin moverse de donde está. Mira su reflejo en el espejo del guarda ropa y apenas puede reconocerse a sí mismo. Una vez fue un hombre joven que apenas le daba a alguien un poco de su tiempo, ahora si ve roto y maltratado como un prisionero. Sus ojos están hinchados y rojos con bolsas oscuras bajo ellos. Su piel está marcada con moretones, líneas rojas y manchas azules por aquí y por allá. Parece que se está ocultando en su ropa en lugar de usarla.
Sus labios tiemblan y voltea su rostro murmurando el nombre de Chanyeol cuando nota que la camiseta que está usando le pertenece.
“Te traeré alfo para comer, ¿De acuerdo?” Ella paso sus dedos a través de su cabello sucio. “¿Quieres algo en específico?”
No se percata que le está hablando a él hasta que lo llama por su nombre.
Le dan de comer como a un niño. Bebidas dulces humedecen sus labios. Manos suaves le lavan el cabello. Apenas nota dónde está y porqué todo está pasando. Sólo reacciona cuando ella intenta quitarle la ropa. Baekhyun se aleja, donde ella no pueda alcanzarlo.
“¡No!”
Esto es lo último de Chanyeol que tiene con él.
“Baekhyun, bebé, está sucio. Necesitas cambiarte.”
“No.”
“Dejaré esta ropa para ti. Cámbiate solo, ¿De acuerdo?”
Ella sale de la habitación para dejarle conservar su privacidad. Cuando regresa, una hora después, Baekhyun aún está agachado sobre la cama, con las manos tomando puños de la camisa ensangrentada.
Ella coloca su manos a su alrededor, sosteniendo su cabeza contra su hombro.
“Bebé, me preocupas.” Deposita un beso tierno en la coronilla de su cabeza. “No puedes hacer esto. Sabes que te amo.”
Lo siento tanto, Chanyeol. Te amo. Lo siento tanto.
¿Importaba que ella lo amara o que el amara a Chanyeol? Sus sentimientos no cambian en nada las cosas. Habría hecho cualquier cosa por Chanyeol, cualquier cosa para salvarlo, pero al final Chanyeol había muerto. Incluso si todo el mundo amara a Baekhyun, él también iba a morir.
Las personas viven vidas muy cortas, había dicho Chanyeol.
Las personas viven vidas muy trágicas, había dicho su abuela.
Entonces, ¿Cuál es el punto de tratar de mantener algo cuando al final siempre te lo arrebataran de todas formas? La vida es corta y trágica. ¿Cuál es el punto de vivir?
¿Cuál es el punto de amar a alguien?
Ya hay tanto dolor en el mundo que tener que soportar el peso del dolor de la persona que amas muriendo es demasiado.
Es llevado al templo unas horas antes de que el sol se oculte. El sacrificio iniciará tan pronto se oculte la punta del sol en el horizonte, pero hay muchas cosas que preparar antes de eso.
“Deberíamos haber cortado eso.” Su padre pellizca el pequeño tatuaje que hay detrás de su cuello. Baekhyun grita por el dolor. “Los blasfemos no merecen cargarlo.”
Sus manos son desatadas para que las aten a la mesa. Baekhyun tira del amarre débilmente, esperando que el metal se afloje y lo deje libre.
Intentaron quitarle su camiseta más temprano, pero Baekhyun entro en un ataque de rabia, golpeando a todo el que se acercará demasiado. Ahora que está cansado y atado, otra vez, cortan la camiseta a pesar de sus indignadas protestas.
La mesa que reposa bajo los pies del dios se ha mantenido limpia. Hoy, por primera vez, Baekhyun nota los diseños grabados en la piel. Tienen la forma del humo, aglomerándose hacia el centro de la mesa donde Baekhyun está atado, donde no hay diseño. Parecen ser más profundos que un grabado común, parecen canales.
Rápidamente se da cuenta de su función. Uno de los guardianes el templo vierte una jarra de aceite al extremo del diseño, haciendo que se esparza por todas partes. Baekhyun no se atreve a ver el lugar en el que se une con su piel.
Todo en lo que puede pensar es porqué está allí. Es un sacrificio impuro. No es apto para ser sacrificado porque su cuerpo es impuro. Habría gritado eso, realmente quiere gritarlo y hacerle saber a todo el mundo que no es elegible, pero su padre había sellado sus labios con una sola amenaza.
“Si no quieres que tu lengua arda al lado de tu cabeza, mantendrás la boca cerrada.” Los ojos del Sr. Byun habían sido lívidos. Baekhyun le devolvió la mirada, pero tomó la amenaza muy en serio.
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